miércoles, 30 de mayo de 2012

Cazadores de yemas


Judith Ghashghaie

(A Jim Lorena quien me invitó a este lugar y a Rosie Inguanzo
que quiere saber cómo era).

En la Abuela Patria hay un lugar donde traviesas y esbeltas sardinas
no viven en latas, sino que: ensartadas en estacas brincan de los
barcos para caer justo a la hora de comer sobre los platos de las
mesas. Si un mortal desea una dieta de estas frescas proteínas y una
solución definitiva a sus problemas simplemente tiene que esperar ser
invitado por un generoso parroquiano de la ciudad. Aquí los Alba-ñiles
construyen los techos de las casas con espuma de mosto y las paredes
con pedazos de desteñido cielo; en los jardines, patios, porches
crecen arboles o cuelgan masetas pobladas de huevos.

Afortunadamente, la empresa Monsantos aún no se entera que en la Calle
Banda del Mar de Málaga los huevos se reproducen en arboles y
viceversa. Pescadores diestros en el arte de cazar claras y yemas
son quienes por siglos se han encargado de empuñar, coleccionar,
podar, y regar tan resbaladizo cultivo. Estos pescadores nadie los
ha visto porque realizan sus actividades cuando los vecinos hacen la
siesta. Es harto sabido que estas plantas huevecen todos los días pero
hacen un ruido ensordecedor y se pasman si algún vecino a hurtadillas
intenta saltar la siesta; desde las dos de la tarde: párpados,
puertas, ventanas y jaulas de pajaritos permanecen cubiertos y
herméticamente cerrados hasta las cinco.

Cuando moradores y pajaritos de la Calle Banda del Mar finalizan la
siesta un intenso olor a jadeos y suspiros reina en el lugar; aroma
que, por cierto, se adhiere para siempre a los huevos. La sabiduría
popular asegura que esta fragancia sumada a los ronquidos ayudan a la
fecundación o huevonización de estas plantas. A pesar de que existe
una extensa bibliografía gastronómica que explica paso a paso cada
receta nunca nadie ha comido estas ecológicas protuberancias; se
desconoce si son duras, blandas, frías, tibias o calientes. Ni
siquiera en las épocas de grandes hambrunas alguien ha osado a
deshuevar una sola rama.

Todos los bandamarinos mueren o viven muy orgullosos de ver, oler,
poseer y no tener que escuchar sus ovíparas plantas. Alarmas y
fosforescentes avisos señalan en perfecto castellano: ¡Cuidado con
los huevos! Pero curiosos, turistas y hasta científicos monolingües
quienes con sus cámaras, libritos de anotaciones, androides, Ipads o
microscopios se acercan a los huevos desaparecen de escenas como por
arte de magia. Al parecer, los arboles de huevos de la calle Banda
del Mar son carnívoros.

martes, 29 de mayo de 2012

El nuevo poder de artjudicación

Frasco con bolas de algodón usadas para limpiar una escultura de Jean Arp devienen, junto con el frasco, en arte

Miami Bourbaki explora la "artjudicación" en el arte. Es decir, el proceso en sí que adjudica arte a algo. La cuestión no se examina jamás sino que se da por sentado. Se trata de un problema serio que nuestros críticos sencillamente no cavilan.

¿Qué determina que algo sea arte?
Indudablemente el frasco nos presenta con problema categórico. ¿Cómo explicar el paso de objetualidad a artualidad a menos exista un previo proceso de artjudicación? ¿Se trata de un factor de fricción mágico-simpático? ¿Acaso proximidad y entrelazamiento a nivel cuántico donde las bolitas de algodón y la escultura de Jean Arp son parte de un mismo fenómeno?) .

lunes, 28 de mayo de 2012

ZOMBIS INVADEN MIAMI


La noticia que circula los periódicos del mundo es clara:
Según testigos horrorizados, el oficial de policía se obervó a un hombre desnudo que mordía (y masticaba) salvajemente la cara de otro hombre. El oficial entonces le ordenó al sujeto desnudo a retroceder, y cuando este continuó el asalto, el oficial le disparó. Pese al disparo en la espalda, el atacante siguió devorando los cachetes y la nariz de su víctima, lo que obligó al oficial a continuar disparando. De acuerdo a testigos se escucharon por lo menos una media docena de disparos.
Las autoridades lo atribuyen a la llamada "psicosis cocaínica", pero entre los conocedores de la realidad miamense, se comenta un síntoma perturbador, causa más tenebrosa. Vivimos horas de pánico. Nuestra comunidad, en su mayoría escapada de experimentos sociales seudo puristas, es el caldo perfecto de cultivo para un fenómeno post-castrista post-capitalista de resultados francamente impredecibles. Es aún temprano para determinar la verdad. Pocos se atreven a comentar esa otra posibilidad, la de que el asalto revele una mutación socio-política, transhumana, y transgenética. Seguiremos informando.

Néstor Díaz de Villegas: Oda a Armando Pérez-Roura



Reculaste a la vida en las trincheras
camuflado de versos escogidos,
combinadas agrícolas tronaron
en los ganglios a golpes de membrete.
Nunca el cabo rosado de las cañas
recabara los votos ciudadanos
en boletas de hojas de periódicos
y micrófonos de hijos perforados.
Walter vino a sembrar una cizaña
donde abundan noticias zodiacales
si las cartas natales de los gallos
anunciaron dichosos la canalla.
No es de Júpiter ralo, ni de Venus,
la hora triste en que descenderemos
a la Plaza copada y a la ergástula
en la campánula de Lévi-Strauss.
¡Viva el cieno! La gloria desespera
a las puertas de un Hades confiscado.
Nuestras madres parieron circulares.
¡La letrina precoz, la mojonera!
Donde hundido hasta el cuello el héroe yace
recibiendo del cielo los conceptos.
El patriota suspira, y los sabuesos
comerán de su mano genitales.
¡Oh la Patria vulgar, la mala pata!
La que siembra boniatos en la acera.
La que triste almorzó en La Lechonera.
Su figura es de lata de conserva.
Esa diosa menor, muda Minerva,
tras sus ojos de ónix carcelario
con mi verbo de búcaro incendiario
¡coseremos de guinga una bandera!

