viernes, 11 de abril de 2008

Arte cubano de hoy: buen comienzo

Especial de tumiamiblog

El panel Cuban Art Today, de ayer en el College of Arts & Sciences de la Universidad de Miami fue un prometedor comienzo. Hay que agradecer a Lillian Manzur y Liz Cerejido por hacerlo posible. La presentación comenzó con la ponencia de Rachel Weiss, quien con tono pausado criticó la práctica museológica cubana actual (en tanto que toca el tema de la generación de los 80), no sólo por la recolocación de las obras transicionales y perentorias de Volumen Uno, sino por el olvido intencional de importantes miembros de la generación de los 80 por las autoridades de isla. La generación de los 90, que “aprendió a la luz del dólar y la caída del muro”, es -de acuerdo con Weiss- fácil, predecible y oportunista, aunque productora de una calidad indiscutible. Le siguió la presentación de Antonio Fernández (Tonel). Si capté su mensaje, Tonel conectaba aspectos de la realidad cubana actual, como el aislamiento y la anomia (después del fracaso de la utopía socialista) con el trabajo alternativo en foto y video de Felipe Dulzaides, Juan Carlos Alom y Manuel Piña. En larga circunvolución, Tonel conectó la alienación existencial de un Sergio Carmona, personaje principal de Memorias del subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea, con el trabajo de dichos artistas (el corto de Manuel Piña cuyo título no recuerdo sobre las microbrigadas, quedó como testimonio de la ineficacia del paraíso castrista). Le siguió la presentación de Gerardo Mosquera, quien comenzó su intervención agradeciendo al público no haber sido rechazado como la última vez que fue invitado a hablar en Miami (en MAM a mediado de los 90). La exposición de Mosquera, crítica de la realidad cubana actual, estableció continuidades en la busca de libertades de expresión artística entre las generaciones de los 80, los 90 y el actual momento en la isla. De acuerdo a Mosquera, el Internet (desde el invierno pasado) se ha convertido en el medio más explosivo de autogestión artística y mencionó a Lázaro Saavedra como el artista a la vanguardia del medio digital cubano. El panel cerró con la pintoresca presentación de Juan Martínez. El profesor de FIU comentó el arte cubano del exilio durante los últimos 30 años. La audiencia estaba cansada y el intercambio que siguió reflejó ese estado de ánimo. A una pregunta interesante de Mosquera de un Miami aún en el gueto, César Trasobares aludió la discriminación política que han sufrido y sufren los artistas de Miami, algo que también suscribió Glexis Novoa, en larga pero honesta alocución in English, que arrancó aplausos del público cuando dijo: “the ghetto is a mental state”. Al panel le siguió una recepción calurosa en el Lowe Museum.

jueves, 10 de abril de 2008

La isla de los amores infinitos de Daína Chaviano

El futuro líder


Alfredo Triff

Daniel es judío americano, usa espejuelos. Se sienta en una esquina, es apasionado, habla rápido. A veces ríe mientras hablo, mirando a la pared. Yanislei, criollita y futura sicóloga siempre lo busca y se le sienta al lado: Aceite y vinagre. La disputa entre la republicana wallaceana y el chomskiano ecológico. A menudo la clase se convierte en una isla desierta donde sólo ellos existen. Daniel ha sacado A+ en cada examen: el mejor argumentador del aula (Yanislei no se queda atrás, ya le he sugerido que estudie ciencias políticas o leyes). Daniel necesita hablar conmigo urgentemente. Al final de la clase: ¿Qué pienso de Chomsky? Establezco diferencias entre el Chomsky lingüista y el anarco-sindicalista (le pregunto si ha visto el célebre debate con Foucault... asiente, no le creo). Mientras caminamos, Daniel descarga contra las transnacionales, los males del sistema corporativo capitalista (la oligarquía, la explotación). Critica la competencia salvaje Smithiana con la idea de cooperación budista defendida por Schumacher. Lo sigo y pespunteo posibles lecturas: Rousseau, Burke, Marx, Pareto… le sugiero que lea a Walter Lippman (su Phantom Public de los años 30) y Breakdown of Nations de Leopold Kohr. Viene el tema de la guerra en Irak y salta a la propiedad privada y su función corruptora. Eso ya lo dijo Rosseau. ¿Y qué? ¿No es cierto? La propiedad es fundamental en la vida social moderna, lo interrumpo; el mejor descubrimiento del liberalismo lockeano. ¿Qué propones Daniel? Un sistema social anarco-sindicalista que gobierna desde abajo. ¿Y crees que esa estructura sindicalista estaría exenta de los males que le atribuyes al capitalismo actual? Me dice que sí, que una sociedad menos jerarquizada sería más justa (de pronto, déjà vu en la Habana de los 70, en casa del catalán Fortún quien me enseña la revista argentina La Protesta con el retrato del barbudo Kropotkin en la portada). Cambio el tono. Traigo a colación los intereses humanos en la economía. ¡Triff basta de retórica! Percibo su cara de impotencia, su frente sudorosa. No quiero parecer cínico: Las mejoras son posibles, siempre que sean incrementales. La sociedad es más ingeniería que teoría. Declaro que son muchas cosas a la vez, que no puedo discutir así, que evite el mejunje. Más análisis y menos síntesis. ¿Con todo lo que está pasando en el mundo? ¡¡La tierra se derrite Triff!! Llego a mi oficina. Daniel, la juventud es bella, disfrútala. ¡Don’t change the subject, man! Cierro la puerta. El lunes de esta semana me llamó la atención ver a Daniel y Yanislei intercambiando miradas y sonrisas.

