martes, 5 de junio de 2012

la crítica, daño col(arte)ral

este cuadro de gabriel von max, 1889 es un estamento a una especie ya desaparecida. la del crítico.

miami bourbaki analiza el concepto de crítica de arte, desde wikipedia, haciendo una breve parada en la esquina del maestro denis diderot.

concluye con el siguiente argumento:

ya no hay estética.

estética dejó de ser una búsqueda de límites a proposiciones acerca del arte para convertirse en un mero pie de amigo del arte, pero he aquí lo peor:

ya no existe el arte. arte = entretenimiento.

de ahí lo siguiente:
 
ya no existe la crítica.

la crítica desaparece por una implosión, la falta total de interés del público y el agotamiento producido por la actividad de gritar estentóreamente en medio de la polvareda del desierto.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, Alfredo, aunque soy pesimista no llego a la desolación; difiero por grados de estas afirmaciones tuyas:

Sí existe el arte, sólo que se ha vuelto irrelevante.

Sí existe la estética, y no como pie de amigo del arte sino con valor propio, sólo que se ha vuelto más irrelevante que el arte.

Sí existe la crítica, pero participando de la misma naturaleza que los antedichos; ergo, se ha vuelto irrelevante.

Pero la irrelevancia indica invisibilidad, no inexistencia; ergo, el problema será grave en tanto lo que se pretenda sea esa relevancia y no la objetualidad misma del arte. El artista hace arte, y su azarosa relevancia es sólo una consecuencia, posible o no según las circunstancias de ese arte suyo.

Revisando el comentario de M. Conde en el artículo anterior sobre este tema, me confirmo: Primero, se refiere (como tú) al Arte y la crítica como principio genérico; por tanto subordina el objeto a la suerte de su consecuencia, la irrelevancia. Pero la irrelevancia es buena, porque aparta del; camino del arte a todos aquellos cuyo interés está en ser relevantes, y no es un galimatías.

Por otra parte y aparte del llanto, cuántas veces tú/yo/él no somete la puridad de su criterio a la necesidad de convivencia? No es bueno apuntar a nuestras propias debilidades como ajenas, sino aprovechar las propias para comprender la dificultad de todos. Por qué no existir en la cómoda irrelevancia, donde campea el arte con su estética y su crítica? No hace mucho criticabas (apuntabas) hacia el "yoísmo" en la poesía; qué tal en la crítica? no es a eso a lo que apunta la subjetividad "condeana".

Ciertamente todo es relativo, pero eso mismo es una verdad absoluta; el problema entre antes y ahora, es que antes todo el mundo no se sentía autorizado a opinar sobre todo. Ese podría ser el otro problema, que apunta al sentido de la relevancia; una pobre bestia que acostumbra a predar por aquí (¿contigo?) me criticó alguna vez porque cuando pude no me interesó publicar en las páginas de opiniones del Herald. Negarme al burdo sentido local de la relevancia me ha costado caro, he perdido negocios y proyectos; no me importa en tanto está claro que sólo me habrían dado relevancia, no la experiencia estética que buscaba. ¿Podría ahí estar el problema?, de veras que son sólo preguntas y no ingenuas ofensas, asombros, el maravilloso término inglés del wonder

Alfredo Triff dijo...

ano, gracias por tu enjundioso comentario. voy por parte:

¿que es existir? para mí es poseer una cierta esencia. con todo, la existencia de que hablo no es real, sino ideal. se dice: "el comunismo ya no existe", aunque existan corea del norte y cuba. es obvio que hay crítica desde que haya alguien que la ejerza con valía.

las observaciones de ernesto no las había visto. ya las respondí.

¿la irrelevancia es buena? no creo. hay que examinar el "qué" afecta la misma. por ejemplo, la belleza, el amor, no debieran ser irrelevantes.

en cuanto a la "puridad", creo que el crítico se debe cierta duda, pero no más allá de sus convicciones. si hay consistencia no habría "puridad" (me temo que lo usas peyorativamente). pero bueno, si de "puridad" se trata, hasta tu propio comentario peca un poco de eso, ¿no?

dices "ciertamente todo es relativo", y sin querer no has hecho más que des-reativizar lo que acabas de decir.

gracias por tu comentario. y sigue entrando.

Anónimo dijo...

Jaja! ero cuando digo que "todo es relativo" concluyo que eso mismo "es una verdad absoluta".

Saludos

Anónimo dijo...

Bueno, disculpa la persistencia, pero esto está interesante y qué le voy a hacer si... soy mediterráneo: Es sólo una aclaración, no uso el término peyorativamente, soy un purista!

Anónimo dijo...

Los museos y galería con sus eventos y espectáculos son actualmente una poderosísima “industria cultural” que mercadea indistintamente obras de arte y otros objetos de estética dudosa . El objetivo de estas instituciones es convencer a estrafalarios millonarios coleccionistas y a otras instituciones que compren estas mercancías culturales que potencialmente tendrán un precio mayor que otros bienes. Los críticos conscientes de su rol hacen bien en callar: poco o casi nada es lo que hay que criticar porque como tú bien señalas, my dilecto inter-náutico friend, “el público no tiene interés” ya que está excluido de las operaciones bursátiles de esta industria cultural ; los críticos que alaban las obras ya sabemos que son empleados a sueldo o parte del show. Pero, afortunadamente, hay otra historia que es paralela y subterránea: la de los artistas que se organizan usando la Internet para llevar a comunidades, gente de carne y huesos, sus creaciones. Creaciones con otros discursos, valores e intenciones… Saludith de Judith G.

JR dijo...

Yo creo que hay que que matizar entre crítica y conciencia crítica. La primera puede incluir cualidades de crónica, descripción y elementos de análisis, en dependencia del grado de oficio que se quiera ejercer: explicar, reseñar, recrear, etc. Pero el segundo concepto es implacable. Su historia se remonta a Diderot y lo ilustran Balzac y Zola en sus respectivos monumentos literarios. La conciencia crítica implica criterio independiente (lo repito una vez más: in-de-pen-dien-te), profundo, abarcador, comparativo, ideas de fuego sin tener que ser arrasadoras, no desdeña el elogio, pero advierte sobre el filo de este, esquiva la frivolidad. La interiorización crítica entraña originalidad, conocimiento sojuzgado a la audacia, expresión alternativa, capacidad de polémica y democracia, habilidad para crispar al lector y al artista. Ejercer la autoridad intelectual sin dictadura.