lunes, 30 de enero de 2023

Martí no debió morir en Dos Ríos

La muerte de Martí en Dos Ríos, Esteban Valderrama, 1918

alFredoTriFf


Poder ser

no es tener que ser

"Martí murió en Dos Ríos"

pero,

también es cierto que

"Martí no debió morir en Dos Ríos"


Lo problemático desdice lo asertórico

Se abre 

                                                                    un reino de muy distinta amplitud 

"Martí no tenía que morir en Dos Ríos"

                                           no

mientras desembarca aquella noche 

"en una pedrera desconocida de nuestras playas en que llevé el remo de proa bajo el temporal"

Poder ser

¿no es así mismo poder no ser?

                            La mente

                  obra tientos hipotéticos

                                                si hubiera llegado muy enfermo a Dos Ríos

                                                si Gómez hubiese sido más firme en que no saliera

                                                si al cruzar el río Baconao hubiese burlado la nefanda

                                                si hubiese muerto el Ängel no el apóstol

                                                si no hubiese mandado al guajiro Carlos Chacón con el encargo de 

                                                traerle café (delatando este el paradero a los españoles)    

                                                                    

todo irrealis

libertad de

        la libertad 

                                            de lo posible

empero 

entra la efectuación 

de 

lo real 

y

el hubiese              

                               se alej

                        Pretérito escrito 

                sobre piedra

                        ¡que la vida aparezca en lo carente!

vida inefectuada

                            vida inefectiva

                                                    vida ineficaz

Lo que fue 

        no podrá                                                            ya

jamás

no ser

viernes, 13 de enero de 2023

pendejo Occidente


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Cada tiempo con su tiempo. 

El segundo Carpentier (1942-1959) no podía ser marxista. ¿El Marx optimista, discípulo de Hegel, admirador de Schiller, aprendiz de Platón? Na.

Carpentier era epígono de Wagner y Unamuno, seguidor de Spengler, discípulo Nietzsche, admirador de Schopenhauer, estudioso de Schelling. 

Al final de Los pasos perdidos Carpentier otea su futuro, que es ahora nuestro presente. El hoy en día del occidente derrengado, narcisista, frívolo, culpable y acaponado, alabancioso y exhausto que nos toca. 

Un occidente apocado y pendejo.

Porque aquí, en la multitud que me rodea y corre, a la vez desaforada y sometida, veo muchas caras y pocos destinos. Y es que, detrás de esas caras, cualquier apetencia profunda, cualquier rebeldía, cualquier impulso, es atajado siempre por el miedo. Se tiene miedo a la reprimenda, miedo a la hora, miedo a la noticia, miedo a la colectividad que pluraliza las servidumbres; se tiene miedo al cuerpo propio, ante las interpelaciones y los índices tensos de la publicidad; se tiene miedo al vientre que acepta la simiente, miedo a las frutas y al agua; miedo a las fechas, miedo a las leyes, miedo a las consignas, miedo al error, miedo al sobre cerrado, miedo a lo que pueda ocurrir. Esta calle me ha devuelto al mundo del Apocalipsis, en que todos parecen esperar la apertura del Sexto Sello —el momento en que la luna se vuelva de color de sangre, las estrellas caigan como higos y las islas se muevan de sus lugares.

domingo, 1 de enero de 2023

Discutir entre cubanos


Discutir A un discutidor: Yo no discuto jamás. Creo lo que creo firmemente, porque lo he meditado mucho antes de creerlo. Oigo, y si tienen razón, cambio. Pero no tengo soberbia bastante para creer que puedo convencer a los demás, ni humildad bastante para creer que puedan convencerme a mí.—José Martí.

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Discutir entre los cubanos es destino NON STOP. La logorrea sigue siendo nuestra empresa consolidada. Discutimos mucho y resolvemos poco. ¿Cuál es el papel? De momento, evitar lo conciso, que a este punto comenzamos a tratarnos. Discutir cubanamente es lucha de contrarios, juego de abalorios. Sondear personajes y retóricas ficticias. 