miércoles, 9 de abril de 2008

Una nota mientras llego


La mujer adriática


La mujer que te escribe ignora si será capaz de hilvanar un texto coherente. Decido no dormir porque temo no despertarme. A las tres de la madrugada mi madre al teléfono: “Gracias mamá por compartir el insomnio conmigo.Te llamaré desde Madrid”. El avión. Un cosquilleo suave presiona mi estómago. Miami. Queda poco para verle. Al llegar me saluda con su mano de siempre. Él no sabe que tengo el ansia por dentro. Beso fraternal en el pasillo de llegadas. Café. A la mañana siguiente: ordeno, limpio, bailo con Eurythmics. Releo el lomo de sus libros en los anaqueles. Extraigo el polvo acumulado en el resquicio de la cama. Abrillanto las desvencijadas baldosas del baño. Cocina impoluta; cacharros en sus sitio. Respiro tranquila. Realismo mágico: las paredes se han dilatado y el lugar donde habito parece más grande. Ahora, el apartamento está como a mí me gusta. En este mismo instante pienso: “Duerme guapa. A ver si de mañana el resfriado se te ha ido”. El café con leche hierve en esta madrugada tibia. Despacio, lo bebo mirando su figura infantil sobre la cama. Entonces, entre el vaho de la taza que humedece mis ojos me digo... “No daré a luz jamás. Nunca seré madre: las madrastras sólo están en los cuentos, esperando su sentencia”.

martes, 8 de abril de 2008

Érase una vez en América


Mayra Marrero

8: 00 AM: Portafolio Kenneth Cole a la derecha, café en la izquierda, enciendo la luz tras ubicar las cosas siguiendo mi ritual matutino; al minuto siguiente el ring ring anuncia un día intenso. ¡Qué temprano! Ring ring. Abilio te llama me dicen por intercom ¡Oh! Respiro profundo. Buenos días, ¿Cómo lo ayudo? (qué ironía). Sí, claro que me acuerdo de Ud. Abilio esposo de María, jóvenes de 90 y 92 años que están pasando por momentos difíciles. Ella, antes mujer segura (independiente también lo fue), trabajó en no sé cuántos lugares. Madre, quizás abuela y bisabuela, había sufrido una stroke meses atrás (el lado derecho paralizado, un lenguaje tropeloso y debilidad generalizada son sus más visible secuelas). Cincuenta años de matrimonio, una vida de amor, de trabajo, de esfuerzos juntos y ahora no puedo hacer nada por ella, se lamenta él. Mientras me contaba yo pensaba en la pregunta que vendría: ¿Cuándo se terminan los servicios? La próxima semana. Silencio. Pero ¿quién nos va a ayudar? Estamos solos ¿Y la muchacha? La que viene al baño, tan buena. Explico como el mejor verso aprendido: Los servicios terminarán la próxima semana. Ya se le dieron todas las sesiones de terapia que cubre el medicare, también la enfermera y claro si no existe ninguno de estos, la asistente de enfermería también termina apenas en cuatro días. Pero ¿quién nos ayudará? Me suplica que por favor haga algo. Pienso y digo: ¿Su esposa tiene Medicaid? No, ni yo tampoco. Podríamos intentar aplicar, de esa manera podrá entrar en un programa y la ayuda para su esposa podría ser quizás diaria, y hasta dos horas y efectiva… rápidamente. Claro, le comento que han recortado presupuestos y estos programas cada día pierden más fondos. Abilio, del otro lado, se mantenía en silencio. Su respiración se acelera. Yo tengo una casa propia, imagínese, hace cuarenta años que vinimos de Cuba. Si es en la que habita no importa. Aún así puede aplicar. ¿Cuánto reciben Ud. y su esposa de retiro? Mil y pico mija, ya con familiaridad me contesta. Sigo dándole ánimo. Pues aún así califica. Pero tenemos una cuenta de ahorro (susurra). Pido disculpas por la pregunta: ¿Cuanto? Veinte mil… veinte mil, repite… entonces, aún po… Lo siento, Abilio, lo siento. Ring, ring, ¡llamada en la línea 2, para ti! alguien grita.

