martes, 21 de septiembre de 2010

La miseria de la revolución y la revolución de la miseria (UPDATE)


Y lo digo con una convicción absoluta. Y esa convicción nace de una experiencia insoslayable: Cuba no se rendirá. Cuba será un ejemplo para el mundo.-- Fidel Castro, discurso pronunciado en la clausura plenaria del Ministerio de Industrias, 1971.

Otro artículo en el NYTimes, hoy, sobre la posibilidad de aperturas en Cuba, ahora desde el enfoque del exilio.
Los expertos dicen que los cambios propuestos por los funcionarios cubanos son mucho mayores en su alcance que los anteriores. Por ejemplo, el gobierno ha dicho que por primera vez en décadas los cubanos podrán contratar trabajadores que no sean parientes. Pero en este punto, de acuerdo con los dueños de negocios y analistas, las intenciones del gobierno no parecen haber dado lugar a ninguna subida de las remesas de los familiares exiliados a la isla, montos que podrían ayudar a esos empresarios a empezar sus negocios. 
_______________________
Interesante artículo en el NYTimes sobre la posibilidad de reprogramar la revolución cubana:

No bajo la dictadura castrista.

Invoquemos un principio inductivo que apela a la mejor explicación. Si el modelo les ha funcionado hasta ahora. ¿Por qué habría que cambiarlo?

El sistema se tambalea económicamente, dicen los expertos. Ya no pueden más. Eso lo hemos oído otras muchas veces. ¿Acaso no ha sido siempre así? Los Castro son expertos en materia de gobernar y maniobrar bajo un continuo estado de crisis económica. Lo que no sabrían hacer es cómo gobernar un estado de riqueza. Por eso es que Castro no puede vivir sin el bloqueo.

La miseria como esencia del poder revolucionario

“Funcionar”, hablando castrístamente, significa mantenerse en el poder como sea. Y mantenerse con la imagen rebelde e independiente para el mundo. Aunque parezca circular, la imagen garantiza la permanencia. Es decir, el castrismo es esencialmente una forma de narcisismo ideológico.

Desde que Castro es Castro la política central del  castrismo es que Cuba sea miserablemente independiente.

Esa imagen no tiene por qué cambiar. Dicho distinto, no debe cambiar. Castro II es pragmático, quisiera ver riquezas, pero comprende muy bien que la revolución de la miseria no le es ajena. Le toca gobernar bajo esa herencia ideológica del hermano.

El artículo de Mark Lacey se pregunta si Cuba seguiría el modelo chino. Chi y no. Mientras no cambie la dirección esencial de la revolución. La China es una burocracia devenida en capitalismo de estado. Olvidemos por el momento la palabra comunismo. Lo que tenemos en Cuba es una dinastía familiar.

¿Cambios? Cosméticos. ¿Y el millón de desempleados en la calle? Cuentrapopistas de miseria. La cuenta del hermano menor es: libera un poco la economía, espera y capea el temporal. En lo que el palo va y viene pasan otros diez años. Entonces, sobre la marcha, veremos.

La miseria es la brújula. No hay peor enemigo del castrismo que la riqueza.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

El mejor argumento contra el embargo, sin duda. RI

Anónimo dijo...

flecha en diana, en el mero medio de la miseria en marcha... hasta la victoria siempre, de todos los miserables involucrados ...

Pedro F. Báez dijo...

Cuando el día entero se consume pensando en qué poner a la mesa o cómo conseguir o "resolver" ésto o aquéllo que está en falta crónica, no queda tiempo oara pensar en democracia ni en rebeliones. Eso lo saben los Castro. Eso es lo que ha olvidado el exilio de extramuros. Abrazo.

Miguel Iturralde dijo...

El amigo Báez trae un punto muy cierto. Los esfuerzos dedicados al "resolver" niegan cualquier pensamiento para organizarse y exigir derechos. Un segmento respetable del exilio jura que la transición de poder, de los Castro viejos a quien sea, se traducirá en la formación de partidos o asociaciones políticas que fomentarían la participación del pueblo en un ambiente democrático. Pienso que éste no será el caso a corto plazo.

Me parece que, a primera instancia, la gente se conformaría con cierto grado de "libertad" para generar sus propios ingresos y mejorar sus condiciones de vida. Poner comida en la mesa, arreglar la casita, hacerse de un carrito, etc. Por ello seguirían tolerando una dictadura de partido, o dinastía como muy bien señala el post. Cuán relajado se dé este proceso permitiendo el desarrollo de una clase "burguesa" que más tarde reclame su espacio en el ámbito político, éso es otro cantar. Saludos.

MI

Anónimo dijo...

Buenisima opinion.

Feminista dijo...

"Desde que Castro es Castro la política central del castrismo es que Cuba sea miserablemente independiente."

Inmejorable.

JR dijo...

Excelente enfoque. Solo agrego que la acumulación de riquezas en manos de un sector no gubernamental derivaría inevitablemente en poder político e ideología emancipada tal como advierte Iturralde. Ese es el argumento de fundamento marxista por el cual los Castro impiden a toda costa la consolidación de la libre iniciativa. Con dinero se compran ejércitos. El miedo del castrocomunismo resulta, al final, el secular miedo de todas las oligarquías.

Anónimo dijo...

El próximo "presidente" de Cuba no debe ser otro que Robin Hood.

(patada lateral)

Los relatos de Maurice Sparks dijo...

De una nueva serie: Los bolígrafos verdes.

http://losrelatosdemauricesparks.blogspot.com/2010/09/los-boligrafos-verdes.html

Gracias.