miércoles, 29 de agosto de 2018

¡ÚLTIMA HORA! Entrevista a Don Fernando Ortiz en La Habana (primera parte)


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La entrevista a continuación ocurre en el éter virtual de la cuarta dimensión, una tajada de tiempo y espacio real. Nos reservamos el modo de transporte por razones obvias. Nuestro corresponsal de tumiamiblog ha viajado en el tiempo con destino a 1946, siglo XX, a la casa de Don Fernando Ortiz en La Habana.

La entrevista cumple con solo una regla temporal e inamovible: el corresponsal no puede mezclar conceptos del siglo XXI con los del presente de Ortiz. El corresponsal ha de compartir el Weltanschauung del entrevistado. Por último, todo lo dicho por Ortiz aquí está tomado de "El engaño de las razas" (1946), excepto cuando la extemporaneidad de la conversación ofrece un color necesario a la entrevista.
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Tumiamiblog: Dr. Ortiz, muchísimas gracias por concedernos esta oportunidad de conversar con Ud. 

Fernando Ortiz: No hay de qué, el placer es mío.

TMB: Deseamos hacerle algunas preguntas a propósito de la publicación de su último libro El engaño de las razas.

FOr: Con mucho gusto. Pasemos por favor a la biblioteca. Allí estaremos más cómodos.

TMB: Dr. Ortiz, en el prólogo Ud. señala: "Hasta hace pocos lustros no han sido estudiadas las llamadas razas con rigor científico". (p. 30) ¿Qué puede decir al respecto?

FOr: En efecto, este libro de que habla se propone contribuir a esclarecer las ideas y las conciencias acerca de las razas, exponiendo las conclusiones de la ciencia más contemporánea. (Ídem)

TMB: ¿Dónde quedan libros anteriores suyos sobre la raza como Los negros brujos y Los negros esclavos? ¿No fue aquel un trabajo científico?

FOr: Lo era ... pero eran disculpables y hasta cierto punto algunos muy comunes errores de prejuicio. Pero ya  hoy no pueden sostenerse los viejos tratos depresivos, so pretexto de insultantes distinciones raciales. (Ídem). Vea, la voz raza es discriminatoria por sí. No puede hablarse de razas sino para clasificarlas por sus valores. Ya hemos dicho que la raza es esencialmente un criterio de clasificación. (p. 57).

TMB: ¿Y qué hay de problemático en ello? Su disputa presente al argumento racial puede verse como otra forma de clasificación ¿no es así? 

FOr: Esto no es un juego retórico, amigo. Si ha leído el capítulo 2 de mi libro habrá visto mi análisis biológico.

TMB: Lo conozco. El capítulo 2 analiza la raza desde lo somático.

FOr: Entonces se da cuenta Ud. que el concepto de raza carece de definición exacta, el término refiere a la subespecie, un mero concepto de clasificación y agrupamiento (p. 61). Así decimos raza humana, especie humana, y género humano, cada uno en un sentido demasiado amplio. (Ídem)

TMB: Dr. Ortiz, si me permite, le recuerdo que el concepto de subespecie tiene sentido, taxonómicamente hablando. El término "subespecie" indicaría variaciones morfológicas dentro de la misma especie humana. La taxonomía no debe, mejor dicho, no puede ser exacta puesto que es inductiva. El método es de "ensayo y error". Por ejemplo, entre los elefantes africanos hay dos subespecies: el de la selva (loxodonta africana cyclotis) y el de la savana (loxodonta africana africana). Se sabe que la taxonomía no es una disciplina nomológica, sino aproximativa.   

FOr: Todo eso está bien... pero verá Ud., nosotros los antropólogos no nos hemos puesto de acuerdo en cuanto a los caracteres corporales. Hay infinidad de caracteres de diversas índoles más o menos ostensibles, de ahí que sean numerosísimas las clafisicaciones opuestas. Se ha escrito un libro en tres volúmenes para estudiar una clasificación de las clasificaciones de los tipos humanos. (p. 63).

TMB: ¿No cree que debiera establecer una distinción entre clasificación e imprecisión? En honor a su punto, estamos hablando de imprecisión, ¿no? su crítica no debe ser contra la clasificación per se, sino contra lo impreciso de la misma.

FOr: Ejem, verá... no estoy diciendo que los caracteres de los individuos humanos dejen de ser comparables... pero habrá que convenir que la división por razas será cuando más un mero problema taxonómico de zoología y que ella será siempre de índole arbitraria. (p. 64)

TMB: ¿Y en qué consiste lo arbitrario de la clasificación?

FOr: Un solo carácter anatómico es fácil, pero debiéndose tener en cuenta los inevitables tipos intermedios, que se confunden y demuestran indefectiblemente la relatividad de una tal clasificación, entonces una división carece de sentido más allá de una simple nomenclatura convencional, impuesta por una caprichosa y más o menos útil metodología. (p. 63).

