martes, 29 de noviembre de 2016

"Elogio a Fidel Castro", por Reinaldo Arenas

Reinaldo Arenas
(fragmento del legado político del escritor; 1990.)

Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria, en la cual he trabajado por casi treinta años. Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. Me siento satisfecho con haber podido contribuir aunque modestamente al triunfo de esa libertad. Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando , Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión.

Solo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.

Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la Isla le exhorto a que siga luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota , sino de lucha y esperanza [...]

Profundo filósofo, les ha hecho comprender de una u otra manera a sus súbditos que la vida material es cosa baladí, a tal punto que en Cuba no existen casi cosas materiales y el índice de suicidios, según serios informes de las Naciones Unidas, es el primero en América Latina.

Intelectual lúcido, comprendió que la mayoría de los artistas son víctimas de un ego hipertrofiado. Desde 1959 comenzó a invitar a destacados escritores, atendiéndolos personalmente y mostrándoles lo que él quería que vieran. Castro ha creado premios literarios internacionales y ha promovido a algunos intelectuales fieles hasta las cúspides del Premio Nobel, como es el caso de Gabriel García Márquez [...]

Economista inteligentísimo, ha implantado desde hace casi treinta años la libreta de racionamiento con la cual evita la inflación económica en su país, ya que el pueblo prácticamente no puede consumir nada. Además, se dedica, a través de sus más distinguidos generales y con la participación de Raúl Castro (como consta en documentos publicados), al tráfico internacional de drogas, lo cual se revierte en una entrada de dinero fuerte que le puede servir para costear su aparato propagandístico en el exterior y estimular la subversión armada en América Latina.

Sexólogo experto, ha preparado unos magníficos ejércitos juveniles que funcionan como guías de turismo y traductores y que complacen gentilmente tanto a las damas como a los caballeros invitados.

Ganadero y agricultor de nota, logró que una vaca (Ubre Blanca) diera todos los días más de cien litros de leche. El pobre animalito reventó y la leche sigue racionada en Cuba; pero el recuerdo de Ubre Blanca permanece en la prensa de la época y Castro mandó modelar numerosas copias de este extraordinario ejemplar vacuno. En 1970, Castro dijo que produciría diez millones de toneladas de azúcar y "ni una libra menos" y se equivocó sólo en dos millones menos de toneladas.

Alumno aplicado y fiel a su maestro, ha seguido con intachable ortodoxia las lecciones de Stalin: por una u otra vía se ha desembarazado de sus contrincantes políticos o de los personajes que podían ensombrecer su gloria, desde Huber Matos hasta Carlos Franqui, desde Camilo Cienfuegos hasta Ernesto Guevara. Creó desde 1961 los campos de confinamiento para disidentes de todo tipo y los oficializó en 1966 bajo el ingenuo título de UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción). Ha trasladado pueblos completos, situados donde había focos de guerrilleros anticastristas, hacia nuevas ciudades perfectamente vigiladas. Como hizo con muchos campesinos que vivían en la provincia de Las Villas, los cuales tuvieron que irse a vivir a una ciudad prefabricada en Pinar del Río, llamada Ciudad Sandino.

También desde hace casi treinta años, Castro pone en práctica las purgas políticas y las retractaciones públicas. En esos actos, el acusado, luego de varias semanas o meses en las celdas de la Seguridad del Estado, confiesa haber cometido todo tipo de crimen, ser un miserable y un traidor contrarrevolucionario y, desde luego, un infiel a Castro. Ejemplos: el juicio público de Marcos Rodríguez (fusilado en 1964), el juicio del general Arnaldo Ochoa (fusilado en 1989) o la confesión de Heberto Padilla, donde delataba además a sus amigos más íntimos y a su propia esposa, en 1971. Fiel a su política de "bloque monolítico", Fidel Castro aprobó públicamente la invasión soviética a Checoslovaquia, la invasión a Afganistán y la masacre del ejército chino a los estudiantes en la plaza de Tiananmen.

