jueves, 20 de diciembre de 2018

Cómo elaborar un ensayo irrebatible (minipropuesta)

El ensayista desea cambiar em mundo con la pluma

aLfreDo trIfF

Para escribir un ensayo irrebatible, Ud. deberá usar argumentos cual ingredientes para una cena memorable.

Imagine un orden arbitrario de fruición gustativa:

* Permítase ser ácido (el lector valora la osadía),
* Busque algo dulce entre amargo y salado (la ambigüedad despierta curiosidad),
* Apueste al color entre primarios y secundarios, luego terciarios,

Si de conceptos se trata:

* Examine las pruebas aducidas y aguarde a que el adversario se canse (o pierda interés)
* No olvide elegir una conclusión indefendible,
* Organice su ejercicio de modo de que nada de lo tratado quede claro,
* Busque la tangente; evite el ángulo recto, 

Estrategias a seguir

* Postponga la tesis y dele soga al desarrollo,
* Si está en apuros, amague con una propuesta paradójica o pleonásmica,
* Presente alternativas camufladas, apele a la metáfora,
* Sea indiosincrático (el lector masoquista hace ola),  
* Evite ejemplos demasiado particulares (puede ofender sensibilidades),
* El humor siempre con cuidado (la seriedad impresiona),
* Sea generoso, la empatía ablanda los ánimos, 
* Si no hay preguntas, ofrezca tantos detalles como sea necesario,
* Si la conclusión parece imprecisa, no la modifique,
* Concluya en términos generales, acaso con una pregunta, de lo contrario, el ensayo parecería incuestionable.

¿No le parece convincente?

martes, 18 de diciembre de 2018

Gabriel Orozco: La fama carcome las ideas

Black Kites, 1997 (el pre-Hirst sin diamantes)

alFreDo tRiFf

(publiqué este post en 2010, y lo refrío a partir de una discusión con un amigo sobre el artista mexicano Gabriel Orozco, él a favor, yo en contra)
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Gabriel Orozco tiene una retrospectiva en el Tate. Y hay bulla con eso.* Pero me parece que se exagera la poética. Existe una política de inflar a ciertas figuras. Lo hacen los curadores y usan el jargon oficial de la disciplina. Parreno infló a Koons en un Art Basel en Miami (el que escribe estaba presente) diciendo que Koons era "una fuerza democratizadora para el arte contemporáneo" (¡Koons, el über capitalista!). De Orozco, Buchloh ha dicho que el primero "ha redefinido el valor de uso de la obra de arte" (como si Orozco no viviera de la venta de sus obras).

El proceso que he llamado artejudicación, es un proceso epifánico, seudo-poético, con visos míticos.    
Orozco es beneficiario

Y no es que no tenga talento. Disfruto al Orozco temprano de obras ingeniosas,

La DS, 1993

Horses Runing Endlessly, 1995 

hasta que a fines de los 90 se vuelve dicáctico, 

Ping Pond, 1998

incluso anémico:

Chicotes, 2010

De la misma manera que se espera el gag (o gancho) en la comedia, en ciertos estilos de arte contemporáneo se espera, con cada Vernissage, un uppercut a la quijada. A Orozco lo fueron empujando hacia el lado ponderoso de "la teoría del objeto" -culpa del pedagógico de Buchloh.

Por eso Orozco sigue en su labor de estirar el duchampismo hasta donde pueda, pero el coeficiente de duchampiano de elasticidad ya no da para más. Para amortiguar ese problema, ya un curador reciente ha dicho que para Orozcono no hay "... nada es puro o esencial" (qué tontería). Hasta la palabra "deconstrucción" -que he comenzado a odiar- aparece en contubernios con el artista mexicano. 

Es difícil seguir la apología que ha construido Benjamin Buchloh alrededor de Orozco (Buchloh es tan severo que no permite que nada escrito por él salga del reducto sagrado de MIT Press). Lean este párrafo lapidario que Buchloh le regala a Orozco:
Lo que primero perdió el objeto [de Orozco] fue su inmutabilidad ... su fuerte promesa de producir valor de uso. Ahora los objetos se definen como totalmente efímeros, su mera función era realizar un trabajo temporal para generar valor de intercambio.
¡Qué ortodoxismo por favor! (salido casi verbatim de un manual de economía política de Bukharin).  Esta foto de Orozco titulada Betabel hecha por tierra la tesis de que Orozco persiga redefinir el valor del (lo peor del arte contemporáneo es su mala fe).

Con estos ruidos, el Orozco de ahora se ha vuelto más didáctico, analítico, casi aporético (la mesa de ping-pong con agua en el medio es ejemplo fehaciente). Con tantas ideas usadas y reusadas Orozco ha perdido su levedad (esa frivolidad duchampiana que entretenía).

Detrás de la muestra de MoMA en 2010 se percibía una mezcla de agobio y soberbia, el juego al arte contemporáneo y sus opciones imponentes y reificadas (estilísticamente muy siglo XXI). Paradójicamente, dos meteoroides del arte contemporáneo, Orozco y Hirst, arriman peligrosamente sus órbitas.  El primero desde un arte-de-no-hacer tercermundista, el segundo desde un arte-de-no-hacer primermundista.

Aquí está la prueba:

 Hirst, Sphincter paintings, circa 1990s

Orozco, Piñanona, 2013

(para ser más precisos, en este caso es Orozco quien se acerca a Hirst)

Matrix Mobile (obra noventosa y gigante) derivativa de Horses y Black Kites 

Prefiero el Orozco temprano a este casi-tardío (¿cómo será en 10 años más al paso que va?). Lo desdichado es que Orozco no puede volver atrás: No puede hacerse menos didáctico (sería no-duchámpico), no puede hacerse más HardEdge (sería muy rígido), no puede hacerse más NeoGeo (sería, bueno, demasiado obvio).

Un maldito decimonónico lo dijo: La fama carcome las ideas.

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*Jessica Morgan de MutualArt.com publicita el show en su blog, arriba, como "funny, striking, and thought-provoking", palabras estudiadas, pero que no dicen nada.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Hombre mediocre



José Ingenieros

Hay hombres mentalmente inferiores al término medio de su raza, de su tiempo y de su clase social; también los hay superiores. Entre unos y otros fluctúa una gran masa imposible de caracterizar por inferioridades o excelencias. Su existencia es, sin embargo, natural y necesaria. En todo lo que ofrece grados hay mediocridad; en la escala de la inteligencia humana ella representa el claroscuro entre el talento y la estulticia. Los hombres sin personalidad son innumerables y vegetan moldeados por el medio, como cera fundida en el cuño social. Si hubiera de tenerse en cuenta la buena opinión que todos los hombres tienen de si mismos, sería imposible discurrir de los que se caracterizan por la ausencia de personalidad. Lo habitual no es el genio ni el idiota, no es el talento ni el imbécil. El hombre que nos rodea a millares, el que prospera y se reproduce en el silencio y en la tiniebla, es el mediocre. El hombre sin personalidad no es un modelo, sino una sombra. ¿Cuál es el hombre normal? “Buen apetito, trabajador, ordenado, egoísta, aferrado a sus costumbres, paciente, respetuoso de toda autoridad, animal domestico”. Todos los rutinarios son intolerantes; su exigua cultura los condena a serlo. Defienden lo anacrónico y lo absurdo; no permiten que sus opiniones sufran el contralor de la experiencia. Llaman hereje al que busca una verdad o persigue un ideal; los negros queman a Bruno y Servet, los rojos decapitan a Lavoisier y Chenier. Ignoran la sentencia de Shakespeare: “El hereje no es el que arde en la hoguera, sino el que la enciende”.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Ser francos para ser libres

Luz contra soberbia, Gaetano Gandolfi, 1792

aLfreDo trIfF

La verdad puede ser una amarga pero es la única medicina. -- Filodemo de Gadara.

La idea de criticar el poder (la llamada parresía de los antiguos) aparece casi por necesidad en la polis griega alrededor del siglo 5º aC. A medida que las instuticiones democráticas se erosionaban, se hacía necesario un método más apropiado para la discusión. Los sofistas ya tenían el suyo, y podían callarle la boca a cualquiera. La fundación sofística es la retórica y el arte de la contradicción. Pero ese discurso carecía de algo y era llegar al cuerpo (bios) para volver al pueblo (demos).

