sábado, 23 de julio de 2011

Sí, Bin Laden está muerto, pero...


La tragedia se ha desencadenado ahora en Noruega. Es difícil aceptarlo, pero ya es patente que rebasada la primera década del siglo XXI, el terror se ha convertido en el procedimiento doméstico del sociópata. Se ensaña hasta con naciones que han hecho de la paz y la neutralidad una tradición política.

Pero, lo más espeluznante que se nota en la actuación del ego genocida es el influjo de la globalización mediática. Anders Behring Breivik , un islamófobo y ultraderechista declarado, se lanzó a implantar un recórd de asesinatos para alcanzar una macabra celebridad en los medios. Seudoideología, aberración y sed de publicidad son componentes de la mente criminal de nuevo tipo. Una patología que serpentea entre facebooks, twitters, web, tv satelital, videojuegos World of Warcraft, y armamento de teconología de punta para en algún momento salpicar lentes y monitores con sangre inocente. (JotaerRe)