miércoles, 23 de noviembre de 2011

Nalgas de cemento (estilo Venus Hottentote)


La bizarra noticia, en el Nuevo Herald y en el Huffington Post, es muy Miami. Cierto, las nalgas se han puesto de moda: aéreas, abultadas en ángulo desafiante desde el promontorio del saco hasta la base del muslo. Pero la tal Oneal Morris (quien se hacía pasar por doctor) lo que buscaba, estéticamente hablando,era el glúteo a-la-Baartman para el siglo XXI. ¿Lo comprendieron acaso?

El problema en este caso era el procedimiento, demasiado ordinario. Morris inyectaba a sus pacientes con cemento de coger ponches de goma mezclado con aceite mineral y "super glue". Su idea estética era la de un culo escultural demasiado sólido. Una pobre mujer que pagó $700 por la cirugía plástica terminó grave en el hospital Jackson de Miami. Ya otras mujeres han denunciado a Morris, pero hay que decir que estas pacientes no fueron engañadas por completo.

No supieron comprender que de cierta manera Oneal era el modelo a seguir, pues sus nalgas están rellenas de cemento.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Recientemente escuché a una extraordinaria poeta decir que estaba aburrida de habitar su cuerpo o algo así, espero que no acuda al mismo recurso quirorgico, jajajaj.
¡Uy a me duele el litocu de solo ver y leer sobre este personaje!. ¡Pobre individuo, demasiado alienado, es una obra viviente de arte conceptual; estoy segura que se escapó de una de las galerías que vendrán este año “y que” a impresionarnos y rompernos las pelotas en Art Basel!

sonora y matancera dijo...

nada, que me he caído de nalgas flojas contra el palo duro del piso con esta gluteonoticia... alabao, tan miami que me meo en medio de la exagerada tropicardia... y el apartado del cul de sacarte, ya se sabe... nada, boys and girls, this made my day

Anónimo dijo...

Hay que ser bizarro para tamaña bizarría...

sin nada atrás dijo...

ke le sumba!

Anónimo dijo...

este post acompanado de esa ilustracion resulta extremadamente racista...

Alfredo Triff dijo...

en efecto, la ilustración pretende ilustrar dos lecturas del asunto, la del periódico y la del colonialismo