Así aparece Sócrates, él mismo un sofista, con una idea nueva: buscar la verdad (alétheia) por la verdad misma. Pero la verdad no se muestra, sino que se oculta. Es cuando se discute que se procede a descubrir lo ignorado detrás de las apariencias. De ser así, se necesita una estrategia. Se requiere la ironía, un fingir no saber, un uso mesurado de la retórica (la retórica es el propio lenguaje en el retruécano de la vida y el cuerpo).

El lenguaje ordinario surge por necesidad de una urdimbre con lo pragmático de la vida. El lenguaje lleva indeterminaciones y antinomias semánticas; el lenguaje es autorreferencial, aunque nada que se diga del lenguaje es necesariamente un problema. El mundo es perfecto como tal y por tanto la vida en él. La filosofía tiene una herramienta crítica: la dialéctica (techné) para darle la vuelta al lenguaje. Dígase que la dialéctica que ni afirma ni niega el todo, en todo caso la dialéctica lo emplaza todo.

En El Banquete, Alcibíades emplaza a Sócrates:
"–Diré la verdad. Mira si me lo permites.
–Por supuesto –dijo Sócrates–, tratándose de la verdad, te permito y te invito a decirla.
–La diré inmediatamente –dijo Alcibíades–. Pero tú haz lo siguiente: si digo algo que no sea verdad, interrúmpeme, si quieres, y di que estoy mintiendo, pues no falsearé nada, al menos voluntariamente.
Es imposible que Sócrates rehúse escuchar "la verdad". Y resulta que Sócrates nunca interrumpe a Alcibíades. Nunca dice –ni siquiera en los momentos más comprometedores– que Alcibíades miente. Es por ello que la verdad depende del diálogo... y eso es lo que le preocupa a Sócrates: la Verdad -no las verdades particulares- sino la fibra moral y el quehacer de la verdad.

La verdad de la mano de la parresía

En el siglo I (aC), en la comunidad epirureana de Nápoles se destaca el filósofo sirio Filodemo de Gadara, discípulo de Zenón de Sidón y Demetrio el Laconiano. Hoy se conserva un oscuro libro de comentarios de Filodemo titulado Sobre la crítica franca. 

Filodemo le dedica mucho tiempo a este tipo de método admonitorio y correctivo, terapia verbal antiquísima (θεραπεία significa "curación"). Se basa en un razonamiento de viso filosófico e hipotético y retórico que requiere imaginar la situación ideal que exploramos. 

Hablar francamente significa buscar la verdad. Si la verdad fuese obvia, no sería necesario búsqueda alguna. Pero he aquí que el asunto se complica: La búsqueda de la verdad invita -necesariamente- una hueste de enemigos: adulación, arrogancia, irascibilidad, calumnia, vanidad, terquedad, insolencia, y procrastinación. ¿Qué desata este bosque de engendros? La fiera humana. 

1º La parresía y las emociones humanas

Pocos conocen que el amor es el sustento de la crítica. Amor por la verdad -y amor agapê (ἀγάπη)- por el género humano. La dialéctica sirve de muy poco si no va de la mano del amor. Es el amor el que sustenta la pregunta y la respuesta. El factor clave en este vínculo es la confianza, objetivo principal del encuentro terapéutico. El maestro aprende a confiar en el estudiante y a su vez este último se va permitiendo salir del mundanal encuentro entre ambos. Así se franquea una fragilidad íntima. Raro que sea la ironía la punta de lanza que ponga en jaque al auto-engaño y abra la piuerta de la intimidad. Porque la ironía no confronta al estudiante, sino que lo enfrenta a su propia incoherencia. La pregunta es el vehículo idóneo para encontrar esa claridad que nos acerca a la verdad. ¿Y la emoción? Que no se reprima, que se incorpore como herramienta retórica y educativa. La parresía no es la vida, sino que busca la verdad de la vida, de esa vida que nos tiende trampas.

La parresía podrá ser áspera, pero nunca llegará al escarnio (de hacerlo se pierde el amor). Sin embargo, la naturaleza de la crítica radica en el móvil de voluntad que la engendra, vena franca, rayana al insulto, pero sin mala voluntad (60, 1-7). La franqueza abre puertas porque sorprende y estremece. Filodemo aconseja que se hable duro "pese al riesgo de ser mal entendido". Ahora debemos volver al nudo gordiano de la verdad. La verdad hiere porque se oculta y se oculta porque vivir es un modo de engañarnos.  

2º El falibilismo

No hay parresía sin falibilismo. La crítica no es solo hallar falta sino hallar la posibilidad de la misma. Para ello hace falta la duda. El falibilismo busca las condiciones normativas de posibilidad de la duda, para enriquecer la crítica y la refutación. Solo hay filosofía cuando se por sentado que existen presupuestos indiscutibles para la equivocación. Sin eso no se puede probar que el otro está en falta. Ah, pero no solo eso. Entonces también pudiera estar en falta uno mismo. Ese es un filo transcendental de la filosofía. Ahora bien, falibilismo no es escepticismo. Falibilismo significa perfeccionamiento a largo plazo. Filodemo advierte: "Si el objetivo [de la crítica] no se consigue, el sabio puede haber fallado". Curar  toma tiempo y autocrítica (el médico puede contagiarse por la enfermedad que pretende curar).

Podemos incluso estar convencidos y como ejercicio, dejar una reserva para el fallo. "El error está en todas partes, pero reina la verdad". ¡Qué sabia ironía! 

La parresía en su versión cínica

La filosofía cínica se considera un puente entre la filosofía socrática y la helenística. Algunos sugieren una sucesión maestro/discículo de tres eslabones: Sócrates, Antístenes y Zenón de Citio (fundador del estoicismo). He aquí un ejemplo notable del cinismo en acción: Aecio cuenta que Platón definió al hombre como "bípedo implume", y que Diógenes de Antístenes no perdió tiempo en demostrar su punto: mató un gallo, lo peló y lo metió en el aula exclamando: "aquí está el hombre de Platón".

Diógenes transforma la parresía en un teatro de la verdad. La verdad -no exagerada- sino amplificada. La verdad para que disguste -pero verdad al fin. Diógenes es el actor privilegiado del cinismo. Alguien que se las juega todas. El filósofo juega con las armas del momento, y adapta el lenguaje al mundo, que es una forma de reducir la diversidad de los individuos al molde abstracto del discurso.

Para algunos Diógenes parece cultivar la prosa de lo falaz, lo torcido, el doble sentido no muy lejano de la técnica sofista. No es cierto. La diferencia es que la persuasión diogenesiana es anacrónica, basada en retruécanos, homofonías, ambigüedades semánticas y falsas etimologías. La razón cínica de hecho se apoya en la falacia para subvertirla. La parresía es ahora deviene corporalidad y teatralidad.

El treatro diogenesiano deja abierto un espacio para el equívoco (que no significa equivocación) al acercarse a la verdad. Es un juego peligroso que asemeja el juego de las fieras que se muerden, pero no se trata de una verdadera mordida. La mordida cínica duele pero no es completamente negativa. Sería más bien una suma de dos negativos, especie de negación teatral. ¿Puede la fiera decir que no? De ahí nace el juego irritante del cinismo. Se ha dicho que lo irritante del juego no es la aparente incoherencia, sino el juego mismo que nos provoca con su inaccesibilidad. Nos hace sentir como si detrás de todo eso hubiese un enigma marginado y postergado: LA VERDAD.

Y es que hay en la verdad mucho de enigma y equívoco. La verdad sale del error. Errar es como llegar a la verdad por otro camino -cínicamente hablando- más escandaloso. Dejemos, pues, que reine la carcajada.

Conclusión:

La razón tiene capas que se tocan, pero es el estímulo del mundo el que estremece el tegumento de la razón, y lo que estuvo enterrado se estremece y brota. Estamos en presencia de la verdad. Recuérdese que la verdad no aparece, sino que desaparece. A su debido tiempo, la verdad sale de por sí, el daimón (δαίμων) la emplaza. De ahí se intuye que la verdad tiene no solo su razón, su sapere aude, sino su sorpresa, su "¡eureka!".

