miércoles, 11 de junio de 2014

¿puede reconstruirse el auto-engaño?

el comandante prometiendo al pueblo

atRifF

atractivo el título del post de azucena plasencia para diario de cuba.  no he leído el libro, solo manejo algunas ideas de la reseñadora.

"no puede reconstruirse el pasado", se refiere al libro sangra por la herida de la escritora mirta yáñez. 
La portada de la edición cubana es una foto de La Rampa, años 90, rasgada, rota, que alude, según Mirta, al pasado, "que no se puede reconstruir, porque está roto".

reconstruir significa construir de nuevo, luego, "reconstruir" presupone una construcción sobre la anterior. el pasado (aquel ya construido), pasado cualquiera, existe: si rompemos algo sin duda queda lo roto.

¿cómo se rompe un pasado? en la memoria de la computadora existen archivos primarios, secundarios y terciarios. la información (por usar el término digital) es prácticamente imborrable. en efecto, el pasado (cualquiera que sea) está ahí incluso aunque no haya sido archivado por ninguna memoria (esa discusión no es relevante ahora).  

¿qué, o quién lo rompió? el presente que lo informa de tal modo que rinde cualquier "volver" doloroso y (por qué no) repulsivo. ambos, dolor y repulsión tienen notas atractivas.

tiene que ver con el dolor. de acuerdo a plasencia, la dedicatoria del libro pronuncia:
A los amigos que dejaron de pintar, de tocar el piano, de hacer teatro, de escribir un poema, de soñar sus sueños, por las razones que fuesen.
aquí hay licencia literaria. si volver al pasado causa un dolor insufrible es porque se compara con el presente. se trata del tiempo. "el tiempo quema" (time burns), sintagma atemporal de byron en su don juan, que viene muy bien en este caso.

a ese pasado "roto" hubo que volver de nuevo muchas veces, sopesándolo primero, con la sorpresa de una realidad vacía mezclada con alguna esperanza (sería por los 70), luego --imagino-- con el peso inerme de la realidad, más terca ahora que la flaca esperanza (sería por los 80). luego la anomía del "período especial", años que se diluyen en las promesas --siempre-- secas del castrismo (sería por los 90 tardíos y los 2000).

(hablando de memorias, el castrismo es un archivo inagotable de promesas incumplidas).

no, lo que ese pasado insufrible sufrió fue una auto-rotura.
 ¿Qué fue de nosotros?, ¿nadie se acuerda?, ¿quién va a hacer la historia?... los puñeteros sesenta, como todos los que por aquella época abandonaron sus hogares, unos para los estudios en la beca, otros para el impenitente destierro, los de más allá, con poca o mucha suerte, quien podría decirlo, a la guerra y a la muerte.
el tiempo quema, transfomándolo todo, exprimiendo las memorias de su significado, agotando sus reservas. de ahí sobreviene ese dolor insufrible que necesita y requiere "romper" su pasado.

más quien compara tuvo la suerte de dejar el pasado atrás. aunque debe decirse que en aquel presente del pasado (y esto parece ser algo que yáñez vislumbra), hubo quienes detectaron la oscuridad del futuro. los que escaparon a tiempo. los que se alzaron. los que resistieron. y no es que no sufrieron tanto o más que los muy esperanzados (o los algo embullados y los no pocos confundidos). es que no se engañaron, o en el peor de los casos, no se dejaron engañar.

8 comentarios:

Roberto Madrigal dijo...

Es un libro muy interesante y muy bien escrito. Hace tres anos le hice una resena en mi blog:http://rmadrigaldil.blogspot.com/2011/04/los-felices-sesenta.html

JR dijo...

"hubo quienes detectaron la oscuridad del futuro. los que escaparon a tiempo. los que se alzaron. los que resistieron. y no es que no sufrieron tanto o más que los muy esperanzados (o los algo embullados y los no pocos confundidos). es que no se engañaron, o en el peor de los casos, no se dejaron engañar."

De ahí sale otro post, AT

sonora y matancera dijo...

¿autoengaño? respuesta en fifoclave ¿elecciones para qué? reacción del pueblofifo: autoengáñanos, papi.