TMB: ¿Conoce Ud. al filósofo alemán Karl Popper?

FOr: No creo,

TMB: En el año 1934 Popper publicó La lógica de la investigación científica, libro que ha tenido mucho impacto en la filosofía de la ciencia en los últimos años. Popper ha lanzado la idea de "falsabilidad" que ha tenido muy buena rercepción. La ciencia no debe -ni puede- confirmar definitivamente una hipótesis. Si aplicamos la falsabilidad al fenómeno de la raza, tenemos que ni la propuesta de que existen razas, ni su negación, parecieran ser completamente demostrables. No habría un argumento definitivo ni a favor ni en contra. Algo así como decir en lógica: "ausencia de prueba no implica prueba de ausencia".

FOr: Pero bueno, ¿qué punto defiende Ud. al fin y al cabo? No me ha dicho. Andamos discutiendo y no sé que discute Ud.

TMB: Ejem, creo que estoy presentándole un contraargumento a su tesis en El engaño de las razas.

FOr: ¿Y cuál es?

TMB: Que no hay tal engaño.

FOr: Vaya asunto. ¿Le importa que interrumpamos la discusión para fumarme un puro?

TMB: Por supuesto que no. Y le acompaño. Fumar con Ud. es un honor.
....

FOr: Prosigamos. ¿Leyó el capítulo 3?

TMB: El análisis de las variedades de los caracteres somáticos... muy detallado.

FOr: En efecto. Comienzo por decir que es absurdo aplicar a seres humanos el principio de identidad. En la naturaleza todo es variedad. Nunca hay dos cosas idénticas en la realidad. Todos los individuos son varios. Cada individuo es único porque sus caracteres no son iguales a los de ningún otro sujeto.  No hay identidad de una A contra A en el decursar del tiempo. Estos infinitos "casis" constituyen la casuística natural. Casi es un caso. Es decir la individualidad. (p. 116)

TMB: "Casi es un caso"... ¡bravo! Dr. Ortiz, no sabe cómo he disfrutado ese veredicto. Disfruto mucho sus momentos literarios.  

FOr: Gracias ... entonces parece que lo voy convenciendo.

TMB: Prosiga por favor.

FOr: Trato de analizar la variedad dentro de lo somático. Cuando los antropólogos clasificamos los seres humanos así para reunirlos o separarlos entre sí, lo hacemos considerando un conjunto convencional de caracteres. He citado al notable químico Joseph Needham, diciendo que el universo "no es sino una seriación de complejidades, desde el nivel subatómico hasta el órgano, el organismo y las entidades sociales". Traigo a Theodosius Dobzhansky, quien ha dicho que "los individuos de una misma raza pueden diferir entre sí por más caracteres genéticos que los de razas distintas". (p. 125) Presento a Jean Baptiste Lamarck, quien declara que la naturaleza solo hace individuos que luego se agrupan en razas. (p. 119)

TMB: Muy acertado citar a Dobzhansky desde la biología evolucionaria.

FOr: Gracias,

TMB: Recientemente Ashley Montagu ha debatido mucho este punto que Ud. trae con Dobzhansky. Para Montagu el concepto de raza sigue siendo útil.

FOr: (Sonriendo) Entonces ¿Ud. es Montagu y yo soy Dobzhansky?

TMB: (Sonriendo) Creo que preferiría ser yo mismo. Pero le entiendo, Ud. y Dobzhansky comparten la misma posición que pudiéramos llamar eliminismo, o lo que es lo mismo: NO HAY RAZAS.

FOr: Coincido, soy eliminista profeso. ¿Y usted?

TMB: Si me permite, quisiera volver a la idea de "clasificación" tan importante en su argumento.
Ud. cita Biochemistry and Parthenogenesis (p. 412) de Needham en su bibliografía, pero no sé si ha revisado que Needham usa el término "raza" 15 veces en su libro y en ningún momento la pone en tela de juicio, por el contrario, la utiliza como categoría científica. Por otra parte, Lamarck, quien no tiene acceso aún a la genética de Mendel, busca garantizar la posibilidad de herencia de caracteres adquiridos. Proyecto harto clasificatorio. De ahí el famoso ejemplo de cómo la jirafa desarrolla un cuello largo en su Filosofía zoológica, cuya conclusión estipula "ir de lo general a lo particular". En la construcción de su argumento, Ud. enfatiza lo particular y desecha lo general. Admito que existen individuos, pero comprenda que no hay individuos como tal in vacuo. Si tenemos un individuo, ya tenemos una especie.

FOr: ¡No, amigo, no desecho lo general! Mi punto es que la raza no es lo suficientemente general, o lo que es lo mismo, que se pierde en lo general.

