domingo, 31 de agosto de 2008

El verdadero van Meegeren (en el siglo equivocado)



A continuación tres pinturas de van Meegeren, de los años 20 y principio del 30, que indican un estilo ligero, derivativo, de fines del siglo XIX, cercano a las ilustraciones menores del Jugendstil. ¿Nació acaso van Meegeren en el siglo equivocado? ¿Hubiese sido famoso en el siglo XVII, pintando a-la-Vermeer? De haber respirado el aire de otra época, ¿puede imaginarse a van Meegeren encontrando su verdadera vocación?

El extraño caso de Hans Van Meegeren, o la estética del plagio



Nuestra historia comienza en el verano de 1945, cuando las autoridades del nuevo gobierno holandés arrestan al artista Hans Van Meegeren, acusado de colaboracionista nazi, por supuestamente venderle un Vermeer al número dos del partido, Hermann Goering. Es entonces que, en el mes de junio, Van Meegeren confiesa que siete óleos que habían estado en circulación desde 1937, atribuídos a Vermeer y De Hooghs, y exhibidas en el Museo Boymans* -como La Última Cena y Cristo en Emmaus-, eran copias hechas por él. Después de muy sonado proceso, el veredicto del tribunal fue que Van Meegeren cumpliera un año de prisión. El artista muere quebrantado en diciembre de 1950.

A continuación el juicio hipotético de van Meegeren. La sala del juzgado repleta de críticos, académicos, marchantes, la prensa y el público.

Fiscal: Señor van Meegeren. ¿Reconoce usted su responsabilidad en el plagio de obras maestras holandesas del siglo XVII?
HVM: Sí. Pero si me permite, quisiera añadir que lo que está en juego es otro asunto.
Fiscal: Usted flasificó la firma de Vermeer y de
De Hooghs. ¿No le parece oprobioso?
HVM: ... mi deseo era ahondar en la cuestión.
Fiscal; ¿Cuál?
HVM: "Qué hay de malo en copiar".
Juez: Creo que es obvio, pero continúe...
HVM: Mis obras fueron defendidas por críticos, así como por conocedores y el público ¡por siete años en un museo nacional! Sin mi confesión es posible que hubiesen pasado a la historia como auténticas.
Fiscal: ¡Qué disparate!
Juez: Continúe van Meegeren...
HVM: ...ello demuestra que la diferencia entre mi plagio de Vermeer y el auténtico Vermeer no es de índole estética. ¡He probado al mundo que un plagio puede ser tan bello como el original!
(Conmoción en la sala. Gritos algunos de "¡Mentira! y ¡Que oprobio!", mientras un grupo de jóvenes dan patadas en el piso, aplauden y otros ríen.)
Juez: ¡Silencio! Continúe por favor.
HVM: Estéticamente hablando, mi plagio y el original pertenecen a una misma clase. Lo que está en juego es otra cosa: un juicio moral, legal.
Fiscal: ¿No es obvio? ¡Pero basta de disparates!
Juez: ¡Silencio, señor fiscal! Señor van Meegeren, no creo que estoy dispuesto aún a aceptar que se trata sólo de juicios legales y morales, pero continúe.
HVM: Gracias, señor juez. Pido a los presentes que imaginen por qué estamos aquí. ¿Acaso no fue Cristo en Emmaus admirada como una obra maestra de Vermeer?
Murmullos en la sala de "Sí".
Fiscal: ¡Fue admirada en tanto que era un engaño... un plagio grosero!
Juez: (Interrumpiendo) Señor van Meegeren... espero que comprenda por qué estamos aquí y que ajuste sus palabras en ese sentido. Es la última oportunidad que le ofrezco.
HVM: Con toda humildad, si mis plagios pasaban "como originales" ante la mirada de los expertos, es porque lo merecían. Es decir, mi plagio "era un Vermeer" desde el punto de vista técnico y de la composición. Mi plagio (antes de ser descubierto por mí) era tan original como el original mismo. Si la prueba del genio de Vermeer está en sus obras, si sus pinturas prueban su genio artístico, entonces, esos plagios que estuvieron colgados en el Museo Boymans por 7 años... ¡son también una prueba del genio de Vermeer!
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*Lo extraordinario del caso es que las siete pinturas a la vista en el Museo Boymans habían sido validadas por algunos de los críticos holandeses más importantes de la época. Por ejemplo, Abraham Bredius diría: "la utilización magnífica de los colores indica la autoría inigualable de Vermeer
". Otro crítico, J. Decoen, expresaba: "Recuerdo mi angustia mientras se decidía el veredicto de Van Meeregen... y la posibilidad que tres obras del maestro Vermeer fueran destruídas. ¿Sería mi tenacidad lo que haría posible que dos obras formidables de la escuela flamenca del siglo XVII fueran salvadas?" Vale decir que hasta el día de su muerte en 1955, D.G. van Beuningen, comprador de La Última Cena y Cristo en Emmaus, y experto en arte flamenco del siglo XVII, mantuvo que ambas eran obras originales Vermeer. Dos de las copias de Van Meegeren: Arriba, primero, La Última Cena (1935), abajo, Cristo en Emmaus (1937), considerada mucho mejor falsificación que la anterior.

M...u...c...h...a...s...


A Jorge Ferrer, por blogorecomendarnos en El Tono de la Voz. También a Rafael López Ramos de Los Lirios del Jardín, por repartir tanta blogobrillantez.

sábado, 30 de agosto de 2008

El regreso


Victor Jiménez

Realicé el viaje más doloroso de mi vida para cerrar un ciclo y nació otro. Mi viaje a La Habana después de 24 años, me llevó por caminos nunca transitados. Mi padre, el actor Rodolfo Jiménez Espinosa, falleció. Pude llegar para despedirlo y despedirme de la casa que construyó el abuelo. Algún funcionario de cultura o algún militar se quedará con el cascaron vacío. Sé que tuve suerte, “alguien” me autorizó a viajar sin pasaporte cubano y a quedarme en la casa donde nacimos mi padre y yo. Ya no me pregunto quién logró el milagro. Milagro fue ver cómo transcurrió su vida en estos años, descubrir sus secretos, encontrarme con lo que había dejado inconcluso minutos antes de su muerte: Un libro sobre su sillón favorito, ropa sobre la cama, una próxima gira por Holanda, su perro Bompo -que por una semana vivió de las sobras lanzadas por vecinos-, arreglos caseros a medio hacer, reconocimientos y diplomas de cuando creía que Cuba tenía esperanza. Porque al final mi padre supo que la suya fue una generación traicionada, supo que no valió la pena, que entregó su juventud a una causa perdida, que su sacrificio no fue para crear un país justo y libre. Llegar para cerrar una casa llena de fantasmas, generaciones que vivieron y murieron en ella. Abrir gavetas, asomarme al pasado, reconocerme en los rincones, creer escuchar las voces, ver las siluetas... la memoria se abre y regresan los olores. Memoria olfativa, física: Escalar el techo de la casa como si por unos segundos fuera el niño aquel. Encontré por todas partes nuestras huellas: en un árbol del patio, en la puerta principal marcada por unos hoyos insistentes que le produje llegando de una fiesta un sábado, fotos de mis abuelos en Varadero -el viril, ella alegre-, mi padre tomando su comunión en Miami, conmigo recién nacido, fotos de su carrera como actor, fotos, vestigios de vida. Abrir un baúl y descubrir mi uniforme, notas escolares, el tira piedras, la vieja armónica, el bastón del abuelo, un diario de mi viejo. Sus cenizas fueron esparcidas por mí en una ceremonia espontánea en nuestra Playita de 16, donde ambos aprendimos a nadar.

¿Qué hacer con la "peligrosidad"?



Tomado del Blog de Varela.

