domingo, 14 de octubre de 2007

Cuba y Juanes: resumen de Noticias



Ernesto Fundora

(viene de la primera página)

Aun queriéndole desmarcar de la política, el primer sobreentendido que ostenta este evento es su pretensión de aportar un consenso entre las partes tensionadas en el diferendo cubano. Paz sin frontera reconoce a Cuba como una zona en tensión crítica, una zona de guerra sometida a una tirantez que impide el imperioso proceso de reconciliación nacional, la apertura de la isla hacia el mundo o un cambio progresista hacia otro modelo en la política y la sociedad cubana. Y uso el término “zona de guerra” aceptando en primera instancia la enemistad histórica fortalecida entre los vecinos distantes de Cuba y Estados Unidos durante medio siglo, que ha marcado el destino no solo de la isla sino de toda una región quien se ha sensibilizado y definido al respecto; un conflicto heredero de la guerra fría que hoy, a duras penas, comienza a entibiarse. En segunda instancia acepto la condición de guerra por tratarse de una población divida y escindida por dos posturas ideológicas y geográficas, Cuba versus Miami, con el mar de por medio y un océano de discrepancias y odios recíprocos. Y como tercera instancia, reconozco que las condiciones de vida precarias del ciudadano común cubano ya tienen los ribetes y caracteres de una posguerra , aunado a que un cuerpo de libertades y derechos inalienables no son respetados: libre asociación, libertad de expresión, libertad de viajar, comunicarse, libertad de prensa, etc.

Lo curioso y positivo de Paz sin frontera radica en que una comunidad artística tomó la iniciativa civilizatoria de restaurar un diálogo de sordos y tuvo el privilegio- como casi ningún otro frente- de la opción negociadora, o cuando menos, de abrir una brecha en el muro de la intolerancia entre las partes en tensión. Y más curioso aun, que sean artistas muchos de ellos caracterizados por un rango creativo que los sintoniza con el mercado y las formas comerciales de entretenimiento, y no pertenezcan al tipo de creadores con obras comprometidas directamente con los mensajes políticos y sociales.

Paz sin frontera, indirectamente, ha puesto de moda el anatema del bloqueo cubano, un hecho que se debate entre las posturas de condena y aprobación según la perspectiva ideológica de los bandos cubanos. Republicanos e intransigentes sacan provecho y estimulan su vigencia mientras los moderados, demócratas y pragmáticos se inclinan por finiquitarlo. El gobierno cubano reclama al de Obama el levantamiento del embargo comercial y éste, ni corto ni perezoso y jalado por múltiples intereses, juega al estira y encoge sin tomar una determinación definitoria. Como quien va enfriando la sopa hasta hacérsela potable a todos los que oportunamente sacan ventaja del hecho. Obama pareciera tener la intención de abrir los puentes comerciales formales entre ambos países, aunque sabemos que como quinto socio comercial de Cuba, ya EUA al igual que el gobierno cubano, evaden dicho bloqueo. Pero el reclamo democratizador de la administración de Obama, interpretado desde la isla como un acto de ingerencia, debilita el avance en las negociaciones.

Los líderes históricos del exilio, que no su pueblo, sacan su lasca a ese muro inmoral, mientras el gobierno cubano sabe que una vez levantado el embargo se le acaba el argumento tras el cual se oculta una ineficiencia administrativa de 50 años que ya tiene elementos para entrar en los Récord Guinnes. Recordemos, por solo citar una cifra, que Cuba recibió de la URSS y del CAME más dinero que todo lo otorgado en el plan Marshall a Europa para su reconstrucción después de la segunda guerra mundial. Con ese caudal financiero Cuba debería estar, cuando menos, experimentando un milagro económico solo comparable con el japonés.

Y Juanes entra muy bien como una pieza sublime, distentora, una vaselina para introducir mensajes de apertura en provecho de ambas partes. Tanto Obama como Los Castro aceptaron este concierto como vehiculo para enviarse, mutuamente- y de paso a la comunidad internacional- un mensaje de apertura, flexibilidad y buena voluntad . A eso se debe el show de tolerancia de Hilary Clinton otorgando la anuencia y el de los Castro permitiendo un evento espinoso para un país con hambre de mundo. Con embargo o sin embargo, Juanes debió pedir permiso a los amos de la libertad cubana e internacional.

