domingo, 2 de julio de 2017

Ignacio T. Granados entrevista al caricaturista Gustavo Rodríguez (Garrincha)


Rosie Inguanzo

Ignacio T. Granados (Ediciones Itinerantes Paradiso) lleva tiempo entrevistando a distintas figuras de la cultura exiliada. Esta vez le tocó a Garrincha (Gustavo Rodríguez), caricaturista cubano. Para Garrincha su trabajo es una extensión de sus dibujos infantiles. “El comic (o historieta) es un género del enemigo (…) no te permitían participar en concursos internacionales, (lo que es) una gimnasia intelectual muy saludable”, dice. Ya en privado Gustavo me cometa que, antes de él empezar a publicar, una vez alguien había dicho a los caricaturistas que no participaran más en un concurso en Canadá porque era patrocinado por la Coca Cola. Y es que hay una contradicción esencial entre la falta de libertad de expresión en Cuba y la caricatura. Ésta decanta por el arquetipo para amplificar el defecto, la característica sobresaliente, y mofarse de ello a modo de cuestionar, criticar. ¿Humor gráfico dentro del margen estrecho de la censura? Al cubano, tan propenso al choteo, sin embargo, no le divierte el autochoteo, de acuerdo a Garrincha. En conversación con Granados, surgen temas como el “cubismo” en la caricatura y vienen a la mente las curvilíneas criollitas de Wilson. Recuerdo que de adolescente coleccionaba Palante y Dedeté. Las compraba, junto con libros de Agatha Christie, Alexandre Dumas, Émile Zola, Miguel de Carrión, Henryk Sienkiewicz, etc., en la librería de la calle San Rafael, frente a la parada de guaguas, donde tomaba la ruta 132 hacia Miramar después que salía la secundaria obrero campesina "Mártires de la Moneda", en la Manzana de Gómez (sí, eso nos tocó a los gusanos que no logramos salir por el Mariel, menores de edad, expulsados con actos de repudio de la escuela regular). Desafortunadamente tal vez, a Pionero ni la miraba, prejuiciada por el nombre de la revista y su carga adoctrinadora (siendo gusana de nacimiento) le tenía un rechazo visceral.¡Qué me apareciera en casa con una de ésas! No se pierdan a Garrincha cuando recuerda las “caricaturas habladas” entre él y sus compañeros en el equipo de Palante; lo que no se permitían en el material impreso y que luego los administradores podrían usar como castigo o manipularlos para que participaran en “campañas políticas”, por ejemplo. Ahora mismo extraigo del librero dos libros distintos: uno muy soso que compré en la Feria del Libro en La Habana 2015, Diez humoristas gráficos cubanos; y otro delicioso de Alejandro Aguilera, Seriously Funny (Political Cartoons and Ilustrations). Definitivamente, qué importante es para el humorista gráfico desenvolverse en un margen de libertad y cómo se beneficia una sociedad del ejercicio crítico, el humor y la jodedera.
Aquí les dejo el enlace a la página de Garrincha Toonz.