domingo, 12 de febrero de 2012

Cochinita hiperrealista

Ilustración Roland Topor, ca. 1960's
Ramón Alejandro

Me avergüenza estar en este baboseo amoroso contigo, cuando tu tienes tantos problemas concretos que resolver.
El mundo es hostil y frío, y esta mañana tuve que afrontar aspectos duros de la realidad cuando una farmacéutica y una funcionaria de la seguridad social trataron de complicarme la vida por gusto, cuando había una solución elegante y eficaz a mi deseo de irme a Miami con mi tratamiento para seis meses en la maleta. Por fin una amiga mecenas me propuso una solución y todos los demás se acoquinaron y se pusieron mansitos y yo me salí con la mía. Pero la vida también tiene aspectos risueños y placenteros y los juegos eróticos son uno de los campos donde la imaginación y los deseos infantiles se mantienen frescos a pesar del paso de los años.
Escribiéndote estas cosas pienso que te deben divertir.
Sobre todo porque tú tienes el papel de protagonista en mis aventuras imaginarias, y eso le gusta a todo el mundo. El recuerdo de tu cara y el pedacito de pecho que te pude ver por entre la camisa oscura apenas entreabierta, y sobre todo tu voz tan viril, son todo lo que puedo utilizar para construir mis sueños.
¡Cuánto quisiera que me dieras mas tela por donde cortar!
Al llegar a casa después de tanto bregar en el frío con personajes amargados y con cara de tranca, decidí darme un baño para relajarme un poco y por supuesto que tu amada persona volvió a ocupar la totalidad del escenario de mi mente. Volví a las andadas del insomnio de esta madrugada. Caí en lo mismo como siempre. Pero ahora sumergido en una bañera con agua bien caliente. Ya tenia desde hace rato los pezones adoloridos y quise dejarlos tranquilos para que se recuperaran. Pero al ir a pasarme el jabón ovalado por la raja de las nalgas inconscientemente y sin saberlo ni hacerlo adrede, empecé a empujármelo hacia el interior del cuerpo con la calentura que traía contigo desde hacia tantas horas.
Desde que esta noche hablé tanto contigo.
Y me entró fácilmente a pesar que la potasa de los jabones de olor es muy irritante y me puso las mucosas en candela. Me trajiné larga y pacientemente con el único dedo del corazón, el mediano, dándole el movimiento circular que conviene a ese sitio tan perfectamente redondo, a pasar del ardor. Y estuve gozando así tanto tiempo que varias veces tuve que abrir la pila del agua caliente, pues la bañera se me enfrió otras tantas veces. No tenía mano disponible para acariciarme las teticas magulladas, porque mi mano derecha trataba deseperadamente de activar ese miembro superfluo con el que nunca supe que era lo que había que hacer (fuera de usarlo para mear).
En vano.
Porque siempre me sobró y nunca fui lo suficientemente valiente como para hacérmelo cortar.
Y siempre consideré no merecerlo.
El caso es que cuando gozo muy intensamente por el ojo del culo, o por los mismos pezones, ese sujeto malquerido se me encoge tanto, y se me pone tan insensible que me parece que me lo han anestesiado. Mira que le di y le di, cada vez se metía más para adentro del cuerpo mientras el ojete se relajaba, cooperaba y se dilataba de lo más orondo.
A pierna suelta y mandíbula batiente.
Como aquello no avanzaba y cada vez desesperaba mas de provocarme un orgasmo liberador, frustrado, como ya sentía un dolor por todo el bajo vientre de tanto jelengue adentro de mi cuerpo, me puse de pie para salir del baño.
Y ahí fue que me meé de gusto en pie.
Pero de orgasmo nada.
El fondillo me arde bastante todavía.
¿Acaso toda esta aventura no es algo demasiado infantil?
Te juro que casi ni me da vergüenza contártelo. Estoy cogiendo confiancita contigo. Recuerdo que siendo yo muy joven y estando dentro de un hammam de Tánger, el masajista que me estaba relajando los músculos del entonces esbelto cuerpo se apercibió de que yo era un poco flojito de piernas.
Me enjabonó el orificio hasta muy profundo y yo me sobresalté pensando que me iba a arder, pero el me explico muy amablemente que ese jabón oriental no tenia potasa y me dio cabilla cuanto quiso sin que me ardieran para nada mis agradecidas entrañas. Esos árabes son terroristas de nacimiento, pero hay que reconocer que le dan a algunos bienaventurados por donde menos miedo tiene que le den.
Por el mismo Century Fox de la Columbia Pictures del gusto.
Bueno, no sé si me atreva a llamarte por teléfono. Creo que volveré hacia fines de enero pues mis gestiones aquí se me han resuelto de lo lindo.
Y lo que yo quiero de verdad es verte, porque escuchar solamente tu voz me pone muy mal como ya puedes darte cuenta.
No te olvides que espero una respuesta concreta a la pregunta que te hice en el email anterior.
Besos de tu Monguita.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El placer sexual es tan escurridizo como la funcion del jabon ovalado, a veces higieniza otras, su acidez, requiere las manos reales de quien amas, sean las de un hombre o las de una mujer las que ocupen tus preferencias.

Estas confesiones son tan verosimiles como el personaje que las escribe, el cual merece mis respetos. Pero es que, ademas, estan bien narradas con una prosa del genero autobiografica de gran nivel y autenticidad.

Amilcar Barca

Pdta> No tengo el teclado en espanyol...disculpen la ortografia.Gracias

Anónimo dijo...

Fuerte fuerte, pero bien. RI