Estadista sagaz, Castro sabe perfectamente que un dictador no debe nunca realizar un plebiscito, pues perdería el poder. De ahí sus furias, desde su punto de vista justificadas, contra todos los intelectuales (incluyendo seis premios Nobel) que le han enviado una carta abierta solicitándole civilizadamente que celebre elecciones libres. Castro hábilmente rechazó la consulta popular, que otros dictadores menos taimados, pensando que iban a ganar, celebraron. Véanse las dramáticas derrotas del general Augusto Pinochet y del comandante Daniel Ortega.

Nada nos puede sorprender en la actual actitud de Fidel Castro. A lo largo de más de treinta y un años en el poder absoluto ha sido siempre fiel a sí mismo, gobernando con tan maquiavélica habilidad que hoy por hoy es uno de los únicos herederos de Stalin que se mantiene en el trono.

A los pocos que aún siguen arrobados con la imagen "reivindicadora" y hasta "heroica" del Comandante en Jefe que no se hagan ilusiones. El mismo Castro a través de su ejército ha dicho que "no cederá ni un milímetro en su ideología" y ha declarado que "prefiere que la isla se hunda en el mar antes de renunciar a sus principios políticos"... Claro que le toca al pueblo cubano decidir si quiere esa zambullida apocalíptica o si prefiere vivir en paz y con libertad como afortunadamente lo hace ahora gran parte de la humanidad.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Fidel Castro ha muerto


Ha muerto Fidel.
Es el principio del fin.
La revolución cojea después de 58 años de abusos y prebendas.
Hasta ayer su finca se llamaba Cuba.
Murió decrépito y no por culpa del imperialismo yanki.
Le sobrevive un país extenuado y dividido.
Ha muerto Fidel,
símbolo máximo de la revolución,
(sin Fidel, Castro es solo un apellido)
Decenas de miles de muertos buenos se estremecen hoy en sus tumbas:
Fusilados, quebrantados en las ergástulas, tragados por el estrecho.
¡El exilio está de fiesta!
Ha muerto Fidel, máximo líder.
Y desde ahora en adelante el hermano y su camarilla de alabanceros tiemblan.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Turkykamón


Judith Ghashghaie

Al cortarse el suministro eléctrico la explosión disparó vajillas y aparatos contra paredes, piso, techos. La mujer peló los ojos como papas deshollejadas; luego, repetía con profunda arrechera:
¡shit, shiit, maldita receta! ¡Fuuuck, maldita receta! Ya no podía controlar las llamas ni soplando, ni con agua, ni con nada.

Se asfixiaba; se chamuscaba el pelo. Salió corriendo a la calle a implorar socorro.

Como suele suceder en todas las historias de fuegos, llegaron vecinos, bomberos, policías, inspectores del seguro a la propiedad, locutores y fotógrafos de los noticieros locales quienes incrédulos entraron al lugar de los hechos: encontraron entre escombros y cenizas la enorme olla especial que contenía en su interior a la familiar criatura y su característica expresión de inocente e inútil terror.

Llorando, la mujer aseguraba haber visto resucitar al congelado pavo de Thanksgiving, el cual al caer en el aceite de maní caliente: brincó, chisporroteó, reventó.

Él era el culpable de todo.

domingo, 20 de noviembre de 2016

"Lorca en un vestido verde” y el juego de la memoria y de la muerte



Mayra Marrero

“Lorca en un vestido verde“ escrito en el 2003 por Nilo Cruz, director artístico de Arca, es la más reciente colaboración de Arca Images y el dramaturgo en el Onstage Black Box Theatre del Miami Dade County Auditorium. Cruz, quien también dirige esta puesta, ve la feliz coincidencia de su creación con la Feria del Libro de Miami. En un escenario desnudo y paredes negras, un grupo de maletas alineadas cierran el espacio escénico, y ocho actores empiezan un juego de alternancia de identidades y cambios de temporalidad. Unos serán Federico García Lorca, otros representarán la dictadura, la intolerancia, los extras, los que se dejan arrastrar sin opinar, otro será el duende jugetón que lleva la tragedia en los tacones y la palmas.

