lunes, 14 de enero de 2008

Un carta desde el domingo


La mujer adriática


Acabo de hablar contigo y permanezco inmóvil junto al teléfono. Tu frase, “utilizaré este correo tuyo en mi novela”, me ha dejado perpleja. Mis e-mails convertidos en ficción literaria pierden la credibilidad romántica que necesitan. Hoy te he escrito. Mis guantes azules se han deslizado con dificultad en las teclas de mi ordenador. Mis manos abrigadas y rígidas por el frío perdieron la sensibilidad precisa que requiere la escritura. Sin embargo una extraña sensación de irrealidad me permitió distanciarme de ti y de lo que te cuento. La mujer que hoy te escribe no está visible. Su indumentaria esperpéntica refleja el deseo de permanecer oculta y ajena a las exigencias de lo social. Si pudiese, ahora saldría a la calle con la bata, las zapatillas, los guantes azules desvencijados, el pelo limpio y distraído y el suave olor de Eau d´Orange de Hermes. Siempre he pensado, amor, que ir como un adefesio y exhalar un parfum trés chair despertaba el celo entre los hombres. Algunas, la mayoría para ser más precisa, piensan que lo erótico es tan sólo unas gotas de perfume sobre una piel desnuda a secas. Así me he sentido yo esta  semana. Ahora, con la perspectiva de este domingo soleado y con brisa, puedo ver la historieta de mi existencia más inmediata. Comparto contigo, amor, algunas de estas viñetas que nos unen con la esperanza de que las conviertas en imágenes y en un testimonio gráfico de lo que somos tú y yo en este mundo marcado por la distancia del Atlántico.

17 comentarios:

Alfredo Triff dijo...

Me conmueves, mujer adria'tica (saludos desde este lado del Atla'ntico).

Amilcar dijo...

A veces medito quién será el destinatario: si la imaginación de cualquier lector que lo interprete o un sujeto ligeramente despreciable que se sienta atado a ti a cualquier precio. Opino, a pesar de todo que las dos opciónes me parecen respetables. La distancia en el mundo virtual en que nos movemos es más corta que la real que ofrece el Atlántico.

Bien...que el desconsuelo no se apodere de ti: siempre queda la escritura para dar verosimilitud a nuestros deseos y angustias.

Un beso

Amílcar

Unknown dijo...

Que bello!!

Eres mi ejemplo mujer adriatica.
:)

MC dijo...

Admirable el amor qe le tienes.

JR dijo...

Lo único que le puedo decir, escritor, es que la cuide. Conserve esa devoción de mareas tranquilas. Hoy día escasea la descontaminación en la ternura.

Anónimo dijo...

Un amor de lejos como este se alimenta de distancias. Las aguas nutren los fuegos y una lo mismo acarica al ordenador que a los recuerdos. Carinyos Mujer Adriatica, RI.

Anónimo dijo...

Mujer, tu post me dejo sin aliento... Ay, que bello es amar y sentirse amada!

Unknown dijo...

Le ensene este post a mi mujer y me miro con tremenda cara.

Anónimo dijo...

Beltrán exhibirá pinturas en mayo en Contemporánea Gallery, en SW 8th Street, Miami, en mayo próximo. A fragmented landscape of the past in Havana.

jm dijo...

Creo que te quiero mucho.
Por lo menos así duele...

boniato dijo...

MUJER ADRIATICA que nombre tan lindo te han puesto...............a boniatillo lo quieren asi pero bien de cerca.......................y el corresponde un poco mas timido pero el corazon le late muy fuerte si le dicen cosas asi.

Alfredo Triff dijo...

jm: necesito llamarte para pedirte un favorcillo... PP quedo en darme tu tele...

Me lo puedes mandar por email?

Ernesto dijo...

Euau de Orange Vert, de Hermès, no es tan caro, y además, es fragancia masculina.

Anónimo dijo...

amilcar
esa mujer te ama...
y estas tan ciego que aun no te has dado cuenta

La fe dijo...

Ya veo que hay una conexion sentimental (se lo tenian calladito).

Anónimo dijo...

Muy movilizador…es un milagro que alguien pueda amarnos así: sin miedos, sin egoísmos…desde la propia esencia.

Ajena -

Anónimo dijo...

O sea, que el tipo va a revelar algo íntimo de ella en su novela. Yo le advertiría a él que, en caso de utilizar una pluma, se trata de erotismo, pero que si se vale de toda la gallina es depravación.

Desafortunadamente, loin des yeux, loin du coeur. Los amores lejanos no suelen ir bien, mujer adriática. Lo de Ulises era una fábula.