sábado, 11 de abril de 2015

eusebio leal, las "personas impuras" y la "escoria" del siglo XXI



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el historiador de la ciudad de la habana eusebio leal se ha pronunciado contra los opositores en panamá:

"personas impuras"
"carecen de capacidad intelectual"
"uno se siente que le ha caído una salpicadura de lodo en el traje limpio"

para castristas como leal, oponerse al castrismo automáticamente te convierte en una persona "impura". la separación es puramente ideológica. pero tratandose de castrismo, ¿cómo puede justificarse límite alguno entre lo puro y lo contaminado? 

cualquier ser pensante preguntaría: ¿qué hace al castrismo el summum bonum? respuesta: el dogma castrista --y no se admite discusión. 

no compartir la sustancia castrista condena al individuo a la categoría de "salpicadura" sucia y bochornosa (el traje del castrista es inmaculado).

¿en qué universo ideológico en blanco y negro vive leal?

pero hay contradicciones. el caso es que leal ha visitado a miami --fuente por definición de contaminación. tiene una hija de este lado. ¿no tiene miedo ensuciarse el traje en miami? ¿qué decir del dinero exiliado que sostiene acaso el segundo renglón económico de la isla? a no ser que las divisas no se contaminen. 

para un marielito como el que escribe, esa retórica decimonónica de leal trae recuerdos de otra época. un momento en que oponerse al castrismo significa convertirte automáticamente en escoria.

(causalidad que leal pronuncia estas palabras un mes de abril)

si escoria representa la condición de oposición a un mundo de lealtades dogmáticas incuestionables bienvenida sea.

3 comentarios:

THE NEW KOINÉ dijo...

No están hartos de ese lenguaje? En mi país (Venezuela) las peyorativas descalificaciones a la oposición ideológica del gobierno no cesan. Nos llaman con toda clase de obscenas palabras en un perverso afán de que la palabra logre convencer al mundo de la existencia de una Razón Superior llamada "Comunismo". La instauración de una supremacía epistémica del comunismo es tarea en el proceso de "convencimiento" de una gran parte de la comunidad Latinoamericana, cuya historia común de sufrimiento y exclusión nos hermana, pero que también es usada como dispositivo de dominación. Con el dolor y el miedo también se juega y se manipulan conciencias. No se trata de insultar a este señor Leal (qué bien provoca hacerlo) se trata de demostrarle al mundo que sus palabras tienen precio y están al servicio del odio y la muerte de nuestros pueblos. Así, tanto el hombre como las palabras pronunciadas serán olvidadas y no tienen lugar en la historia moderna de nuestras naciones.
Omaira Hernández

Llopiz dijo...

Mi respeto y admiración por tu comentario de articulado lenguaje. Y sí, estamos bien cansados de misma la retórica revolú-cionaria y mesiánica de cincuenta años. El problema es que el desarraigo duele y la abyección de los canta-autores y restauradores del coloniaje citadino revolú-cionario nos revuelve el estómago, nos hace a veces calificar al ser humano como a la revolú-cion: “un experimento fracasado” Pero más aún me sorprende que por muy miserable que sea el destino de cualquier ser humano en el mundo, no tienda a desconfiar del llamado modelo de paraíso del proletariado cubano. Todo se trata de cambiar una supremacía por otra, una exclusión por otra. No hay miseria ni desesperación que expliquen los sueños mesiánicos de nadie, y mucho menos a los Chávez, Maduros o podridos, y tampoco al dedo destructor y la barba rala de los Castros o no castros.

Anónimo dijo...

Leal no quiso usar la palabra escoria, la sustituye por impureza, mera susticion retorica.