sábado, 2 de julio de 2016

Tres poemas de Judith Ghashghaie

Judith Ghashghaie

El libro, el hijo, el árbol

Las páginas de mi Libro son alas de moscas
El Hijo envía un email o llama al celular en los días de fiesta
De mi Árbol caído aún cuelgan varias pasiones muertas a picotazos
Vivo en un mapa con países en ninguna parte
Millonaria en miserias
ostento un trueno sin ruido
un alfabeto sin letras
una brújula sin norte
También tengo dos cisnes
uno decapitado
el otro con cuello nuevo (posee un tic nervioso)
No sé cuál de mis joyas es la más costosa
tal vez sea mi ardor apagado
que a veces despierta o bosteza como poema por entrega.
O quizás, el beso impreso en papel que súbitamente se convierte en boca.


Miami

Este amanecer
de alas en un cielo de espuma
reclama, sin duda,
al verdiazul vaivén de mar
y un deslizar de pez
que escapa de la red

o de la maldición del pescador
Tengo que mencionar
la brisa
que trasfigura la palma en arco
su sombra
Las huellas de humanos y otras aves desconocidas
En síntesis:
Hasta lo imperceptible del paisaje marino es mío
Pero, uno de estos días, lo perderé.


Plegaria de la mañana

Si Dios está conmigo ¿Quién contra mí?
Si Dios está contigo, no está conmigo.
Si Dios no está conmigo ¿Contra quién estoy yo?
Plegaria del mediodía
Si Dios está conmigo ¿Quién contra mí?
Si Dios está contigo, estoy sola
el buey solo bien se lame
¿Habrá una lamedora eléctrica?

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Judith Ghashghaie nació en Caracas. Hace 28 años que vive en Estados Unidos. Estudió Artes Plásticas e Historia del Arte en el Instituto Pedagógico de Caracas y en La Universidad Central de Venezuela.

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