lunes, 7 de abril de 2008

¿De dónde son los farsantes?





Jesús Rosado

Ya nadie se pregunta si son falsos, sino quiénes son mejores copistas, si los de allá, que se iniciaron con el visto bueno o al menos con la mueca gorda de los meroliqueros institucionalizados, o si los de acá, por lo general pintores de medio palo, con inmunodeficiencia en el talento, prestos para todo tipo de manipulación oscura con el pincel y la paleta. El resultado aquí se aprecia: adulterio torpe, vergüenza de la ética y del oficio, haciendo escarnio de la incultura y de los espejismos del burgués aldeano, pobre estafermo con dinero que por su ineptitud le ha amargado el semblante a los estudiosos y a los pocos coleccionistas honestos y cultos que quedan. Entre impostores e intermediarios, Cocoplum, Coral Gables y Key Biscayne, atesoran todo tipo de dislates que han transformado el mercado del arte cubano en una feria del timo. No, señores y señoras, no pueden perderse esas gitanas de Víctor Manuel primorosamente maquilladas y estilizadas con Revlon, ni los re-Amelia infantilmente garrapatosos, ni las catedrales de Portocarrero fuera de eje y de pulcritud, amaneradas con tonos flamingo, o sus atribuidos paisajes pinareños que mal remedan aquella escueta serie de mogotes de 1940. Ni qué decir del guajiro kindergarten de Gattorno, o del bobo de Abela clonado a puro calco, o de la desdichada imitación floral a lo Milián, y de ese Lam, parkisoniano y asustado, que cualquier chico rebasa con carboncillo y cartabón bien dispuestos. Puros pescozones a la pintura de la Isla. ¿De dónde son los farsantes? ¿Serán de Miami? ¿Serán de La Habana? Ciertamente son detritus social que usan la vocación y la destreza para clavarlas por la espalda (el crimen también cuenta con su estética). No estoy seguro si ésta pudiera considerarse la primera curaduría de falsos en el condado, pero por si acaso, Alfredo, no olvides entrecomillar el nombre de los supuestos autores, no sólo por dejar constancia de la estafa, sino para evitar que acuda corriendo la cretinada hasta Tumiami a ensayar un tanteo con sus propuestas.

domingo, 6 de abril de 2008

Blek Le Rat








Ya se sabe que sin el trabajo grafitero de Blek Le Rat (1951) no habría Banksy, JayBadbc o Shepard Fairey. Pionero del arte de plantilla (el llamado "pochoir" o "stencil" europeo), Le Rat (quien es arquitecto, egresado de la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts) se sale de la influencia de la escuela de neuyorkina del garabato del spray paint desde los años 80 tempranos, cuando realiza sus primeros stencils de imágenes de pordioseros en las calles de París. La tradición del pochoir, que se remonta a los años 20 durante la fiebre Deco, fue trabajada por maestros franceses como George Barbier, ERTE y Halouze. Se trata de un trabajo de métier que requiere paciencia y sobre todo planeamiento antes de la ejecución. El aporte de Le Rat es adaptar la técnica a la posmodernidad en una metrópolis que ha perdido su Belle Epoque. El graffiti sigue siendo el medio artístico urbano más viable; gesto subrepticio socio-político en la tradición comunicativa visual de autoría premoderna anónima, anti-establishment (prueba de ello es que el pochoir fue medio importante para la propaganda futurista y el agitprop suramericano durante las dictaduras en Argentina y Brasil). Le Rat descifra que cada ciudad tiene su piel; su arte le viene de perilla a un París postcolonialista que vuelve (aunque sólo sea simbólicamente) a la Grand Epoque de los Chérets, Grassets y Lautrecs. La huella persistente del grafitero culmina con su exhibición de 1991 en el Centro Pompidou en París. Ya para entonces el arte de Le Rat (y otros pioneros como Speedy Graffitto y Jef Aerosol) es reconocido en tres continentes y comienza a influenciar la segunda y tercera generación de grafiteros europeos.

