miércoles, 15 de junio de 2011

Futuro anterior


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Llueve grisácido sobre las viejas estructuras habaneras. De Carlos III a Infanta, de Monte a Belascoaín, todo apunta al tedio. El malecón se tiende perezoso en su zigzag multicitadino. Un perro negro caga cerca de la esquina donde un albino ciego canta desganado los números de los billetes de la lotería a los transeúntes absortos. Dos putas jóvenes caminan ligeras, con ropas coloridas frente a "Merluza", hotel repleto de turistas americanos. Presenciaremos la atmósfera extravagante antes del estallido de la segunda revolución del siglo XXI, levantamiento popular contra el intento de reelección del presidente por el partido Neo-ortodoxo cubano en alianza con el partido Anexionista de Yuleisén Martínez. Incluso los acólitos del presidente comentarán en secreto que lo peor que pudo haber hecho Martínez fue proscribir al partido post-castrista que se postulara para las elecciones del 54, con lo que el susodicho partido fue condenado a la clandestinidad. La Plaza de la membrana de la Revolución se llenará de jóvenes. Blogueros, tuiteros, microinterneteros serán uno. Mandarán revueltas virtuales via s.i.n-kar con cada momento de las protestas.  El partido neo-castrista tomará la capital por sorpresa en medio de los carnavales de 2059. Los elementos que se rebelarán contra el gobierno del presidente Yulei Martínez Martínez incluirán estudiantes, obreros y campesinos. No valdrán las reiteradas llamadas de la OEIA a la calma y el diálogo nacional. Será demasiado tarde. Se dirá que la prohibición del partido castrista y sus mapas regionales habrían causado el levantamiento. Ya la neo-burguesía cubana habrá hecho responsable de la crisis al gobierno de los Estados Unidos y a su entonces presidente, la cubana-americana Yumilán Estévez. ¿Será posible revertir la futura estatidad de Cuba en el 2062?