domingo, 27 de mayo de 2012

Néstor Díaz de Villegas y la invención poética de Miami


foto: Ernesto González
Joaquín Gálvez

Cuando llegué a Miami, en 1995, luego de vivir seis años en el gélido New York-New Jersey, no solo me acogió de nuevo el calor del trópico, sino también el de una tertulia itinerante que se celebraba en casa de los poetas Magy Trancho y Benigno Dou, respectivamente. Gracias a esa tertulia pude conocer otra dimensión de Miami, que me sirvió para mitigar la impresión que me había causado a mi llegada. Desde un principio, comparé La Pequeña Habana con el pueblito de Campo Florido, situado en una zona rural de la capital cubana. Y la llamada ciudad de Miami me pareció un inmenso campo de asfalto, en donde el automóvil sustituía al caballo como medio de transporte. Esa otra dimensión de Miami se la debo en gran medida a un poeta que asistía asiduamente a esos encuentros tertulianos, para así darnos testimonio de sus andanzas y visiones miamenses a través de la expresión clásica del soneto. Por supuesto, me refiero a Néstor Díaz de Villegas.

La ciudad es también una invención del poeta. Avenidas, rascacielos, puentes, mercados, Malls, etc., no son más que partes de su entramado corpóreo, pues la ciudad la define el espíritu de sus habitantes. De ahí que exista una complicidad entre el poeta y la ciudad, una especie de contagio mutuo, que deviene en otra construcción. El poeta convierte la ciudad en metáfora, concediéndole esa otra dimensión que la hace eterna. Entendemos entonces por qué Ezra Pound le pedía a New York que lo escuchara en su afán de darle un alma con su verso. Irónicamente, en La Habana, Díaz de Villegas fue demasiado escuchado por los que siempre atajan a tiempo la verdad, cuando le recordaba a Salvador Allende que había usurpado la avenida de Carlos III. Su oda a este monarca español le costó cinco años de prisión en la Cuba de los 70.

Entonces llega al Miami de los 80, y, con la avidez de quien se adentra en la vida nueva, descubre que el aire de la ciudad nos hace libres, a decir del proverbio medieval, aunque el precio sea una temporada en el infierno, tal como lo expresa en su soneto “Vicio”: Rimadores que riman duraderos: / sin el veneno del amor no canto,/ necesito valor y vertedero,/ algo vulgar, algo violento y santo. Y esa necesidad de libertad que lo imbuye y que es una constante en su poesía, se reafirma en otro de sus sonetos: Me he devuelto, curado, la salud./ Ni renuncia, ni horror, ni cobardía./ ¡Libertad, tu dorada esclavitud!

En su natal Cumanayagua, Díaz de Villegas adquirió su preferencia por el verso rimado, en este caso la décima, cuya musicalidad alcanza su exquisitez mayor en la tradición oral. Pero si Espinel es el causante de su vocación de performer del verso, como él mismo se nombra, es Quevedo su gran maestro, el que lo guía por los caminos del soneto y le revela el sentido lúdico y satírico del contenido poético, características que están presentes en esos dos libros suyos, donde la ciudad de Miami tiene un papel protagónico: Vicio de Miami y Confesiones del estrangulador de Flagler Street. 

Sin embargo, lo que le otorga una voz propia a sus sonetos, a diferencia de tantos influenciados poéticos que presumen de clasicismo y no llegan a reconocer que parapetan su ralea trasnochada, es la actualización y modernidad que lo sustentan. Lo asimétrico y lo caótico, de una ciudad moderna como Miami, no ha sido esta vez elegido por el verso libre, sino por el endecasílabo del soneto, que alcanzó su cumbre en la voz renacentista de Petrarca. Este elemento paradójico signa la poética citadina de Díaz de Villegas, que también ha incursionado en el soneto alejandrino y el shakesperiano.

Esta invención poética de Miami constituye un catálogo para turistas inocentes, un noticiario de cualquier hora, una caja de pandora que no se puede cerrar en el vasto reducto de refugiados cubanos; aunque en sus versos el patriotismo esperpéntico recibe un merecido espaldarazo de irreverencia. ¡Qué mejor tributo al fracaso político de una isla! La Historia de Cuba le enseñó a Díaz de Villegas que “todos somos héroes por un día”, según su héroe, David Bowie. Así, en el soneto “Tiranos y Banderas”, dedicado a Martí, consigna: ¿Qué dirías, apóstol, de este asunto?/ Tú eternidad de rosas y banderas/ Hoy solo es saguesera de difunto.

En la obra de Díaz de Villegas, la cultura pop, con sus estrellas de rock, televisión y cine, se mezcla con la tradición y la alta cultura; la elegancia verbal culterana baja a los suburbios del lenguaje obsceno; personajes de la historia universal conviven con los de la vida local miamense; el inglés y el español, o ese bilingüismo llamado spanglish, que distingue al puente de las américas, queda plasmado en el lujo formal de su fusión métrica: Cae una lluvia que moja los talones/ y me refugio dentro de McCrory’s/ entre una colección de pantalones/ y empleadas con nombres como Dorys.

Vicio de Miami y Confesiones del estrangulador de la calle Flagler Street inician una poética de Miami, la de una ciudad oculta en sus márgenes, dentro de la cual se suscriben los libros Ciudad Mágica, de Esteban Luis Cárdenas, Little Havana Memorial Park, de Leandro Eduardo Campa, y El tiempo afuera, de José Abreu Felippe. Aquel joven de Cumanayagua, que llegó a La Habana con el sueño de ser pintor, trasmutó el óleo en palabras, para que hoy escuchemos, en la sonoridad de sus versos, el retrato de la ciudad que lo adoptó.