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Libros consultados: Philodemus, On Frank Criticism, Society of Biblical Literature, John Fitzgerald Ed. (Scholar Press, Atlanta, 1998). Tim O'Keefe, Epicurus On Freedom, (Cambridge University Press, 2005). Michel Foucault, Fearless Speech (Semiotext(e), 2001). Scaltsas & Mason, The Philosophy of Epictetus, (Oxford University Press, 2007).

jueves, 22 de noviembre de 2018

Debate en un balcón de Douglas Road: To be or not to be del putinismo en Cuba



JR
Para mis coetáneos (60 +) es sabido que los cálculos de tiempo y la precisión de los recuerdos se hacen evanescentes. ¿Cuándo fue? Quizás hace dos o tres años. O más ¿Dos años con trescientos diez días? ¿Había muerto Fidel? No creo. Porque mi contendiente me hablaba enfáticamente de la desaparición de Castro. Me argumentaba con pasión sobre la visión de las nuevas generaciones en Cuba.
“No, JR, olvídate del putinismo”. Eso no va a suceder en Cuba. Desaparecido los Castro se acaba todo”. “Y ahí la juventud se impone. El futuro viene con otro color.” “Eso se jode.”
En este amigo que polemizaba con entusiasmo siempre he elogiado su optimismo. Si de su imaginación dependiera, La Habana a la altura del 2018 se estuviera devorando a Miami.
Pero tristemente no es así. Mis vaticinios de entonces se han cumplido. La fórmula del castrismo postfidelista ha amalgamado cuatro asideros: Rusia, China, Viet Nam y Corea del Norte. Cada uno con sus peculiaridades y contribuciones específicas a la supervivencia del régimen cubano.
Pero, indiscutiblemente, y la actualidad no da pie a otro debate en el balcón, que la vía sellada por la reciente visita de Díaz-Canel a Rusia es la de clonar el concepto putinista, tomado en cuenta que putinismo es la prolongación de un stalinismo modernista hibridado con un zarismo reciclado en la nueva burguesía seudomarxista de los autócratas cubanos.
En el caso Cuba, esta tendencia previsible desde que altos oficiales licenciados de las FAR y el MININT en los años 90 se hicieron del control económico y empresarial de la dinámica financiera en la isla, puede interpretarse como la combinación de la gestión monopolista de una jerarquía revolucionarista con (a falta de zarismo) prácticas ancestrales de la oligarquía capitalista prerrevolucionaria. No se distingue mucha diferencia entre el poder de un Julio Lobo y las prerrogativas financieras del yerno de Raúl Castro, Luis Alberto Rodríguez Callejas, ascendido a general en el 2004, el hombre que dirige el emporio empresarial GAESA que controla el 80% de la economía cubana.
El putinismo es una Cosa Nostra surgida de una élite de la intelligentsia y del exmando armado soviético que conocían a cabalidad los entuertos del comercio internacional blanco y sucio. No hay transacción económica blanda, contrabando o lavado de dinero que no conozcan.
Una clonación que está en proceso en Cuba. Con la ventaja a nivel regional para la mafia habanera ante la metrópoli moscovita, de que tienen penetrado todo el submundo delictivo estadounidense y latinoamericano.
No en balde Putin busca alianzas con el mandato de un Díaz Canel-Castro, siempre vigilado de cerca por Díaz Callejas. No son casuísticos los cuarenta y tres millones ofrecidos por Rusia como crédito para rearmar a la estructura protoputinista que se gestiona desde ya en la jerarquía militar que administra la economía insular, cuyos tentáculos se extienden por todo el continente americano y ejerce influencias en la política española. Nos son millones para armar un ejército. Esa sería una suma exigua para ello, pero sí suficiente para apertrechar a cerebros gangsteriles que sabrían multiplicar negocios mediante la coacción de un arsenal de estreno.
Se añaden inversiones en ferrocarril, aviación, posibles asentamientos militares y de espionaje, infraestructuras portuarias, turísticas, convenios en los servicios médicos, negociaciones en el comercio del azúcar, otorgamiento de créditos bajos en intereses, facilitación de los convenios con los países asiáticos…Componendas todas con un negociador inestafable.
Y téngase en cuenta que Venezuela está sometida a merced de La Habana. Bolivia está sometida a merced de La Habana. Nicaragua está sometida a merced de La Habana. Y Madrid, con el gilipollas de Sánchez, posiblemente será puesta de rodillas. Todo eso, con Putin, detrás.
Estamos hablando de un eje en términos sociopolíticos  y en idiosincrasia narco,  en tráfico de indocumentados hacia USA, comercio ilegal de armas, penetración en círculos académicos e intelectuales, subversión ideológica, inteligencia, soporte de una izquierda extremista  y compra de políticos e influencias en diversas partes del hemisferio, incluido Estados Unidos.
Putin, para mí, se los confieso, es la figura del siglo. Perverso, carismático, egocéntrico, influyente, ha desplazado a muchas otras figuras líderes candidatas al liderazgo contemporáneo.  Ha sido pertinazmente competitivo con el obamismo y el trumpismo. Ha fomentado una actividad de inteligencia sofisticadamente tecnológica que le ha servido para sabotear pactos, influencias, elecciones en Estados Unidos, España y otros países. Se ha erigido líder en causas globales ante la ONU. Ha predominado en su estrategia en el Medio Oriente. Es el efecto indirecto con sus maniobras diversionistas en los resultados en la bolsa de New York. Alcanza a supeditar al mundo con cada decisión directa o derivativa a través de las rutas de la piratería informática.
Y Cuba ha caído en los antojos de Putin. Dato que implica la resurrección de evocaciones sovietistas y promesas ostálgicas de devolverle el impacto que tuvo la isla en el plano internacional durante la época de la guerra fría. Esa es la táctica cautivadora del putinismo y a esa estrategia responden los comportamientos de los actuales militantes partidistas de la élite cubana, que nada tiene que ver con el discurso fidelista demagógicamente sacrificial que le puede haber precedido. 

El putinismo entraña pragmatismo y desempeño empresarial. Es la cámara hiperbárica de la  supervivencia del régimen. A eso responde la actualidad cubana donde un dueño de una corporación con sombrilla estatal tiene el control del poder y el derecho al voto al que un olvidadizo opositor al gobierno que solo cuenta con el desencanto y carece de  programa para conquistarse espacios públicos y prominencia social no puede aspirar. 
Con el putinismo, Cuba ahora está más cerca de lo que un Batista megalómano de ideario socialistoide, autoritario y pandillero aspiraba como meta para la nación, que de la figura del Robin Hood guerrillero que no supo resolver y destruyó la historia posterior. 
A esos dos legados se abraza la actual doctrina de Moscú en una Habana inundada de millonarios rusos: el fulgencismo bogante de los 50 y al fidelismo épico fracasado durante más de medio siglo. Maravilla de fusión de aparentes antípodas. Como si a partir del 52 o del 59 hubiese que contar de nuevo desde cero. Y en ese conteo oscuro todo cubano decente, por supuesto, tendrá que sentirse definitivamente excluido.
El monstruoso fantasma encerrado en piedra convulsiona claustrofóbico. Es apenas un símbolo ante el cristal lucrativo del presente. Putin permite la iniciativa empresarial y ciertas flexibilidades liberales. ¿Puede la Cuba sobrecogida por la miseria resistirse a los resplandores de ese vidrio? La oligarquía cubana tiene la palabra. La respuesta en el tiempo no está muy distante.

martes, 20 de noviembre de 2018

El fantasma de Lukács-el-tardío sigue reapareciendo

aLfreDo tRifF

Georg Lukács no tiene buena fama entre los intelectuales de izquierda actuales. Con razón: está su pro estalinismo, su tibieza ante los excesos de los soviéticos en Hungría, peor, su supuesta participación en la purga de intelectuales de la talla de István Bibó y el mitólogo Károly Kerényi.

Pero hay muchos Luckács en Luckács. Si el medio y tardío dejan mucho que desear,* el temprano, el neokantiano que funda el grupo "Heidelberg" con grandes como Simmel, Jaspers, Block y Weber es otra persona que tiene a su haber textos como el clásico La teoría de la novela e Historia y conciencia de clase (ya en su período marxista). Sabemos que con el tardío aparecen paralelos con Martin Heidegger, aunque en polos opuestos del espectro político.

Me ha caído en las manos un libro oscuro del Lukacs tardío, Die Zerstörung der Vernunft  (La destrucción de la razón).

En ZdV Lukács defiende la posibilidad de una explicación objetiva de la "ciencia dialéctica de la condición humana" que lucha contra tendencias irracionalistas presentes en Europa desde fines del siglo XIX, en particular dicha evaluación se hace más necesaria después los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Hasta diría que es saludable en esta época pietista de corrección política. El libro aborda el Angst que subyace -y se endosa- al ser individualista del Capitalismo de principios de la segunda mitad del siglo XX.