JUANES Y SUS AMIGOS

Vayamos por parte. El joven y exitoso músico colombiano ha sido acusado de casi todo. Unos lo asocian y afilian con la política de Uribe, lo que en verdad no podemos probar y que dicho sea de paso, no le deja mal parado tratándose de un presidente que más allá de defectos palpables (perpetuación en el poder y tributarismo pro gringo) ha conquistado una estabilidad y progreso para su país, Colombia.

Que Juanes haya mediado para tranquilizar la beligerancia entre Chávez y Colombia, tampoco le hace daño. Cualquier ser racional debería dedicar esfuerzos para que Hugo no se desborde en sus delirios Bolivarianos. También se le imputó vínculos con la izquierda cubana, lo cual quedó descalificado, y poco probable es su posible servicio a intereses norteamericanos. Paranoicos y cegados por los espejismos- la parte anquilosada del exilio cubano- le cuestionó su valía como artista y vimos a un músico extraordinario como Arturo Sandoval, despotricando salvajemente contra un joven bienintencionado que tenía el propósito trans ideológico de llevar su embajada cultural- sea el que fuera su quilate artístico- hacia un país oprimido desde afuera y desde adentro. En este proyecto cuajaban los móviles de su perfil neocristiano y el triunfo de una postura moderada y moderna de crear solidaridad internacional en zonas de conflictos. Unos pocos viejos rabiosos destrozaron sus disco mas no su prestigio como líder cultural del mundo hispánico. Por suerte para Juanes, su éxito no depende del mercado de la Florida, donde, a no dudarlo, encontrará futuros escollos sobre todo en los medios radiales y televisivos pertenecientes a propietarios cubanos que mecánicamente se pliegan a los intereses de una oligarquía dinosáurica y republicana.

En el caso de Olga Tañón juegan otros factores. Ella verdaderamente no se encuentra en el momento de máximo esplendor de su carrera y decidió optar por ganar la simpatía de 11 millones en la isla antes que recalentar a unos pocos miles de fanáticos en la Florida. Ya se empiezan a notar las consecuencias en la bajas ventas de boletos para el concierto en el Hard Rock de Broward. Pero, además, Olga siempre profesó una admiración hacia la música y los músicos cubanos y la experiencia de compartir escenario en Cuba era un viejo sueño, casi una asignatura pendiente en su carrera, y en eso coincide con Bosé. Ambos ya tienen asegurados el mercado cubano del futuro y de paso, correspondieron coherentes con la nobleza de sus cristianos corazones.

Resulta inoportuno aplicar una critica artística a dicho concierto pues los propósitos justifican y nos hacen perdonar las fallas en su producción. Cuba, evidentemente, no tiene experiencia en la organización de eventos de tales magnitudes y se hizo sentir la novatada. Poca agua, mucho sol, baches en el espectáculo, cuestionable calidad del sonido, artistas invitados innecesarios (Aute, Cucú Diamantes) , artistas nacionales excluidos (varios), selección arbitraria o prejuiciada del repertorio (Varela y Van Van) y una transmisión televisiva muy accidentada y de poca intimidad con los artistas y el público, peor aún la retransmisión del canal 41 de Miami, con mesa cuadrada insidiosa dispersando el sentido del show. Pero vuelvo y repito, la finalidad sublime del espectáculo, hizo pasar inadvertidos esos detalles.

CUBA

El gobierno cubano, una vez más se dice y se contradice. Primero aceptó de manera inusual todas las condiciones y luego se balconeó mañoso y mal intencionado. Así los delata ese video bochornoso e in fraganti en el lobby del Hotel Nacional donde Juanes y Bosé, encolerizados, están a punto de cancelar el concierto. Gracias a la persuasion de Yothuel y de Olga se calmaron los ánimos. Las razones, según se especula, fueron el incumplimiento en lo pactado por parte del gobierno: privilegiar a los estudiantes de la UCI y otras universidades en las mejores posiciones de la plaza, intento de crear un espacio especial para los “hijos de papas”, asedio de inteligencia militar evidente a Juanes y otros miembros, condicionamiento al público de llevar camisa blanca para poder entrar al concierto, etc etc. “Por qué nos hacen esto, si lo hemos aceptado todo” , reclamaba Bosé y el llanto de la impotencia delata la decepción ante los métodos prehistóricos de la vieja guardia prusiana. Ese también es un saldo productivo. El mundo puede percibir cómo opera la oficialidad cubana con artistas y civiles que le entregan su confianza. Ya no tienen que experimentarlo por relatos ajenos, ya Juanes y Bosé saben qué se siente en carne propia cuando se vive perpetuamente vigilado, bajo presión sicológica y en estado de acoso.