Como lo vaticinó Jorge Luis Borges, de Miami, al igual que Ilión y Pompeya, un día sólo nos quedarán sus ruinas; pero, por suerte, seguirá viviendo en los endecasílabos que le cantó Néstor Díaz de Villegas.

sábado, 26 de mayo de 2012

Garbage ~ Stupid Girl (and elaborate music)



La trayectoria de Garbage corre como los fenómenos atmosféricos cíclicos. Entre cada etapa de creación se toman una pausa y cuando parecen hacer el mutis definitivo regresan al estudio. Justo hace poco, el 14 de mayo, salió su álbum más reciente, Not Your Kind of People, del cual ya se escucha frecuentemente Blood For Poppies, un número de factura interesante que circula respaldado por un clip atractivo. Integrada por la cantante escocesa Shirley Manson, y por  tres músicos estadounidenses Butch Vig (batería), Steve Marker (guitarrista) y Duke Erikson (guitarra y teclados), la banda es una esponja absorbiendo influencias alternativas. En ocasiones se acerca a Portishead, en otras a Blondie o David Bowie. En Stupid Girl, por ejemplo, la pieza que hoy posteamos, se puede advertir que tras las cuidadosas láminas de masterización y la reiteración grunge fluye un apego desprejuiciado al timbre de Siouxsie and the Banshees hasta adquirir una dureza retro que deriva hacia Rolling Stones. Claro, sin la fiereza acústica de aquellos porque la fuerza de Garbage, si bien no llegan a deslucir en vivo, radica en el ingenio de sus productores en el estudio. (JotaeRe)

lunes, 21 de mayo de 2012

un pequeño paso para el hombre y un gran paso (atrás) para la cubanidad


Iván de la Nuez en El País, comentando La conga irreversible de Los Carpinteros para la Bienal de la Habana, 2012:
Es difícil no entrever, en La conga irreversible, un resumen del devenir (y el presente) de un país a menudo explicado –y extasiado- por su excepcionalidad. Y es que, como si de caminar por la luna se tratara, los cubanos han marchado a contrapié al menos en los grandes hitos de su historia; con la agonía de los sueños y lastres propios de ese andar, digámoslo así, fuera de la gravitación “normal” de los acontecimientos. (¿No era, precisamente, la falta de gravedad una característica cubana que irritaba a Jorge Mañach en su Indagación del choteo?).
De la Nuez concluye con el encabezamiento del post (arriba), dramática conclusión que se merece una segunda parte. La esperamos.

domingo, 20 de mayo de 2012

XI Bienal de La Habana o las meriendas alegres con el camaleón encantado

Hermann Nitsch Jesús contra el Universo, performance.

Jesús Rosado

En realidad los medios oficialistas le atrincheraron el título a la acción (arriba) del connotado artista austríaco y se le llamó todo el tiempo “Aktion 135” tal vez por razones de marketing ideológico. Se repitió por la prensa internacional los efectos del suceso transgresor entre el público cubano que provocaron supuestamente “desconcierto, repugnancia, asombro”. Nadie mencionó si había alusión al polémico documental Le Cochon (1970) de Jean Eustache. Ni se abordó la posible pasión baja del público cubano por apoderarse del sacrificado cochino.


Ai Weiwei, Bicicletas Forever, 2002, 74 bicicletas.

Me confieso un ferviente admirador del artista chino, pero en el caso de la obra seleccionada no puedo menos que acusar su arcaísmo para un escenario como Cuba. Desde hace años Castro ensayó una instalación colosal con millares de bicicletas inundando la vida doméstica. La operación, sin dudas, tenía una fuerte influencia asiática, pero de un periodo pre-Weiwei, así que pensándolo bien esta puede haber sido una recreación sobre la reciprocidad de los Castro hacia la modernidad china.

Manuel Mendive, Las Cabezas, performance (cuerpos pintados).

La desinhibición de este espectáculo mendiviano sorprendió, pero fue aceptada. La mascarada contrastando con la desnudez se asemejaba tanto a los camuflajes y precariedades de la comunidad vernácula a través de la cual desfiló que la identificación se selló con naturalidad. Pechos, culos y penes fueron asumidos con más respeto que picaresca. Tal vez haya sido uno de los momentos de la Bienal más despojados de atavismos. Es que irremediablemente hay que aceptar que somos lo que somos.

Jorge Isidro Sagues, Sin Título.

Y bueno, también sin comentarios. Para qué vamos a repetir que este no es un trabajo para Clark Kent, si desde ahora y hasta cinco generaciones después lo sabemos. Lo cierto es que Elpidio Valdés ha dejado de importar. Ni se piensa remotamente en los muñequitos rusos. Aunque conste que algunos prefieren a Batman.

Alexandre Arrechea, Nadie Escucha.

La obra habla por sí misma (torre de orejas en escucha), pero el título nos hizo reflexionar sobre el poder de la semántica. Un desliz en el tiempo verbal y la obra de Arrechea se hubiese teñido color rojo hormiga y quizás quedaba vetada. Pero Arrechea hizo la diferencia de una sílaba con relación a aquel título inquietante con que Ulla y Néstor Almendros bautizaron un documental imperdonable para la dictadura. Y ya ven, ahí está flamante y “contestataria” colada en el Malecón.

Florencio Gelabert, Islas.

Islas escurriéndose de la isla. Islas que se cansaron de ser islas. Predestinación de islas tras la fuga. O islas al borde de ser islas. Islas sobre el arrecife. Atrapadas… Como si fuese un karma que no halla fin. Desconozco si el autor albergará algún complejo, lo cierto es que nos empecinamos en olvidar que somos un archipiélago.

Los Carpinteros, Conga Irreversible, performance.

Una conga es un evento alegre. Liberador. ¡Cuánta buena vibra circula en una conga! ¡Que delirio de energía! Pero cuando una conga se mueve en retroversa incesantemente y los danzantes se visten de luto, no es motivo de gozo. Bien puede ser la crónica anunciante de una fatalidad irreversible.


Open Studio de Luis Trápaga. El Círculo.