Comentamos algunas ideas:

1- El antihegelianismo de Lukács, otrora hegeliano, se adelanta al post estructuralismo (ZdV es un libro de 1952). El autor se adelanta por tres años a la tesis de Popper sobre Hegel en su Poverty of Historicism (no creo que Lukács hubiera leído a Popper).

2- ¿Qué es irracionalismo? La definición de Lukács es muy afilada. La tengo a mano (por si acaso):
... la degradación de la razón, la glorificación de lo intuitivo, una epistemología "aristocrática" que pasa por popular, así como el rechazo del progreso histórico y la creación de mitos.
En otro momento valdría la pena discutir qué significa "irracional", si partimos que el discurso de la razón kantiana no tendría más remedio que admitir lo "irracional" como producto obvio de la razón, pero "irracional" para Lukács es una disfunción de la razón.

¿Cómo abordaría Kant la "razón" del nazismo? Hitler razonaba, y en ciertos aspectos, muy bien. Su bigote cuadrado siempre afeitado, sus botas altas siempre lustrosas.    

3- La diagnosis lukacsiana de la "falta" en el discurso político de Heidegger es muy interesante y como debe ser: ácida (recuerda el verbo de Ernst Bloch, otro cínico y buen amigo suyo). ZdV se anticipa a Pierre Bourdieu en su breve y poco conocido The political ontology of Martin Heidegger.  Lukacks ataca la ontología, arma favorita de Heidegger, de manera ingeniosa. Heidegger "renuncia a lo social y lo político" con la excusa de buscar lo "inmutable, subjetivo y apriorísticamente pasivo". 
(...) se espera que una fuerza emerja y libere la humanidad de su preocupación óntica** y que la guíe a su destino... por tanto la política deviene en un ejercicio de limpieza del ser. Heidegger lucha en vano por dejar atrás el irracionalismo ... lo óntico, ahora es simplemente el mundo de las preocupaciones diarias.
Sin embargo, Lukács y Heidegger no están tan lejos el uno del otro, unidos en ese manto mesiánico epocal que para el primero es el paraíso del proletariado, y para el segundo, la encarnación del estado nazista.***

4- Lukács nos lleva de la mano por una serie de tendencias y personajes en un estilo a tono con el método de la Escuela de Fráncfort (de la que fue colaborador). El capítulo 3, dedicado a Nietzsche (a su relativismo y su miedo al socialismo) en su relación con Bismark acusa destellos críticos.

Dice Luckás que el Nietzsche rebelde y antigermánico es una fábula. El aparente distanciamiento con Bismarck es una "zaratustriana manera de superarse a sí mismo". Mientras más ácido mejor:
Para Nietzsche la cuestión crucial era la siguiente, tal como escribe en su Más allá del bien y el mal: "Con la aparición cada vez más obvia del hombre democrático, se tiene por consiguiente el embrutecimiento de Europa, el menosprecio del hombre europeo."  La supuesta crítica de Nietzsche a Bismarck no es más que una crítica desde la derecha. La verdad es que Nietzsche no consideró a Bismarck lo suficientemente reaccionario e imperialista.
Recomiendo La destrucción de la razón. Libro raro de un viejo amargado con brillantes destellos. No importa que forme parte del cálogo disparejo del Lukács tardío.


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* Ese período negro comienza en 1930, cuando Lukács viaja a la URSS (es llamado específicamente por el partido). Viaje nefasto. Fue enviado a un exilio en Tashkent y fue testigo de la muerte de muchísimos de sus propios compañeros durante las purgas de Stalin. ** Para Heidegger lo "óntico" no es solo un aspecto físico de la realidad, sino que está separado del Sorge (que en Heidegger equivale a la preocupación ontológica del ser). Óntico, para Heideggeres sinónimo de las cosas del mundo. *** Polos opuestos se atraen: Heidegger cita a Lukács oblicuamente en la última página de su Sein und Zeit. El término "reificación" de Lukács (Verdinglichung) ahora deviene pura negatividad. 

lunes, 19 de noviembre de 2018

¿Qué hacer con el fantasma que retorna?



alFredO tRiFf

“¿Cuándo salen?
Salen cuando empiezas a sentir el hedor de los muertos.”-- Kwaidan, de Mayasi Kobayashi

Esperábamos la muerte [del susodicho] colofón básico a tantas soluciones posibles, aperturas, tanteos, transiciones o el cambio. Hoy hemos aprendido que la muerte [del susodicho] no clausuró necesariamente la reaparición del sujeto.

Cuando se alberga tanta esperanza sobre la frágil vértebra de la incertidumbre, cuando apostamos tanto al sólo aspecto -trivial e insoslayable- de la finitud, sucede que la muerte en sí [del susodicho] no apunta al desenlace añorado. La historia se repite. Pasamos por alto que era necesario que después de su muerte se abriera un nuevo capítulo de esa desaparición.  

No es que restemos importancia a la muerte física [del susodicho]. Es que en medio de tanto anhelo -catártico por demás- pasamos por alto (dados que somos a olvidar y reprimir), un hecho por venir, prematuro e insoslayable:

Su fantasma sempiterno.

Pero lo sempiterno también concierne a la voluntad viva de los vivos. El juicio de la historia dependerá de la historia del juicio y nuestro indomable deseo de justicia colectiva dirá la penúltima palabra.

¿Sabían? Hay dos muertes fantasmáticas: Una, olvidar al fantasma. La otra, que siempre-retorna, anuncia la dulce lucha de unos pocos locos escogidos: matarlo una y otra vez siempre de nuevo. 

viernes, 16 de noviembre de 2018

El futuro es inasible, ve por él

Ilustración de Tim Enthoven 




aLfredO tRiFf

Los presentistas nos hacen creer que el presente es eminentemente superior que el pasado. Vivimos, aseguran ellos, en una post temporalidad interminable.

PERO EL PRESENTE NUNCA ESTÁ PRESENTE.

Estar presente es pagar por el error, y este tiene una causa. Es el pasado el que tiene la culpa. ¿Y el futuro? Un allá que pende...

De ahí que en la pantalla mediática brille por su ausencia toda esperanza política y social -precisamente- porque nos creemos muy políticos y sociales. Pero no todo es mediático (se equivocó Baudrillard, como nos equivocamos todos). Hay un espacio vivencial, muy de uno, en ese desfase maravilloso de cada instante (con velocidad de desplazamiento igual a 0).

EL PRESENTE NO EXISTE

"Ser es tiempo" dijo un nazi acertado (horrible reconocerlo ¿no?). Ser tú es intuirte como futuro. Y el futuro exige un NO rotundo al presente, es decir, debemor ir imaginando otro candidato presidencial para el futuro.

¿DES-FUTURIZAR?

No pienses en tiempo ahora. No le hables. Deja que el tiempo te hable a ti. Simplemente se tú, mejor tú, siempre al filo tú, con propósito individual, íntimo y selectivo (ya ahì se busca ese sabor que limpie la amargura del ahora-en-cero).

El futuro no se puede quedar atrás en la pantalla porque es INASIBLE.

Hay que encontrarlo.

jueves, 15 de noviembre de 2018

¿Qué clase de hierba estará fumando Slavoj?


alfrEdo trifF

Hojeando On belief de Slavoj Zizek (Routledge, 2001), me tropiezo con la siguiente babada:
... por última vez quisiera volver a Lenin y su crítica de la "libertad formal": cuando -para la consternación de liberales- Lenin enfatiza que la revolución comunista no reconoce ningún apriori de reglas morales independientes de la lucha revolucionaria (las llamadas  "normas elementales de decencia"). Tanto las libertades como los derechos están subordinados a dicha lucha ... esto no implica un relativismo maquiavélico. Se trata de una versión revolucionaria de lo que Kierkegaard llamaba el suspenso religioso de lo ético.
1ro, el párrafo anterior aduce una especie de delirium zizekiano por el apriori. Pero si la revolución comunista no reconociera ningún apriori independiente de la lucha revolucionaria, no habría hecho otra cosa que convertir la lucha en el siguiente apriori.

2do, confundir la norma de lucha leninista con un "relativismo maquiavélico". Y es que no hay relativismo alguno en el planteamiento leninista. El relativista no pierde el sueño con puntos de vista morales diferentes. Lenin -y su discípulo Zizek- no defiende un relativismo sino un absolutismo normativo que dice: Si no estás de acuerdo con la revolución te jodiste.

¿Acaso Zizek no comprende la diferencia entre un relativista y un absolutista? Para el relativista no existe problema alguno con estar en desacuerdo porque todos estamos en lo cierto. No así para el absolutista que solo acepta su versión de los hechos y quien no esté de acuerdo se equivoca.