Respuesta de Pablo Milanés al mundo


La respuesta de Pablo Milanés es tan clara como un silogismo lógico: "La tribuna anti-imperialista para los que pensamos como yo, es la consagración. Mi esencia es absolutamente anti-imperialista y revolucionaria. Entonces cuando estoy aquí estoy consagrado". Huelgan comentarios.
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(El video fue tomado del Blog de Emilio Ichikawa).

viernes, 29 de agosto de 2008

The Electric Prunes




Underground (1967), el debut del piquete de Los Ángeles,
Las ciruelas eléctricas, es un álbum muy original, con sonoridades sicodélicamente modernas, estrambóticas, insospechadas, a puro fuzz y wah-wah, con dejo de reverberación proto-electronico; pespunte de trabajo dinámico de guitarras entre Jim Lowe, Ken Williams y James Spagnola. Underground mezcla lo rústico del "garage" con cierto dejo "ácido" sofisticado característico de la buena sicodelia de fines de los años 60. Sobre todo se percibe una dosis de eccéntrico humor y choteo. El videoclip presenta el hit "I Had Too Much to Dream". ¡Disfruten!

Culpa y sucesión

Nieve

Heredé las ropas y los poemas y las botellas vacías de mis padres
Heredé exilios y estancias prolongadas en zona aborigen
Banes    Puerto Casilda "el mundo entero y el infinito"
Heredé el miedo         pavor al desplazamiento masivo
               y con falsa sensación de libertad
la mejor puntería para disparar al vacío
Rechacé embestir cuarteles de verano ya sin jerarquía histórica
Heredé rencores pasados en la transparencia de mi sangre reciente
Un apellido duro con abolengo sensorial entre opio y tatuajes
Soy una muchacha de neón que te mira y se esconde
te mira y se esconde
te mira y se esconde
te mira y se esconde
túnel traslúcido de linaje nómada
venas violetas           rutas desgajadas en mi cuerpo haiku
sucesión transición proyección culpable del setenta
Tijera que zanja el antiguo dolor y libera su ombligo del mundo

Obama last night: What's that American promise?


What is that American promise?

It's a promise that says each of us has the freedom to make of our own lives what we will, but that we also have the obligation to treat each other with dignity and respect.

It's a promise that says the market should reward drive and innovation and generate growth, but that businesses should live up to their responsibilities to create American jobs, to look out for American workers, and play by the rules of the road.

Ours is a promise that says government cannot solve all our problems, but what it should do is that which we cannot do for ourselves -- protect us from harm and provide every child a decent education; keep our water clean and our toys safe; invest in new schools and new roads and science and technology.

Our government should work for us, not against us. It should help us, not hurt us. It should ensure opportunity not just for those with the most money and influence, but for every American who's willing to work.

That's the promise of America -- the idea that we are responsible for ourselves, but that we also rise or fall as one nation; the fundamental belief that I am my brother's keeper; I am my sister's keeper.

Hoy viernes: Después de Giselle, de Isis Wirth


No te pierdas las presentaciones de Después de Giselle: Estética y ballet en el siglo XXI (Aduana Vieja, 2008), de Isis Wirth (nuestra Reina de la noche).

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Esta noche, viernes 29 de agosto, 7:00 p.m, en la apertura del Festival Internacional de Ballet de Miami, Teatro Tower, 1508 SW 8th St. (305 643 8706), junto a Pedro Pablo Peña, director del Festival. Hay otra lectura el domingo 31 de agosto, 4pm, en Books and Books, 265 Aragon Avenue, Coral Gables (305.442.4408).


miércoles, 27 de agosto de 2008

Sexo y lectura


Marcia Morgado (Tomado de 69: Memorias eróticas de una cubanoamericana. Casiopea, 1998)
Ilustración: Paul-Emile Bécat

Descansas medio acostado, arrellanado en los mullidos almohadones. Después del agradable brunch que tu mujer te prepara. Lascas de salmón ahumado aliñado con alcaparras, cebolla picada finamente y cuadritos de tomate maduro sobre bagels frescos untado con queso crema. Acompañado con copas de kir royale y fresones cubiertos de chocolate. En la lengua un cosquilleo. Ahora ella termina de leerles a los niños para que duerman la siesta. Entretanto, te adentras en la novela que Tatiana te ragaló. ¡Qué manera de conocer a un hombre! La lectura enriquece el consabido coito del domingo a media tarde. Antes que aparezcan los amigos para el ritual del barbecue. Sin perder el hilo de la lectura, buscas el vientre. Movimiento. Carne caliente, inflamada. Abarcas. Ondulas. Pellizcas un pezón. Retomas el pubis. El libro cae. Abres la portañuela. Erecto el miembro, lo frotas. Cierras los ojos. Gimes. Te contorsionas. El semen fluye a ritmo raveliano. Tatiana contempla la escena apoyada en el marco de la puerta. Sonríe. Siente el cosquilleo en el aire. Abres los ojos. La acaricias con la mirada. Ella comenta: No está mal, ¿verdad? Sobre el papel cromado de la portada unas gotas espesas. Tatiana se inclina, pasa el índice por una de ellas y lo lleva a su boca. Te mira. Desabotona la blusa. Bajo la seda lila palpitan los senos, cubiertos por el sostén que le compraste en La Perla, de Milán. Pequeños y bien formados, como imaginas los de la muchacha en la novela.
“¿Listo para la acción o estás deshidratado?”
“Siempre guardo una reserva para ti”.
“Nunca me decepcionas”.
Cosquilleo.

"Peligrosidad" (instrumento castrista seudo-constitucional de "control" social)

ARTÍCULO 72.

Se considera estado peligroso la especial proclividad en que se halla una persona para cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista.

ARTÍCULO 73.

1. El estado peligroso se aprecia cuando en el sujeto concurre alguno de los índices de peligrosidad siguientes:
a) la embriaguez habitual y la dipsomanía;
b) la narcomanía;
c) la conducta antisocial.
2. Se considera en estado peligroso por conducta antisocial al que quebranta habitualmente las reglas de convivencia social mediante actos de violencia, o por otros actos provocadores, viola derechos de los demás o por su comportamiento en general daña las reglas de convivencia o perturba el orden de la comunidad o vive, como un parásito social, del trabajo ajeno o explota o practica vicios socialmente reprobables.

Y el peligro para la estabilidad social y política de Cuba es nada menos y nada más que...


“¡No coma usted esa pinga Comandante!”

martes, 26 de agosto de 2008

Implicados en intento de asesinato a Barack Obama

“Blacks don't belong in political office. He ought to be shot". Ya empieza a aflorar el oscuro racismo americano.

Peripecias van y vienen con los días, y cómo terminé en Grecia y después en Normandía


Ramón Alejandro (tomado de su inédito libro Adua la pedagoga)