Expo colectiva reprimida por la Seguridad del Estado. Uno de los performances más logrados de la Bienal. Artistas profesionales del G-2 emprenden acción de respuesta contra una conspiración estética encabezada por el “cabecilla” contrarrevolucionario Luis Trápaga que contaba con la complicidad de los artistas "apátridas" Guillermo Portieles y Néstor Arenas. Con esta intervención, el Ministerio del Interior demuestra que el arte puede ser consecuente con los dignos principios del castrismo nuestro de cada día. No importa que las obras explícitamente no se manifiesten contra el Estado Socialista. La "gusanera" oculta sus propósitos en las manifestaciones seudoartísticas. En la intervención de la policía política queda bien claro que en Cuba con el arte del poder no se juega. Ni al flojo, ni al duro. Con Bienal o sin Bienal. Si acaso, lo admisible serían las meriendas alegres en la mesa del camaleón encantado.

sábado, 19 de mayo de 2012

¡Este cocodrilo no cree en lágrimas!



He aquí una muestra de los trabajos enviados a Estado de SATS para la presentación paralela de CoCodrilo Smile en la XI Bienal de la Habana. Oportunidad para que caricaturistas de ambas orillas se den cita en la sede del proyecto alternativo Estado de Sats y hagan público ante la mirada del cubano un humor gráfico poco amable hacia con el régimen. Un suceso sin precedentes por dos razones. Por primera vez en décadas, la caricatura política bajo el castrismo asume sin cortapisas un tono crítico a contrapelo de la censura. Y en segundo lugar, este acontecimiento marca la posibilidad de que el humor gráfico del exilio se agrupe en una plataforma coherente. Entre los exponentes se puede mencionar a Gustavo Rodriguez (Garrincha), Alfredo Pong (Pong), Alén Lauzán (Lauzán), Yasser Villazán, Omar Santana ( Santana), Hernán Henríquez, Ley Martínez, Ilei D'Jesús, el grafitero Danilo Maldonado (El Sexto) y el videoasta  Katungo, cuya colaboración ha sido decisiva para difundir el evento. (JotaeRre)

viernes, 18 de mayo de 2012

Iván de la Nuez sobre Juan-Si



"...Estas fotos podrían, fácilmente, formar parte de un proyecto como Punto y Raya, que ha sido definido como el festival “más abstracto del mundo”, algo que enorgullece a Ana Santos y Nöell Palazzo, sus organizadoras. Podría decirse que, incluso, estas piezas cumplen las líneas maestras de su manifiesto, formadas como están por ese “grano mínimo sobre el que se construye nuestro universo”, esa “esencia de lo que no es materia pero constituye la materia, de lo que no es perceptible pero permite el reconocimiento de lo que sí lo es”.

Hay algo que, de cualquier manera, incomoda en estos retratos. Tal vez esa falta de origen y de destino que los deja encallados a perpetuidad en el presente. Tal vez esas acciones que tan sólo podemos intuir en su trastienda. El caso es que ahí perseveran, inquietantes, desgajados del tiempo, del movimiento, del espacio..."

Todo el texto aquí.

viernes, 11 de mayo de 2012

la guerra como condición perpetua (y no molesta)


Hay que leer el nuevo libro de María Dudziak, War Time: An Idea, Its History, Its Consequences, documento crucial donde Dudziak, historiador del Derecho en la Universidad del Sur de California, mantiene que vivimos una época cuando la guerra no molesta a nadie. Su investigación de la historia jurídica y política revela que, incluso desde principios del siglo XX, la guerra se ha convertido en una característica más o menos permanente de la experiencia americana. Vivimos una situación orwelliana pero ala inversa, el Estado, en lugar de elevar la guerra para perpetuarse a sí mismo, la oculta con el mismo fin. Le dedicaremos un post próximamente.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Isabel Muñoz hoy en CCE



¨LA BESTIA¨
Exposición de fotografías de Isabel Muñoz
MIERCOLES 9 DE MAYO - 8PM
| CCEM | ENTRADA GRATUITA

Esta exposición nace del proyecto personal de Isabel Muñoz quien a lo largo de los últimos 3 años ha realizado tres viajes a la frontera sur de México. Ella, en compañía del periodista salvadoreño Óscar Martínez, ha visitado las ciudades de Arriaga, Chiapas, Ixtepec y Oaxaca, haciendo el recorrido entre estas cuatro, en un tren acompañandos por inmigrantes centroamericanos.

La exposición pretende describir el viaje del migrante desde la perspectiva de Isabel Muñoz y sus acompañantes. Las relaciones humanas y las historias personales de los retratados en interaccion con los que observan y no pertenecen a ese territorio “de paso”.

El primer nivel de lectura de esta exposición es generado por la selección fotográfica, que considera la descripción contextual del territorio, la situación desarrollada a partir del tren, poniendo cara a historias específicas. El segundo nivel de lectura lo proporciona un video hecho por Andrés Villalobos y Eduardo Olivares; el incluir en la muestra imagen en movimiento nos ayuda a establecer cómo se puede contar el viaje que supone tomar el tren en la frontera Sur. El tercer nivel busca por medio de un punto de documentacion, dar las herramientas al visitante para una comprensión mas amplia de este fenómeno.

El sublime abuso de lo sublime

atRifF

La vieja idea de lo sublime en el arte se ha convertido en una ruina circular. Explicamos por qué: lo "sublime" resurge en pleno post-modernismo como un signo llamado a representar lo irrepresentable. Empero, en ese filo ético-estético cabe la posibilidad que se cuele todo lo mediáticamente representable. Es decir, cuando todo es representable nada es (i)rrepresentable.

Siga el análisis de una breve discusión internáutica en Miami Bourbaki.

martes, 8 de mayo de 2012

El nuevo comunismo


Alan Johnson publica un artículo en World Affairs titulado "El nuevo comunismo y la resurrección de la locura utópica".

Analizaremos el artículo mañana en este espacio.

lunes, 7 de mayo de 2012

Rendición a un destino manifiesto: los cubanos no estamos capacitados para la democracia


Iván de la Nuez en El País formula un argumento original a la discusión de lo que en este espacio hemos llamado castrismo/batistianismo:
El caso es que aquí le tenemos, amplificado como sujeto multidimensional. El Batista bueno y el Batista malo, el constitucionalista de 1940 y el traidor a esa constitución en 1952. El sargento sublevado y el general implacable. El que, para unos, está en el origen de la episódica democracia cubana y, para otros, en el nacimiento del eterno régimen posterior. El factotum de medio siglo XX cubano, pasado por el escáner de la tiranía comparada, obsesionada por dilucidar –“dime, espejo mágico”—, como una letanía, si ha sido mejor o peor que un Fidel Castro sembrado en la otra parte del tiempo insular.
De la Nuez pregunta: ¿Qué significa esta rehabilitación de Batista en pleno siglo XXI y qué puede aportar su retorno al imaginario de las actuales generaciones de cubanos?

