martes, 9 de septiembre de 2008

Carpentier y Ponte y reinado de la culpa



Rosie Inguanzo

Los libros tienen vida propia: llegan con rumbo asignado, hacen un guiño desde el librero o desaparecen en la biblioteca. Es así como el azar veraniego puso en mis manos al mismo tiempo El acoso (Losada, 1956) de Alejo Carpentier y La fiesta vigilada (Anagrama, 2007), de Antonio José Ponte. La novelita de Carpentier. hace puente con el híbrido (entre ensayo y relato autobiográfico) de Ponte. Intercalando ambas lecturas se sostiene el hilo de un mismo personaje arquetipo masculino maltratado por el tiempo: el uno en el Machadato; la violencia derivada de la estirpe de barricada que antecede a los del j
óvenes del 1957-59, armado, sin propósitos perdurables, dispuesto a saltar de la cama de la prostituta y la apatía existencial al del retozo estudiantil y el juego violento desde el Packard color crema. El otro, sujeto a una abulia similar, sucumbe a la ironía cruel de la desesperanza, la indecisión moral, la ambivalencia ética, en un cachumbambé histórico que no da tregua. El primero roba la comida a la nana negra agonizante que lo amamantó recién nacido; el segundo supervisa a la abuela senil para después sorber el trago amargo del remordimiento; espumajea desidia. Más lúcido tal vez el narrador de Ponte, teñido el tono inmejorable de este pasaje curado de engaños, que aún busca erigirse de entre la culpa: “La culpa se trasmitía genéticamente. La revolución había creado un extenso reinado de culpa.” El de Carpentier encaja en la indolencia moral y el impulso autómata a la violencia, desde desgano insano. El acoso describe el ocaso de los ideales que después el personaje de Ponte escatima desinflado, llamando “estática milagrosa” a lo que sostiene una ciudad que se derrumba, ante unos valores inaccesibles, cual abuela decrépita que pierde continencia -y está el recuerdo de cuando fue hermosa, la memoria de lo que ahora, como la ciudad de La Habana, es ruina. El acosado político de principios del siglo XX devino su otro perseguido actual, vigilado hasta en el más nimio descuido de su intimidad, con un expediente abierto que lo señala como ruina humana, cifra vencida: “Todo espionaje aspira a la simultaneidad de interior y exterior que es atributo de las ruinas. Lo mismo que el teatro y las operaciones de allanamiento policial, el espionaje recurre a habitaciones de sólo tres paredes. Al espía lo empuja la insolencia con que el demonio destapa techos para husmear en los hogares. Su trabajo presupone las búsquedas del torturador en el cuerpo del detenido, el empeño de sacar afuera músculos, ligamentos, vísceras, secretos, sangre... […] las ruinas son arquitectura torturada”, dice Ponte.
 
Mientras los jóvenes del 13 de marzo disparan frenéticos hasta vaciar el cartucho sobre la alfombra del Palacio, el ánimo actual sucumbe a abstracciones: “A diferencia de quienes intentan avizorar en otros campos la naturaleza de lo que vendrá, mi pregunta se centra en la suerte de unas calles”, dice.

21 comentarios:

Unknown dijo...

Rosie: Me gusta mucho leerte. Ahora que alguien me diga donde se consiguen esos libros.

Feminista dijo...

Gracias, Rosie, qué bueno que sacas El acoso a la luz. Hace más de un año un estudiante me la presentó en una copia seros que sacó de la biblioteca. Me quedé muy impresionada con esa literatura fantástica casi stream of consciousness de Carpentier, y por supuesto el énfasis que tiene la música en la misma. El final de machadato debe haber sido algo que se repita, pero ¿cuándo? No he leído la obra de Ponte, pero ya es de seguro que la leeré.

Anónimo dijo...

No haber sido el indio que armó el arco, no haber corrido al palenque o manigua con guarda en el machete, no haber disparado contra la república ni arrancado un pelo de la barba de la revolución convierte a cualquier cubano en culpable de no agitarse en el ojo de la historia de su pueblo. Todo lo contrario convierte a cualquier cubano en culpable de perderse en el ojo sangriento de la historia de su pueblo. El mañana último carece de memoria y de moral, allí no quedan ya calles ni espía que te cuente los pasos, ni pasos. La ruina es la evidencia del tránsito de la materia, de lo perecedero de los seres que la modelan.