Lionello era de un carácter muy dulce, ligeramente depresivo y terriblemente malcriado. Yo recordaré siempre sus sueños que con tanta gracia y talento me contaba por las mañanas. Y el dinero que me daba, y los numerosos regalos de todas las especies imaginables que constantemente me hacía. Gracias a su munificencia cogí un barco en Bríndisi y pasando muy cerca de la Isla de Ítaca desembarqué en Corinto al fondo de su estrecho golfo desde donde llegué a Atenas en guagua cuando fui por primera vez a pasarme un buena temporada a Grecia.
Y fue así que cierta vez en que un jovenzuelo de morena belleza originario de Kalamata en el Peloponeso, y bastante ladronzuelo, me vació un cuartucho en donde a la sazón yo vivía bajo las azoteas de un edificio de la rue du Bac, al verme muy triste por mis pertenencias perdidas me propuso que para consolarme y distraerme un poco me fuera con un grupo de elegantes relaciones suyas que se iban a pasar un fin de semana a la casa de campo de Françoise Sagan en Normandía. Y después siguiera con ellos a pasar unas semanas a un castillo llamado Montaigre, cerca de los montes del Jura y no lejos de la Savoya. Y entonces él vendría después de algunos días a encontrarse conmigo en aquel legendario castillo. Seguí su consejo y estando en ese sitio de espectaculares vistas panorámicas, comilonas opíparas seguidas por caminatas higiénicas para poder seguir comiendo algunas pocas horas después, y conversaciones con gente muy cultivada y de buena familia, excursiones a sitios históricos, y tan amables como respetuosas tentativas de seducción por parte de algunos venerables ancianos sensibles a mis encantos juveniles, fue que conocí a Fernand Firoulet. Era Fernand o Ferdinando, como siguiendo mi mala costumbre lo apodé en seguida en recuerdo de Ferdinando el Toro que era un personaje de los muñequitos de mi infancia, un señor que estaba ya en su cuarentena. Era calvo y con ojillos viperinos muy vivos. Tenía unos dientecitos muy pequeños que me llamaron enseguida la atención. Pero lo que me llamó más la atención fue que apenas me vio me dijo que él me conocía por haberme visto frecuentemente caminando por la rue du Bac, que era muy cercana a la rue de Lille en donde él vivía. Y todavía me llamó más la atención que mucho le extrañara que yo no recordara también haberlo visto por su barrio. Pues no sé porqué él parecía pensar que yo hubiera tenido que interesarme en él como él se había interesado en mí. Fernand era el último descendiente de una familia enriquecida por la compra de los bienes de la Iglesia cuando la Revolución francesa liquidó los latifundios que, a fuerza de donaciones a la hora de la muerte, los aterrorizados fieles hacían a su Santa Madre para tratar de convencerse que no irían a purgar sus crímenes y pecados ni al Purgatorio ni al Infierno con el que les aseguraban los espabilados curas que Jesús los tenía amenazado. Al finalizar el Antiguo Régimen, medio país pertenecía a esa institución heredera del Imperio Romano, y el burgués (que en ese momento en que fueron puestas en venta tuviera dinero en efectivo para comprarlas) se hizo con extensas zonas de muchas provincias que pasaron a su privada propiedad y dejaron de garantizar la subida al Cielo de tanto muerto descompuesto en sus elementos constitutivos desde hacía ya buen rato para esos entonces. O sea que como el vivo va al bollo tal cual el muerto se va al hoyo, la familia Firoulet no disparó un chícharo más desde ese fausto momento y se dedicó a vivir de los bienes y de las tierras que ese abuelo tan felizmente oportunista les compró tan previsora y prudentemente. Después de él no habría más Firouletes en este mundo. Porque esa loca tan fina se ripiaba a todo meter aquella parte que sus padres le iban dando con parsimonia. Esperando dejarle lo que quedara después de que ellos se fueran a la otra orilla de la Laguna Estigia cuando les llegara su último momento.

lunes, 25 de agosto de 2008

Sábado difícil en el palomar


Adalberto Delgado

Orlando ya estaba parado en la esquina, chismeando desde temprano, Oscarito comenzaba tímidamente a repicar en los timbales. Son las 10 de la mañana de un sábado cualquiera en el Palomar. Hace apenas una hora que mi papá había llegado de trabajar toda la noche, de
bartender, en el difunto Flamenco Super Club de la 79 avenida. Ahora dormía como un lirón. De pronto, retumban los metales de la orquesta de Rey Barreto, en un tocadiscos a todo meter que estremece las paredes del Palomar (era Oscarito practicando las pailas con acompañamiento de orquesta). Automáticamente el viejo, hombre de buen carácter, sale disparado como un loco hacia la ventana gritando: “¡Partía de vagos, ya me tienen los cojones llenos de tanta bulla los sábados tan temprano! Vayan a tocar al parque o a casa del carajo. ¡Necesito descansar!”. Los de abajo, hicieron silencio inmediatamente. El viejo volvió a la cama y se tapó la cabeza con la colcha. No paso ni una hora y los muchachos volvían de nuevo con la música. Ahora cantaban mambos pegajosos y la pachanga se iba armado. “¡Qué ganas tengo de mudarme de este solar, cojones!” Gritó el viejo con la voz ronca. “Margot, si el judío te da más ajustadores que hacer nos mudamos de esta pocilga. No aguanto más estos maricones, desconsiderados, tocando música tan temprano… coño, y si fuera música, pero esto es puro ruido, cojones”. La vieja trataba de calmarlo: “Manolito, mi vida, no te alteres... hasta tu hijo es parte de ese grupo de zánganos que ahora le ha dado por dar conciertos en la azotea.” Ahora el viejo la interrumpió, la cara demacrada, ojerosa mirándola fijamente con los ojos rojos: “Ah, y la negra de mierda esa, la mujer de René que se cree Olga Guillot y lo que parece un chivo berreando. ¡Qué mal canta la hija e puta! El viejo estaba cabrón. Yo nunca lo había escuchado expresarse de esa forma. Salí echando del gao en busca de alivio espiritual y fui dar a casa de mi Xena. Le sugerí que me invitara a desayunar. Mi gordita inmediatamente le pidió a su mamá que nos prepara huevos fritos con bacon, café con leche y tostadas americanas. Mientras la vieja cocinaba yo aprovechaba con el toqueteo para ir calentando a Xena. Sabía que con eso aumentaba las posibilidades de hankey pankey después del desayuno. La mamá de mi novia trabajaba como cajera en El Paradis por las mañanas y nos debaja la casa para nosotros solos. Claro, había que guardar la forma. Yo aparentaba que me iba y luego volvía a la carga. En el preámbulo de ida y vuelta de casa de Xena regresé al gao. Ya el viejo estaba tanquilo. El lío ahora era con la vieja que me esperaba en medio del comedor con las manos en la cintura: “Como preñes a esa gorda noviecita tuya, ¡prepárate! ¡Aquí no la vas a traer a vivir!” Esas palabras hirieron mi sensibilidad precoz. Salí humillado de la casa y me refugié en la azotea, donde Renecito practicaba su flauta. De repente comenzó a caer tremendo aguacero y no me quedó más remedio que esconderme, empapado, en el portal de Xena hasta que su vieja se pirara. Para mi joven alma aquel fue un sábado desconsolador. Pero ahora que lo comparto con ustedes me parece un día feliz de juventud en el Palomar.

domingo, 24 de agosto de 2008

La repetición de Arrufat

Daniel Ponce


Vía la antropóloga Ariana Hernández-Reguant: Fidel's eyeglasses... buen blog de música cubana y brasilera (la botella de ketchup rota por el piso habla claro del contenido), en este caso comentando New York Now! el primer álbum del conguero Daniel Ponce, con grupo estelar de la época (entre ellos el desaparecido cantante Regino Tellechea).

Decía esto el New York Times de Daniel, en 1983: Daniel Ponce, the Cuban conga drummer who arrived in New York City in 1980, has been a leading mover and shaper in a fascinating crossfertilization of Cuban traditional, ritual and popular music with jazz and funk strains. His set Thursday careened along like a locomotive threatening to jump the track. It would slow down to focus on an individual element such as Mario Rivera's flute and trumpet playing, or Orlando (Puntilla) Rios's command of Yoruba polyrhythms. Then the first-rate band would fall back into the groove and off the music would go again. ¡Que tiempos aquellos en la Gran Manzana!

Nilo chupaba durofrío


Ramón Williams
Ilustración: William Ríos

En la acuarela del L.T. se alzaba la figura de un hombre que le hablaba a miles de manchas anaranjadas del fondo. El hombre había descendido del barquito seguido de los hombres que soportaban el agua fría. Junto a ellos él había peleado en la guerra, junto a ellos le creció la barba. Era el jefe. El apuntaba con el dedo al cielo, a la bandera, a la tierra que las manchitas y Nilo debían defender al precio que fuera necesario. Pero a tanto tiempo de aquella pelea, qué podía ser la barba sino un recuerdo. Las manchitas alzaban pancartas, daban las gracias al de la barba, le ofrecían su casa y la última gota de sangre. Eran abundantes manchitas y no podían estar equivocadas. ¿Qué cosa era un vampiro? El día que la makarenko se marchaba, llevó de la mano a Nilo hasta la puerta. “Te animarás con muñequitos rusos, querrás mucho a quien tu sabes y no me olvidarás nunca. Sólo así serás de grande un hombre del dos mil.” Dijo ella y suavemente posó sus labios en los labios del niño. Atrapado en aquel beso Nilo no pronunció palabra. La vio partir por la calle más larga del barrio, junto a las primeras flores caídas de la cuaresma. El viento sur soplaba. Las makarencos que vinieron antes no se marchaban así, no se les veía partir. Daban clases unas semanas, a veces vigiladas por maestras más viejas y luego desaparecían sin avisar. Después las clases quedaban a cargo de señoras empolvadas con voces gastadas, miradas dulces y arrugadas. Con la joven Nilo sentía que una fuerza maravillosa lo alentaba a recordarla. Ansiaba que la muchacha volviera a fin de curso, al siguiente año o allá lejos, en la secundaria. Ella regresaría, mientras tanto sus labios de niño seguirían creciendo. El niño fabricaría para ella un enorme beso de novios hecho de secreto y espera.