3ro, no hay nada de "maquiavélico" en Nicolás, influencia de Vladimir (si es que hemos ojeado alguna vez La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo). Nicolás le dio simplemente nombre a la Realpolitik.  

¿Qué clase de hierba estará fumando Slavoj?

sábado, 10 de noviembre de 2018

The man I love - Herbie Hancock- Joni Mitchell (1998)


Vengo conduciendo por la 37 Avenue acercándome a mi redil en la 20 del NW. Ya saben, justo en la frontera con el conflicto. En el Real Jazz de Sirius rompe Herbie Hancock con la voz de Joni. La luz roja me obliga a parar en la 17 Street. El reloj digital del auto marca la 1:24 a.m. A mi izquierda se detiene un RAV4 color blanco. Echo un vistazo y veo el rostro de piel oscura amenazante y la pistola apuntándome. El alcohol que me acompaña es mi mejor consejero. Elevo a todo volumen a Herbie y Joni y bajo la ventanilla del conductor. La ventanilla del pasajero del RAV4 también baja. La silueta del arma se hace más nítida. La mirada del potencial tirador es desafiante. Me viene momentáneamente a la mente la apología de Sócrates sobre la muerte. La melodía transcurre de carro a carro. Están al cambiar la luz. O, tal vez,  al cambiar mi destino. La trama melódica va adentrándose en intensidad. Herbie es un maestro y Joni, nuestra trovadora hippie setentosa, es el agarre a la fiesta existencial. ¡Qué mezcla! De repente, vislumbro que la pistola baja. Hay una piadosa concesión. El hombre de piel oscura se extiende hacia la guantera de su auto. No más armas. Comprendo, la intuición etílica no me traicionó. Se yergue, me mira, adivino en la semioscuridad una mueca amistosa y como que me hace un saludo militar con dos dedos en V. El jazz es un armisticio entre la jungla urbana y la sensible permanencia del prójimo, Cambia el semáforo de roja a verde y los dos carros corren ahora sincrónicos, ventanillas abiertas con el teclado de Herbie y la garganta de Mitchell a toda voz hasta la 19 Street en que hago derecha apaciblemente. La pieza se va acercando al final. El reloj digital marca la 1:29 a.m. Miro el retrovisor. Todo despejado. Nadie me sigue. Medito en los cinco minutos de inmediatez que pueden separar a esa frontera frágil entre vida y muerte, mientras prosigo aliviado hasta mi cueva. Llego y desenfundo el resto de un Merlot y prendo un lancero. Entre copa y humo no tengo palabras de agradecimiento para Herbie y Joni. Me gustaría descargar sobre ese dueto de otra manera, pero no sé cómo. Algo si queda claro del trance, el hombre que amo, el que satisface mis antojos, soy yo. (Jota Erre)

martes, 30 de octubre de 2018

El peruano Augusto Salazar Bondy defendiendo la no necesidad de elecciones en Cuba en 1962


tomado de inCUBAdora:
El cacareo de la burguesía emigrada a través del altavoz yanqui se empecina en reclamar eso que llaman «elecciones libres». La masiva adhesión de Cuba a Castro y a los demás dirigentes bastaría para eximir de tal uso al gobierno de la revolución, pero a nadie inteligente se le oculta que dicha solicitud proviene de una santidad mocarra. Insinceros hasta un punto incalificable, los «demócratas» de Miami y el coro de sus amigos de las oligarquías latinoamericanas piden esas supuestas «elecciones libres» no para triunfar en las urnas, cosa que sería imposible, sino para despistar el interés de nuestros pueblos por la revolución agitando un señuelo falaz que desvía la atención de lo esencial ... ¿por qué se insiste tanto en el fetiche político del sufragio: «¿Es esto causado por un desinteresado amor por la democracia pura? ¿O lo es porque las elecciones romperían el ritmo de la Revolución reviviendo querellas y rivalidades políticas moribundas, y daría a la contrarrevolución la ocasión de reagruparse y preparar una vuelta antes de que las grandes reformas sociales hayan tenido tiempo de transformar a Cuba en una sociedad en que tanto la pobreza como el privilegio hayan desaparecido? Nuevamente nos parece imposible rechazar la conclusión de que el hecho de estar en contra o a favor de las elecciones depende esencialmente del lado en que esté usted situado respecto a la Revolución». Esto dicen los escritores norteamericanos. Fidel Castro, en efecto, que reúne un millón y medio de personas en una manifestación, ganaría las elecciones, quién lo duda, pero la revolución haría un contraproducente alto para embarullarse en el innecesario carnaval politiquero, perdiendo tal vez un tiempo precioso para las reformas.

martes, 9 de octubre de 2018

Dromología y desaparición de la realidad política en Paul Virilio (segunda parte)

La "ciudad pánico" de Virilio (en el por-venir) es un eje virtual en cuatro dimensiones


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Es difícil percibir los saltos en el continuum de la historia. Pero Virilio jurará que hubo una revolución microelectrónica durante la década de los 40 del siglo XX que dio a luz una nueva geometría, promesa que traducida al lenguaje político deviene "la paz" de la postguerra. De un golpe, el macrocosmos implosiona en el microcosmos y aparece la condición postmoderna. 

¿Qué es la dromología? Una disciplina nueva que traduce y analiza la "lógica de la velocidad" en la historia. "Lógica" indica un estilo de argumentación reductiva donde el poder y la velocidad devienen uno.1
La contracción en el tiempo trae la desaparición del espacio territorial y conduce a una nueva política de la velocidad ... situación en que "antes" y "después" designan solo la forma en que el "presente" desaparece en la instantaneidad de la decisión. El poder por tanto se construye en la imaginación. (VP, 156).
El párrafo anterior es clave, pues la velocidad es el motor de la historia. Dromología viene del griego dromos "acción de correr", y comprende toda una intersección de disciplinas: la ciencia militar, la física, el diseño, la arquitectura, el urbanismo, etc.

Como buen post-estructuralista Virilio hace de la dromología una estructura, aunque más ligera. La velocidad nos habita en el cuerpo, y con el cuerpo (son las lecciones fenomenológicas de Merlau-Ponty en La Sorbona). Casi por extensión, la dromología es también interacción social de sujetos, especie de superveniencia que llega al Lebenswelt humano (cada evento humano ocurrente tiene, por así decirlo, su momento dromológico). No se hace esperar que la velocidad llegue a la política.

Dromopolítica y mal/estado

¿Qué es dromopolítica? La velocidad del poder político (y por consiguiente de la sociedad). En nuestra época el Lebenswelt queda desnudado de "vida simple", especie de estado natural entre el cuerpo y medio-ambiente.2  

Irrumpe la velocidad, o acaso se desboca (de ser estructural la velocidad merecería una normatividad, pero esto no queda claro en Virilio) y el estado se desnuda de su "vida simple" por el auge de una polis diluida (lo que Baudrillard, influencia para Virilio, llamaría hiperrealidad). Conclusión: la dromopolítica degrada e implosiona la realidad en pura instantaneidad.

No parece que Virilio limite el efecto dromológico tan sólo al período moderno. La velocidad es concomitante con la historia. La histori, o más bien los eventos políticos de la historia, pueden verse como relación de velocidades. Cada revolución tecnológica deviene hecho dromopolítico: la revolución industrial y el progreso tecnológico del siglo XX, con el automóvil, la radio, la televisión, la computadora y el internet (a fines de los 90 y principio del siglo XXI).

Cada evento "acelerado" abre una secuencia doble "implosiva/explosiva". Vayamos por ejemplo al complejo militar industrial (lo militar y la guerra son muy importantes para Virilio, por razones que examinamos luego). La tecnología armamentista implosiona (la ametralladora en la primera guerra, o la diferencia entre la caballería y el tanque de guerra de fines de la primera guerra) y explosiona ( por ejemplo el rayo láser controlado digitalmente), la movilización implica destruir la movilización enemiga.

Dromológicamente hablando, la velocidad comprime el espacio cartesiano y cualquier punto del globo se hace concomitante en la "homogeneización geoestratégica del globo". El crecimiento del complejo armamentístico industrial acelera la producción y evolución de la ciencia y la tecnología a expensas del desarrollo paralelo en lo socio-político. Es un axioma virilioano que el desarrollo tecnológico implica desgaste en la esfera político-social (aquí cabe la pregunta: ¿y cuándo en la historia de la humanidad fue diferente?).