Rosie Inguanzo, Carlos Acosta-Milián y Ariel Texidó. Patrick Ferrell, ElNuevo Herald

Cruz propone un acercamiento a Lorca por la vía del ‘teatro dentro del teatro’, recreando pasajes de los últimos años de la vida del autor granadino y el momento de su martirio. Para esto ubica los personajes en una suerte de purgatorio en el cual los escogidos tendrán que convencer al Poeta, en un plazo de cuarenta días, de que ha muerto, para que una vez que este haya aceptado su nuevo estado, pueda ‘ascender’ a otra dimensión. “Un muerto en España está más vivo que en ningún lugar del mundo”, decía Lorca en ‘Juego y teoría del duende’ (iluminadora conferencia-ensayo que dio en la Sociedad de Amigos del Arte de Buenos Aires), y Cruz parece servirse de esto como axioma de muerte-realidad- irrealidad, presentándonoslo en un poético texto.

Lorca, en la obra de Cruz se resiste a creerse muerto, a perderse Granada para siempre, a no intercambiar bromas, discursos, pinturas, trazados con Dalí; se resiste también a huir de los brazos de su amante; se resiste a que lo olviden. El escabroso camino a la aceptación pasa por sucesivas interacciones con sus diferentes identidades. Esta negación a su nuevo estatus crea un paralelismo con El Joven de ‘Así que pasen cinco años’, obra de Lorca de gran influencia surrealista considerada premonitoria (cinco años después moría el poeta).

En esta onírica y mínima puesta, Cruz, sin duda un estudioso del teatro lorquiano, hace confluir todos los elementos que consideraba el dramaturgo para su ‘teatro total’: música, baile, canto, drama y colores. Crea así una atmósfera ubicua e irreal sirviéndose del profesionalismo de Fernando Teijeiro quien traduce los recuerdos en elementos escénicos tales como edificios de Nueva York, manuscritos que suben, bajan y se pierden en sintonía con la iluminación de Gary Lund.

El universo poético que crea Cruz con sus textos e imágenes va de la poesía a la prosa sin esfuerzo y es interpretado por un excelente grupo de actores. Ariel Texidó en el Lorca con sangre, enamora con su personaje. Una excelente actuación que va de la risa a la catarsis final, en un monólogo inolvidable por la fuerza dramática y la mesura de su actuación. Es sin duda uno de esos personajes que Ariel llevará en su piel por mucho tiempo.

Irene Benítez, Ariel Texidó y Aaron Cobos. Foto: Arca Images

La actualidad de la obra de Nilo Cruz se constata, por desdicha, en la homofobia, el poder de la dictadura que sobrevino, el nacionalismo y la intolerancia que Carlos Acosta-Milían destaca en su personaje de General, dominando la escena con la fuerza de su voz y su presencia. Yani Martín, elegante, simpática y precisa en su personaje de Lorca mujer —el lado femenino del poeta que ella interpreta sin esfuerzos. Irene Benítez se traslada de un lado a otro entre experimentados actores y lo hace con frescura y simpatía como requiere su Lorca niño.

Carlos Acosta-Milián (fondo), Omar Germenos y Xavier Coronel. Foto: Arca Images

Xavier Coronel, Lorca con un traje blanco, se transforma en el poeta, el amante , el dramaturgo, y lo hace con el profesionalismo al que nos tiene acostumbrados. Omar Germenos en Lorca con un vestido verde, viste su personaje con un misterio no exento de sensualidad, como metáfora del poeta expuesto a la censura y a la cultura del miedo en la España de principios del siglo XX. Aaron Cobos, el bailaor, trae el sur consigo en cada uno de sus tacones, lo arrastra, lleva al Poeta a su inicio y fin, es ese duende juguetón que también sabe caracterizar la muerte y el lado oscuro.

