martes, 25 de enero de 2011

Consolaciones con patria y exilio

José Luis Azaceta, El viaje, 1986

La consolación de la filosofía de Boecio nos pinta al autor del libro, el filósofo condenado, desesperado en su ergástula, conversando con una rara mujer que lo visita. Es Sofía, "mayestática figura" de ardentibus oculis, especie de Atenea, aunque su interlocutor no es Aquiles, sino un pobre mortal en busca de conocimiento.

Boecio ha luchado por preservar el orden de la institución política, y en cambio es condenado por lesa majestad. ¿Es eso justo? Hay sabor a épica en el discurso de los pensadores perseguidos. La mujer le  recuerda otros héroes, como Sócrates, Zenón, Canio, Séneca y Sorano, condenados a muerte por oponerse a la maldad.

Primera lección: La sabiduría cuesta caro.
"Si se me acusa de tan horrendo crimen, es precisamente por ti, que siempre has sido mi maestra (...) me conocen, imbuido en tus enseñanzas y dócil a tu disciplina. No es, pues, bastante que el culto que yo te he profesado no me sirva de nada, sino que es preciso además que tú también recibas los golpes con que a mí quieren herirme." 
 R. Alejandro, Aguamor de candifuertes, 2003

La ignorancia se premia. ¿Por qué?

El condenado se defiende, pero no hay defensa posible. La política es una ilusión. El proceso de Boecio parece ocurrir en otro topos. Por el momento, cada Séneca tiene su Nerón, cada Boecio tiene su Teodorico el ostrogodo.

En el Libro II la dama consoladora pronuncia un discurso proto-moderno, al filo del trauma freudiano: "Si buscas remedio a tu mal, es preciso que indagues en las heridas". Boecio hace gala de prudencia. Sabe que defenderse a sí mismo ante Sofía puede condenarlo, no en la carne, sino en el tribunal de las ideas:

Al final del Libro III, el condenado es capaz de leer la historia de su vida –alegóricamente- como una especie de descenso al infierno. Orfeo Boecio: ¡Deberás ganar la victoria de la mente sobre el cuerpo y sus pasiones!
"el deber no puede estar sujeto al vaivén de los humanos acontecimientos, siempre contradictorios; y yo, que sigo con fidelidad las enseñanzas de Sócrates, no puedo ni ocultar la verdad ni consentir la mentira."
En la causa está la llave. Boecio trata de comprender la desgracia, la razón de su caída. Para eso necesita ayuda. Lo vemos penetrando el sentido profundo de la vida.

Mientras Sofía, al filo, lo interroga sobre qué piensa de la providencia divina. Boecio responde que somos prisioneros de los caprichos de la fortuna. La mujer expresa su aguda opinión:
"Considero, en efecto, que más aprovecha a los hombres la fortuna cuando les contraria que cuando les favorece; pues si muestra propicia, engaña con sus falsas apariencias de felicidad; si es adversa, no puede menos de ser sincera, ya que sus mismas alternativas demuestran su inestabilidad."
Sofía, maestra consoladora, enfatiza que la causa (de la causa) acontece en un marco atípico casi épico. "Daré alas a tu espíritu para que se eleve hasta las cumbres; y disipada toda inquietud, retornarás sano y salvo a la patria". No la patria martiana)(castrista:
"Por muy lejos que estés de tu patria, ten presente que aún no has sido arrojado de ella; estás alejado, y si es que prefieres mirarte en el exilio, tú mismo te condenaste."
Pedro Vizcaino, Airplane, 2004

De la Fortuna hay que beber las dos tazas, la amarga y la dulce. Pero el destino del mundo no está dirigido por el azar, sino por Dios. Boecio quiere comprender la causa de su desesperación. El nuevo interrogatorio revela que el condenado ha perdido de vista su propio telos, su destino como ser humano.

Segunda lección: Siempre estamos viajando, desbordados en una cartografía de tinta invisible. Casi que nacemos exiliados.

El verdadero viaje es a través de la memoria (en este caso el condenado a muerte, con Sofía al filo de la navaja). El trayecto épico del conocimiento, contraste perenne entre la oscuridad y la luz, el descenso y el ascenso. Y cuando se esté en medio de la oscuridad recordemos que no hay nada más duradero que el amor, esa unión afectiva divina y humana que perdura y vivifica.

Tercera lección: ¿Y la muerte? La muerte no es sino un medio para un fin, telos que la virtuosa Sofía representa como fuente luminosa de bondad. La solución al llamado problema de la muerte es el amor.

¿Y la maldad humana? Hay maldad porque hay ignorancia. No es fácil. La sabiduría es difícil.

A veces hay que atreverse... aunque sea en balsa.
Armando Mariño, La balsa, 2002
"(...) sus ojos están ya hechos a las tinieblas y no pueden elevarse para contemplar la luz de la verdad que los ofusca, semejantes a aquellas aves cuya vista se ciega con el día y se aguza con la noche. Y mirando no a la realidad y orden de las cosas, sino a sus impresiones y sentimientos, imaginan que hacer el mal y quedar impunes constituye la felicidad."

Sofía concluye con la lección socrática -ciertamente paradójica- del conocimiento moral:
Ahora que Boecio ha aprendido a recordar su propio dolor (al igual que Orfeo), podrá ganar,siempre que sea capaz de tomar la rienda de su propia nave y volver... a la Patria.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hiper bello esto. Sin embargo hay sus cosillas que podrian prestarse a la mala interpretacion y nos debemos a la claridad de absoluta ausencia de vacio o lugar a la mal-interpretacion:

"Tú, al igual que Dios, que te ha puesto en la inteligencia de los sabios, me sois testigos de que no me ha llevado a la conquista de los honores y del poder otra cosa sino la pasión de procurar el bien común de los buenos y honrados. "

Se podria prestar al hecho de una usurpacion ilimitada del poder. La razon es mia y yo soy lo max. nadie mejor que yo............etc.

Fue una razon bastante convencional de los sistemas monarquicos, me parece.... en esa misma pagina, encontre mas parrafillos con obligacion a mas descripcion.

Aunque sea justifique en el derredor de su contexto.

Anónimo dijo...

Un texto lamentablemente olvidado. Y por favor deja lo del castrismo de una vez.

Anónimo dijo...

auch! I think i've heard that before... Porque tengo que dejar nada de una vez? Why? - Quien dice castrismo dice cualquier otro sistema dictatorial. Castrismo por ser del que mas cerca estamos., tHAT'S ALL! Oh me diras que no es un sistema dictatorial ahora? Come on d! Please dear! Why can't we not mention something as we may feel it? Really no hard feeling...

Anónimo dijo...

OH! Not D, I meant to say, Y.

Anónimo dijo...

Boecio fue miembro de la juventud luego del G2 y excombatiente de Angola. Se metio en la micro y se hizo una casa en Alamar. Lo metieron preso por contrabando de divisas. Lo soltaron y se fue en balsa a Miami. Alli callo preso por contrabando con el Medicare. Esa es la historia.

Anónimo dijo...

AnOnimo de las 5:31, jajajaaaaaja, delicioso-me quedo con una frase de todas: "no hay nada más duradero que el amor, esa unión afectiva divina y humana que perdura y vivifica." RI