sábado, 24 de septiembre de 2011

El "apoyo" de Yoliván

aTriFf

En mi post anterior discutí qué significa "apoyar" al castrismo. Hablaba de un comportamiento basado es una variedad de reacciones al entorno. El análisis requiere que  ese comportamiento hable por sí mismo, que no que sea juzgado desde adentro. Hay quienes suponen que existe una postura interna al sujeto. Describen al individuo desde una lectura íntima desde la conciencia del otro. Pero ¿quién puede leer mentes? Lo que sigue es una descripción del comportamiento de un tal Yoliván. Les presento el "apoyo" tácito de Yoliván. Observen que no se trata de una caricatura en blanco y negro. En todo caso, no podemos conocer los motivos internos de Yoliván. Acaso ni él mismo pueda conocer tal cosa. Cuando hablo de "apoyo" me refiero a lo que el sujeto hace -o deja de hacer. El comportamiento es material, no sicológico. Repito: "apoyar" es una manera, no de pensar, sino de hacer.

Yoliván tiene 32 años. Es ingeniero eléctrico. Creció en una familia de profesionales. Miguel Ángel, su padre era ingeniero, Graciela, su madre, sicóloga. Los padres se divorciaron por motivos, más que nada, políticos. Graciela es comunista declarada. Hoy en día vive sola. Miguel Ángel se fue a Miami en 2006 con la lotería de visas.

En 2002 a Yoliván le dieron un ascenso en su centro de trabajo. No vino con aumento de sueldo, pero se dice que lo hizo sentirse reconocido. Su hija Yuseini es pionera. Su mujer Uivis era maestra de inglés en la secundaria. Dejó el trabajo para abrir un paladar con su tía, pero la cosa no funcionó. Ahora es intérprete en el sector turístico. Políticamente hablando, Yoliván ha dicho presente para algún que otro acto de masas. Nunca ha pertenecido ni a la UJC ni al partido. A veces, en la intimidad, Yoliván se franquea con su mujer y le dice que "está harto", aunque cuando la mujer le pregunta, cambia la conversación.

Algunos familiares allegados dicen que Yoliván, quien es hijo único, ha tenido la conciencia muy marcada por el divorcio y por la posición política de la mamá, que le parece exagerada, pero a la vez admira su honestidad y convicción. Yoliván tiene un apartamento en Centro Habana muy bien montado, gracias al papá. Televisor Samsung de 48 pulgadas con equipo surround de 6 bocinas, aire acondicionado en la barbacoa, computadora, laptop y playstation para la niña. Recientemente se ha comprado algunos muebles. La familia se visten bien. Entre eso y lo que se busca en la pincha puede decirse que su familia se da una vida mejor que la de muchos.

Yoliván y la madre están hablando en la intimidad. La conversación toma un giro inesperado cuando Yoliván le dice que a veces quisiera viajar y conocer otras partes del mundo, que le gustaría que Yuseini y Uivis vivieran otras experiencias.
Livancito mijito, tú no sabes lo que es eso allá afuera. Ya sé que has cambiado desde que tu papá te mete todo eso en el cerebro que viene de Miami para darte caritate...
El viejo trabaja duro y nos ayuda. No te olvides que gracias a él conseguimos las pastillas para tía Fefa.
Hablo de otro asunto... ¿en qué trabaja tu papá?
Se gana la vida honestamente... lleva en Miami menos de cinco años.
Y no sabe ni hablar inglés. ¿Tú no crees que yo no me doy cuenta?
Si no fuera por el viejo no sé que nos haríamos.
Tu papá te tiene chantajeado Livancito. No quieres ver que se está comiendo un cable y vive peor que nosotros. Trabaja de valé parkin por la madrugada en un hotel en Miami Beach. Un ingeniero eléctrico graduado de la Lenin. Un hombre que tenía futuro. ¿Dónde vive? En un cuartico agregado.
Bueno, al menos no es delincuente. La economía está dura donde quiera. Tengo fe que el viejo va a salir adelante.
Oye, Livancito, mijo, tu padre se la pasa ahorrando los quilos para venir aquí y hacerse chequeos médicos aquí, porque allá sin seguro médico no te atienden. Osea, se da el pisto con nosotros pero no es más que un muertodehambre. Dime, ¿eso es vida? Si aquello es tan bueno, ¿qué hace tu padre que no sale de aquí coño?
La verdad que a veces no lo entiendo, pero a la vez comprendo su situación. A él se le acabaron las opciones en este país. El viejo se esfuerza por ayudarnos. Mami, abre los ojos.
A tu papá y a mí la revolución nos lo dió todo. Y por un tiempo fuimos felices.
Sí, ya sé... pero es que el viejo quería un cambio en su vida y tú nunca lo comprendiste.
Tu papá se dejó comer la cabeza por tu tío que era un desviado y se metió a opositor porque le prometieron villas y castillas esos grupúsculos. ¿Y ahora qué? Los dos están embarcados.
Coño vieja, qué injusta eres.
Livancito, tu papá todo lo que tiene se lo debe a la revolución.
Apretaste, vieja...
No me digas que tu papá te ha comido el cerebro. 
Mami, tú siempre lo llevas todo al extremo. ¿Qué tiene que ver lo que estamos hablando con eso? Te pones extremista como quién tú sabes. Por eso prefiero no hablar de política contigo.
¿Cuál es la única con la que puedes hablar en confianza? Dime... (Yoliván mira a un lado y al poco rato irrumpe).
¿No te gustaría pasarte el sábado que viene con tu nieta? Así les hago un video.
Esa noche, en la sala de la casa se da la siguiente conversación con Uivis:
Yoliván, ¿cuándo viene tu papá de nuevo?
No sé, Uivis. Acaba de venir hace un mes. ¿Qué quieres, que venga todas las semanas?
Eh, pero qué te entró...
Lo que me pasa es que en esta casa todo gira alrededor del viejo.
Eh, pero ¿no eras tú el que ayer mismo me hablabas que soñabas darte un viaje por el mundo?
Sí, ¿y qué tiene que ver eso con mi papá?
Oye, ¿por casualidad estuviste en casa de tu mamá?
Uivis no empieces...
No, porque cada vez que vas allá vienes cambiado.
No vengo cambiado. Lo que sucede es que nos hemos vuelto muy materialistas coño.
¿Materi-qué? ¿A qué viene esa palabra?
Materialista, sí. Alguien que no hace más que pensar en el dinero. Dime una cosa. ¿Tú eres feliz conmigo o no?  Me da la impresión que vives insatisfecha. Que nada que tienes te es suficiente.
(Uivis se le acerca y le acaricia el pelo)
No mi manguito... soy muy feliz contigo y con Yuseini. ¿Y tú?
No nos falta nada. Tenemos juventud y salud.
Es verdad mi amor.
Vamos para el cuarto... ¿quieres? (mientras caminan hacia la alcoba él le agarra una nalga).