Quede claro: Con discutir no se resuelve nada -o casi nada. Por otra parte (se objetaría), eso no se sabrá hasta que no se discuta. Indudablemente. No hay soluciones a priori, y menos a posteriori. El tiempo crea la ilusión del concierto barroco, aunque críticamente hablando, siempre habrá un bloqueo que nos embargue. Es exigencia del dativo. Se debe a la circunstancia. 

Vayamos por partes: Primero, ¿quién tiene la razón? En cubano, el que discute. "No, Ud. se equivoca, aunque no me corresponda decirlo". ¿Hay que probarlo? ¡Ay, que rico está! Segundo, hay que descubrir la clave del desacuerdo. Que cada parte exponga su punto, sin nerviosismos ni contagios. Ya habrá tiempo. 

La comunicación es maniobra, teoría, sin más preámbulo. En el lenguaje está la clave. Busquémoslo. Por ejemplo: el embargo. ¡Qué bloqueo del tiempo! 

Aparecen análisis penetrantes (como se espera de lo analítico). Hay pro y contra. Los embargos son prolongados y se dilatan. Sin embargo el bloqueo tiene su larga historia de obstáculos: el letargo del diferendo, el pro y el contra. Socialismo e imperialismo en pugna constante. ¿Hay desacuerdo? Bastante. 

Trátase de tópicos emblemáticos que se remontan a más de seis décadas. ¿No hubieron discursos resoluciones y congresos? Transcurrieron quinquenios. Cada año y su consigna: La Planificación, la Organización, la Economía, la Agricultura. A veces es Viet Nam Heroico, a veces Esfuerzo Decisivo, a veces Guerrillero Heroico. ¡Qué paranoico! 

Castro instauraba el bloqueo como excusa de la miseria. La utopía tornábase futuro imperfecto del día a día. Seguían interminables cuentos de Tía Tata, arengas y crisis. El imperialismo no ceja con su amenaza. Prevalece el pueblo disciplinado, enérgico y viril. ¡Qué uniforme! ¿Miseria o bloqueo? ¡Las dos! Gritaba EL PUEBLO enamorado de LA VOZ.  

LA VOZ y su epidexis. 
LA VOZ y su homilética. 
LA VOZ y su Ipse Dixit. 
LA VOZ y su falo crótalo, 
lúbrico en presente gnómico.

Hay aprioris deductivos e independientes de la experiencia. ¡Ay! las temáticas castristas merecen un aparte ecuánime. No confundamos la libertad con la igualdad, la explotación con la riqueza, el poder con el capitalismo, la dictadura con la democracia, la razón maquiavélica con la razón revolucionaria. 

Volviendo a la discusión. Se guarda cierto barniz socrático. Se citan los antipáticos. Se exhiben conclusiones epónimas. ¿La evidencia? Brilla por su ausencia. Transcurren décadas y la historia se repite. Los años desfilan conmemorados. Se tornan en aniversarios de números romanos: El XX, el XV, el XXX. 

Hay amenaza externa, 
hay marchas, 
hay apagones, 
¡Ay! Período especial.

La politología  consiste en probar lo improbable y discutir lo indiscutible. Cada interlocutor buscará afanosamente la negación del epísteme del otro. En cubano discutimos en volúmen 10 (del 1 al 10). ¿Razones? Faltarán siempre. Pasemos de la escrupulosidad ecuménica al desborde operático. Contrapunteo, café y tabaco. No hay humo que niegue la tradición ni columna que se le parezca. Si el estado es socialista y la familia es el estado, ¡a vivir en la aporía! 

El discurso se vuelve sombrío. Cunden pavorosas estadísticas. El mundo está en peligro. LA VOZ ya no existe, pero otras voces siguen pidiendo sacrificio. 

¿Discutir? Es nuestra pasión. 
La música en Cuba. 
La razón del son.