TMB: Pero ahí está el problema. Lo general no tiene que ser "absolutamente" general, pues entonces dejaría de ser general. ¿No dijo Ud. anteriormente que no hay identidad en el decursar del tiempo?

FOr: En efecto,

TMB: Me permito tomarle como ejemplo: Para Ud. decir que no es el mismo Ortiz, debe aceptar que es el mismo Ortiz.

FOr: ¡Santo Dios!

TMB: La identidad no puede ser solo una; le hablo en serio.

FOr: (Se baja los lentes a la punta de la nariz) Prosiga, le escucho.

TMB: Es cierto, hay una parte de la identidad del individuo Ortiz que cambia con el tiempo; el de ahora no es igual que el de, pongamos, hace 20 años. Pero para identificar dicho cambio, debe haber otro aspecto de la identidad que sea independiente del tiempo. Si todo está cambiando todo el tiempo no se puede jamás ser uno mismo. A la identidad que cambie le llamaremos "cualidad", y la que no cambie llamaremos "número".     

FOr: Simplifique este galimatías por favor ... ya me suda la frente.

TMB: Ud. y yo somos distintos sin duda en cuanto a número, no así en cuanto a cualidad. El Ortiz cualitativo es muy similar a mi en muchos respectos: respira, come, bebe, ríe, tiene amigos, gusta de la buena lectura, de la buena comida, del contrapunto del buen tabaco y con el buen ron.

FOr: Jajaja, ¿ha leído mi Contrapunteo?

TMB: Gran libro... mi favorito hasta ahora.

FOr: Bueno, ahora deseo terminar mi punto sin que me interrumpa. 

TMB: Disculpe,

FOr: Está claro que como agrupación específica la raza nunca será totalmente homogénea. (p. 122) ¿Está de acuerdo conmigo?

TMB: Sí.

FOr:  El concepto de raza se escapa a medida que se quiere extender en su definición desde el individuo prototípico a todos los demás de su gente. (p. 123) ¿Está de acuerdo?

TMB: Sí.

FOr: Por favor... entonces ¿qué estamos discutiendo amigo?

TMB: Su insistencia en el individuo como definición y -a la vez- como refutación de lo general. Con todo respeto, ¿no ve la tensión lógica y taxonómica? Hablemos de complejidad, que es un tema constante en su libro. ¿Acepta Ud. la complejidad?

FOr: Por supuesto. 

TMB: Bien. La complejidad existe como jerarquía, pero también (y esto es importante) como diferencia. No puede haber variedad conceptualmente hablando, sin uniformidad. No hay caos sin orden, o generalidad sin particularidad. El individuo no está jamás en posición de contradecir la especie, ya que todo individuo para serlo deberá pertenecer a una especie primero. No se nace en el vacío.

FOr: Ud. no acaba de comprender mi punto y se pierde en detalles metafísicos. Estamos tratando la raza: un asunto concreto, real, y muy trascendente para el mundo en que vivimos. Insisto como antropólogo --y aquí le pido confianza en mi profesión.

TMB: Por supuesto Dr. Ortiz.

FOr: Escúcheme: Los agrupamientos raciales hechos en relación a tal o cual distinción anatómica nunca corresponden totalmente con ninguno de los demás agrupamientos análogos, derivados de cualquier tipificación somática. La inclusión de un individuo en una llamada raza no significa que aquel tenga todos los caracteres definidores de tal raza y por tanto difiera totalmente de cualquier otro individuo de raza distinta. (p. 125)

TMB: Me parece bien.

FOr: ¿Entonces?

TMB: Dr. Ortiz, ¿se da cuenta que ha usado "totalmente" dos veces? La salvedad, es la propia auto-corrección en su discurso, que es lo suficientemente honesto para atenuar una contradicción básica en su argumento. 

FOr: ¿Y cuál es la contradicción?

TMB: Que para establecer la validez o no validez de la hipótesis de la raza no tenemos, ni que hacer corresponder "totalmente" ni hacer diferir "totalmente". Que la raza no sea un concepto antropológicamente exacto, que aún existan imprecisiones taxonómicas, o que extremistas nazis la hayan utilizado como un pretexto para el exterminio, no resulta suficiente para descartar su viabilidad y utilidad teórica. En nombre de la religión han muerto mucha gente y sin embargo aún consideramos la teología como disciplina viable y útil. Dr. Ortiz, he venido de muy lejos y le agradezco mucho su tiempo.

FOr: Está bien, termine su idea de una vez...

TMB: Con todo respeto: Su discurso del engaño de la raza se muerde la cola.
(Ahora Don Ortiz respira profundo y se incorpora un tanto mientras esboza una sonrisa maliciosa, mirando fijamente al corresponsal por encima de los espejuelos).