Volvamos a la geometría del mal/estado, pues la transformación social procede del hecho dromológico mismo, es decir, el axis socio-físico tridimensional o la "geometría del tiempo" (y Virilio no es muy claro en todo esto). De modo que la profundidad del espacio es "meramente una proyectividad del punto en la instantaneidad de la transmisión" (LD, 35). La idea que flota es que si el evento político queda diluído en la instantaneidad, lo político se convierte en falta crónica entre pasado y futuro. Vivimos por tanto una "crisis dimensional" política y social. Crisis esta que por supuesto llega al mal/estado:
Donde una vez la polis inauguró un teatro político, con su ágora y su forum, ahora sólo hay una pantalla de rayos catódicos, donde las sombras y los espectros de un baile comunitario se mezclan con sus procesos de desaparición, donde el cinematismo transmite la última imagen de un urbanismo sin urbanidad. 3
Con el auge de las telecomunicaciones la ciudad se desprende de su centro convirtiéndose en suburbia (peyorativamente Lefebvre la llama "des-lugarización"). Ciudad "sobreexpuesta", "penetrada" (toda ciudad es femenina) por los medios: la publicidad y la tecno-información (Virilio toma prestado de Debord en La sociedad del espectáculo).

En todo esto se retiene la visión pesimista heredada del Heidegger tardío. 4 Para Virilio, cada nueva tecnología erosiona más y más el espacio "análogo" del contexto geopolítico anterior. Lo que Virilio no parece ser capaz de apuntar es que toda esta dispersión y desaparición provocada por la dromología pueda dar paso a un ciber-Lebenswelt tecnológico diferente, y por diferente nos referimos a una paradigma que rechace la crítica virilioana desde la relatividad espacio/temporal que Virilio tanto parece defender.  Son citas como esta que hacen difícil seguir a Virilio hasta el final: "No hubo revolución, no hay democracia, solo dromocracia ... no hay estrategia, solo dromología" (LD, 46).

Todo cae víctima de la velocidad --incluso la teoría misma.

El conjunto de Mandelbrot ha sido mencionado por Virilio como un aspecto dromológico alfanumérico

¿Hay una dromoepistemología?

La dromología llega ahora a la percepción: "El incremento de la velocidad convierte a la física en metafísica" (LD, 131). Velocidad es instantaneidad, es decir, compresión simultánea del  macrocosmos en el microcosmos. Y en este sentido instantáneamente infinitesimal la velocidad se impone sobre el tiempo y la percepción de la realidad pierde su punto de referencia.

Aquí la tesis anterior choca con las consecuencias de la desaparición misma del evento. Si el evento (en tanto que ficha fenoménica) tiende a desaparecer dado el incremento de la velocidad, el crítico termina subvirtiendo su propio edificio perceptivo. ¿Cómo es posible hacer teoría en su ausencia? 

Para Virilio la velocidad de la época (recuérdese que velocidad no es tiempo, sino su cociente en el espacio) acelera el ahora, lo "presentifica" al tiempo real, es como una especie de amputación del volumen del tiempo (de su profundidad) en detrimento de la multiplicidad de los muchos tiempos locales que comprenden la historia y la geografía hasta el advenimiento del tiempo mundial único, presente este permanente que todo lo succiona, donde el conocimiento del pasado pierde relevancia, puesto que la realidad anterior no existe más (hasta dónde puede acelerarse más el presente queda abierto). El ahora mismo es una "irrupción morfológica" global de la realidad.

Y surge el contra-argumento: ¿qué queda cuando la velocidad epistemológica volatiliza lo real y destruye el objeto mismo de la experiencia vivida? ¿Cómo darle sentido a la desmaterialización de un objeto que ya dejó de existir?

¿Se entiende ahora por qué la dromoepistamología es una especie de suicidio gnoseológico?

Virilio describe una violencia que abruma la explicación misma del fenómeno. La percepción no existe, el estado se suicida y el análisis anterior no alcanza su objeto,

... como si la dromología termina devorándose a sí misma (con su epistemología).

_________________________
1 Dice Virilio en una entrevista: "En 1968 me di cuenta que no se podía interferir sobre el espacio sin tomar el poder. Por este motivo deseché por completo la idea de espacio, para centrar toda mi atención en cuestiones relacionadas con el tiempo, la velocidad, la dromología, que han sido el núcleo de mi trabajo en los últimos 30 años". Vea, John Armitage, Paul Virilio. From modernism to hypermodernism and beyond (Open University/Sage, 2000), pág. 55. Virilio deja atrás a Foucault, "poder es conocimiento" deviene "poder es movimiento". 2 El Virilio tardío habla de tres tipos de cuerpo: el animal (antropos + medio-ambiente), el social (sociológico) y el territorial (sico-geográfico), pero este no es el tema ahora. 3 LD, 83. Virilio ha dicho en tono de broma: "Deleuze y Merlau Ponty son filósofos, yo soy urbanista". 4 El pesimismo tecnológico de Heidegger viene de dos fuentes: Ernst Jünger y Oswald Spengler. Heidegger ofrece un ciclo de conferencias sobre Spengler desde la década del 20 del siglo XX. Las referencias de Spengler en sus cursos de Friburgo llevan a Heidegger a sustituir la autenticidad del ser en la autenticidad del Volk (viraje que apunta al nazismo de este último). Otro pensador heideggeriano cercano a Virilio es Harmut Rosa, quien hace hincapié en la cuestión de la aceleración social que caracteriza a la Modernidad tardía. Para Rosa la aceleración social es la aceleración técnica como proceso autorreferente. Vea, Alienation and acceleration. Towards a Critical Theory of Late-Modern Temporality. Libros citados: VP, Velocidad y política, (1977), LD: Lost Dimension, (1991).

domingo, 30 de septiembre de 2018

Asociaciones entre el espacio y el estado en Paul Virilio (primera parte)


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Paul Virilio ha muerto. Y de entre los muchos temas que salen a la palestra hay dos muy tratados, includo abusados: la velocidad y el ciberespacio. Virilio está enamorado de la velocidad y del ciberespacio, pero no hay velocidad ni ciberespacio sin espacio propiamente dicho. Y Virilio en retazos separados, ha escrito sobre la metafísica del espacio.

En lo que sigue comentamos brevemente la relación entre espacio metafísico y el espacio político en la obra de Virilio. Para hacerlo hay que ir más atrás, a una influencia de Virilio: Henri Lefebvre en La producción del espacio.

El espacio lefebreviano comienza antes del contrato social. Ese espacio es el momento agropastoral simbólico que abre el "lugar", abstracción espacial "percibida-concebida-vivida", entre lo racional y lo simbólico, lo religioso y lo comercial. Aparece un proto-Estado de intereses económicos y estratégicos. (PE, 234). Empero, las formulaciones modernistas de Lefebvre resultan demasiado binarias para Baudrillard, alguien convencido de que la naturaleza ha sido coercionada por el omnímodo Simulacro (todos vivimos en la MATRIX del marketing). Dice: 
La simulación es la generación de lo real sin origen: Lo hiperreal. (Intro.)
(Virilio es el relevo de Baudrillard para la generación Internet).

En el texto tardío Open Sky, Virilio comenta El origen de la geometría de Husserl. Para Virilio Husserl es el pretexto para meterse en la metafísica de la geometría y con eso llegar al estado. El  orígen de la geometría no es parte de la búsqueda de los primeros geómetras. Es una cuestión de reactivación de actividades originales, de contenidos en sus conceptos fundamentales. La tesis es que el orígen -inevitablemente- se pierde en la presencia y el tiempo.

Aquí Virilio le sigue el ritmo a Derrida. Pero la idea de que el origen de pierde no es lo mismo a que no existe el origen (y esta cuestión que persigue tanto a Derrida como a Virilio no ha sido zanjada por la deconstrucción, claro el tópico merece otro comentario aparte).1 

Hagamos ahora un paralelo entre la geometría y la política. ¿Por qué? Geometría es espacio de medidas: normatividad. Toda división del espacio nos conduce al control, la administración, el poder, la geopolítica. Pensemos en la idea de estado como espacio sin origen (y Virilio nunca precisa si ese origen puede ser, por ejemplo hipotético/axiomático, un ejemplo sería el estado de naturaleza de John Locke). 2

¿Es el espacio independiente de su postulación? (desde lo político sería: ¿es la política independiente de la ideología?)