Buen lazo, Rosita.

TIROFIJO dijo...

"De ahí, que la iniciativa más viable es el envío de dinero en efectivo, por parte de los familiares emigrados, a sus parientes en Cuba."

Ya lo entendemos Yoani, pero tu te imaginas lo que es "sacrificar los principios" por unas pobres gentes, unos cuantos miles no más, que se están muriendo de hambre. Además, no son ni artistas, ni se les está coartando la libertad de expresión, ni le dicen al comandante que “no coma pinga”.

MC dijo...

Pues yo no he leido ninguno, pero me dejo llevar por tu emocion y por ahora me es suficiente.

JR dijo...

Antes pensaba que éramos materia viscosa de la historia. Resina pútrida de una circunstancia maloliente. Hoy estoy seguro, que los cubanos nos hemos reducido a polvo, al polvo casi no polvo. Al casi no ser. Tal vez sea el principio del regreso. O el inicio del verdadero inicio. Hay historias que pueden debutar a la orilla del vertedero.

Anónimo dijo...

Muy bueno. Muy bueno.

La Mano Poderosa dijo...

Rosie,
Que es lo que nos ha creado estas tragedias? Somos diferentes que el resto del mundo, o es que hemos logrado ser un ejemplo de lo opuesto?

Anónimo dijo...

Obama extrania a Hillary por estos dias...

Alfredo Triff dijo...

Good point, Inkie (you stranger).

P.L. dijo...

carpentier es mucho carpentier

Unknown dijo...

Amigos, resultó curioso leerlos paralelamente. No pierdo esperanza para nada, aún cuando constato tan malas mañas de lo cubano, también me reconfortan las acepciones como Yoani, Gorki…Jesús, estoy seguro que gente así te reconforta.
Nilo, sí que se hace esa culpa larga.

raffaello dijo...

queridos at y rosi
les envie una noticia por email
ciao

Ingeborg Portales dijo...

EL NUEVO ARTE DE HACER RUINAS

PONTE

http://www.youtube.com/watch?v=hjy2SFl9NJI

Anónimo dijo...

dear friends
estare en el programa de maria elvira salazar esta noche de 8 a 9 hablando de arquitectura de la habana la temporalidad de sus edificios las barbacoas y los efectos del huracan ike
considerando la gran audiencia de tumiami la primera idea que tuve fue enviarles este email
love
raffaello

LopezRamos dijo...

RosIn, me alegra que hagas la salvedad en aras de la esperanza, porque más allá de las culpas raskolnikovianas, lo que somos es una nación párvula en pleno periodo de crecimiento. Dependerá de nosotros si pasamos al kinder o no.

Unknown dijo...

Así es Rafa, somos párvulos.
Raffaello nosotros no tenemos antena de TV, by choise. Pero sabemos que vas a ser ameno e impredecible ☺
Inge, conocemos el documental… ¿verdad que es hermoso? En La fiesta vigilada Ponte incluye el ensayo, que es muy muy muy interesante, de lo mejor del libro. A Ponte hay que leerlo; a mí me da pulso. Además es un asiduo lector de tumiami.
Cariños a todos

JR dijo...

Alfredo, Calexico se me conecta al Wings de Santaloalla de Brokeback Mountain. Es decir, que es un sonido western híbrido, que tiene mucho de hispano, casi de ibérico diríamos, que ha impregnado de un nuevo aire al soundtrack al pie del Colorado. ¿No había cierta guitarra que sonaba parecido en las versiones de Zorro protagonizadas por Guy Williams hace ya medio siglo?

william Rios dijo...

alfredo sobre el articulo de "E" muy intersante "e" odservado que para los nuevos el Mariel es casi lo que es para mi Camarioca ...el tiempo pasa , creo que en tu ensayo sobre el castrismo hay excliur a estos ... no te parece?

Alfredo Triff dijo...

De acuerdo, JR. (Let's not forget Morricone and Spaghetti Westerns).

Ser "castrista" es nuestra condición a nivel de DNA social.

Anónimo dijo...

tu narrativa me engancho....ya me apunte los libros hiciste q me entrara la curiosidad...ya te digo q pienso yo...merci