viernes, 20 de julio de 2012

el cuerpo macabro

hans bellmer, die puppe, 1934

rosie inguanzo

45 años y algunas humillaciones al cuerpo. los enemigos que no buscamos engullen la edad de nuestra belleza, y el enemigo siempre tiene razón –es nuestro mejor admirador hostil. de mis amigas soy la única que presume la edad (debe ser porque no tengo celulitis). pero tanto he perdido. colágeno. es eso lo que aflora en los muchachos, en sus sonrisas y candor –no se llame a engaño: colágeno. con los cuarenta la hecatombe: “no veo”, y llorar a borbotones mientras A. corta vegetales sobre la mesa de cocina, argüir que la casa está muy oscura, comprar bombillos con alto voltaje, ubicar lámparas estratégicamente aquí y allá, cuando en realidad lo que está fallando es la visión. llorar porque dicen que no regresa aquella virtud de mirar y ver el ínfimo detalle de su rostro, el plato de comida, el hiperrealismo de los insectos diminutos avasallados por la lluvia, todo lo escrito. hasta los cuarenta 20/20. y una amaba mirar directamente al sol –ya sé que no debía—las nubes, el paso voraz de las gaviotas. ahora he de ajustarme a espejuelos que modifican el gesto esmerado en el enfoque. visitas al oculista –se llama presbistia esta humillación puntual. encargo unos espejuelos que han de ser interesantes si han de ir en mi cara. pero todos los espejuelos envejecen: después de dos recetas inexactas, de una revisión rigurosa de la visión en el bascon palmer, con fotografía al nervio óptico, etc., los lentes no sirven para nada: un ojo brumoso y los tornillos se aflojan al cabo de dos puestas, ruedan por la nariz, por dios. voy por $1000, y aún no me he educado en esto de acertar con los espejuelos. y voy tirando con baratijas de 2.00 de aumento. el cuerpo.

los zurcidos ortopédicos me han venido tan bien. después de vivir años con dolor e invalidez, el rostro quedó marcado, sí. pero el cirujano hizo el milagro. biónica, revertebrada y compleja, exhibo mis trofeos: cuatro tornillos de titanio atraviesan las caderas, unas barritas del mismo metal empatan las últimas vértebras sobre unos rellenos de fiber glass que juntan los huesos, implantes a los que una capita ósea, al cabo del tiempo, ha cubierto como si suyos fueran. remendada y perpleja cuido la textura de una piel que se afloja, decolora y mancha. buenos hábitos: gimnasio, trotes, dieta balanceada. libre de botox y rellenos—mas no de cremas y lociones, me miro al espejo. el cuerpo. los amigos mienten y adulan por compasión. total, la vida se nos va yendo a todos. pero una sabe que estas manos que nos son tan útiles han cambiado, han ganado expresión, sin duda. irregularidades de la menstruación previenen y preparan para un futuro de menospausa y debilitamiento irreversible de estrógeno, entre otras calamidades. y una sube el mentón: a esto hay que meterle carácter. y alegría, que es la única manera que supimos, a la manera nuestra, la que escogimos con menudas vocaciones.

sé que hay golpes en la vida, “golpes como del odio de dios” que nos hunden en la mierda, en el recodo de la mayor tristeza, en la fealdad desaliñada del enfermo, del loco –golpes antes los que perdemos el juicio, humillaciones al cuerpo que nos acaban y debilitan; salir de ahí cuesta tanto. si acaso se sale como ave fénix herrumbrosa, muy poco a poco, sacando la punta del ala que irremediablemente aspira al vuelo.

pero hay maneras redentoras de lidiar con el desfalco, sanar los desgarrones de la vida; no es lo mismo envejecer como una alimaña, que caducar replegándose como un ángel lisiado. mientras haya margen para escoger. en un cuerpo macabro, en el que crujen los maderos, es asunto de resistir en lo hermoso.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

...sabes que no es verdad lo de la compasiva o comprometida adulación de tus amigos. lo de tus llagas conceptuales y los traqueos del tiempos, es cierto, pero que eres una de las mujeres más bellas y más dulces y más atractivas y que es un lujo tenerte cerca de vez en cuando, eso no lo va a torcer tu literatura. por suerte, la ausencia de una paranoia celópata en el flaco sumada a tu voluntad de ser TU, nos permite a tus admiradores, tenerte...

Anónimo dijo...

¡Bravo y brava esa rosa delicadísima y que escribe!
Teresa

Anónimo dijo...

Mamita; por lo menos luces mejor que tu marido...

Anónimo dijo...

IMPERMANENCE!

Anónimo dijo...

barbie girl!!!!

Anónimo dijo...