Pero el gobierno supo sacar su lasca de provecho. Con la difusión de la imagen de un gobierno tolerante, promovieron internacionalmente un espíritu de lástima, compasión y piedad hacia Cuba. Fue una actitud de falsa victimización, de sensibilidad lastimera, una forma de llamar la atención y desmarcarse del descrédito internacional que los sofoca económica y moralmente. Reactivaron expectativas turísticas, que por mínimas que sean, aplacan la falta de liquidez en las finanzas. Mostraron una cara cívica de la revolución que ya estaba en desuso. Probaron su nivel organizativo militar, táctico, policíaco y civil para controlar grandes rebaños humanos enaltecidos por ideas de libertad. Midieron el termómetro y ahora constatan que la desobediencia civil está lejos de manifestarse a pesar del calor, de la sed y del estimulo foráneo. Confirmaron que a los jóvenes con fiesta y pachanga se les cambia la cabeza. Aprovecharon para trasladar a Pánfilo del calabozo al hospital siquiátrico. Quedó claro el mensaje: quien clama por hambre en Cuba es considerado un loco. Formell gritó: “Dejen el abuso”, y nunca supimos cuál era el verdadero blanco de su reclamo. Otra vez el exilio quedó dividido, los moderados versus los rudos. El Monseñor de la Iglesia católica cubana Carlos Manuel de Céspedes aprovechó el espacio para demandar un debate serio acerca de Cuba, y no una ola de farándula, lo que no deja claro si esta incitando a Dios o al Diablo. Por esos días el comandante Ramiro Valdés, en un discurso en la provincia de Oriente, le echaba en cara al pueblo la malcriadez de un estado paternalista que no puede ocuparse de resolverle todos los problemas, y le exigía a la masa una mejor disposición para el trabajo y la búsqueda de soluciones. En fin, el bar. Cuba parece transitar por una –no declarada- huelga de brazos caídos, aquella predicada por Tolstoi muy típica de la resistencia proletaria. En la isla la mayoría está desempleada, nadie trabaja. El PIB (Producto Interno Bruto) se mueve por debajo de cero y el mercado informal se devora al mercado oficial.

A propósito de Paz sin frontera, vimos de soslayo a una oficialidad cubana tratando de mostrar una cara benevolente, creando sensaciones de posibles cambios, jugando a la artimaña de querer y no poder, atrapada en su propio laberinto. Bisa Williams, alta funcionaria del gobierno USA para Latinoamérica, quien también estuvo en el concierto, visitaba la isla en pro de reactivar el Correo entre EUA y Cuba y calificó de mecánicas las conversaciones con el gobierno, es decir, le dieron vaselina porque temen que se abra la comunicación. Ya tienen la experiencia avasalladora de la Glásnot en Rusia y no correrán ese riego. Parece haber morosidad y desacuerdos de intereses en los beneficios por ambas partes mientras la sociedad civil es quien lamenta. Acusan a EE.UU. por el escaso ancho de banda. Según La Habana, Washington presiona a las empresas de Internet para que limiten el acceso que dan a la isla. Algunas compañías incluso impiden a los cibernautas cubanos utilizar sus servicios. Sin embargo, tanto el precio de conexión como el ancho de banda podrían mejorarse muy pronto. El próximo año Venezuela se unirá a Cuba con un cable submarino. Esperemos ver cambios.

La funcionaria Williams aprovechó su visita y escuchó a la disidencia, un signo que preocupa a La habana pero que le da refulgencia a Washington en momentos en que Europa toma cautela con la oposición. También se frustró el concierto de la Filarmónica de New York en la Habana, porque para desactivar la ley Helms Burton, Obama reclama democratización y no ve señales claras de parte de los Castro. Y pareciera que estamos sobre una caminadora de gimnasio: Cuba articula pero no avanza y EUA, como dicen en México, “no da paso sin guarache”.