sábado, 5 de abril de 2008

Dos alocuciones al pueblo de Cuba en el mismo día



(José Antonio Echevarría, con voz alterada) ¡Pueblo de Cuba! En estos momentos acaba de ser ajusticiado revolucionariamente el dictador Fulgencio Batista en su propia madriguera del Palacio Presidencial... el pueblo de Cuba ha ido a ajustarles cuentas. Y somos nosotros los del Directorio Revolucionario los que a nombre de la Revolucion Cubana hemos dado el tiro de gracia a este regimen de oprobio. Cubanos que me escuchan... Acaba de ser eliminado...

¿¿¿¿¿¿¿¿?????????

(Fulgencio Batista, con voz alterada) ¡Pueblo de Cuba! En estos momentos me dirijo a ustedes para desmentir... (murmullos desde el público) y condenar la acción en la que esta tarde elementos sediciosos (inaudible) procuraban desestabilizar al gobierno. Fue así que amparados por la sorpresa fueron eliminados a malsalva los valerosos padres e hijos de nuestra heroica policía nacional. Cubanos que me escuchan... estos elementos sediciosos buscan hundir al país en el caos y la anarquía (Batista pierde la voz momentáneamente). Puedo decirles con la mayor ecuanimidad al pueblo de Cuba: ¡No se saldrán con la suya! Y que mientras sea necesario, y las circunstancias así lo demanden, continuaré prestando mi modesto servicio a la patria.     

Humor de Pong

viernes, 4 de abril de 2008

Un pueblo como este merece un lugar en la historia


Ramón Williams

En blanco y negro, en lo convexo del cátodo de veintiuna pulgadas, Nilo veía desfilar las manchitas que sabía anaranjadas gracias a los libros de texto. Un mar de gente erizada por la ira alzaba el puño frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos. El cuerpo de la repulsa se estiraba por las carrilleras de la Quinta Avenida, donde autos de chapas negras escondían las narices tras el cercado de las embajadas. “…Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos que le roen el hueso a la patria que los nutre…” Y los barcos llegaban desde La florida, como empujados por las palabras de Martí a la distancia de un siglo. Eso decían en las pantallas. “Pantallas de la historia” comentaba Matías a los pensamientos de Nilo. Los yates de los que venían por los suyos fueron rebosados a la fuerza de otras caras que la televisión y Nilo no alcanzaron a ver: las desdoradas, las anónimas centrifugadas de cárceles y manicomios. Todo mezclado. Actores y actrices improvisados corrían a las oficinas de inmigración desgranando culpas. Corrían a humillarse para volar. Soy pájaro y detesto los domingos rojos –confiesa un señor de cosmética sotabarba y ojeras inciertas-, mi mujer sólo adora el sol y se acuesta con otras. Como ve, el niño ni se me parece”. La mujer mece al bebé mirando al piso. El oficial no sabe por qué sabe que la pareja miente. Entiende, sin embargo, que desean irse y que los que se largan van marcados, enmarcados, embarcados; que toda patria antes de ser mejor ha de amputarse. Si Nilo hubiera leído aquellas caras habría descubierto, mucho antes que el oficial Silvano, cómo la traición se perdona y sus traicionados se traicionan; que la mierda en su correr de todas partes viene, a todas partes va y en ningún lugar se detiene.

jueves, 3 de abril de 2008

¡Happy cucaracha, machete!