Irene Benitez, Yani Martin y Xavier Coronel. Foto: Patrick Ferrell, ElNuevo Herald

Rosie Inguanzo traza un esbirro inseguro y torpe, desde la farsa. Es así como a través del humor logra distender la solemnidad y pesadumbre del discurso escénico (esa historia de horror) y el público lo agradece. Dalí es igualmente interpretado por Inguanzo con genialidad, matizando su actuación con detalles, miradas y una peculiar manera dalinesca de hablar. Inguanzo es una de esas actrices que quisiéramos ver con más frecuencia en los escenarios de Miami.

Rosie Inguanzo, Ariel Texidó y Carlos Acosta-Milián

La obra vislumbra elementos surrealistas, fragmenta la vida del poeta en el absurdo juego de la memoria y acentúa los recuerdos del personaje una y otra vez regresándolo al momento de su muerte. Aborda su muerte, la distorsiona en fracciones reconstruyendo el instante, deteniéndolo entre la tierra y la luna: la tierra que cae sobre sus restos y la luna que lo persigue en sus ‘sueños verdes’.

“Lorca en un vestido verde” es una excelente puesta en escena donde texto e imagen confluyen en un preciso y depurado discurso escénico. Un homenaje al poeta granadino, una reflexión sobre la vida y la muerte, y la perdurabilidad en la memoria colectiva.

martes, 15 de noviembre de 2016

Patria o Muerte: Cuba, Fatherland or Death de Olatz López Garmendía en HBO el lunes 28 de noviembre, 8pm




Después del anuncio del Presidente Obama de que los EE.UU. empezarían a normalizar relaciones, Cuba está en la cúspide del cambio cultural, social y económico, un desarrollo sin precedentes en un país que ha experimentado un crecimiento limitado desde su revolución en la década de 1950. La primera película como directora de Olatz López Garmendia, Patria o Muerte: Cuba, Fatherland or Death es una visión visceral del estado actual del país a través de los ojos de sus artistas, activistas, blogueros, escritores, músicos y la gente común, que viven en medio de una inestabilidad política e inequidad económica.

Directora: Olatz López Garmendia, productor ejecutivo: Julián Schnabel, coproductor: Miguel A. Sirgado, director de fotografía: Claudio Fuentes Madán, editor: Ismael de Diego. 
Estreno: lunes 28 de noviembre 8-9 pm, hora del este. Exclusiva de HBO.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Carlos Alberto Montaner se pronuncia claramente contra Trump



En la corrida final sale lo mejor y lo peor.

Por eso apreciamos este artículo de Carlos Alberto Montaner titulado Hillary, Trump y dónde está la fortaleza norteamericana.

De entre los cubanos del viejo exilio Montaner es de los que habla más claro:
¿Y qué ocurriría si es Donald Trump quien triunfa? A mi juicio, el mayor daño lo veríamos en las relaciones internacionales. ¿Por qué? Por sus declaraciones contra los mexicanos y sus extrañas simpatías por Vladimir Putin. Por su rudimentaria forma de entender qué es ganar o perder en las transacciones entre empresas y países, propia de una mentalidad mercantilista premoderna. Por su incomprensión de lo que ha sido el rol de Estados Unidos tras el fin de la Segunda Guerra mundial. Porque lo veríamos destruir la extraordinaria labor que comenzó a hacer Franklin D. Roosevelt en Bretton Woods en 1944, y Harry Truman un año más tarde, cuando le tocó presidir el país y creó la OTAN, el mejor instrumento para preservar la paz en Europa y en el mundo.
Bien dicho. Por supuesto muchos cubanos de ese exilio, y otros más recientes repudian este punto de vista. Por ello admiramos el valor de Montaner de capear el temporal ideológico con sus ideas por delante.