La primavera.

Nilo chupaba durofríos, hacía tareas de Botánica e Historia Antigua cuando su corazón comenzó a latir al ritmo de la nación. La noticia recorrió el país y el mundo con la potencia de un rayo: Elementos antisociales penetran por la fuerza en la embajada del Perú. Guardia de posta asesinado en la acción. Los elementos se acogen a ley de extraterritorialidad… Nilo aprendía palabras nuevas: lúmpen, apátrida, escoria; lo que se dice lacra era la gente aquella, capaz de matar por abandonar la tierra que los parió. Insólito, lo cierto es que cientos de miles de individuos se sumaron a los primeros en unos pocos días.

sábado, 23 de agosto de 2008

uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis


Rosie Inguanzo

1.


Estoy sola
pero tengo hijos
entrenzados
debajo de la piel
y angustias amarradas
a tu pelo.
Mi vida tiene rostros y labios
una silla detrás de la puerta
miedo.
Estoy sola y en lo oscuro
colmada por aguas y corrientes.

2.

Te me adentras cabizbajo
desvestido y raro
ensangrentado como ayer.
Qué importa que agosto
se olvide un silencio
allí donde vive
moribunda
la tristeza.

3.

Ordeno un desayuno caliente
aislacionista
ordeno cristalitos azules en la azotea
como llovizna
para que juegues conmigo.

4.

Habito en la casa vacía
con las puertas abiertas
para que el alivio de un recuerdo
ahuyente la gula y el el hastío.
No tengo raíces como la hierba
mis raíces crecen de arena.

5.

Me entristeció la pascua
el libro de la guerra
mirarte empapelado
aseado y pálido
de ida.
Y nuestro hijo
que se quedó sin nombre
en la penumbra.

6.

Todavía conservo gaviotas encima
y niños que corren al mar
con pañoletas muertas.
La terraza está muriendo
Genoveva lava las ventanas aún
el velo se me cae al vacío
el cuarto se ha llenado de hombres con su rostro
ya no puedo gritar más
nada es justo
perdí las manos en los arrecifes
todo me huye de adentro.

viernes, 22 de agosto de 2008

¿Qué es castrismo? (I)




Alfredo Triff

Al principio, parecía que Castro y castrismo eran lo mismo. Con el pasar de los años, se hacía claro que eso que repudiábamos (y temíamos) era reflejo de algo profundo e intrínseco. Por ejemplo, para sorpresa de muchos, tanto “castrista” como “anti-castrista” parecían reflejar un mismo síntoma. Nos ha tomado tiempo darnos cuenta que Castro no es “el principio” del problema. Descubrimos que el castrismo, como tal, yacía como DNA del pesamiento y la acción nacional, mucho antes del individuo que lleva ese nombre. 


La sugerencia es que el castrismo es parte de nuestra condición, nuestro hacer histórico. ¿Qué es castrismo? Sus símbolos distinguidos: 1.“La Revolución”: primer estado de la materia transubstanciada en “Patria o muerte”. 2. ¿Carácter cardinal del castrismo? La guapería: manifestada primero como fe ciega -paulina y dogmática- diseñada a justificar “la justicia revolucionaria”. Ergo: “Fuera de la revolución, nada”. ¿Rendirse? Es sinónimo de “abrirse”, digno de maricones . Morir con honor es legado imperativo mambí; o en combate (martianamente “de cara al sol”) o machete en mano, maceísticamente hablando, al “recoger el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la lucha”. 3. La prédica teológica. 4. ¿Valores? Primero, la resistencia, raison d’être de nuestro ser y estado. Le sigue nuestra innata capacidad de meter forro -y en su peor variación- meterse uno mismo el forro.

 (Continúa en una segunda parte).

jueves, 21 de agosto de 2008

¿To comment or not to comment?

Emilio Ichikawa debate el asunto de los blogocomentarios: "se nota una tendencia o al menos un desencantamiento con el significado e importancia de los comentarios". Su propuesta es el llamado "trackback". Blogger usa el servicio de "backlinks" (que tenemos). Imagino un universo de blogeros cada uno con su blog. Nos leemos, nos linkeamos. Sé quienes me linkearon y más o menos cuántos me visitaron. Ok, pero, ¿no se pierde algo? Creo que el asunto se merece una blogoconferencia...

Daína Chaviano, hoy jueves en la Casa Bacardí

Cómo se defiende el socialismo

Apretó Yoani con su post La corrupción de la sobrevivencia. Retrato claro de la hiprocresía y la anomía post-castrista. La señora Generación Y cada vez se pone mejor.

Pica Pica: Humor que mortifica


Alfredo Triff

Acuso recibo de
Pica Pica: Humor que Mortifica, ingeniosa colaboración miamense de un grupo de talentosos humoristas exilados. Bueno el dibujo de portada con Castro II, con ataque de sarpullido leyendo Pica Pica (¿ilustración de Omar Santana?). Varela en la diana: Humor y Jóliu mezcla julioverneada de viaje al centro de la tierra con crisis energética, tanto en Batman como HULK le tira a los políticos locales corruptos (puede subirse más el picapicámetro sin llegar a lo obsceno). Pong en justo medio, capeando el temporal entre McCain y Obama (ambos montados en globos cantoyescos en direcciones opuestas). Sin embargo, creo que al susodicho (predeciblemente fácil punchinbag), picapicamente hablando, hay que darle un bréi. Omar Santana, complejo y polivalente (sobre todo esa columna de curas desesperados por llegar a la nube) elabora un humorismo existencial atractivo. Delio se va con una sola foto; yo hubiera preferido una pequeña secuencia (Nota: con una autoreflexión picapicaense basta). Me cuadra la revisión del ajusticiamiento de Drácula (de lo pectoral a lo anal) de Carlucho; no tanto "el tarro" batmanístico al hombre de acero. Dos momentos acertados de Garrincha: la viejita trayéndole un cafecito al marido ante la horca y el choque semiológico-social entre el "!" y el "?" Interesante el aporte de Hernán H. con el milenario -y aún no resuelto- imperativo de "pan y libertad" en su sección Gugulandia (en favor de Hernán, creo que es mejor que cada colaborador elabore una sección temática en lugar del picotillo de viñetas). Aunque se cuece el aporte individual, cada cual con su sección, ¿no sería mejor que para el próximo número se perfile una dirección conceptual mancomunada? Para esta primera tirada hay que felicitar al grupo. Hacía falta Pica Pica. No es fácil maniobrar el bote humorístico entre La Habana y Miami... pero hay tela por dónde cortar: El castrismo 2.0 + Miami + el salidero sin fondo de 10 mil millones de dólares al mes + la recesión económica producto de dos cuatrenios de bushismos... algo que Patricia Herbello sugiere en su linda décima: Si la cosa así perdura/ cambios serán necesarios/ y después de estudiar varios/ lo mejor es, yo aseguro/ que nos bajen el seguro y nos suban el salario.
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Ilustración de polO, el guajiro holguinero, tomada de Balsas y Otras Cosas. Pica Pica puede adquirirse en la Librería Universal por $1.

miércoles, 20 de agosto de 2008

¡¡$10 mil millones al mes!!