FOr: ¿Sabe? Necesito un cafecito. Y después un un puro.

TMB: ¡Excelente idea! Le acompaño.

(continuará)

sábado, 18 de agosto de 2018

Aretha Franklin - Think

-  Jesús Rosado 


 ¿Cómo te llamas?
-          Franklin
-          Te llamas Francisco ¿y te americanisaste el nombre?
-          No, me llamo Franklin. Como ves soy negro. Soy pichón de jamaiquino,
-          Ya. ¿Eres hijo único?
-          No, tengo un hermano que se llama Johnny. Y una hermana.
-          Por lo que sé estuviste en la operación de recogida de hippies del parque Fe del Valle en 1968.
-          Sí.
-          Según tengo entendido fuiste de los que te sentaste en la calle Galiano e interrumpiste el tráfico, convirtiendo el día en una jornada de protesta
-          Fuimos tres. El único negro era yo.
-          ¿Quién fue el primero que se sentó?
-          Fui yo, señor
-          Te siguieron los otros dos?
-          No me siguieron, sencillamente lo hicieron. No había líder.
-          ¿Tuvieron miedo?
-          Puedo responder por mí. Lo tuve, pero estaba tan obstinado con la ola represiva, con la persecución, que me importaba tres pitos que me mataran.
-          ¿Cómo empezó todo?
-          Los hippies nos reuníamos en el Parque Fe del Valle. Le habíamos cedido a los homosexuales el espacio del Ten Cents.
-          ¿No era eso un gesto de prejuicio y exclusión hacia los homosexuales?
-          Seguro. Pero era el pensamiento de la época. Y aun así creo que fuimos justos. Ellos tenían su espacio. El gobierno era el que no respetaba eso. Cada vez que podían le echaban a la policía encima.
-          Bueno, ¿entonces que pasó?
-          Nada, nos sentamos justo en el medio de Galiano frente al Ten Cents y se paralizó el tráfico. Se creó una crisis en breve tiempo y acudió la policía en masa. Contabilizamos 27 patrulleros y cinco carros jaulas. Era septiembre de 1968. Estaba reciente lo de mayo en París.
-          ¿Por qué lo hicieron?
-          El movimiento hippie en Cuba era totalmente pacifista. Reclamábamos derechos civiles. Queríamos una juventud tranquila con derecho a libertades. Queríamos escuchar la música que nos prohíbian.  Libertad de pensamiento, libertad de expresión. Queríamos pelo largo y vestirnos como nos diera la gana.Bailar como nos diera la gana. Divertirnos como nos diera la gana.Y el aparato represivo del régimen castrista no transigía con eso. Se montaron entonces quioscos en el parque Fe del Valle para reclutar a jóvenes para la Columna Juvenil del Centenario. Era la estrategia para reprimirnos, desarticularnos. Para hacernos desaparecer. Un abierto desafío al movimiento libre pensador de los hippies. Querían sabotearnos el parque que era nuestro santuario. Y eso fue la causa del choque. Nos retaron y la respuesta fue contundente.
-          ¿Qué ocurrió?
-          Pues recogida. Eso significa violencia, golpes, centenares de detenciones. La policía se la vio difícil porque encontró resistencia. Y las chicas, sobre todo, les hicieron mucho daño con objetos cortantes. El enfrentamiento se extendió a otros puntos donde nos reuníamos en La Habana. El Carmelo, el Capri, Coppelia...
-          ¿Y tú fuiste preso?
-         
-          ¿Te procesaron?
-          Sí. Me condenaron a dos años que cumplí completicos
¿Qué pasó cuando saliste de prisión?
-          Nada. Me fui reincorporando a la vida.
-          ¿Cómo te las agenciaste para ganarte la subsistencia?
-          Bueno, hay una parte que no voy a hacer pública porque es la vía cotidiana en la que un cubano sobrevive. Pero yo domino perfectamente el inglés oral porque se hablaba en mi casa y en algún momento pude conectar con programas de enseñanza del inglés que me permitieron sobrevivir. Luego comencé a trabajar de manera independiente como guía de turistas y los llevaba al lugar de los sucesos del 68. Les contaba los que había ocurrido. Les hablaba de mis experiencias en prisión. Y les mostraba las huellas de los maltratos y el bayonetazo en mi espalda recibido de un carcelero. Pagaban bien por la historia y así con el dinero reunido durante décadas abrí entonces una paladar, y otra, y luego otra que atienden mis hermanos actualmente.
-          ¿Por qué no te vas de Cuba?
-          ¿Irme?¿Por qué? Esta es mi tierra y mi circunstancia. Yo soy negro. Tengo un capital. ¿Ir a probar en Estados Unidos? ¿Más discriminación? No tiene sentido.
-          ¿Te sentarías de nuevo en el asfalto de Galiano?
-          Jajaja. Para nada. Por mucha causa reunida, hoy día los conductores de ómnibus nos pasarían sin escrúpulos por encima. Todo ha cambiado, my friend. La época es otra en todas partes.
-          ¿Qué música sonaba en aquella tarde de 1968 cuando decidieron retar a un régimen?
-          Aretha Franklin. Habían instalado unos altavoces. Y ponían canciones de Silvio y Pablo o a cantantes afroamericanos para atraernos hacia los quioscos de reclutamiento. En el momento en que se creó el conflicto se escuchaba a Aretha. Primero fue Respect. Mientras la oíamos nos preparamos y tomamos la decisión. Ya sentados irrumpió Think. Esa pieza se repite y repetirá irrevocablemente en mi memoria. Fue el trance, el éxtasis. La gloria. El olvido momentáneo del horror.  Después, ya conoces, fueron los golpes, el dolor, la rabia, la memoria imborrable…
Aretha se ha ido ¿Y ahora?
Aretha nunca se irá. Ella es el soul. Ahí están los que la siguen. Los reguetoneros. Los cronistas actuales. Las verdades se suceden en la música.
Hay mucha maneras de seguir entorpeciendo el tráfico.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Los gusanos y la hegemonía castrista

