miércoles, 17 de julio de 2019

LUX IN TENEBRIS


De la luz emana lo más oscuro. – Emilio Praga


aLfreDo tRifF

Lo espiritual comienza y termina en lo inexplicable. Es opaco sentir del sentir (que propongo a mi lector) es también pensar. En esa opacidad vemos mejor. Sin contradicción, la bruma obliga a querer ver. No obstáculo es lo que aparenta, sino rescate. La bruma de lo espiritual es razón suficiente para querer vérsele.

Si lo espiritual fuese claro, no lo fuera (decirlo parece oscuro).

Se ha representado lo espiritual como luz y vale en su exceso, siempre que represente de esa cosa su defecto –pero no. Prescindamos luego de tal intensidad, atenuemos la susodicha refulgencia con un  ennochecer para hacerlo familiar. Ver es un sentir, y no digo ver como quien ve “esto” o “aquello”. Ver como ausencia. Ahí es que se siente.

Lo espiritual debe tocarse con cuidado. Es portentoso y nos juega malas pasadas. Se contradice. Nos contradice. Lo espiritual existe como un vacío: bosque sin árboles, cuerpo sin hígado. La eterna curiosidad por lo espiritual acontece porque somos parte de ello, aunque por supuesto, no lo somos. Concebirlo indica hasta que punto somos capaces de volver a nosotros como un NO. Toda definición es metaforicida (me refiero por igual a estas líneas apresuradas que escribo).

Con lo espiritual existe una imposibilidad aún antes de comenzar... travesía sin navíos. Sin embargo, en esa imposibilidad radica el mérito de buscar explicar lo inexplicable. Presentarse a uno mismo el hecho de la imposibilidad ya es algo. Decirnos “es imposible” es bastante.

Lo espiritual puede –sin definición– hacerse muy íntimo.

Hace falta ver la ausencia de esa luz; ver lo oscuro de esa luz. Lo imposible y lo posible como algo futuro e inexistence; la locura de ir detrás de una quimera. Perseguir efímero que termina demasiado pronto.

La oscuridad de la luz es todo eso que la luz necesita para ser ella, luz que se niega a ser sólo eso. Lo luminoso es una lucha contra sí.  Y ni se gana ni se pierde.

miércoles, 10 de julio de 2019

TODOPODEROSO significa NO PODER

aLfreDo tRifF

Se dice que después de un período largo de enorme sacrificio, el Yogi está listo para recibir la mayor recompensa espiritual (tal es el que conoce la exaltación de una experiencia prodigiosa; ve y entiende lo que otros no pueden; entiende lo que otros no pueden). Se hace poseedor de una serenidad que le permite disfrutar una paz total en la el mundo y el cosmos se hacen suyos. También ese es el momento en que todo puede perderse. ¿Por qué? Porque un poder en tanto que poder no hace más que apegarse a su naturaleza que es la marcha irremediable del deseo. Quien juega con el todopoder no lo merece. La verdadera realización consiste en abdicarlo todo. Dicho de otro modo: quien puede es porque no puede.

No creo que en principio debamos rechazar esa propuesta. Suspendamos por ahora suspender la validez de esta enseñanza para estudiar su propia lógica. Esta es, a mi juicio, la verdadera enseñanza de Pantañjali en sus Sutras. Un milagro es algo imposible. Ocurre solo por no poder ocurrir. 

Diferenciemos lo posible de lo imposible. No todo lo posible se conoce. Hay muchas cosas en el universo que ocurren sin que tengamos la más mínima idea. Ciertamente es un asunto que pertenece al conocimiento, pero más aún, a la complejidad del conocimiento. Siempre habrá demasiado POR CONOCER.

Hablemos de posibilidades: por definición lo posible puede o no ocurrir. Ésta dicotomía no es aún territorio de lo imposible (que es lo que NO PUEDE ocurrir). Habrá quien diga que mientras algo ocurra, ya es posible y eso hace de lo posible una potencia francamente ilimitada. Muchas cosas que parecían imposibles en el pasado son posibles en el presente. Todo lo que "parezca" posible, de serlo, es ya posible.