Hablemos un poco de "ideología" geométrica. Isaac Newton en Scholium, declara el espacio como absoluto e independiente. "Antes de nosotros, el espacio". En el espacio absoluto cada parte es idéntica a las demás (idea ya defendida por Giordano Bruno, quien la adapta de Nicolás de Cusa (vea la pág. 30 en Sobre el infinito universo y los mundos). 3

Leibniz procede con argumentos no menos axiomáticos, más lógicos. Un recipiente absoluto no tiene fundamento ya que el espacio debe ser un concepto relacional de coexistencias:
En cuanto a mí, he señalado más de una vez que consideraba el espacio como una cosa puramente relativa, al igual que el tiempo; como un orden de coexistencias, mientras que el tiempo es un orden de sucesiones. (Carta a Clarke, 2º ensayo)
¿Conclusion? La geometría es, paradójicamente, la ciencia del "ningún lugar" (pista: y de ahí surgirá el estado). 4  Es una ausencia virilio-nihilista:
Al margen de lo que piensen los materialistas, la relatividad de los místicos ayuda a aclarar la relatividad de la "micro" o "macro" física contemporánea: que al final del túnel no hay nada, que la óptica geométrica (u ondulatoria) no es más que una puesta en escena de la ilusión cinemática.
En La inercia polar, la discusión espacial toca la física. Virilio lanza la idea de  "estereo-espacialidad" para resolver la disputa cosmológica entre la teoría general de la relatividad de Einstein y la física cuántica. De nuevo, la discusión desde el plano científico nos llevará a una hipótesis de tipo socio-política --ese el método virilioano.

Sabemos que existen dos realidades superpuestas, analizadas por las dos teorías más importantes de la física actual. En la primera tenemos lo infinitamente enorme (un universo en constante expansión a una velocidad cercana a la de la luz), en la segunda, nos dice Virilio, "haría falta un acelerador de partículas del tamaño del universo para contemplar el más allá del tiempo" (LIP, 42).

Virilio imagina estas dos teorías como explicaciones para el principio (o su falta) ¿Pueden haber acaso dos principios simultáneos? Es precisamente la tesis de grado del teólogo Jean Guitton (1933) titulada: "El tiempo y la eternidad en Agustín y Plotino". Pero Guitton es cuidadoso en su análisis de Epicuro (téngase en cuenta que esto termina presentando una estadología)

Distingamos entre "espacio vacío" y "vacío" propiamente dicho.  El vacío (vacuum) es una forma de no ser, incluso la nada,  que sin embargo existe. Y existe como una manera de llenar el espacio. El vacío propiamente dicho, es para Epicuro sustancia intagible, vacío que da a luz, el LUGAR. Propone Sexto Empírico:
Dice Epicurio que el vacío es sustancia intagible, uno es vacío (kenon), otro es "lugar" (topos) otro es "cuarto" (chora), de acuerdo a las distintas maneras de verlo. Genéricamente se le llama sustancia intagible pues no puede tocarse. 5  
Virilio sugiere que el meollo del espacio es paradójico, un principio sin principio y un final sin final.  Las cartas están tiradas ya desde el principio. A partir de ahí Virilio abandona la onto-geometría para seguir el camino tortuoso de la teología, en Ciudad de Dios (ahora se valdrá de la atemporalidad en Plotino y Agustín para imaginar la ciudad digital posmoderna).

Pero hace falta la física para narrarlo. Con la relatividad einsteninana tiempo y espacio se comprimen. Por extensión el universo completo se abstrae cuando se convierte en unidades discretas, es decir, cuando se digitaliza y se virtualiza. Ahora la realidad misma se convierte en un modo de transporte acelerado.

¿Qué se desprende? Una paralógica fundada en una acusación contra el estado. Dicho de otra manera:

Todo estado es inestable.

O más elegantemente, todo estado es onto-geometría, parte ciencia y parte ideología. Por ejemplo, tomemos el estado romano, que destruyó la geometría proyectiva para entronizar la geometría imperial (esa que controla y domina el espacio). Para Virilio el imperialismo del lenguaje romano trastocó la geometría por la idolaría, la "paz imperial" por la doble inseguridad de política controlando cada "lugar".

Ya llegamos a la pre-modernidad con el espacio político judeo-cristiano, que termina imbricado entre el poder y la amenaza (de ahí la incertidumbre como nuevo fenómeno moderno, el ansgt de Kierkegaard) puesto que el cristianismo deviene religión en contra un estado idólatra para terminar entronizando el estado idólatra. Cada espacio que sigue tiene su agenda... hasta llegar al nuestro.

(continuará)
_____________________

1 En término de origen, ¿qué trata de hacer Husserl con El origen de la geometría? No es buscar no un origen factual. Si la geometría es a priori, esta no puede encontrarse en una percepción empírica. Su origen es fenomenológicamente hablando "esencial" (en el sentido de "tomar el método del comienzo de la filosofía", K, 365). Para Husserl, la geometría es el perfecto vehículo para la idealización simbólica:
"... es una adquisición global de logros espirituales que, en el proceso de elaboración, se amplía en nuevas adquisiciones y nuevos actos espirituales" (K, 367).
El asunto está en el lenguaje: "... el sentido de entrada al mero proyecto hubo de ser el resultado de una ejecución operativa exitosa".

La geometría para Husserl es fenómeno progresivo y acumulativo. Pero ¿Cómo es esa ideación originaria? Para ello el fenomenólogo necesita herramientas simbólicas, tales como: lenguaje, un horizonte específico y la posibilidad mental de repetición (algo así como una inferencia que vuelve a lo anterior con más información).   

La filosofía analítica presenta el asunto mucho más claro. En la filosofía de las matemáticas hay dos campos en pugna: el platonismo y el constructivismo. Surge la pergunta: ¿Es la geometría un descubrimiento o una "construcción"? ¿Y cómo sabemos que la ciencia es cierta? Teóricos tan diversos como Wittgenstein, Carnap, Quine y Popper coincidirían en una respuesta pragmática: porque da resultados. Y Husserl coincide:
Toda efectuación espiritual que alcanza su cumplimiento a partir de un primer proyecto, se hace presente, por primera vez, en la evidencia del éxito actual" (K, 367). 
2 El problema está en que fundamentar el estado político en el estado geométrico llama una operación conceptual que violaría el protocolo mismo, al separar la fundamentación de lo fundamentado. Claramente, la filosofía de la geometría y la filosofía política no son ni geometría ni política en sí mismos (ambos han sido mediados por un concepto común menos fundamental a ambas).  3 El argumento de Bruno es que un mundo acotado nos lanza a la paradoja estoica en que debe existir un espacio vacío extramundano sin otra función que la de contener ese vacío (SIU, pág. 117, notal al pie #219). Sin embargo, Gottfried Leibniz rebate el modelo newtoniano (y dejemos atrás rivalidades matemáticas). 4  Dice Locke en el Segundo tratado: "El estado de la naturaleza tiene una ley de la naturaleza que lo gobierna". (Párrafo 6).  5 Vea de Sexto Empírico, Contra los profesores, libro X, capítulo 2.

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LIP: Paul Virilio, La inercia polar, Sage Publications (London, 2000), Trad. Patrick Camiller.
K: Edmund Husserl, Crisis de las ciencias europeas y fenomenológicas.  
PE: Henri Lefebvre,  La produccion del espacio, Colección Entrelíneas (Madrid, 2013). Trad. Emilio Martínes Gutiérrez. 

lunes, 17 de septiembre de 2018

Talud fueron siempre los besos


Rosie Inguanzo

Talud es un viaje.

Aleisa Ribalta apuesta a la poesía para desenrollar la memoria y juguetona discernir el presente. Fiel a sus ancestros asiáticos, se aproxima a los cerezos, al pez dorado del deseo, a sus fantasmas emigrados.

“Sakura” es efectivo porque resuelve un misterio poético de manera tan natural, como si fuera fácil la poesía. Aquí Aleisa junta las imágenes de un árbol al que le sobreviene la belleza, y lo depura hasta dejarlo en medio de la nieve.

Hay mucho mar en “Talud”: “¿Y qué del mar / dentro de ti cantando?” Y saltan las metáforas, porque un talud es un declive del mar, una fosa marina, un desnivel profundo del océano. Por eso aquí hallamos corales y naufragios, regresos y brújulas, naves y memoria, isla para dorarnos toda una vida:

“fueron siempre los besos,
la única y verdadera
opción de travesía.”