Actos de repudio contra "la escoria" (La Habana, 1980)

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¿Cómo explicar que alguien de la cuadra que te conoce de toda la vida y al que no le has hecho nada de la noche a la mañana se preste para asediarte y repudiarte al amparo de los hechos?  

(fue lo que muchos de nosotros vivimos el mes de abril de 1980)

En tumiamiblog hemos tratado de explorar el difícil asunto del colaboracionismo (hablábamos de los colores diversos del apoyo al régimen, desde indiferentes, simpatizantes y aliados hasta los segurosos).

Se ha hablado mucho del totalitarismo castrista, pero de lo que no se ha hablado es del castrismo como Hegemonía. La razón es que parecería incompatible usar un concepto elaborado por un filósofo de izquierda como Ernesto Laclau para criticar una ideología presuntamente de izquierda como lo es el castrismo. La noción generalmente aceptada es que el castrismo es "de izquierda". Pero lo que ocurre es que por obra y gracia de una inversión simbólica propia de la Hegemonía como tal, el castrismo muy bien podría ser en este momento un fenómeno de derecha.

¿En qué sentido es la hegemonía castrista de derecha?

La oposición entre derecha e izquierda no puede definirse a priori de sus trayectorias relativas. La Revolución cubana se funda en la idea (de la izquierda de los sectores de la sociedad cubana) de devolver a Cuba el curso democrático usurpado por la dictadura (de derecha) de Batista. Después de más de 50 años en el poder, la hegemonía castrista mantiene un inmovilismo conservador fundamentado en un sistema burocrático de represión civil cada vez más parecido a aquel contra el que inicialmente luchó.

¿Y no es ese curso hegemónico del castrismo prueba de una perversión de identidades y valores? 

Ernesto Laclau

La idea de Hegemonía de Ernesto Laclau es lo suficientemente compleja como para permitir lecturas arriesgadas.
Lo que está en crisis hoy es esa concepción total de socialismo que descansa en el eje ontológico central de la clase obrera bajo la direccion de la Revolución (con "R" mayúscula) como indiscutible fundadora del momento de transición de una sociedad a otra, y el prospecto ilusorio de un colectivo unitario y homogéneo que hará arcaico cualquier futuro momento en la política. (HSS, p. 2)
¿Qué es Hegemonía? La unificación de una totalidad diversa bajo una cierta articulación.*

En dicha  articulación, el liderazgo político aparece como "espacio neutral" que representa una gama de demandas específicas. Laclau y Mouffe lo llaman "horizonte político", espacio que posibilita el discurso político como tal. A nivel simbólico, la hegemonía produce (a la vez que acapara) su discurso específico, pero he aquí que dicha articulación se hace invisible.
(...) la hegemonía de un sector social depende de cómo presentan los intereses universales de dicha comunidad (...) queda claro que dicha identificación no es solo la prolongación de un sistema institucional de dominación, sino además que dicha expansión presupone el éxito de la articulación entre lo universal y lo particular (CHU, p. 54)
Como veremos la perenne tensión entre lo universal y lo particular abre una brecha. Laclau de nuevo:
(...) la universalidad no puede ser representada de forma directa... lo que se requiere es la forma de representación de una imposibilidad.
¿Representación de una imposibilidad? De parte del gobierno cubano lo sería la apertura real al cuentapropismo o la liberalización de la Internet, la despenalización arbitraria de la libertad de expresión pacífica. La hegemonía castrista no lo permite. Y si desde lo político la imposibilidad es la no posibilidad de estructurar un reclamo que no sea, o bien subvertido (todo opositor contra Castro es un agente del imperialismo yanqui), puesto en duda (todo oposicionista no es más que un corrupto oportunista), o absorbido por el sistema (el discurso de Raúl que abre el documental Gusanos por ejemplo). ¿No es ese precisamente el contexto actual de la oposición cubana?

