lunes, 12 de marzo de 2007

Lo que cambia cuando uno no está



Albino Gómez (Buenos Aires, 1928)

Le contaron en la noche ajena, de ese rincón tan suyo ahora cerrado, ahora otro lugar. Y se quedó entonces, con las horas borradas, memoria de voces y de copas, el lugar del humo, de los sueños, el sonido del piano que sólo cesaba con las primeras luces de cada amanecer. Recordó también esas cortinas viejas, pesadas que guardaban perfumes baratos de coperas y toda la humedad de su ciudad. Ese rincón de la noche donde sus palabras eran pura verdad, que sólo moría con el agua de las mañanas en su cara reflejada con asombro en el espejo. Antes, pensaba que nada podía haber cambiado, que todo seguiría esperándolo igual, como una lámpara al final de un sueño. Ahora le contaban de las calles, de las casas, de las gentes diferentes, de los hombres viejos, de los niños hombres. De esos desconocidos con quienes no sabía cómo preguntar y que a fuerza de verlos día a día habían sido casi sus amigos. De cualquier muchacha esperada en una mesa con el trago impaciente y los cigarrillos fumados con la mirada en el reloj. Ahora sabía que no se puede partir impunemente: Uno se va recuerdo y queda hecho olvido. Uno es la memoria de todo y todo es la memoria de nada, la vida nueva en la que ya no se está, en la que ya no se es más. Ahora sabía que si se deja de ser presencia, quedan las sillas vacías el mostrador de un bar, las calles sin pasos, las mesas sin manos. Queda una muerte pequeña, la muerte que es vida en otro lugar, una traición indolente con la cena cotidiana del exilio o del destierro. Es que a cierta altura de la vida no se puede ya más abandonar las ventanas, dejar teléfonos mudos para siempre, una libreta con números perdidos, el paisaje y la mirada divididos. Porque ya, a cierta altura de la vida, sólo se puede ser uno realidad, alegría, dolor, siempre verdad en un solo lugar, en el propio país, en la propia ciudad.

14 comentarios:

La Mano Poderosa dijo...

About the illustration, too easy so briefly;

Nighthawks -
Edward Hopper, 1942
Oil on canvas
84.1 × 152.4 cm, 33.1 × 60 inches
Art Institute of Chicago, Chicago
(Wikipedia)
Nighthawks (1942) is a painting by Edward Hopper that portrays people sitting in a downtown diner late at night. It is not only Hopper's most famous painting, but one of the most recognizable in American art. It is currently in the collection of the Art Institute of Chicago.
The scene was inspired by a diner (since destroyed) in Greenwich Village, Hopper's home neighborhood in Manhattan. Hopper began painting it immediately after the attack on Pearl Harbor. After this event there was a large feeling of gloominess over the country, a feeling that is portrayed in the painting. The urban street is empty outside the diner, and inside none of the three patrons are apparently looking or talking to each other but are instead lost in their own thoughts. Two are a couple, while the third is a man sitting alone, with his back to the viewer. The diner's sole attendant, looking up from his work, appears to be peering out the window past the customers. This portrayal of modern urban life as empty or lonely is a common theme throughout Hopper's work. If one looks closely, it becomes apparent that there is no way out of the bar area, as the three walls of the counter form a triangle which traps the attendant. It is also notable that the diner has no visible door leading to the outside, which illustrates the idea of confinement and entrapment. Hopper denied that he had intended to communicate this in Nighthawks, but he admitted that "unconsciously, probably, I was painting the loneliness of a large city." At the time of the painting, fluorescent lights had just been developed, perhaps contributing to why the diner is casting such an eerie glow upon the almost pitch black outside world. An advertisement for Phillies cigars is featured on top of the diner.

Anónimo dijo...

Esto nos aplica: "Queda una muerte pequeña, la muerte que es vida en otro lugar, una traición indolente con la cena cotidiana del exilio o del destierro."
Susana la bloguera errante

Anónimo dijo...

wooo! a los exiliados no cuenta. nosotros tenemos mucho desarraigo.
boniatillo se pregunta, que ciudad? la que dejo, los parques donde paseaba desde nino, los vecinos, la bodega donde su papa iba a conversar con el pan debajo del brazo. esa ciudad ya no lo recuerda, ya nadie lo espera alli......los que no se fueron se murieron.
y un papaleo y un dineral para ir del carimba.
despues otra ciudad que ;e abre las puertas........pero ya pasaron los mejores anos en la otra, la primera ciudad que nos vio nacer. una ciudad nueva donde se pierde el rumbo.....que siempre es dentro del corazon.

Anónimo dijo...

....y madona?

Anónimo dijo...

Mi parte favorita: "Ese rincón de la noche donde sus palabras eran pura verdad, que sólo moría con el agua de las mañanas en su cara reflejada con asombro en el espejo."

Alfredo Triff dijo...

Hi Inkie! How are things?

Anónimo dijo...

Extraño. He leído este post y me asaltó la memoria olfativa del vaho que se escapaba hace unos años atrás por entre las desvencijadas puertas correderas del clausurado Sloppy Joe's de La Habana, un pedazo de glamorosa historia etílica atrapado en la esquina de Ánimas y Zulueta. Emanaciones evocadoras de tabernón y celebridad. Cantina fantasmagórica donde todavía regenteaban las enormes zancadas de Papa Hemingway acompañado de una fragante Gardner con sus gráciles caderas perseguidas codiciosamente por las miradas de Lansky y el Boggie...Mientras que Lauren arqueaba una ceja tras la mota azul del Salem.

Alfredo Triff dijo...

Inkie: No stereo (in the car). But I'm listening to French Soundtrack music of the 60's: Michel Magne, Eric Demarsan, Francois Rubaix and a bit of JuJu African Rhythms.

Anónimo dijo...

alla no me querian...ahora si...aca no me quieren...ahora no...asi y todo...la tierra tira...agrandandose en la lejania...

Anónimo dijo...

Este blog es de lo peor que he leido en mi vida. Que cursi.

Anónimo dijo...

continua la picada... llegaremos a Fernando Pessoa Hidalgo? ER.

Anónimo dijo...

Tumiami puede terminarse en cualquier momento...
Mordida

La Mano Poderosa dijo...

Mastica y traga Mordida por que eso se aplica a todo.

Anónimo dijo...

20!