Pues bien, esa razón parece borrar cualquier límite contra lo imposible. De ahí el truismo: "todo es posible". Lo que ocurre es que se hace difícil suponer tal cosa; que TODO SEA POSIBLE. Desde lo opuesto: ¿qué es lo imposible? Lo contradictorio, por ejemplo un cuadrado de tres lados. O la flagrante violación de las leyes físicas del universo: Hacerme yo mismo flotar en el aire, por ejemplo.

El escéptico protesta: nuestro conocimiento de las leyes físicas es aún incipiente. ¿Qué hay de los conociemientos futuros donde las "leyes" de hoy se amplíen con nuevos aportes de la ciencia? Mi respuesta es que si bien algunas de nuestras propuestas sobre el universo han cambiado eso no justifica que no existan límites a CUALQUIER propuesta. Que un ser humano camine a través de una pared viola leyes universales fundamentales.

¿Y si FUESE POSIBLE levitar? Hago la pregunta para alternar dos posibilidades: que el fenómeno ocurra y se repita y se tuviese la oportunidad de estudiar levitación y hacer prácticas levitatorias y asistir a congresos de levitantes. Otra, y menos predecible, es que se trate de un milagro, en cuyo caso ya no podrá ocurrir jamás de nuevo. Creo que fue Juan Escoto quien dijo que el milagro es lo intrínsicamente particular. Es decir, el milagro acaece sólo a ese que lo necesita. Optemos por dicha noción del milagro como una imposibilidad con propósito particular. ¿Cuál?

Primero, el milagro llega no como premio a la fe, sino para la duda. Después del milagro la fe se desinfla. El milagro es una certeza otra, como el niño que cuando ven un acto de magia lo toman como cierto. Quien necesita de pruebas epistémicas no tiene fe. El milagro es otra cosa porque abre la posibilidad de lo imposible. No puede haber certidumbre más solitaria que la de ése que ha recibido tal don, raro en lo sumo. Lo imposible es soberano. No existe economía sino gasto fortuito, razón portentosa e inexplicable.


¿Cómo puede algo imposible ser posible? San Pablo, experto fideísta respondería: como TODOPOTENCIA, o lo que es igual, la certeza de una posibilidad sin que ésta se efectúe en lo absoluto. "Mover montañas" significaría entonces no moverlas, sino SABERSE con el poder de hacerlo (decir "saberse" es decir certidumbre total sin ápice de autoengaño). Aceptemos el milagro, en tanto que imposibilidad, como TODOPODER.

Segndo, el milagro es un hecho portentoso para quien lo recibe, no para quien lo ejecuta. Para éste último simplemente se ha ejercido una potencia que no puede. Me explico: la razón que no aplasté una hormiga intrusa en el teclado de mi ordenador hace un momento es que puedo hacerlo. Ud. me dirá, pero aplastar una hormiga no es un milagro". Bueno, respecto a mi poder respecto al de la hormiga sí. Con respecto a la hormiga por un momento exhibí un poder que no pudo. Mi poder de aplastarla se desdijo al rebasar el límite de sí mismo. Si yo fuese el dios de la hormiga, DIOS equivale a LA AUSENCIA DE ESE PODER respecto a mí.

No estoy diciendo que poder es NO PODER. Vale traer el ejemplo de Jesús con Pedro de nuevo. Nadie puede mover montañas, tal poder no existe. Moverlas es un milagro y por tanto NO DEBERÁN MOVERSE. Basta SABER QUE SE PUEDE (posibilidad de la imposibilidad ahora satisfecha). El que tiene poder de milagros no puede dudar de su poder y es por ello que no podría (el verbo queda en el condicional). Milagro es CERTEZA CIEGA.  

Digamos que el poder milagroso vive en un poder que no cuenta. Se trata de algo tan trivialmente posible que no requiere poder alguno. Para poderlo todo no se puede poder. Todopoder es NO PODER poder.

Quisiera terminar con una idea muy traída como argumento contra la omnipotencia: Dios no es capaz de crear una roca que no sea capaz de mover. ¡Qué estupidez! La verdad es todo lo opuesto. Dios PUEDE y DEBE crear esa roca, pues ser todopoderoso significa no moverla.