jueves, 14 de mayo de 2009

Francoise Hardy: Message Personnel


Mais si tu crois un jour que tu m'aimes/Ne crois pas que tes souvenirs me gênent/Et cours, cours jusqu'à perdre haleine/Viens me retrouver/Si tu crois un jour que tu m'aimes/Et si ce jour-là tu as de la peine/A trouver où tous ces chemins te mènent/Viens me retrouver/Si le dégoût de la vie vient en toi/Si la paresse de la vie/S'installe en toi/Pense à moi/Pense à moi.

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Message Personnel es la canción de un álbum exquisitamente galo. Música de época cinemática coproducción franco-italiana, de narrativa novelada, llevada sobre los pedales de cuerda ampulosos (orquestados por el legendario Michel Bernholc). La Hardy se encarna as sí misma. No la chica-yeyé de los 60, sino la amante ofrendada y taciturna, que nos cuenta de su amor a nosotros, testigos citadinos. Ella lo sabe: La voz al otro lado del teléfono suplanta la carta decimonónica (menos explicativa e imaginativa, más personal, burda y directa), esa que nos inspira temor y deseo. Al fin y al cabo no es más que otro romance –especula Hardy cartesianamente-, repetido en tantas películas y canciones de la modernidad. ¿Qué es amar? Dudar, vivir en el subjuntivo (debería hablarle, pero tengo miedo que no me escuche). El mensaje que sigue, ahora cantado por la bella chanteuse representa la síntesis de la chanson francesa, su origen en el trobar. Así lo sugiere Ezra Pound en su Canto VII: The house too thick, the paintings a shade too oiled. And the great domed head, con gli occhi onesti e tardi/ Moves before me, phantom with weighted motion,/ Grave incessu, drinking the tone of things,/ And the old voice lifts itself/ weaving an endless sentence.