Da en la diana: 
 En ese sentido, Batista rebrota como el paradigma perfecto, y siniestro, de este tiempo en que la democracia no es necesaria para la implantación y éxito del capitalismo. En su coctelera, la represión mezcla perfectamente con la especulación, la mano dura con el enriquecimiento y la corrupción con el “todo vale”, excepto que la gente se anime a preocuparse por la política y a cuestionarse su condición ciudadana. (Desde Franco hasta el pujante modelo chino, pasando por el experimento neoliberal en el cono sur, esta combinación ha ido afianzando su larga marcha).
Se abre la posibilidad de una "segunda república" con capitalismo pero sin democracia. Que deseemos eso para el futuro implica esta conclusión delanueziana que francamente nos retrata:
 Llegados a ese punto, valdría la pena sugerir que los intelectuales cubanos del futuro se decantaran por la única rama de la cultura que, si no redimirnos, al menos podría explicarnos dentro de cien años: la psiquiatría.
 El artículo también aparece en Diario de Cuba.

domingo, 6 de mayo de 2012

Omni Zona Franca hoy en Miami


Flo Fox, el lente sin pupila

La descubrimos Ada y yo gracias al documental  sobre Joan Rivers, A piece of work. Flo Fox es una fotógrafa virtualmente ciega que durante los 70′s y 80′s ganó reconocimiento en New York por sus imágenes de registro beyond the senses. A Flo la vida la ha tocado con un juego de vendas y desvendajes en su relación con el entorno.  Su mirada, en la medida que se debilitó se volvió herramienta  táctil. No obstante, en la broma que se gastó con el mundo sacándole instantáneas mientras gozó del sentido de la vista, dejó fe de la ceguera que sufrimos los que vemos.  Ver, mirar, percibir son operaciones distinguibles en el reportaje gráfico de la fotógrafa visceralmente newyorkina. Flo ha tenido que resolver esas tensiones en la trayectoria de su córnea. Bresson afirmaba que la fotografía consistía en “poner el ojo, la cabeza y el corazón en un mismo punto de mira”. En el caso de Flo, con el paso del tiempo habrá que ir soslayando el primer órgano más no el resultado estético. En estos días de perigeo lunar qué mejor elección que los testimonios de una fotógrafa invidente.  (JotaeRre)

Bobby Hamilton Quintet Unlimited: Priscilla

jueves, 3 de mayo de 2012

Patria o muertos, galería de mártires y otras letanías


Jesús Rosado


La muerte de Martí en 1895 instauró el martirologio como doctrina patria en el caso cubano. No fue el primer mártir. Hubo antes una historia de negros que fueron carne de martirio. Empero, él fue el autor intelectual de la muerte como apoteosis del referente identitario. Marca de forma tan contundente la entrega de la vida como testimonio de la posibilidad de nación que puede confundir al patrioterismo cubano ortodoxo en la creencia de que el término mártir obvia su raíz griega y consiste en la derivación del apellido idolatrado. O sea, que mártir proviene de Martí.

Sería el asesinato de Armando André el que sentara precedente como crimen político en la morgue cubana. Machado, un ferviente admirador de Martí,  lo convirtió en la primera víctima dictatorial e inicia con esta ofrenda humana la metodología del terror que también utilizarían Batista y Castro como fundamento del poder. Esta primera idea asociativa se puede confirmar como la letanía originaria.


Antonio Guiteras, que no se llame engaño a nadie, fue el primer abatido por Batista (este juego cacofónico de abatido por Batista apoya la tesis de la letanía) antes de que el mulato se erigiese tirano. Batista, como es sabido, supo en su momento hacerle la vida difícil a Machado. Para ello se acorazó en las ideas martianas. Y ya rondamos otra letanía. De modo que, Guiteras se hizo mártir mucho antes que cualquier torturado o asaltante a cuartel. Fue un mártir inesperado, aunque no sorpresivo. Los tiros en la república no tenían nada de casuísticos. Pero su martirologio fue uno de los más involuntarios que se haya conocido. De ahí que su muerte tenga el verdadero sello del asesinato y de la brutalidad pandillera. Su error: ser revolucionario de derecha y, de contra, seguidor del ideario de Martí. Un oxímoron imperdonable.

Armando Mestre, tocayo de André, pero a diferencia de aquel, éste era de piel negra, fue asaltante al cuartel Moncada y desembarcó en Alegría de Pío para combatir a Batista, quien a su vez, como ya mencionamos,  se había opuesto a Machado (perdonen, pero me quiero mantener consistente en esto de las letanías). Mestre estaba a las órdenes de Fidel Castro, un joven revolucionario que conspiraba contra Batista, que a su vez había conspirado contra Machado. Bueno, en fin, ya saben... Mestre fue asesinado el 8 de diciembre de 1956. Su muerte reforzó el asesinato racial a manos del poder en la Cuba moderna. Ya fuese revolucionario o contrarrevolucionario, para la clase dominante en Cuba (tan higiénica antropológicamente) matar al negro consistía en un pulcro acto de eugenesia. Por cierto, tanto Armando Mestre como Batista y Castro – y, bueno, al igual que Guiteras- eran devotos de las ideas de Martí.

En 1957, José Antonio Echeverría es acribillado a balazos al pie de la Universidad por los sicarios de Batista, el ya mencionado conspirador contra Machado, cuya muleta arribista eran los ideales martianos. Echeverría creía en el sueño de soberanía concebido por Martí e impulsado por ello se lanzó a la lucha contra el batistato. Fue el conocido protagonista del asalto a Radio Reloj y organizador del ataque simultáneo al Palacio Presidencial. Pero Batista, que ya hemos dicho, se había opuesto a Machado también inspirado por los principios martianos, lo liquidó a golpe de ametralladora.




