jueves, 7 de enero de 2010

Para el frío: Bacalao "a la miamense"


Ayer decidí estrenar mi penca de bacalao* de COSTCO que permanecía envuelta en su paquete de celofán encima del refrigerador desde hacía dos semanas. Lleva una noche en remojo y dos lavados.

Ingredientes: Aceite de oliva Xtra virgin, ajo bien picadito, cebolla en lascas, papas en trozos, pimiento rojo y verde, dos rodajas de limón.

Ejecución: Pon el ajo y los ajíes a freir en aceite bien caliente. Polvorea los trozos de bacalao con harina, cuida que estén ligeramente cubiertos. Separa el sofrito y en la misma cazuela con un poquito más de aceite pon a freir el bacalao. Al poco rato que los vires, ahoga el bacalao con un buen chorro de vino blanco del mejor. Enciende el horno a 270 F. Ahora añade el sofrito a la cazuela con un buen puré de tomate (uso CENTO, italiano, de sabor dulzón; puré consistente, triturado). A esa mescolanza agrega las papas cortadas en trozos... que deben quedar justamente cubiertas por la salsa, recuerda que no se trata de un sopón. Ya el horno está caliente y es hora de bajar la cazuela tapada (uso Le Creuset, de porcelana y hierro). Hornea el bacalao 2 horas. El olor a bodegón portugués delata la cocción. Cuando vuelvas, verás que las papas están sólidas pero exrtremadamente suaves, lo mismo los trozos de bacalao, consistentes, pero se deshacen. Deja la cazuela arriba por 15 minutos y caliéntate un pan "rustic" para hacerle compañía. En nuestro caso, hicimos un arroz basmati perfumado. Vino "Los pasos", un tempranillo de uvas orgánicas por $10.99 en Whole Foods. Fue una buena noche de amistad.
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*La Academia del Bacalao de Lisboa inventarió recientemente más de 1,001 recetas de Bacalao en el territorio portugués. El bacalao está en la gastronomía portuguesa ya desde el siglo XIII gracias al incremento de intercambios comerciales y matrimoniales con los reinos de Dinamarca. El bacalao tiene su larga historia: exigió acuerdos internacionales, provocó guerras, hizo declarar revoluciones, obligó a legislación específica, viajó por mares para alimentar a pueblos colonizados, estuvo en mesa de reyes y en platos de familias pobres. (Tomado de Cod: A Biography of the Fish that Changed the World).