¿Medio ambiente?
¿Combatir la pobreza en el mundo?
¿Inversiones en países en vías de desarrollo?
¿Alternativas energéticas?
¿La lucha contra el SIDA?
¿Proyectos para la educación en los barrios marginales?
¿Urbanismo y desarrollo de carreteras nacionales?
¿Promoción del arte y la cultura?
¿Qué será, será.....?

El corazón de Dostoievski


Alcides Herrera

Escribe con lápiz, old usanza, y afina las puntas en New Jersey. “El bar es mío: no estamos hablando de eternidad”. Un disco se defiende, tan rockerito él, y borramos la extraña palabra “eternidad”. Mira cómo me salgo mientras tú sacas brillo a las superficies y confundo a las personas, las personas. Limpiar redime y Campo de Girasoles; redime su obra que ya no va a durar. ¿Te entretienen los hombres? ¿Te despiertan los gatos? ¿Vas a quitarte un día el paracaídas? Escribe (escribo) con simple lápiz. Está muy solo. Se va a convertir en novedad. (…) Siempre lejos, al menos participa la mitad, tan orgullosa de permanecer todavía en el mundo. Parece que todo te lo dictan y sin embargo no sabes trabajar en el mundo. Pincha tus pies con algo. Parece que todavía te mantienen. (…) Sin comedor obrero no hay amor, no hay Túnel de La Habana, no hay siete palos. El hombre necesita soledad. “D” se me fue, como cuando te agitas y no recuerdas un municipio. Llamar al viento, hacerlo atestiguar. Un brujo necesita acompañarse, estar muy solo. (…) La mal llamada “mujer discreta” redistribuye el mal llamado “sueño de alguien”. “Conformidad” es que un poema termine así. Everglades. Cirugía de unos mejores ratos.

Cartas a Giselle

Acuso recibo del blog de Juan Antonio Molina, Cartas a Giselle. Muy interesante.

lunes, 18 de agosto de 2008

Por ahí viene Fayyyyyyyyyyyy


Fay se inclina apresuradamente hacia el noroeste de nuestra península floridana, con aguaceros y ventarrones plataneros propios de su especie. Metereológicamente hablando, se trata de un ciclón enano con ínfulas de grandeza. Dado que su tifonado sistema producirá copiosas lluvias, la noche de hoy es ideal para disfrutar un clásico del cine con buen vino tinto. Nuestro siguiente parte del tiempo será en 4 horas y media.

Vicky Cristina Barcelona: Promiscuidad sana bajo el óleo de una ciudad



Amílcar Barca


¿Puede el ser humano querer a “dos mujeres a la vez (Vicky y Cristina) y no estar loco”, o que dos mujeres a la vez se quieran y querer a un mismo hombre (Juan Antonio)? ¿Y si además el thresome tiene una vertiente latina colérica (María Elena) capaz de unir y destruir una relación, mientras los acordes de una guitarra flamenca (Paco de Lucía) se oyen como fondo? ¿Y si el padre del susodicho es además poeta y probador de “novias” del hijo? ¿Y qué pasa si hay otras novias -sin-habla como la arquitectura de Gaudí, el vino tinto del Priorat, el restaurante Casa Leopoldo, La Ramblas, la pintura abstracta inspirada en Tàpies, el mar, la masía, un aeroplano destartalado o un laboratorio fotográfico con la luz roja de peligro que avisa que una relación de tres acaba de nacer? Preguntas que tienen respuesta en una comedia floja -repito- floja, pero al fin y al cabo muy divertida para un público americano que gusta de los tópicos de España y los muestra bajo la mano inteligente del autor de Manhattan. Cosas a destacar: la asombrosa facilidad de Allen para inventarse cada año una historia y contarla, el desarrollo de un mundo mediterráneo (pasional, hedonista y libertino) muy cerca del lugar común, frente al mundo americano (conservador, experimental, y pragmático) más cerca de lo real; la gran interpretación de Penélope Cruz (María Elena) que sólo aparece a la mitad de la película y, en palabras burdas, “se la come” y salva la caída del guión; la dignidad de Bardem (Juan Antonio) que sigue manteniendo el listón muy alto, y el descenso -yo diría a propósito, por el papel que le toca asumir en el film- de Scarlett Johansson (Cristina). Quiero afirmar algo un poco arriesgado: el maestro Allen “mira” -léanlo cada uno a su manera- en más de una escena a Almodóvar. Y para finalizar una última pregunta: ¿Será Penélope la próxima musa de Woody? Espero que los espejuelos tan característicos de su rostro le permitan distinguir el árbol del bosque. 

domingo, 17 de agosto de 2008

Aristóteles y el "cambio cubano"


Tumiamiblog

TMB: Gracias, Maestro Aristóteles, por concedernos esta entrevista.
A: Por supuesto, placer macedonio.
TMB: El cubano, ser impaciente por naturaleza, está desesperado por ver cambios.
A: Comprendo... ser cubano es ser no-chino.
TMB: Pero hay chinos cubanos...
A: La excepción de la regla.
TMB: ¿Y cual es su ángulo?
A: Recto, pero en el caso cubano, más bien agudo.
TMB: ¿A qué se refiere?
A: La miopía voluntarista que os caracteriza: El cambio es inherente a la naturaleza del asunto que nos incumbe.
TMB: ¿Pudiera ser un poco más claro?
A: Para todo cambio hace faltan tres elementos: la sustancia, la forma y la negación de la misma. La sustancia en este caso, es el castrismo, que de hecho ha tenido muchos cambios como tal.
TMB: ¿El castrismo…?
A: En efecto. Hay varios castrismos, sólo hay que entrar en detalles.
TMB: ¿Y cuál sería la negación del castrismo?
A: El castrismo mismo.
TMB: Interesante... Jorge Ferrer hoy elabora sobre un Castrismo 2.0...
A: Tomando esa metáfora. El Castrismo 2.0 sería de cierta manera la negación del castrismo 1.0. Claro, Ferrer debe aceptar que entre Castrismo 1.0 y 2.0 hay Castrismo 1.2, 1.5, 1.7, etc.
TMB: ¿Podría poner un ejemplo?
A: Prefiero dejarle eso a un historiador como Rafael Rojas. Pero es obvio que el castrismo de 1959 no es el mismo de 1961, y este no es el mismo que el de 1972, o el de mediado de los años 80.
TMB: Me sorprende lo empapado que está de nuestra historia... aunque temo que le será difícil convencer a los cubanólogos.
A: ¿Los no-chinos?
TMB: Ajá y volviento al tema...
A: Decía que Castrismo 1.0 y 2.0 son dos momentos de la misma sustancia en su proceso posible de Castrismo-a-no-Castrismo.
TMB: ¿Entonces el castrismo cambia y permanece? Tal parece una contradicción lógica.
A: Hay que ser chino (es decir, no-cubanólogo) para ver cambios.
TMB: ¿Puede la forma del castrismo alterar su sustancia?
A: ¡Por supuesto! Cada cambio sustancial se opera de manera diferente. Es obvio que el cambio cubano no parece ser radical. Me parece más paulatino, aunque "radical" depende del tiempo en cuestión.
TMB: Nuestro gran enemigo.
A: El tiempo es relativo. Si la observación es diaria o semanal no se ven los cambios, si es anual se ven mejor... Pero ¿qué es una década más o menos?
TMB: Maestro... generaciones van y vienen y el castrismo sigue ahí.
A: Desafortunadamente la historia tiene su propio curso. Me despido de la mano de Heráclito.
TMB: Gracias por compatir sus ideas en la blogosfera.
A: Por nada. Al cambio lo que es del cambio.