¡Ay Rossi; qué texto!. ¡Qué verdades tan aplastantes, ineludibles!. ¡Qué bello párrafo final!; pero, además, y sobre todo, queda tu ¡PALABRA!
PD. Ya voy a mandar este texto a una exigente lectora y muy querida amiga.
Saludith de Judith G.

sonora y matancera dijo...

ja, ese es el susto que se llevan las rubias sirenas de complicados cabellos crespos, acostumbradas a bucear las rejuvenecedoras y transparentes aguas caribeñas --ellas tan bellas y sinuosas--, que cuando chapoteando y salpicando en tacones encolados con pegamento de algas a su linda y ágil cola cruzan las aguas limítrofes (que claro, siempre atrofian) del atlantique... zas... se miran en esos turbios espejos acuáticos y sólo ven unas sirenas tembas --descolagenadas, dices--, aunque ellas, las sirenas, ignoren que bajo cada escama de sus maduros cuerpiños siguen siendo tremensirenas, aunque ya pescadas en varias redes traicioneras que van tendiendo los oceanógrafos que tanto quieren ellas impresionar con sus destellos de luz y salitre; aunque ya sus boquitas marítimas hayan sido agujereadas por cada anzuelo engañador con que esos pescadores de sirenas las quieren siempre embaucar... por eso, ya no tan ligeras, su cola es más sabia que sus ojos y las guían con mejor instinto direccional por esas profundas aguas donde los límites ya ni se sienten...

sonora y matancera dijo...

y bueno, después de la perorata de arriba, yo que tengo canas desde los 18 años y manchas en las manos desde los 30 (en Colombia les dicen "flores de cementerio"... alabao!!!) a veces me miro en el espejo y me grito: ¿Quién coño eres tú?

mantilla dijo...

Me siento tan retratada en tus renglones, Rossity linda

JR dijo...

Puede que la belleza tenga su veta macabra, más ello no contradice a la belleza.

Anónimo dijo...

estos comentarios son realmente reconfortantes. gracias LS por confesarme la autorIa del primero. sono, ese chorro de palabras tuyas entran y salen de lugares, son exploratorias y aventureras; tienes el don.
judith, quE rico mima que te llegue.
mantilla, besos. RI

Anónimo dijo...

T., madrecita, merci. RI

Anónimo dijo...

RLL said…

Hermoso texto Rosa, con todo respeto y afecto. Curioso! Cuando leía tu artículo, saltaba de una línea a otra, y luego me quedaba en algunas como si las hubieras escrito para todos. Estas son tus líneas, conmueves. Pensé que te interesaría saber el efecto de tus líneas en el mundo ajeno... Así percibí el zumo de tu poesía... en estas frases me quedaba… disfrutando de su filo… Con tu permiso y respeto, esta fue mi percepción de las frases que me atraparon. La percepción no es realidad, discúlpame; tuve que compartir tu poesía.


“Los enemigos que no buscamos engullen la edad de nuestra belleza, siempre tienen razón.
…Llorar a borbotones porque dicen que no regresa aquella virtud de mirar,
ver el ínfimo detalle de su rostro, el plato de comida;
el hiperrealismo de los insectos diminutos avasallados por la lluvia,
todo lo escrito… y una amaba mirar directamente al sol, las nubes, el paso voraz de las gaviotas.
Espejuelos que modifican el gesto esmerado en el enfoque,
y esta humillación puntual de un ojo brumoso,
y los tornillos que se aflojan al cabo de dos puestas.
Zurcidos ortopédicos que me han venido tan bien después de vivir años con dolor e invalidez.
El rostro me quedó marcado, biónica, re-vertebrada y compleja;
Exhibo mis trofeos: cuatro tornillos de titanio atraviesan las caderas.
Remendada y perpleja cuido la textura de una piel que se afloja, decolora y mancha.
Me miro al espejo, el cuerpo, los amigos mienten y adulan por compasión.
Total, la vida se nos va yendo a todos;
pero una sabe que estas manos que nos son tan útiles han cambiado, han ganado expresión.
Irregularidades de la menstruación previenen y preparan para un futuro de menopausia,
y debilitamiento irreversible del estrógeno.
A esto hay que meterle carácter y alegría, que es la única manera que supimos,
a la manera nuestra, la que escogimos con menudas vocaciones.
Sé que hay golpes en la vida, “golpes como del odio de dios”
que nos hunden en la mierda, en el recodo de la mayor tristeza,
en la fealdad desaliñada del enfermo, del loco.
Golpes antes los que perdemos el juicio,
humillaciones al cuerpo que nos acaban y debilitan.
Salir de ahí cuesta tanto; pero hay maneras redentoras de lidiar con el desfalco,
sanar los desgarrones de la vida.
Mientras haya margen para escoger, en un cuerpo macabro, en el que crujen los maderos;
es asunto de resistir en lo hermoso.
Si acaso, se sale como ave fénix herrumbrosa.
muy poco a poco, sacando la punta del ala que irremediablemente aspira al vuelo.
Pero hay maneras redentoras de lidiar con el desfalco, sanar los desgarrones de la vida.
No es lo mismo envejecer como una alimaña, que caducar replegándose como un ángel lisiado en un cuerpo macabro, en el que crujen los maderos.
El asunto es resistir en lo hermoso.”

Anónimo dijo...

ta'bueno, gracias rafa; lo desglosaste como poema... me alivia que te llegue. carin~os

gretteljsinger dijo...

muy lindo, rose... y muy bien cumplidos. besos