Alfredo Triff dijo...

leí tu reseña roberto. muy buena. gracias.

gracias JR. y tú me debes uno. :)

Alfredo Triff dijo...

jajaja. sonora, diste en el clavo.

Il Pensatore dijo...

Estimado atRiff, se hace camino al andar, o estamos siguiendo nuestras propias huellas? De todas formas, yo siento que siempre persigo mi sombra. En mi viaje de regreso a “tumiami”, me alegra encontrar artículos con la temática del tiempo, el regreso imposible, y el pasado roto. Me alegra ver comentarios sobre libros come este, que me recuerdan frases de Bragado, como “El Hombre Roto” Así llamaba Bragado a la generaciones dañadas por el monstruo, incluyéndonos a nosotros. Te confieso que la política local y partidista a veces me aburre, (me parece que estoy en San Nicolás de Peladero). Pero cuando llegan las elecciones (gracias a la democracia y ese es otro tema), y por supuesto después de votar como mejor opción; tiendo a tomar vacaciones en mis sueños lucidos. Ah! La ilustración del monstruo mesiánico prometiéndole al pueblo… terrible pasado el nuestro! Quién sabe qué diferencia colonial o cultural nos puso esas cartas en la mesa del autoengaño manipulado? El pasado, es algo no recuperable; pero no necesariamente perdido para siempre. En nuestro caso, fue arrebatado, y ahí está lo terrible; además en nombre de una mentira mesiánica. Se nos arrebató hasta el recuerdo; porque es triste recordar lo que no existe ni en el recuerdo, no solamente quemado por el tiempo, pero remplazado completamente por una pesadilla sin pasado. Mi tío “uncle Llopiz” decía que cuando los Castro murieran, y en Cuba hubiera un cambio real, solo quería ir a Cuba para sentarse a llorar en la Plaza Cadenas (si aún existe), a recordar hasta los peores momentos de nuestra herencia cultural destruida; por muy feudal que fuera. Eso merecía el recuerdo de una Universidad de donde egresaban profesionales que hablaban articuladamente (sin la papa en la boca) No sé, debe ser que mi verdadera vocación era ser burgués. De todas formas, por suerte o desgracia, ahí solo queda construir. Reconstruir no creo que sea posible; pues hasta lo que queda del pasado esta maleado. Qué desapareció o rompió el pasado?, no estoy seguro; pero quién?, si lo sé. Reemplazó el pasado como por arte de magia, por la percepción distorsionada de su odio a todo, incluyendo Cuba y los cubanos. De todas formas, el pasado, nos lo arrebató cuando, lo rompió, y lo reemplazó por su psicótica pesadilla; hizo “lucido” “SU” sueño, no el nuestro. Convirtió nuestra herencia, en una rotura irreparable. Quien nos devuelve las pinturas, las piezas de piano, las obras de teatro, los sueños, la vida, el futuro…? Quien me devuelve el tiempo, o las vidas que se perdieron en nombre de la pesadilla? Ahí está es dolor del regreso. Yo, ni puedo perdonar, ni olvidar; ni siquiera en nombre de una equivocación terrible. Aquí no solo el tiempo nos quemó el destino, que siempre hubiera podido ser otro a pesar de nuestro bagaje genético/cultural? Si, comparo pasado con pasado y con futuro incierto; y le temo al dolor de un regreso al vacío. Se me olvida el engaño, que no sé si raya en la sobrevivencia. Que nos llevó del ciego engaño al autoengaño? Al parecer estamos genética y culturalmente predispuestos para soñar, creer en historias y ser engañados. Miren a los venezolanos, “navegando hacia el mar de la felicidad de los cubanos”. Ojala queden algunos que aunque en el infierno, sepan mirar hacia arriba, buscando la luz del cielo. La miseria y la avaricia extrema, siempre serán caldo de cultivo para el engaño; lo que no saben, es que siempre hay algo peor.
(Me encantaría encontrar una copia electrónica del libro, si alguien sabe dónde….)

El tiempo nos deja el recuerdo, el monstruo lo rompió y casi nos arrebata el futuro!

RLlopiz

Alfredo Triff dijo...

bien dicho. gracias llópiz.

Alfredo Triff dijo...

bien dicho. gracias llópiz.