Unbearable Lightness of Being



Tumiamiblog

Milan Kundera, autor de La insoportable levedad del ser, dice sobre la novela, que es mejor dejar que sea ella "la que defina los parámetros" (León Ichaso, en un email reciente hablándome de Paraíso me confiesa: "que la obra sea la que hable"). Kundera recomienda dejar a un lado el didacticismo (que es cuando se mete el autor a joder), evitar creer que "debemos o tenemos que decir la verdad". Dice Kundera:
La novela no dice nada. En lugar de eso, hace preguntas. No sé si mi país desaparecerá, no sé si alguno de mis personajes tiene la razón. El autor crea narrativas y las confronta, luego hace preguntas. La novela se muere cuando habita el mundo de las verdades sacrosantas. El mundo totalitario marxista -o el islamista- no están basados en preguntas, sino en dictados certeros. Ahí no hay lugar para la novela. Hay algo barthesianamente* estructural en todo esto. Mejor hacer preguntas que responderlas, darle un chance a la elipsis, a la ambigüedad. Es por eso que en The Unbearable Lightness of Being, Franz y Sabina no pueden entenderse. El muro infranqueble es la semiótica.

_________

*Barthes escribe: Si a través de una dialéctica enrevesada, el TEXTO, destructor primordial del sujeto, contiene el sujeto del amor, ese sujeto disperso terminaría como ceniza esparcida por el viento. Si fuera YO el escritor, ¿cómo podría amar con esa vida, la mía, reducida a una suma de detalles, gracias a la labor de un biógrafo desapasionado? Kundera riposta: El novelista destruye la casa de su vida y con esos bloques construye la casa de su novela. Dicho de otro modo: El momento en que Franz Kafka llama la atención a sí -más que Joseph K.-, es el momento de la muerte póstuma de Kafka.

sábado, 16 de agosto de 2008

Una familia abierta por los cuatro costados


Ramón Alejandro (de su libro inédito Adua la pedagoga)

La Biblioteca era un enorme mueble de caoba maciza de gran monumentalidad, y el edificio entero rezumaba una solemnidad muy castiza que contrastaba diametralmente con el buen humor y el relajito generalizado que animaba a sus numerosos huéspedes. Allí, algo amontonados, estaban viviendo Néstor Almendros, y el mulato Echegaray, que era un cuarentón con un par de ojazos azules de una gran belleza, y sus bolsillos siempre bien guarnecidos con los pitos de marihuana que compartía generosamente con el genial pintor Acosta León. También vivían Julio y Gloria Herrera Zapata, y Tomás Marais, Paco Castro, Guy Cuevas (más conocido por María Teresa) y su amiga inseparable, la inolvidable mulatica Isolda, quien quizás predestinada por su mismo nombre, terminó por desaparecer en Alemania secuestrada en vida por un enamorado oriundo de esas frías e ignotas extensiones continentales de mas allá del río Rhin y de los antiguos limes del Imperio Romano. Tampoco me olvido a aquellos dos prietos muy serios y estudiosos que eran hermanos jimaguas e hijos de un famoso campeón de boxeo cuyo nombre en este justo momento se me ha ido de la memoria. Y también venían de paso, muy a menudo, Severo Sarduy, Jorge Cagancho, y un sinfín de otros visitantes aleatorios y residentes fugaces que rebotaban y seguían de largo hacia otros destinos con el mismo ímpetu con el que llegaban. Ya sea porque hubieran tenido la suerte de conseguir acomodo por tener relaciones acogedoras en la misma ciudad. O que se fueran definitivamente a la Florida o a España, o porque se disolvieran en algún amor corrosivo como le sucedió a Isolda de cuyo destino nunca nadie supo nada más. Sin embargo, siempre permanecía constante cierto número de aquellos que se quedaban varados por largos años en esos parajes, aunque el número de los que rebotaban y seguían su camino por su propia cuenta fuese bastante mayor. Y eso era lo que creaba, afectivamente, un caldo de cultivo muy fecundo. Aquello era como un familión un poco descosido. Una familia abierta por los cuatro costados y extendida hasta el infinito virtual de toda una etnia en plena dispersión.

viernes, 15 de agosto de 2008

El 2000


Ramón Williams

El 2000. En la página veintiocho del L.T. de L.L, se levantaba la ciudad de los rascacielos. Cúpulas de cristal, máquinas voladoras a ras del suelo; millares de seres felices saludaban desde calles deslizantes. Laboratorios espaciales, fábricas y escuelas desbordaban jóvenes sonrientes de diáfanos ademanes y trajes relucientes como envolturas de chocolate del Parque Lenin. Nilo adivinaba en las dentaduras de aquellos jóvenes el mismo júbilo de los hombres de la página dieciocho en el texto de Historia de Cuba. Pero los de la dieciocho tenían una sonrisa mayor, más alegre.”Ellos lo comenzaron todo.” Explicaba la maestra. El agua les daba por el pecho y sostenían en alto, sobre las cabezas, fusiles y enormes cajas de balas. Las figuras salían de un barquito blanco varado a muy poca distancia del manglar. Los expedicionarios semejaban un sinuoso hilo verde que se agiganta hacia quien los mira. Bajo la luz de un relámpago, ellos se movían sigilosos entre los rayones de lluvia y el barquito parecía quejarse balanceándose sobre las olas. La acuarela dejaba ver la piel de los hombres alegres, erizada por la lluvia y el ataque de los mosquitos en el manglar. Nilo imaginaba que en verdad ellos disimulaban el sufrimiento y él hubiera querido darles su abrigo, frotarles las manos, alimentarlos con el masareal de la merienda que solía llevar a casa para mamá Regina.

La joven makarenco explicaba en el aula: Aquellos hombres habían bajado del yate dispuestos a salvarnos. Eran unos pocos al desembarcar y llegaron a ser sólo doce. Pero aquello por lo que luchaban estaba en el corazón de todos nosotros y por eso se multiplicaron en poco tiempo. La gente los amaba, seguía tras ellos porque tenían grandes… copien de la pizarra:

VIRTUDES MORALES

Valientes
Desinteresados
Valerosos
Decididos

Todos en la clase copiaban, copiaban, copiaban… Nilo también, sin comprender todavía por qué los hombres del barquito debían sonreír así a pesar de la carga, los mosquitos y el frío de aquel diciembre. Desde el uniforme verde de blusa almidonada y minifalda de tachones, la muchachita explicaba: “Esos hombres se burlan de los peces de colores porque saben que van a construir una patria mejor.” ¡Acabáramos! La patria mejor sería un día aquella de las máquinas voladoras y las callesteras. ¿El 2000, maestra? ¡El 2000, si no antes, en dependencia del esfuerzo!

jueves, 14 de agosto de 2008

Poemas en chino

Nieve


Me levanto cada mañana antes que el pueblo.

Sólo para abrir la jaula a los pájaros que luego ustedes escuchan cantar.

La noche se los traga y amordaza con negro terciopelo.

La noche les traiciona y me despierto rota.

Abriendo jaulas tragando lágrimas dulces.

Soplando restos de mis alas muertas al amanecer.

****

Mis cejas y mis ojos fueron tatuados en chino y en condición muy leve.

El verano en Oriente es de ese crudo dinástico y seco denso goce.

Espasmo de ardores que estalla en la luz deslumbrante venenosa y ciega.

Guardo de mi herencia extraviada esa ruta de breves dibujos eróticos con senos calados.

Vuelvo brevemente allí a mis pobrezas asiáticas de arroz tinta china y sexo estrecho.

Mientras ellas gimen de deseo yo en el mismo tono te nombro con dolor.

****

Tú conoces mis muertos y mis gestos y mis rezos a esos muertos que llamas por su nombre.


Tú les ofrendas comida a esos muertos y le sirves a mi escuálido cuerpo que no traga que no bebe que no duerme que no vive aquí desde hace siglos.

Tú le pones nombre al pájaro y adivinas si es libre o es preso por su trino.

Sabes que soy yo quien vive en el corazón del pájaro.

La que come y bebe como el pájaro es la mujer que tocas y bendices.