Apunto para ustedes algunas imágenes que se quedaron conmigo, a modo de anzuelo para que lo busquen y lean:

“embadurnados hasta la vida”

“La vida gustaba
de tarde en tarde
de colgarse como nosotros
al anón del patio”

“qué de cántaros
mudos
en el Tiempo”

“...cosmonautas somos los que soñamos
cada día con ser partícula infinita
de un todo hecho pedazos”

En “Talud”, poema tautológico que cierra, el fantasma de Ana Mendieta cayendo en el abismo (qué imagen tremenda), ordena a la poeta a saltar al vacío del poema: “¡dale, salta!”, conmina. Y este imperativo también es una invitación que se nos hace.

“Talús/Talud” (Bokeh Press, Leiden 2018) @amazon.com

“Mariquita” de Ernesto González, en la librería Altamira el 20 de septiembre a las 7:30pm


Tres entrañables amigos adolescentes ven cómo se truncan sus aspiraciones a causa de las preferencias sexuales que han asumido en la Cuba de los años sesenta y setenta. Tres vidas saturadas de esa dimensión lúdica de Eros, tan escabrosa para la imagen social como real e ineludible. En medio de la constante violencia psicológica o física impuestas al ser humano por las mismas estructuras que ha creado para garantizar una supuesta seguridad, las dádivas ejercen su reinado, y luego pasan la cuenta para garantizar la inviolabilidad del molde establecido. La Navidad, en un lugar prohibida y en el otro postergada para ganar dinero esa noche significativa, se convierte en símbolo del poder de la sociedad para destruir o asimilar (¿cuál es la diferencia?) la verdadera disidencia individual, que no desea encajar en ningún molde ni anclar y resguardarse en ninguno de los puertos que le imponen.
Libería Altamira
219 Miracle Mile,
Coral Gables, 33134
(786)534-8433.

viernes, 7 de septiembre de 2018

¡ÚLTIMA HORA! "Entrevista a Don Fernando Ortiz en La Habana (tercera y última entrega)


aLfreDo tRifF

(La conversacion ha comenzado. Ortiz y el entrevistador de tumiamiblog debaten animadamente)

FOr: Vayamos a otro punto ahora. Hablemos del mestizaje. ¿Se considera Ud. mestizo?

TMB: Sí, muchos ancestros de muchas partes. ¿Y Ud.?

FOr: Por supuesto. Lo dejo en mi libro cuando traigo a H. S. Jennings quien dice: "Cada criatura tiene numerosas herencias posibles y que el ser humano es el que tiene mayor número de ellas". (pág. 150). Cito a Jean Rostand: "Cada individuo tiene una originalidad de nacimiento, su unicidad de fábrica" y su refutación a la repetición cromosómica cuando dice "pobre artesano el azar que ni siquiera puede hacer dos veces la misma persona". (pág. 151)  

TMB: "Cada criatura tiene numerosas herencias posibles"... ¿no le parece que Jennings pone su conclusión sobre la herencia en tela de juicio? Mestizaje y herencia no se contradicen. De acuerdo a Jennings en Prometheus & the Advancement of Man: "La humanidad, tal como la encontramos hoy en día, presenta diferencias entre individuos, y particularmente las grandes diferencias son mucho más frecuentemente el resultado de diferencias originales de constitución germinal". Rostand tampoco rechaza la idea de la herencia. Dr. Ortiz, la mayoría de los estudiosos que Ud. cita defiende la genética hereditaria. Genética es probabilidad y estadística. De la variación que Ud. tanto apoya salen también prototipos.

FOr: Mi posición es que el prototipo estadístico es básicamente un resultado arbitrario. (pág. 131)

TMB: ¿Por qué? 

FOr: No hay tipo real, se trata de una abstracción que solo se diferencia de la vulgar tipificación de la raza por su elaboración matemática. (pág. 132) Julius Evola ha dicho que es "una sustancia elástica que puede ser deformada dentro de ciertos límites y más allá de los cuales se rompe". (pág. 133)

TMB: No veo cómo puede citar a Evola como defensor de su tesis.

FOr: Explíquese...

TMB: Evola es un racialista redomado. La diferencia es que su prototipo racial no es biológico en lo absoluto. El destino racial de Evola es la élite aristocrática del espíritu. 

FOr: Un camino equivocado... sin embargo Evola ha sido una lectura obligada para mi profesión. 

TMB: No lo dudo. Acaso su mejor aliado, Theodosius Dobzhansky, es precisamente un geneticista estadístico. Ud. cita el conocido estudio de Dobhanzky de la drosophila pseudo oscura (pág. 167) como modelo para avanzar su punto de que no hay población genéticamente uniforme.

FOr: Ciertamente...

TMB: Pero como resultado de dicho estudio, Dobzhansky ha elaborado la llamada "selección equilibradora", que destaca la posibilidad de que la selección natural favorezca la presencia de diferentes alelos de manera balanceada a partir del favorecimiento de heterocigotos. La teoría claramente defiende un prototipo estadístico abstracto que Ud., sin embargo, no acepta. 

FOr: ¿Se da cuenta que no tengo que aceptar todo lo que dice Dobzhansky? Mi punto es que las diferencias de los genes no son sólo cuantitativas, sino cualitativas (Ídem).

TMB: Dr. Ortiz, la genética no favorece lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Mucho de lo que hemos discutido hasta ahora concierne parejas de categorías, por ejemplo: uniformidad y variedad, cantidad y cualidad, dominante y recesivo. En su rechazo a la herencia, Ud. por lo general cae en la trampa de favorecer una categoría sobre otra.

FOr: ¿Por qué una trampa?

TMB: Porque ni la genética ni la estadística favorece -a priori- una categoría sobre otra. En la ciencia no existen favoritos; existen métodos. Y el investigador usa el método que más aplica al caso en cuestión. Tome el principio de eficiencia de Pareto en economía. La fórmula es una abstracción pero corresponde a la realidad. Por ejemplo, en general se observa que hay un número reducido de individuos, aproximadamente el 20% que necesariamente son más exitosos o productivos que el 80% restante. Ocurre consistentemente a través de toda la actividad económica. ¿Acaso es esto discriminación numérica?

FOr: Pero dígame, ¿cree Ud. que la raza tiene una raíz biológica?

TMB: Estamos a mediados del siglo XX nuestros estudios genéticos están en la infancia.

FOr: Esa respuesta es maniquea y perdone mi franqueza.

TMB: Es una respuesta pragmática. ¿Ha leído al filósofo de la ciencia Carl Hempel? El libro Estudios sobre la lógica de la confirmación de 1943 tiene mucho que ver con lo que estamos hablando. El potencial epistemológico de una disciplina no puede darse por sentado solo en el presente. En el año 1915 cuando Einstein presenta su teoría de la relatividad general, se pensaba que habíamos llegado al fin de un ciclo que empezara con la mecánica de Newton. Pero quedaban aún problemas insolubles en el horizonte. Diez años después hace su entrada triunfal la física cuántica, que es mejor que la teoría de la relatividad describir los procesos en el micromundo. A lo que voy: para defender la raza no es necesario apelar a la biología.

FOr: ¡Vaya a saber! ¿Es Ud. seguidor de Vasconcelos o Ludwig Clauss?

TMB: Dr. Ortiz, tengo los pies en la tierra. La idea de la raza puede fungir otro propósito muy distinto al que hemos discutido hasta ahora.

FOr: ¿Y cuál es?

TMB: Una combinación de origen común, lenguaje, geografía, costumbres, con vistas a reservas del futuro. ¿Ha leído a W. E. B. Du Bois? 

FOr: El sociólogo negro estadounidense, sí. En el año 35 coincidimos en el Ateneo de La Habana. He leído con mucho placer su The souls of black folk.  

TMB: Du Bois defiende la racialidad negra con argumentos persuasivos: 
Somos negros, miembros de una vasta raza histórica que desde los albores de la creación ha dormido, pero medio despertando en los oscuros bosques de su patria africana. Somos los primeros frutos de esta nueva nación, el precursor de ese mañana negro.
FOr: Digna prosa. 

TMB
: Aquí tiene un ejemplar, está en inglés.

FOr: Leo el inglés perfectamente, gracias.

TMB: (Después de una pausa) Dr. Ortiz, ahora debo marcharme...

FOr: Así de súbito. ¿Y cuál es la conclusión de nuestra polémica?

TMB: Como en el Protágoras de Platón, no hay vencedores. No he venido aquí de tan lejos para ganar. Mi único deseo era conocer al maestro.

FOr: Generoso de su parte. En lo que me toca ha sido un verdadero placer.

TMB: ¿Un abrazo?

FOr: Por supuesto (ambos se despiden con un abrazo).