domingo, 19 de febrero de 2023

Boris en 7

Retrato de Músorgsky, Ilya Repin, 1881.

alFredoTriFf


Aquí les presento al compositor Modest Músorgsky (uno de los famosos "Cinco" del romanticismo ruso), pintado por el gran Ilya Repin (1881). El asunto tiene que ver con Boris Godunov, la ópera del Músorgsky. Obra insólita e incomprendida, criticada duramente por casi todos los coetáneos del compositor, incluso el crítico Stasov (episodio bizarro que merece un artículo en sí mismo) pero el asunto es otro. Un artículo de Carpentier para El Nacional (1953), titulado "Boris en disco". 

El escritor abre con un gancho: 

¿Recuerdan ustedes el comienzo de Boris Godunov? ... Se escuchan siete notas, sin acompañamiento, cantadas por un instrumento de madera. Siete notas. Pero son siete notas que sólo pudieron haber sido escritas por un ruso. Toda la idiosincrasia musical del ruso, su sensibilidad melódica peculiar, las inflexiones características de sus cantos populares están en esas siete notas que, al punto, realizan el milagro del genio, hervor de vida que es el de toda una época en siete notas. Porque Boris Godunov, como el Orfeo de Monteverdi es una de las cumbres del drama lírico universal. 

Yo tan tarajalludo y nunca había oído Boris Godunov de Músorgsky hasta ayer, por Karajan con la Filarmónica de Viena (1970). Por supuesto, Carpentier se queda corto, porque la gran música es irreducible (ja, ja, cuántos se equivocaron con Boris Godunov, hoy considerada acaso la mejor ópera del repertorio universal). 

Oyéndola me perseguían "el hervor" de la palabra y el número "7". Ah, ¿el instrumento de madera mencionado por Carpentier? El más noble de la sección de viento madera, el oboe, en el registro grave poco usado del instrumento. Sé que jamás olvidaré esas siete notas rusísimas del comienzo de Boris Godunov de Músorgsky.

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