Tú no me libres del ritual que alimenta a tus muertos y me mantiene viva.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Andrés Lacau: viaje al centro de sí mismo

Jesús Rosado en Cubaencuentro: El destino estético en Andrés Lacau se reformula dolorosamente a partir de aquella idea propugnada por Émile Cioran de que “no tener nacionalidad es el mejor status de un intelectual”. Y no es que Lacau haya extraviado su sentido de pertenencia o se haya resignado a la orfandad patria, sino que ha asumido la desterritorialización con estoicismo diogénico. La Isla puede llegar a ser un tonel en cualquier coordenada, como para que sea menos costoso consumar el transvase físico a la par que la reorientación diaspórica mental.

[Esclavitud] +- [carnívora]


Alfredo Triff
Para Taína Planas

¿Qué relación tiene la esclavitud con el comer carne? Recientemente traje la comparación en una discusión con un querido amigo. Hoy sabemos que la esclavitud es execrable, pero ese no parecía ser el caso hace apenas doscientos años. ¿Por qué? No queda más remedio que admitir que lo que hoy es execrable no lo era para los esclavistas de la Roma antigua o incluso más recientemente, en el siglo XIX. Parecería que cuando Séneca le escribe a su sobrino Lucilo sobre "el maltrato de los esclavos" a manos de sus amigos senadores está siendo un hipócrita (él mismo era dueño de esclavos). Lo mismo sucede con nuestro "padre de la independencia", Thomas Jefferson, dueño él de una plantación. Podemos paradigmar el problema -kuhnianamente- a una época determinada. Es como decir: la esclavitud es execrable <<fundamentalmente>> en virtud de nuestras creencias actuales. ¿Qué hay entonces del argumento de que esclavizar un ser humano significa violar su libertad y autonomía? ¿Eso es una creencia o un hecho? ¿Es el principio de igualdad un asunto meramente "epocal"? ¿Por qué no asumir que la esclavitud siempre ha sido excecrable, sólo que no lo entendíamos?* Esa ignorancia "diferencial" (en la que nuevos conceptos añaden nuevas capas de argumentación que contienen hechos concretos y creencias) implica que el conocimiento humano es gradual e incremental (lo que apunta a un estado de consenso**). De ese lento proceso terminamos comprendiendo que la democracia es mejor que la tiranía, o que existen ciertos derechos humanos inalienables. Lo que me separa de Séneca o Jefferson es que tengo a mi alcance mejores argumentos. Volviendo al consejero de Nerón: Su aporte a la idea de la esclavitud se basa en ver al esclavo como "otro humano" (idea esta que le llega de Cicerón, quién ya había discutido el asunto anteriormente). Aristóteles no podía ver un ser humano en el persa porque la idea como tal no existía aún. Es decir, a veces vivimos "ciegos" a ciertos actos en nuestro presente, actos cuya formulación están aún en proceso de consenso: Asuntos no resueltos aún, "in between", por así decirlo, moralmente problemáticos aunque permisibles***. Propongo considerar el vegetarianismo como un asunto "in between"****.

_______

*Para Aristóteles alguien no-griego es casi un animal. Ello evita que se considere a Séneca o Jefferson como hipócritas; aunque el paradigma de Séneca es mucho más amplio que el de Jefferson. ** No es el consenso lo que determina que la esclavitud es execrable, sino el peso de los argumentos que llevan al consenso. ***Se sabe que no todo lo moral es legal (la ley seca es un ejemplo). ¿Es la pena de muerte inmoral? ****Por razones de espacio no quiero entrar en la segunda parte de mi argumento: matar un animal (vaca, cerdo, etc) por su carne involucra un grado de explotación -económica- y sufrimiento. ¿Se justifica en virtud de mi necesidades nutricionales?

El extraño caso de la salud de Castro y la ceiba octogenaria

Hay un par de cosas más que me gustaría puntualizar: con respecto a la ceiba, y dado que tiene 82 años, la tradición religiosa nos dice que no se la puede arrancar de donde está y transplantarla. Ahí ya tenemos un detalle interesante. Imagínense el tamaño de ese árbol y el riesgo que se corre de que lo maten. Por otra parte, me fascina de este asunto del árbol el hecho de que haya personas dispuestas a hacer este tipo de ritual para la larga vida y salud de Fidel cuando en 50 años no se han hecho nada similar para la salud y el bienestar del pueblo cubano. No se pierdan la entrevista de la antropóloga Ariana Hernández Reguant y Jorge Ferrer con Ernesto Pichardo, fundador de la Church of the Lukumí Babalú Ayé en Hialeah sobre la ceremonia babalawense que se prepara en Cuba en favor de la salud de Fidel Castro (que incluye traslado de ceiba octogenaria). Excelente pieza de blogoperiodismo.

martes, 12 de agosto de 2008

T+iempo E+XPO



¿Recuerdas la biosfera de Buckminster Fuller para el pabellón americano de la
Expo 67? En plena Guerra Fría el diseño es, además de función y tecnología, semiótica política. Se cumplen 50 años de la revolución bolchevique. ¡Vivan la modularidad, los colores sintéticos, el plástico! Propaganda o venta, comunícate con un afiche. Ettore Sottsass diseña “arte” mobiliario. El happening está que hace ola. La silla Aarnio figura en 2001 Space Odyssey de Kubrik. Verner Panton le apuesta al environment. Para gustos... Cine: la Nouvelle Vague o Kurosawa. Deporte: Ajedrez o esgrima. Comida: Bistro. Ciencia y técnica: El transplante de corazón o la Misión Apolo. Teoría de moda: Estructuralismo. Música: British Invasion, Bossa o Stockhausen. Arte: Op o Pop. Literatura: Frank Herbert o Samuel Beckett.

lunes, 11 de agosto de 2008

Ser el primero


Por el fantasma de Adán

Ser primero es siempre arriesgado; sea por la posibilidad de la pifia o el caos. O porque siempre podrían mejorarte en una nueva edición. No ocurrió. En mi caso, rompí el molde y condené al género humano. ¿Paladín yo? ¿Baluarte? Lo peor es no saberlo. O acaso, la santa ignorancia te permite vivir cada instante como eterno. Tengo memorias vagas, perdidas en la neblina de la culpa. Tuve una mujer que no busqué. No sé si la amé -si es que el amor presupone otredad. Éramos cándidos, (obviamente, eso lo supimos más tarde). ¿El árbol? Nunca me llamó la atención esa mata macilenta en un claro del bosque. Nos atraía la lengua silbante de la sierpe ondulada persistentemente piropeando a mi hembra. Todo debía terminar tal y como aconteció. He tenido la eternidad para cavilarlo. Ahora quiero expresarlo aquí en las ondas tropicales de tumiami. Fuerzas mayores rigieron mi destino y por ende el de ustedes. Un momento de debilidad de EL SUPREMO quien concibió, por sólo un instante, de qué era yo capaz: Por tanto, ni él ni yo sabemos si hubiese podido ser de otro modo. La ignorancia no es sólo un atributo del subjuntivo, sino de la curiosidad omnisciente que se traiciona a sí. Temo que ÉL sufre más que nosotros. He sido el hombre más vilipendiado, paradigma del fracaso, de lo inútil. Mas ponderen por un momento que me deben un favor impagable: Gracias a mí, no hay paraíso en la tierra.