Urselia Díaz Báez, estalla junto con la bomba que portaba el 3 de septiembre de 1957, en acción orientada a sembrar el terror. Era fiel seguidora de Fidel Castro, líder revolucionario que inspirado en las ideas martianas combatía a Batista ya convertido en dictador que a su vez también iluminado por los sueños del Apóstol en algún momento se había opuesto a la tiranía de Machado. Urselia no dudó en dar su vida por la Patria. Estos son apenas ejemplos de cómo se amontonan sangre, muertos e ideales en la chequera histórica de una nación.

Ricardo Olmedo, luchador contra Machado, el gobernante convertido de la doctrina martiana al fascismo. Participante en la lucha contra Batista, otro tirano de vocación martiana que se había opuesto a Machado como ya hemos dicho. Fue asaltante a Palacio el 13 de marzo de 1957. Fusilado justamente siete años después,  el 13 de marzo de 1963 por Fidel Castro,  líder del movimiento revolucionario que se había inspirado en las aspiraciones de Martí para combatir a Batista, el mismo que había conspirado contra Machado, también apoltronado en el ideario martiano. Perdonen que parezca un trabalenguas y que en las contradicciones intestinas de la historia, Olmedo pueda parecer un martiano y un contramartiano a la vez. Esas son celadas que nos tienden las letanías. 

Pedro Luis Boitel, poeta y líder estudiantil que se opuso a Batista y a Castro, ambos dictadores que se inspiraron en el ideario de José Martí para lograr sus ambiciones de poder,  fue encarcelado por la dictadura castrista y murió en 1972, tras 53 días de huelga de hambre. Boitel también era un ferviente martiano. Yo sé que a estas alturas todo se va volviendo confuso. Martí, martirologio, Machado, crimen, Batista, Patria, poder, Fidel, dictadura. Pero no todas las historias pueden ser llanas como las sabanas de Camagüey.  Seamos comprensivos y dialécticos. Parece que se puede ser revolucionario, mártir , martiano y tirano en la misma idea consecuente. Claro que la lógica indica que no se puede ser mártir y a la vez tirano.



Orlando Zapata Tamayo, murió el 23 de febrero de 2010, luego de 83 días de huelga de hambre protestando por las condiciones de encarcelamiento a las que fue sometido por el régimen de Fidel Castro, el apasionado discípulo de los apostolados de José Martí, sobre cuyos enunciados lideró la lucha contra la tiranía de Batista, un militar arribista que a su vez había luchado contra Machado, aquel oportunista que también había intentado prolongarse en el poder esgrimiendo lo mejor del pensamiento martiano. Como pueden apreciar, Zapata parece un repique de Mestre o un eco de Boitel. Difícil discernir quien lo mató. ¿Castro? Pero si Castro se opuso a Batista. Y Batista se opuso a Machado. Y Machado creía en el Apóstol. ¡Que enredo! No se sabe quien es el bueno o el malo en el poder. Todos fueron revolucionarios. Todos fueron martianos. Todos fueron patriotas. Algunos llegaron a dictadores. Los mártires se jodieron jodidos por los dictadores.

Laura Pollán, amante de la libertad al igual que Urselia Díaz Báez, aunque a diferencia de ella escogió la vía pacífica para oponerse a la dictadura de Fidel Castro, gobernante perpetuado en el poder, quien en su momento se inspiró en los sueños de Martí para emprender la insurrección contra la tiranía de Batista, aquel devoto martiano que se había opuesto a las ansias de poder de Gerardo Machado –otro martiano apasionado- que sucumbió de idéntica manera al vicio del autoritarismo. Laura Pollán, al igual que Zapata, aprovechó de Martí las ideas más civilistas. Aquellas que no argumentaban la posibilidad de autocracia. Las más distantes de la violencia y las hemorragias. Ya eso parece algo diferente. Se ve como cierto progreso en esa maldita circunstancia rodeada de revolucionarios, vísceras frescas, mártires y totalitaristas insaciables.
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Nota del autor: Confieso que siempre tuve el deseo íntimo de tener mi propia galería de mártires, un ritual iconográfico  del castrismo arraigado en mi generación. Transcurridos dieciseis años posterritoriales, finalmente se ha realizado mi anhelo. Gracias, Tumiami. 

Zenaida Manfugás E:P:D:


La pianista cubana Zenaida Manfugás ha muerto. Nacida en Guantánamo en 1932, desde pequeña Zenaida demostró un talento musical poco común. Se cuenta que a los siete años ya tocaba el Concierto No. 1 de Beethoven. Lanza su debut en 1949 con el concierto en la menor de Grieg, en el Anfiteatro de la Avenida del Puerto, acompañada por la Banda Municipal dirigida por el maestro Gonzalo Roig

En 1952 Manfugás recibe una beca para estudiar en España, matriculando en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. A su regreso a Cuba en 1958 Manfugás se mantuvo activa como concertista con la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta Nacional de Cámara. Por esa época dio giras muy bien recibidas en Europa y Asia. En 1974 se exilia a los Estados Unidos. Durante toda una década se mantuvo activa como pianista, tocando en distintos escenarios de los Estados Unidos. También fue profesora en la Kean University de New Jersey, donde impartió clases de Historia de la Música. Manfugás tiene varios discos de música cubana, en particular sus estudios de Lecuona.

Aquí en youtube un video interpretando a Lecuona.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Solarium: Poemario de Yosie Crespo

Amílcar Barca

Cuando la memoria hace estragos, el yo se recoge a sí mismo. La poesía entonces evoca el pasado con todos los sentimientos a flor de piel y crea sustantivos como el dolor, la ausencia o la incomprensión saltando de de verso en verso como por su casa.

