Alfredo Triff
¿Tienes hambre?
De la tierra al mar, pescado, ¿cómo lo prefieres? No a la tilapia. Di ¡NO! a esos camarones cocinados fríos a tu derecha, justo al borde de la sección "sushi" yacen rojos, en gremio helado, listos para ser sumergidos más tarde en una salsa roja incomprensible, "bajados" con Miller por las masas miamenses.
En la materia basáltica está el origen de la vida. MEJILLONES ($3.49 la libra).
En la materia basáltica está el origen de la vida. MEJILLONES ($3.49 la libra).
Admítase que los de ahora, criados en granjas son cada vez más diminutos. ¡Se trata de un molusco internacionalista! Los he probado en Bélgica como "mosselen met friet", en Turquía cubierto de harina y fritos, acompañados con "raki". ¿En Francia? "Éclade des Moules". La cocina irlandesa los hierve y sazona con vinagre a base de chile. Por cierto, para tapas no hay nada más rico que una ensaladilla de mejillones Ramón Peña (he leído un review de los productos Espinaler) aderezados con aceitunas y pimientos rojos.
Les presento a Rigatoni en salsa rosada de mejillones "descapuchados" con queso ricotta y albahaca.
Rigatoni es una pasta tubular (más grande que el penne y el ziti). Queso ricotta (o requesón, sin procesar al 8% de grasa... no temas la grasa). Vino blanco de tomar, tomates bien maduros e íntegros cortados en lascas finas. Libra y media de mejillones bien lavados. Pimienta, cuatro dientes de ajo fileteados, aceite EV de oliva y ramos albahaca picaditos.
Lava los mejillones bajo agua, quítales las barbas. Pon agua a hervir con un poco de sal. A una sartén de acero de fondo grueso con candela alta añade una gotita de aceite. Agrega los ajos, brincarán inmediatamente. Dales un minuto y tira los mejillones. A los dos minutos adiciona un buen chorro de vino blanco (del mejor que tengas). Muele un poco de pimienta encima.
Les presento a Rigatoni en salsa rosada de mejillones "descapuchados" con queso ricotta y albahaca.
Rigatoni es una pasta tubular (más grande que el penne y el ziti). Queso ricotta (o requesón, sin procesar al 8% de grasa... no temas la grasa). Vino blanco de tomar, tomates bien maduros e íntegros cortados en lascas finas. Libra y media de mejillones bien lavados. Pimienta, cuatro dientes de ajo fileteados, aceite EV de oliva y ramos albahaca picaditos.
Lava los mejillones bajo agua, quítales las barbas. Pon agua a hervir con un poco de sal. A una sartén de acero de fondo grueso con candela alta añade una gotita de aceite. Agrega los ajos, brincarán inmediatamente. Dales un minuto y tira los mejillones. A los dos minutos adiciona un buen chorro de vino blanco (del mejor que tengas). Muele un poco de pimienta encima.
Sube un vapor aromático arcano: ajo, vino y puro mar... las valvas drenan su precioso jugo blancuzco (cuidado: ahí está la clave del plato). Una vez que se abren los mejillones no deben estar en la sartén por más de 5 minutos. Saca la sartén del fuego. Con una pinza saca las valvas y extrae los sílfidos mejillones. Pon la sartén de nuevo en la candela con fuego medio/alto, y añade el tomate enlascado.
Cuidado, la idea es cocinar, no desbaratar. La pasta, "al dente". Cuélala y añádela a la mistura con una generosa porción de ricotta. Mezcla los mejillones "descapuchados" en la salsa con la pasta, añade las hierbas y sírvelo tout de suite.
El sabor de la salsa marina con ajo y notas dulces de la salsa noblemente enquesada debe acompañarse con un contraste intrigante de etanol recatado, con bordes entre roble y ciruela (recomiendo Pinor Noir "Angeline", sólo $12 en Crown Liquors).