domingo, 27 de abril de 2014

Pilgrim Souvenir de adrián nómada

foto: carlos cadenes

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adrián morales, cubano, residente en barcelona, es un artista difícil de clasificar: pinta, escribe, canta, compone, toca instrumentos, produce, crea eventos totales. ¿de qué se trata? no importa la etiqueta. adrián es un artista post-humano, si con ello hablamos de un ahora entre el futuro y el pasado más reciente, lleno de etiquetas --y muchas sobran. morales se plantea una búsqueda sonora más allá del humanismo y el antihumanismo. la música como resorte ideal de síntesis.

el conocido crítico de música cubano Joaquín Borges Triana apunta sobre la obra de adrián:
Hace algunos años que Adrián está grabando una tetralogía ideada sobre el fenónemo de la emigración, verdadera obra conceptual de la cual hasta el presente se han editado los fonogramas Nómada y Ruta sobre ruinas. El primero de dichos álbumes me parece un trabajo excelente en su efoque musical, con una carga conceptual nada habitual en estos días. (Borges Triana, La luz bróder, la luz).
la última producción de adrián nómada se titula Pilgrim Souvenir: Apuntes para una cimática. tampoco es nada habitual.

pilgrim es adrián: viajero post-humano en busca de la verdad. ¿souvenir? digamos, la cosa incorporada a la música: el low-tech, el kitsch, los juguetes, todo objeto ¿olvidado? que suene.

el fonograma abre con "Hentai Raga", de búsquedas especulativas, planos sonoros/capas de recuerdos: acordiones, incantaciones tibetanas, canto flamenco, onomatopeyismos. la coda es electroacústica. una preparación para lo que viene.

"Drume Negrita" toma el centro para la exploración modal acústica de un dúo de guitarras en diálogo contrapuntístico que recuerda el rock de concierto de un king crimson. adrián manipula células rítmico-temáticas que aparecerán luego en otras canciones, dándolo coherencia a la producción. aquí puede apreciarse la técnica guitarrística de adrián, no fácil de encontrar en el típico trovador (salvo raras excepciones).

de "Deca Dance" no puede olvidarse el texto, que rememora el acérbico subtítulo de nietzsche en ecce homo: wie man wird, was man ist (como uno se convierte en lo que uno es). escribe adrián:

ya no te sangra la nariz,
incombustible terror,
fascinados borregos,
no será por no probar,
full time drugstore victim,
encontradamente perdido,
perdidamente encontrado.

"Être nómade" (ser nómada), comienza con un parlamento onomatopéyicamente "daliniano". adrián desarrolla una especie de híbrido global. escuchamos guitarras acústicas, piano y tablá india. irrumpe el alarido distorsionado de la guitarra eléctrica que da pie a exploraciones vocales. adrián aborda el melisma, el grito rockero y el aperto ma coperto casi operático. una suma que adrián-el-nómada llama "electro/psicodelia global".

ya Borges Triana observa esa nomádica de adrián:  
No quiero dedicar este disco ni a la Patria ni a la Humanidad, ni a ninguna ideología ni a ningún sistema, sino a los hombres mismos, a la Gente. (La luz bróder, la luz).
con "Éxtasis" entramos en el campo de la mística, que para adrián es una forma de amor "parasimpático" que,
.... alcanza realidades aparentemente distantes o conscientemente remotas (veladas) para las mentes no listas, que de todas maneras son nuestras aquí y ahora, antes, durante y después... entre lo sagrado y lo profano, la luz y la sombra... (notas al álbum).
"Éxtasis" evoca a la visionaria, filósofa y compositora alemana Hildegard von Bingen. es una exploración de ámbitos modales donde se suman coros sintetizados, pespuntes guitarrísticos y vocalizaciones onomatopéyicas y percusivas, primero como tientos improvisados en pespunte contrapuntístico de tablá y rasgado de guitarras.

la pieza central del álbum es "Sinápsis Libérrima" en honor "al equino Brower", basado en el Elogio de la danza de leo brower. adrián toma células conocidas del elogio, como el mordente aumentado que abre el lento del tiempo I y los tresillos en el 12/8 (que brower siempre interpretaba stacatto sul ponticello). un centro sonoro y conceptual específico que sin serlo, se presenta a sí mismo como un juego.

es decir, adrián juega con la tradición sin tener que romperla -como no dijera leo. 

"Tsunami" abre con una introducción a guitarra sola. son células interdependientes de ritmo ternario, pasajes interesantes marcados por el pulso rock, pero que también incorporan colores de la trova cubana e incluso el renacimiento inglés. justo al final de una cadenza, entra la voz de adrián sobre la armonía en pedal, del falsetto a lo operático y a lo melismático. exploración tan abstracta como lo podría ser una teoría de conjuntos para trovadores. de pronto entran el mar y su espuma, acariciando las rocas de la bahía.

Pilgrim cierra con "La trampa", canción trouvère que se acerca al panteísmo del filósofo baruch spinoza: modalidad vital que transmuta dualismos hacia la afirmación de la vida como potencia inmanente. el puro devenir:
de uno surgió todo, de todo nada, un paso hice camino de una piedra a mi casa, de una hoja hice bosques, de una lágrima océanos... de un suspiro la vida la eternidad en un segundo de tierra, mundo. el universo en la palma de mi mano.  el todo nos mece.   
Pilgrim Souvenir es una obra madura, compleja, ambiciosa y personal, fuera de los moldes consabidos. la recomiendo sin reserva alguna.

1 comentario:

JR dijo...

Un verdadero renacentista de nuestros tiempos. Raro toparse con tantos talentos convergentes en un mismo recipiente de piel y nervios. Ojalá podamos montarlo algún día en un proyecto made in Miami.