El hogar de Yosie Crespo en Solarium, recibe los rayos del astro con todas sus consecuencias: nos acaricia la piel en el frío pero también nos quema hacia adentro si es necesario. Su casa... son muchas casas. Su luz... muchas cerraduras

Cierro la noche y me trago su llave. (Hueco)

Por el recorrido de este espacio aparece el eterno tema que en sí funde y une cualquier literatura del mundo. Aquel amor que guarda su silencio interior y nunca es confesado. El amor omitido. El amor al hijo. Los derivados del amar: la culpa, el deseo no correspondido, el vacío, la soledad. O simplemente algo tan universal como una propuesta al amado:

Intenta borrar cada muchacha de viento
hasta que des con mi estrella de mar. ( Avisos y Señales)

Depués del placer de desear y ser deseado..la desaparición. Este eufemismo que deliberadamente propongo en esta frase, es para destacar que los que no están, están. Aparecen Pizarnik, Virginia o Sexton. Y también la premonición de aquél que, sin saber que se va a ir ...se va. Yosie pone hincapié en no idealizar al poeta que lo hace por sí mismo, sean los grandes o los que, desde hace poco, han convivido con nosotros en esta ciudad. En fin, el poeta como visionador del futuro de “los visionados”.

El poema de un poeta suicida
es como cualquier otro. (Manual del Poema Suicida)

En cambio siguiendo en su linea sobre el tema no niega el esfuerzo que a veces implica el hacer un poema. Un brío que queda reflejado en una imagen ya conocida pero que, en La hora Final, adquiere su destreza por su ubicación y su ambigüedad

El poeta hace un poema con su sangre. (La Hora Final)

La muerte sigue en otros temas como en Carlos Sang y el Tiovivo donde revive un suceso en su infancia o al final de Hombre Pez viendo como su asesino al mar:

Puño atento
Que nunca más lejos, acaba con mi vida

Acaba su poemario con una paradoja donde el sol es uno de los protagonistas en una despedida. En su arranque, espera otra vez ser devorada por el mar y las aves que la pueblan. Acusa al amor de ser su razón y su despecho y en una estrofa donde “el príncipe” aparece desde su posición de jinete le dice a su amante:

Vendrás en un caballo hermoso
y me abrazarás cientos de noches seguidas
parecerás el sol que se mete cada momento en mi pecho
y me harás falta.

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Yosie Crespo es una poeta cubana de Pinar del Río y acaba de ganar el certamen de “Nuevos Valores de la Poesía Hispana 2011” . Presentó su poemario el viernes 27 de abril en el CCE con rotundo éxito . Su libro ha sido publicado en Ediciones Baquiana bajo el auspicio del Centro Cultural Español

martes, 1 de mayo de 2012

La mañana atroz de Chuchi Shingá


Ernesto González

El obrero Muhami abre los ojos y mira a su esposa dormida a su lado. Bosteza contemplando las curvas de Chuchi, bien conservada a pesar de los desamparados tiempos que corren. Suspira y cierra los ojos. No tiene deseos de levantarse ni de ir a trabajar. Para ser veraces, ir al trabajo no implicaba necesariamente trabajar, y quizás eso era lo que molestaba al obrero.

Las empresas se limitaban a pagar el salario mínimo establecido por ellas y frenaban las incorporaciones laborales. Uno de los frecuentes lemas inspiradores era «producir más con nada más». Para interpretar este chascarrillo habría que haber vivido en la época de los acontecimientos narrados, o de lo contrario ir a visitar la Cátedra de Rarezas Lingüísticas de la Universidad de Yalle. Muhami, obrero en definitiva, no se preocupaba por cuestiones semánticas ni atinaba a deconstruir paradojas: hacía lo que le pedían y punto. A veces, trabajar rebasaba lo que había esperado. En ocasiones era menos, o nada. Muhami tampoco desea meditar acerca de la idea inspiradora trimestral. Está demasiado aperrillado hasta para meter un brazo bajo la cama, sacar la alfombrilla, extenderla en el piso y ponerse a orar en dirección a la Keka. Nadie sabe en realidad dónde estaba la disputada Keka ni adónde había ido a parar durante la Gran Catástrofe, si se pulverizó o se hundió en los mares, esos nuevos profetas se han puesto de acuerdo para engañarnos, ¿qué puede tener de sagrado una piedra por enorme que sea?, ¿por qué no orarle al sol o al aire que son útiles?

El obrero abandona sus especulaciones esotéricas y se levanta con sigilo para no despertar a Chuchi Shingá. Se tira en el piso, jala la alfombrilla de los rezos, la observa un segundo y la tira por el balcón. Vuelve a acostarse junto a Chuchi. Piensa en el desayuno que dentro de unos minutos ella va a preparar para sus tres hijos que duermen en la habitación paredaña. Solo uno de ellos, el menor de dos años, tiene derecho a leche Terral. El resto de la familia puede optar por desayunar pan de esa marca o guardarlo como acompañante de la famélica cena. Hay agua hervida, con sabor a la leña usada para hervirla, lista para tomar.

Muhami se acerca a la ventana y empieza a orar mirando en dirección al vacío. Chuchi se despierta y le da los buenos días. Le pregunta qué está haciendo parado, y Muhami le explica por qué tiró la alfombrilla gastada por el balcón: Esta ha sido una mañana trascendente en mi vida, he tenido una revelación, lo de la Keka es una gran estafa.

Te lo había advertido, jamás me crees, susurra Chuchi Shingá y se incorpora a besarlo. Está cansada también de tirarse en el piso a orar en dirección a una Keka inexistente y de historia intrincada, confusa. Va a la cocina a preparar el desayuno familiar.

Al cabo de un rato despide a sus tres hijos y a su marido recostada al marco de la puerta. Cuando los pierde de vista su expresión se entumece. Siente cómo la sonrisa se le va resintiendo, congelada. Va a la cocina a encender el gas. Usa el último fósforo de la cajita Insular. Las boquitas rojas y rientes de la etiqueta de la caja se han transformado en un rictus espantoso. Se siente agarrotada, igual a lo que ve, a lo visto desde que nació. Estremece su cabeza como sacándose una maldición, y atiende al fósforo encendido que está aproximando al quemador de la cocina. Abre la llave y el combustible se enciende. Chuchi esboza un gritito de alegría, patea el suelo y da gracias a Yisus por esa pequeña pero a la larga efectiva muestra de amor divino.

Qué alfombra ni qué Keka, hay gas disponible, Yisus se ha acordado de esta ínsula, ¡yeyaluya!