sábado, 9 de agosto de 2008

La lluvia es una niña de cristal


Rosie Inguanzo

Desde nuestro palomar miamense siento el viento descomunal contra el cristal a prueba de huracanes y me aferro a su cuerpo; en el pecho una emoción ilimitada, un gozo secreto. ¿Cuántos ciclones no pasé en condiciones precarias y justo frente al mar embravecido? Isleños al fin, los huracanes nos meten el corazón en un puño: el olor a hojas húmedas, la calma chicha que le precede -esa pausa solemne y avizora de las aves, flora marchita, la sal en la piel, olores marinos… En una isla las inclemencias del tiempo forman parte del día a día. Recuerdo evanescente: Se va la luz y mi madre enciende un guano bendito a Santa Bárbara para que deje de tronar y cesen los rayos. Pero para mí la situación es de fiesta; amenazante tal vez, pero el tipo de peligro que sentimos en un parque de diversiones. Alelados ante el misterio de los relámpagos que transportan, en negativo, imágenes al cielo, el silbido amenazador del viento colándose por las rendijas de las destartaladas ventanas y puertas clavadas, bloqueadas con tablas, butacas y palo de escoba, el agua entrando como si nada, acumulándose en el balcón, y esa voz del aire. Para los niños el viento tiene cara, rostro hermoso en la fantasía macabra nocturna ("la lluvia es una niña de cristal…azul", dice la canción); el viento se disputa todos los pestillos de la casa, y una a reír enardecida por los sobresaltos de los mayores. En la mañana a nadar en los charcos de hasta 4 pies, después de la escampada, imaginando que todos los peces del acuario -apenas a cinco cuadras de nuestra casa, los pingüinos tropicales, los delfines y las pasmosas chernas estarán extraviadas en el barrio debido a los desbordes de las peceras. Pero mi madre nos arrastra del jolgorio a chancletazos, temerosa de los cables eléctricos que quedaron sueltos. Eso del peligro y la inseguridad se aprende después… se siente desde siempre, pero se acepta más tarde, cuando no tiene remedio -debido a tanta advertencia. Recuerdo la espléndida ciudad mojada y gris, asfalto plateado: apenas asomaba un vendaval casi no podíamos caminar por la calle 23, zarandeadas contra la fuerza de las ráfagas. Tan flacos éramos y tan mal alimentados estábamos, que para alcanzar la ruta 32 teníamos que aferrarnos al poste de la parada de guaguas, frente al Cinemateque. Pero ¡qué bonita es la vida sacudida por el tiempo! Qué bonita es batida por los vientos.

jueves, 7 de agosto de 2008

Las peripecias de Chelo y Papayi


Ramón Alejandro (de su libro inédito Adua la pedagoga)

Papayi andaba ya ganándose la vida bailando por toda Europa, porque parece que la filología nunca le dio de comer. El ballet fue lo que siempre le resolvió los frijoles cuando la cosa se le ponía difícil, que era la mayor parte del tiempo, porque ella, la pobre, era de Mayajigua y había tenido que salir pitando de Las Villas para La Habana por tiquismiquis familiares que no cabe contar aquí. Desde muy niña se tuvo que valer de su finura e inteligencia, de las que estaba muy bien dotada, para echar para adelante con todo su consuetudinario familión a cuestas. Pues se daba el caso, como tan a menudo sucede en las familias cubanas, que esa loca despapayada era el único hombre responsable de su hogar. Y que en ese hogar se comía gracias a sus chassés croissés y sus fouettés. Y hasta con sus couchés allongés y otras piruetas en la punta de sus zapatillas de raso debidamente codificadas por la coreografía clásica y romántica de los repertorios internacionales, en uso y abuso, de los teatros de las metrópolis más exigentes del arte del ballet. Y fatalmente, con el simultáneo revuelo de tantas mariposas tropicales que impulsadas por los vientos huracanados que soplaban entonces sobre los cañaverales de nuestra ardiente Patria iban posándose sucesivamente una a una sobre aquellos temblequeantes andamios europeos, fue que terminó por coincidir en Roma con la Chelo, que a la sazón andaba suelta por ahí disfrutando de una de esas becas que repartió generosamente al empezar su triunfal gestión el gobierno revolucionario. Y como se sabe que Roma fue «ciudad abierta» al final de la Segunda Guerra Mundial, a lo mejor es por eso mismo que atrae tanto a las «abiertas» de todo el mundo. Y también parece que fue justamente en esa misma ocasión que la Chelo se desgració conociendo a François Baahl, quien subsecuentemente le jodió su vida entera. Pero, por aquel entonces todavía estaba ella sola, toda extasiada disfrutando de las pinturas murales de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina sin sospechar todavía lo que se le venía, y que estaba justamente a punto de caerle encima. Cuando aconteció que como en un sueño, sin esperarlo, tal y como dice la canción «Imágenes» de Frank Domínguez, un viejo francés se le encarnó a primera vista dentro del intrincado circuito turístico que recorre los largos pasillos, espaciosas galerías atiborradas de venerables antigüedades, y suntuosos salones de los inextricables recovecos intestinos de la Ciudad del Vaticano. Y la Chelo, que a pesar de ser camagüeyana era tan puta como si hubiera sido habanera, se lo puso como si nada, luego de haber calculado inmediatamente a simple vista el rico potencial de eventuales y futuros adelantos profesionales que este director de colección literaria de la prestigiosa casa de ediciones del Seuil podía representar para quien como ella, ya se había estado adiestrando desde hacía muchos años no sólo en las lides literarias en su lejana provincia camagüeyana sino también más recientemente en revistas y medios literarios habaneros. Porque Severo, como su emblemática Chelo, desbordaba de ambiciones y aspiraba también a conquistar a algún Maharajá de cualquier reino que fuera, y si ese reino tenía que ver con la literatura, más que mejor, porque si tanto se habla de la república de las letras, cuánto más no se podría decir de un imperio literario como aquel en que esa Momia lo podría entronizar. Y ese vejete parisino, por muy malo que estuviese. Y que quede claro que sus formas no tenían nada que ver con las del canon de Policleto, ni con el de Mirón o el de Fidias, ni tampoco con el de Praxíteles.

miércoles, 6 de agosto de 2008

La bronca de Tamara contra Kika


Adalberto Delgado

Se rumoraba que a pesar que solamente hacia seis meses que la Kika había establecido lazo matrimonial con Richard Batle, ya le ponía los cuernos con “Palucha”, carácter indeseable y diamónico, según la lengua de Tamara, o mas bien, “Radio Bemba del Palomar”. Si Tamara fuera de estos tiempos, ya tuviera un blog (con esto no implico que los blogs se presten para chismes). Tamara era nuestro jugo amargo… ¡pero estaba tan buena! que nos la tragábamos a pulso, sans problème. No así para las viejas de La Paloma, dedicadas a chismear el día entero. Para ellas, Tamara era como un ídolo, pues sabía los pasos de cada uno de nosotros. Érase una tarde de invierno con friíto miamense y decidimos hacer un mini concierto en la azotea (estábamos fascinados con Let it Be, la película)… el asunto era invitar “al elemento”, para que disfrutaran de nuestro espectáculo. Qué va... cuando Kika se entera del chismesito que se corría por el palomar, le fue arriba a Tamara y las dos se enredaron, halándose los pelos y arañándose la cara (las uñas manicureadas, cortesía de la negra Mercedes, parecían dagas francesas). No exagero: se derramó sangre y volaron mechones. Yo, alérgico a la violencia, agarré a mi Xena, antes que le espantaran un puñetazo y me piré de la azotea inmediatamente. Camino a la calle nos tropezamos con Richard Batle en la misma esquina de la 8 y la 18 con un shotgun recortado y a Palucha, 45-en-mano (ya esto era más serio), ambos gritándose desde “saco de tarros” hasta “ganso viejo y degenerao”. Cuando los muchachos se llevan el otro barullo se lanzan azotea abajo gritándole a Richard: “¡Tírale, mata a ese pendejo que te pego los tarros con tu jeva!”. Con el nerviosismo y la gritería me dio por masajear y jamonear a mi gordita en el murito de la entrada y de ahí a un mate regio que se interrumpía con algún que otro grito. ¿En que paro la cosa? No hubo muertos ni heridos. Concha la gorda llamo a la policía por miedo que le mataran a su Pepito, la Kika con la cara ensangrentada como en una película franco-italiana y Tamara desaparecida, escondida en el closet de su cuarto. Increíble como en breves minutos todo pasó a la normalidad. Los vecinos de vuelta a la rutina y el chisme y Tía Ema (que en paz descanse) avisándome que subiera que la comida estaba lista (sin saber que Xena y yo estábamos en el cuarto, haciendo de las nuestras).