8 comentarios:

Los pinos dijo...

Se lee y se cree. Muy bueno.

Anónimo dijo...

En este "chantage" hay muchos...pues esto no deja de ser un chantage psicologico...ya vemos el hijo esta comodo, lo mantiene en este caso el padre desde Miami, y el padre se da unas escapaditas a Cuba si puede, con mucho sacrificio, a ver su familia...esto no nos hace ningun sentido a los que vivimos hace muchos años aqui.

judith ghashghaei dijo...

Es triste que el abnegado padre tenga que hacerse los chequeo médicos allá porque aquí, como todos sabemos, está prohibido enfermarse. Profesionales universitarios nicaragüenses, dominicanos, colombianos, venezolanos, etc. prefieren trabajar como obreros o lumpen en USA antes que vivir en la caótica y despiadada realidad que en suerte les ha tocado nacer. Son individuos que, como este caso cubano, también se sacrifican por los familiares que dejaron. Mucho de estos profesionales son indocumentados; si por buena onda son legales y pueden viajar a su país de origen, es posible que allá se les tratará como el mismísimo Tío Sam pero, a sus espaldas, se les critica o se les tiene envidia; de paso, como han perdido contacto con sus compatriotas e instituciones las posibilidades de regresar se vuelven además de difíciles, dolorosas. Estas personas no reciben ningún tipo de ayuda ni antes, durante, ni después de su llegada al suelo norteamericano. En ocasiones sus familiares no pueden venir por falta de dinero y por lo dificultoso que es conseguir las visas. Esta es una historia experimentada por miles de latinoamericanos, gracias por mantenerla presente. Saludos. Judith G.

Anónimo dijo...

Yoliván es un vampirl. La mamá una descarada. El viejo un pobre diablo. Estamos bien jodidos.

Anónimo dijo...

Es una realidad muy fuerte....

JR dijo...

Los testimoniantes de estos hechos intentan con sus imágenes registrar la monstruosidad del acoso y, a la vez, la heroicidad de estas mujeres sin miedo. Pero más allá de su valor periodístico, las instantáneas de fotorreporteros de agencias extranjeros y cronistas disidentes ya han configurando una iconografía del "repudio" que revela el envilecimiento ciudadano del cubano. Algunos blogueros se han esmerado en mostrar caras que se repiten y dejarlo documentado. Yo, en cambio, los exhorto a contar los rostros diferentes de la ira contracivilista acto tras acto. Son decenas, centenas. Suman miles. De esa energía turbia se sigue nutriendo la "gloriosa Revolución castrista". Un espíritu de horda que se recicla durante más de un siglo de historia. Una pasión pantanosa de rutas endógenas que nos impide elevarnos como nación. Hay que vivirlo, olerlo, palparlo, sentirlo en carne propia, para comprender esta gran multiplicación del yoísmo mezquino, sucio, rabioso, frustrado que subyace en nuestra psicología como pueblo. Hasta que no aceptemos e interioricemos que estamos enfermos de una antidemocracia patológica jamás seremos una república sana. Y esas imágenes que Tumiami muestra hoy confirman la tesis.

Pepe Medina dijo...

Lo siento pero yo no puedo verme en eso. Prefiero el destierro.

Anónimo dijo...

Cuando veo cosas como esta me da espanto. ¿No se ven estas mujeres policías a sí mismas? Hoy le quito la masa a mi pan.
Saludos.