Volviendo a la llamada articulación

El éxito de la ideología castrista (con su eje socialismo/ nacionalismo/ antiimperialismo) consiste en totalizar el discurso de una manera casi imperceptible (o con una percepción justificada, a saber "dentro de la revolución todo, contra la revolución nada"). En un momento entre los años 60-80, la Revolución con el Partido Comunista al frente parecía encarnar el discurso hegemónico que predicaba.

Hegemonía es más que ideología, pues abarca no solo procesos ideológicos, sino también las fuerzas materiales que generan dichos procesos. Esto incluye la amplia gama de prácticas sociales, a saber: a) el conjunto institucional del Estado, b) el aparato represivo, d) la educación, bienestar c) los procesos económicos, d) las instituciones nacionales.

Por supuesto, existe un discurso hegemónico que se posiciona -no sólo como el único marco posible para la resolución de cualquier crisis- sino que se presenta como el cumplimiento del "mito". Cuando hemos dicho que el castrismo precede a Castro, no estamos más que parafraseando la tesis mitológico-política de Castro cuando dice que "Martí es autor intelectual del ataque al cuartel Moncada".

Mientras más se consolida el discurso hegemónico más se convierte en el marco donde toda una serie de identificaciones simbólicas se dan por sentado. Con el tiempo, el sujeto político (en nuestro ejemplo, el cubano promedio) se posiciona e identifica a partir de de esa lógica. A ese momento de alta autoridad del discurso hegemónico de Laclau llama "imaginario".
Lo imaginario es un horizonte. No uno más entre otros objetos, sino un límite absoluto que hace posible (o que) estructura un campo de inteligibilidad, y por tanto se establece como la condición de posibilidad de cualquier otro objeto. (RROT, p. 89-92)
En este imaginario trae como consecuencia un fenómeno apropiativo. Por ejemplo, en Estados Unidos tenemos segmentos de la derecha que cacarean los reclamos del movimiento de los derechos civiles para la construcción de sus demandas: el NRA ("libertad para defender la familia"), la industria del tabaco ("libertad de elección"). Dentro del castrismo vemos a Mariela Castro estipulando demandas de libertad para la comunidad LGTB. Gusanos abre con Raúl Castro en su discurso despidiendo a un Mandela abogando a favor de los derechos humanos.

Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba  

¿Cómo funciona la hegemonía totalitaria?

Se manifiesta como intervención política total, mediante la transformación institucional y el avance hegemónico institucional. Aquí Laclau y Mouffe están de acuerdo con el politólogo alemán Carl Schmitt:

1- No es posible ocupar un espacio más allá del poder.
2- Las decisiones políticas necesariamente conllevan la exclusión de otras alternativas.
3- El consenso racional entre agentes a través de la fábrica social es prácticamente imposible.
4- Cada solución hegemónica institucionalizada implica una cierta burocratización que más tarde amenaza el avance democrático conseguido.

A medida que el proyecto hegemónico intenta articular más y más símbolos y demandas, se desatan contradicciones y relaciones antagonísticas. Por ejemplo, la ofensiva revolucionaria de fines de los 60 y la coerción al cuentapropismo trajeron como consecuencia el robo al propio estado que implementaba tales políticas. De nada valían los castigos ejemplarizantes; el robo simplemente continuaba. Por supuesto, el discurso hegemónico es capaz de neutralizar dichos antagonismos. De ahí que el imaginario se represente como un bloque frente al enemigo común ("el imperialismo yanqui", "agentes de la CIA", "gusanos", "la escoria").

Esta es la figura del "gusano" de los años 60 y 70 y más tarde "la escoria" durante la crisis del Mariel.

Acto de repudio contra las Damas de Blanco

El acto de repudio castrista es una modalidad de conflicto que emplea la fuerza del estado mal-presentada como una manifestación popular. El propósito es amedrentar y humillar. Pero se hace difícil presentar la fuerza como una justificación. La fuerza no se vale a sí misma. En El contrato social, capítulo III subtitulado "El derecho del más fuerte" Rousseau presenta una máxima apodíctica: si la fuerza fuese un derecho, el orden político no sería posible, pues la fuerza no puede legitimarse a sí misma.

