sábado, 3 de octubre de 2009

DadaSON



Capablanca, Duchamp, Volumen I y Arte Calle, Bienvenido Julián Gutiérrez, La Orquesta Aragón, Frank Zappa y dada & SON, presentados en reseña/sexálogo de, y por, Iván de la Nuez:

La relación del arte cubano con el dadaísmo fue, casi siempre, bastante tímida (por decir algo). Se limitó a algún manifiesto de la llamada vanguardia (allá por los treinta), o a las excentricidades de pintores cuyas obras eran sin embargo formalmente convencionales (incluso para sus tiempos). Dadá insular tuvo poco que ver con las obras y aun menos con los gestos; no digamos ya las conductas. En los años ochenta del siglo pasado, década que condensa de manera abigarrada los reciclajes cubanos de la modernidad, una parte importante –tal vez la más importante- del arte cubano fue duchampiana. En la forma, en las obras, en las indagaciones, en las maneras de agruparse, en las actitudes.

Moltíssimes gràcies.