Gracias a Él ablandará las cinco diminutas yucas, una por miembro familiar, robadas por su marido de una de las vitrinas de la Sala Errores del Ayer del Museo Estatal donde ejerce el oficio de vigilante armado los fines de semana. Del sábado a las doce del mediodía al domingo a las cuatro de la tarde, Muhami cambia su uniforme de macarronero por el de guardia, con la responsabilidad de evitar que sus coterráneos se lleven esos productos de la agricultura histórica, período muy estudiado y combatido por los investigadores Tintánk. Envuelta en sus pensamientos, Chuchi coloca sobre el quemador encendido de la cocina la caldera con las hermosas yucas del ayer. Se vira buscando la tapa y oye el satánico aaazzzzjj, aterrador y detestable.

¡No, no no!, exclama volviéndose hacia sus yucas.

Sí, la llama se ha extinguido. Chuchi mira las cuatro hornillas de su cocina, sus ojos desmesurados saltan de una a otra, vuelve a revisar la primera, respira profundamente con la esperanza puesta en el retorno del combustible gaseoso. Abre y cierra cada una de las chirriantes llaves de la antigua cocina, estremecidas al son del ciego apasionamiento de Chuchi. Suelta la cuarta llave, deja caer los brazos con abatimiento y contempla las yucas hundidas en el agua de la cazuela quemada por los usos y reusos a los cuales ha sido sometida. Los electrodomésticos son demasiado caros.
De todas formas si hubiera gas no tendría fósforos, musita como si esperara una respuesta de las yucas.

Chuchi se dice que no va a deprimirse y sale al patio, en cuyo lavadero ha puesto a remojar la ropa de la familia. Desde el agua cientos de boquitas rojas de la marca Insular le sonríen intentando alegrarle la mañana. Abre el grifo, circula el líquido. Lo cierra incrédula repitiéndose: ¿Ves?, paciencia, puedes lavar. Agarra la astilla de jabón y la restriega contra un pantalón. Se le han desarrollado los puños de tanto ahorrar jabón y sustituirlo por la fuerza de sus manos. Estriega fuerte, sus puños se vuelven colorados, del tono chillón de las boquitas insulares, y se hinchan. Abre el grifo para enjuagar la ropa. El chorro de agua es fino, su diámetro va reduciéndose hasta desaparecer en gotas exiguas y elocuentes. A la ama de casa le regresa el rictus al rostro, y se dice que si lleva una semana lavando así, por pieza, bien puede continuar haciéndolo siete días. El agua está tan rara (ella también), no pudre la ropa remojada. De pronto se llena de fuerzas, borra de su cara el odiado rictus y entona un bolero muy romanticón, su preferido.

Los boleros eran los grandes sobrevivientes de la gran catástrofe, aliviadores de las catástrofes cotidianas. Se habían recuperado boleros muy antiguos y sentidos, y Chuchi Shingá, fortaleciendo la tradición de las esposas, se los había aprendido de memoria. Entonó uno de ellos, a viva voz, mientras trataban de sacarle a fuerza de pinchazos el nombre del compañero de trabajo de la macarronería Terral que le había regalado el paquete de coditos en forma de islas.

En el juicio, la jueza Teloquita Tó le advirtió de «parar la gracia» so peligro de ser enviada obligatoriamente a recibir un curso de rehabilitación de «conductas desafines» y sobre ética y modo de vida insular, además de la condena por «sustracción amenazante a la estabilidad».

Y cuidado no salgas con un expediente por antipatriotismo, le gritó, cero boleros en esta corte, habrase visto.

Chuchi termina su bolero y se calla. La pequeña ayuda económica gubernamental-suscefol, por cesantía, no se extiende a los antipatriotas. El bolero la había hecho sentir tan dichosa y libre en la mismísima corte, que se había olvidado de los tejemanejes y la intrincada vida de Miabana.

Chuchi va al cuarto de los niños y se sienta en la máquina de coser colocada junto al balcón por donde su marido había arrojado la alfombrilla de rezos dirigidos a la misteriosa Keka. Su abuela le había advertido que el matusalénico ingenio era uno de los escasos artículos conservados en la cueva donde corrió a esconderse la familia Shingá el amanecer de la gran catástrofe, bajo el código de las sirenas traducido como «usted es responsable de su seguridad y de su familia a partir de este instante». Un empecinado recolector de antiguallas le había propuesto comprársela a un excelente precio que sin embargo a Chuchi y a su marido no convencían, ni siquiera con la profundización de la crisis. El Dr. Omama Lá los había amenazado sutilmente con denunciar la tenencia de un artefacto histórico que pudiera ser objeto de investigaciones y esclarecedores descubrimientos en los laboratorios de la Academia Tintánk, en bien de la nación.

La superficie de la máquina y el piso están llenos de boquitas rojas y sonrientes. Es la ropa reusada de su prole, necesitada de remiendos. Ensarta la aguja, coloca debajo un pantalón de su hijo mayor y aprieta el pedal mecánico, pero el hilo se parte de inmediato. Quita el carretel. Coloca uno de color idéntico y se rompe enseguida. Le ocurre igual con los cinco carreteles siguientes de colores dispares, el hilo no resiste la fuerza de los pies de la costurera. Chuchi se repite: Calma, calma, no pasa nada. En su cerebro se visualiza una fórmula: ayer=hoy, mañana=hoy, mañana y ayer=siempre. No, no, calma, repite sacudiendo su cabeza y a la voz-imagen mental comparativa y persistente.

Se levanta de la máquina de coser y se encamina a la sala. Agarra la escoba y barre. Como está gastado, el escobajo no limpia, al contrario, desprende fragmentos y ensucia el piso. La voz sigue reclamando espacio en la mente de Chuchi, no ceja en su verborrea algebraica: ayer=hoy, mañana=hoy, mañana y ayer=siempre.

Llega la hora de la telenovela, la de la electricidad no. La señora Shingá prueba infructuosamente los interruptores eléctricos, y convencida de que se va a perder la obra, se sienta en la mesa de la cocina, junto al fogón y las yucas duras. Decide, al fin, deprimirse.