Los cuadros de la Seguridad del Estado cubano no pueden ignorar la creciente tensión de legitimidad que representa la represión contra la oposición pacífica en Cuba. La afrontan desde una posición hegemónica: No hace mucho, en la página Cuba información se justificaba ustifica el repudio contra las Damas de Blanco (ahora llamadas "Damas de Washington"). El acto era orquestado nada menos que con estudiantes universitarios. 
Más de 500 estudiantes y vecinos donde reside Laura Pollán en Centro Habana, colocaron una inmensa bandera del 26 de Julio y se apostaron frente a su casa, lo que llaman en Cuba el “Cuartel de la OTAN”, para repudiar los pedidos de las Damas de Blanco de que Obama aplique la misma fórmula de Libia para la Isla. Los pacifistas, indignados por tal pedido para la nación, corearon consignas a favor de la revolución cubana y sus líderes Fidel y Raúl Castro e impidieron que las financiadas por la SINA, según los cables de Wikileaks, salieran de la casa para marchar.
Observen la inversión de significantes: "pacifistas" ahora aplica a los que repudian. Las Damas por su parte devienen soldados de la OTAN. ¿Qué hacen estos "pacifistas" repudiantes impidiendo que un grupo específico se manifieste pacíficamente? Repudian los pedidos de una invasión contra Cuba. La difamación y el ad hominem contra las Damas de Blanco que presuntamente desean una intervención militar contra Cuba. El lenguaje hegemónico castrista se basta a sí mismo. El punto es que no se trata solo de que una página Web castrista lo publique, sino que se revierte en parte de la lógica del discurso.

Hegemónicamente hablando: La fuerza del estado queda traducida como la justa indignación del pueblo.

Está claro que no importa cuán arbitraria parezca la justificación de dicha fuerza hegemónica.   

No hay duda que existen grupos dentro de Cuba que han comenzado a articular una posición que pone en tela de duda el imaginario hegemónico castrista. Esta articulación establece una particularidad dentro de la universalidad del reclamo oposicionista. El reclamo de democracia para Cuba es demasiado universal en este caso. Los oposicionistas se han dado cuenta que el significante es hegemónicamente vacío. Hay que reclamar particularidades: El reclamo de medicinas para los seropositivos de la comunidad LGTB, o libretas y lápices para estudiantes, o paneles y actividades culturales en Estado de Sats, entre otros.

"Democracia" para Cuba parecería un significante vacío desde la posición hegemónica. Aquí Laclau habla de la "positivización de lo negativo", que es una cierta producción de significantes vacíos que a su vez se tornan en posibilidades para el cambio político. 
(...) el momento ético parece estar relacionado con la presencia de símbolos vacíos en la comunidad, la cual requiere la constante producción de esos símbolos para que la vida ética sea posible. (CHU, p. 85)
 ¿Qué los determinan? Una decisión, que si bien comienza por lo particular, eventualmente apunta a lo universal. Dicha positivización de lo negativo (la producción de significantes vacíos) da visos de legitimidad a espacios discursivos que le son arrebatados al discurso hegemónico. 

La resistencia puede subvertir el discurso hegemónico con planteamientos particulares:
(...) la resistencia se convierte en política en el sentido de que empieza a apuntar no sólo a un oponerse a una instancia específica de dominación, sino que trata de poner fin a toda esa estructura de subordinación...  (HSS, p. 152)
Tal parece que la oposición cubana comienza a encontrar una articulación. El "gusano" se fue, pero queda una terca e incipiente oposición. Esa oposición ha podido articular una resistencia: precisamente el mensaje que aparece en Gusanos.


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* Si es que merece tenerse en cuenta para revisionistas (y sé que los hay), tal parece que Laclau toma el término "articulación" de Althusser quien con dicho concepto trató de demostrar que una contradicción dentro de una estructura política no está "determinada" solo a un nivel (por ejemplo, el económico) sino que aumenta y disipa por por contradicciones específicas hacia otros niveles dentro de dicha estructura.

miércoles, 1 de agosto de 2018

¿Por qué el castrismo se empeña en presentar a Fernando Ortiz como anti-racista?


aLfreDo tRifF

Comenzamos por lo más alto, la Academia de la Historia de Cuba. A continuación, un párrafo de la conferencia del historiador Jesús Guanche titulado "Fernando Ortiz anti-racista":
Una parte representativa de la voluminosa obra de Fernando Ortiz estuvo dedicada a demostrar el fundamento anticientífico de las «razas» aplicado a los seres humanos y a combatir las diversas formas en que se manifiestan los racismos en el contexto nacional e internacional que le correspondió vivir.
Observen que en párrafo arriba dice "una parte representativa está dedicada... " ¿Y la otra parte no representativa de Los negros brujos y Los negros esclavos? (el historiador daría cualquier cosa por que esa parte no existiera).
 