EUA

Los gringos mueven los hilos y no, mientras una nueva realidad pugna por emerger. No resulta fácil predecir el propósito del poder privado tras el poder público norteamericano para con Cuba, y en qué medida la expedición de Juanes les dejó un buen saldo o camino de provecho. No tiene EUA por tradición ofrecer claridad acerca de sus propósitos finales. El secretismo ha sido su arma histórica. Cuba, por oposición complementaria, ha aprendido bien la asignatura paranoica. Así que no se espere algo fácil de desenredar en el reciente acercamiento. Los cambios cosméticos de política exterior y diálogo entre ambos contrincantes no se definirán por criterios ideológicos sino por intereses de orden económico. Y en esta jugada de coquetear, Juanes pudo ser un eslabón ingenuo, un sacrificado peón de ofensiva sobre el tablero de un sofisticado ajedrez. Cristiano al fin, no resultó difícil convencerlo para un martirio innecesarios a su próspera carrera musical. Estados Unidos no desaprovecha ninguna oportunidad en la que se involucra. “La historia aprende a reírse de la solemnidad del origen”, escribió Michel Foucault. Y como un veredicto lo empezamos a constatar en los nuevos matices de esta relación Cuba –USA donde el factor cultural juega el papel de arbitraje, sazonador y camuflaje.

Obama tiene la estrategia de recuperar el territorio económico que ya China y otros socios le han arrebatado en la antillas. Y no se detendrá hasta pasar del quinto lugar al primero como socio comercial de la isla. No le será fácil la faena teniendo de por medio a dos Castro paranoicos experimentados en complicar el tejido de una política de buen vecino basados en una memoria de malestar nacional donde cada acercamiento al norte se ha visto traducido en fracaso o riesgo para la soberanía cubana. China, con esa paciencia asiática, ha ido ganándose el territorio cubano (préstamos, asociaciones, intercambios, pactos políticos (complicidad ante la ocupación de Taiwán y Tibet). Si los gringos se duermen, tendrán al Dragón en una plataforma de operaciones presionando desde el caribe como el alfil incómodo para la guerra tibia que, inevitablemente, deberán encarar en el futuro inmediato los dos imperios.

EUA tiene la argucia de saber meter la cuchareta en los momentos delicados de transición política en la isla y sacar su mejor tajada de provecho. Pero los hermanos Castro padecen, endémicos, el síndrome de la sospecha y la desconfianza. Nuevos atractivos impulsan al imperio a recuperar la isla y a expandir su capacidad negociadora. Ya no somos un país de monocultivo, ahora se habla de yacimientos de petróleo en aguas profundas limítrofes con EUA. Además somos una nación con una tradición militar fuerte que bien puede ser peligroso o productivo según lo aproveche EUA en sus vínculos futuros de cara a su modelo de economía de guerra. Por la parte cubana así lo demuestra la confianza de Raúl en la militarización de la sociedad como último recurso para la reestructuración del estado. En el desarrollo de la biotecnología ocupamos primeros lugares mundiales, una industria de estrechos vínculos con la farmacéutica, clave en la economía norteamericana. Las remesas cubanas implican un escape de capital considerable a la economía gringa, así que es preferible estabilizar la situación insular. Por otro lado los subsidios y planes de asistencia a inmigrantes y refugiados cubanos ya alcanzan cifras estratosféricas que han generado una población con estilo de vida parasitario. El turismo promete ser un detonante en el futuro de Cuba donde una participación pactada a tiempo con EUA puede dejar saldos considerables al vecino del norte. A los Castro cada vez les quedan menos opciones para jinetear; ahora los vemos aplicando su “búsqueda y captura” de sponsor en el Medio Oriente, África y los aliados de Asia. Chávez como socio no estará para siempre ni puede ocuparse de todo, además ya empieza a reclamar claridad con el destino del petróleo que dona a la isla e incluso la deuda cubana con Venezuela ya ronda los 11,000 millones de dólares.

El congresista demócrata Charles Rangel pidió recientemente “rechazar una política fracasada y anticuada que no ha resultado en ningún avance para el pueblo cubano o estadounidense”, a su vez que el legislador republicano Jeff Flake dijo por su parte: “Si de verdad queremos impulsar las reformas democráticas en Cuba, necesitamos probar un nuevo enfoque”.

Veremos desfilar en el futuro muchos Juanes y juanetes entre Cuba y el imperio vecino. Mientras el sainete se lleva a cabo, el pueblo cubano no tendrá mejor opción que aceptar la mortalidad de sus dioses, la crisis de fe en el socialismo y el desamparo económico de un país quebrado por las mejores intenciones. Ojalá y la fuerza de la costumbre no lo ciegue, ni el sedimento de la utopía redentora ni el complejo intimidante del homínido arisco por la cercanía con el león. Tendremos que tejer fino para poder decidir la dramaturgia de nuestra próxima película y alejarla, en todo lo posible, del drama y de la tragedia que ya nos secularizan. El tema de la soberanía nacional volverá a adornar la mesa pero con el atractivo de un nuevo celofán. Y todos los comensales están hambrientos.