(en nuestro artículo anterior analizamos el racismo de Ortiz)

En cada foro y en cada publicación que tenga que ver con el conocido antropólogo cubano, el castrismo se ha empeñado en presentarlo como anti-racista. Por ejemplo:

Cubadebate,
EcuRed,
IPS en Cuba

Y si bien parece haber un segundo Ortiz anti-racista, no es menos cierto que el primer Ortiz defiende abiertamente el racismo desde la antropología.

El "anti"-algo casi por necesidad pide una atención especial a su falta (y en la falta pueden haber excesos). El consenso de la escuela de historia cubana castrista con respecto a Ortiz es sorprendente en su falta. Pareciera que esta hueste de ortizianos castristas, o no han leído a Ortiz o no quieren o no pueden aceptar al Ortiz racista. Nos inclinamos a una síntesis entre "no querer y no poder", que es lo que llamamos la CULPA:  
Proponemos que ese olvido y represión, exigidos ambos por el discurso blanco a la nación negra es la raíz de la CULPA negra. Dicha CULPA entonces induce una docilidad a la nación negra desde la República hasta el presente. De ahí pende la profunda neurosis en el seno de la sociedad cubana actual bajo el castrismo. 
Volvamos a Guanche, que desde su bitácora La cosa reproduce el manifiesto de la "Asociación contra las discriminaciones racistas" firmado por Ortiz con fecha 28 de enero, 1940. Hay dos párrafos muy raros del manifiesto. El primero: 
Importa recalcar sobre la precisión objetiva de tales preceptos y penas, que son absolutamente indispensables para remediar la vaguedad infructuosa del artículo 11 de la Constitución de 1901, donde la idealista buena fe de algunos delegados y la calculadora demagogia de otros suprimieron teóricamente todas las diferencias de castas y razas, que en la realidad de nuestra vida republicana siguieron existiendo como en la época colonial.
Esa "supresión teórica" de la Constitución de 1901 con respecto a la raza es precisamente la realización del proyecto martiano en "Mi Raza". Y la lista de los "idealistas" firmantes del documento aparece aquí, todos martianos de pura cepa. Cualquier martiano (incluyendo a Ortiz) deberían estar orgullosos de que la diferencia de raza sea suprimida.

¿E qué quedamos? Sabemos que Ortiz no pierde oportunidad de defender el texto de Martí. Apenas un año después del manifiesto en una conferencia sobre Martí y las razas en el Palacio Municipal de La Habana (1941), Ortiz explícitamente apoya la tesis martiana de borrar las razas. Apuntemos la contradicción.

Pero algo más, en el texto del manifiesto aflora un mea culpa involuntario, un incluirse sin admitirse, un apuntar la falta sin reconocerla. Dice Ortiz:
Tuvo Martí una expresión genial para esas razas inventadas por los antropólogos, midiendo cráneos, narices, pelos y pigmentos y acopiando datos y juicios en las crónicas apologéticas de las conquistas y en los relatos de los exploradores y los misioneros, siempre anhelosos de resaltar lo trascendente de su blanca empresa civilizadora.
¿Quién es ese antropólogo "anheloso de resaltar lo transcendente de su blanca empresa civilizadora" sino el propio Ortiz, el extraterrestre (que no se ve a sí mismo) de Los negros brujos y Los negros esclavos? ¿Olvida Ortiz que hace apenas 20 años defendía el lombrosianismo?

Estamos en presencia de una sub-textualidad sediciosa donde la que habla es la CULPA. En otro párrafo del manifiesto (1940) se menciona una breve historia de la "negrofobia" donde Ortiz proclama:
Frente a esta negrofobia injustificable, el negro ha ido expresando a través del tiempo su enérgica protesta, casi siempre asistida por la adhesión de espíritus progresistas, honrados y previsores, no negros, pero sinceramente interesados en una verdadera y genuina confraternidad cubana.
Leemos "el negro ha expresado su protesta gracias a la voz de espíritus..." —y debemos resaltar la hipérbole ortiziana— "progresistas, honrados, previsores, sinceramente interesados" ... ¿no negros?

¡Que ceguera! Ahora el antropólogo, investigador, político, estudioso de la cultura cubana, pasa por alto el discurso de protesta negro desde principios de la República hasta 1940. No es posible que Ortiz no conozca ningún escrito de Rafael Serra, Juan Gualberto Gómez y Gustavo Urrutia. No es posible que ignore que la Guerra de 1912 se origina desde una protesta contra la negrofobia. Más aún, dar por sentado que solo el blanco es capaz de protestar contra la negrofobia es hacer del negro un descapacitado intelectual (y llegan dos palabras en Los negros brujos sobre la intelectualidad del negro: "... tan primitiva").

Está claro que ese nuevo discurso de Ortiz a partir de 1940 es presa del paternalismo. Y preguntamos, ¿no será ese naciente discurso ortiziano acaso presa de una forma más sutil —e inversa— de racismo?

(continuará)