Jesús Rosado

No se me troquen, caballeros, que me estoy refiriendo a la correspondencia artropódica de la charada con el 48. Machete es muy machetón, pa que alguien se me pase con un equívoco entomológico y eso está más que demostrao en su pedigree comunitario. Esta ciudad le ha otorgado todo tipo de reconocimientos a su intelectualidad polémica y jodedora brindándole,desde lo mejor de su paisaje hidropónico, hasta esa muestra de fervor patriótico que se conoce en la historia miamense como el "Grito de la Calle 8". Diseñador de puntería -palabrita bien escrita sin que le sobre la "n" que ustedes piensan- y autor de un retratismo consumado, irónico y conceptual, ha ido armando una iconografía del nepotismo camuflado tras los exacerbamientos del populismo (de la cual, por cierto, espero tumbarte lo de Lincoln Díaz-Balart que tienes inédito). De ese empeño, su capolavoro es haber llevado a texto pictórico la tesis de que un anexionismo invertido y enfermizo se agazapaba en la santurronería martiana.  En su opinión,  el apóstol soñaba ser el gran dictador de USA, utopía que cumplió el comandante pero con la URSS hasta que a fuerza de disparate la descojonó. Por eso machete es, además de más o menos artista (y mientras el humo se lo permite), un gran pensador que sabe lo que es jamarse la historia con papitas y desacralizarla en los platanales. A un hombre así, chico, se le quiere con la ternura azulita de una flor de lis de Alonso Mateo. Perdóname, machetón, si esta descarga ya suena casi a obituario, te juro que no hay premoniciones hexagonales. Es que tú sabes que yo me encartono así, brother, cuando me conmuevo con los socios de Santos Suárez.    

miércoles, 2 de abril de 2008

Monólogo para personaje de telenovela


Dinorah Pérez Rementería

Foto: Francesca Woodman

Duele abandonar la ciudad donde se queda tu pasado para siempre, el sueño de lo que fuiste alguna vez. Duele separarse de los seres queridos y sobre todo de aquellos que una vez amamos mucho pero y que luego uno aprende a querer de otra manera. Duele cuando sabemos que cumplimos treinta años y no hemos hecho nada -o poco. Duele hacer el ridículo, ir tantas veces al mismo sitio (de cuyo nombre no quiero acordarme), desaparecer luego con el cráneo duro y el corazón que se te quiere salir. Duele tener la playa al doblar de la esquina mientras lloras en el baño de tu casa con la luz apagada para que nadie te vea. Duele que la gente te pregunte cosas cuando quieres permanecer muda por el resto de tus días. Duele descubrirte en un estado de insomnio total a las tres de la mañana. Duele morir de amor y desamor. Duelen las ojeras, las espinillas negras en la frente; el pecho duele. Duele inventarse la peor de las excusas para no levantarse de la cama. Duele tener que ir a trabajar con la imagen de un fantasma en tu cabeza. Duele que alguien muestre su sonrisa helada y te parta los huesos hablando de la felicidad. Duele inventarse un lenguaje de falsas miradas y llamadas ausentes. Duele la anti-creación y los antídotos, la soledad inmensa en medio de tanta gente asustada; la esperanza duele. Duele maltratar a los amigos sin razón; duele la página en blanco esperando por ti. Duele no decir nada, decir mucho, hacer abdominales durante una hora mirando el ventilador del techo.

martes, 1 de abril de 2008

¿Por qué un Greco vale menos que un Koons?


Larry Salander, uno de los marchantes de arte más respetados en New York, ha esfumado más de 100 millones de dólares de sus propios inversionistas en uno de los fraudes mas ecandalosos de la historia del arte. Sin embargo, la historia de Salander es más compleja de lo que parece. ¿Cómo es posible que uno de los dealers más respetados de la ciudad, un hombre riquísimo, cambiara el curso de su fortuna? La pregunta arriba tiene mucho que ver con la caída de Larry Salander: Otro ángulo de la historia. No son pocos los que afirman que “el caso Salander” puede trocar el mercado del arte.

El Pichy presenta: "Potter/Pototo"

Fue Adal quien nos presentó a El Pichy Films en “299”, doblaje algo chocante; verbo quasi-ñáñigo cocosolero del “300” hollywoodense con Leonidas exclamando: “¡A mi no me gujta la pajtaaaaa!” (mientras lanzaba al emisario negro persa al Gehena). Notable, El Pichy comenzaba… ahora con su nuevo Potter/Pototo, El Pichy demuestra artilugio vernacular/miamense. La escena comienza con "El orejón", socio escachao de Pototo quien se aparece sin jeva y con petición: 500 estacas. Nuestro protagonista tiene muchos problemas en el gao. "El orejón" explota y se baja con auto-golpiza iracunda que persigue ablandar el corazón del muchacho. La gritería alerta a "El puro", padastro siniestro cederista de Pototo, quien transforma el cuartico en una celda de Kilo 7. Una noche, los socios paleros de Pototo se aparecen por Quivicán con fotingo volador, en son de comparsa (con trompetica china y todo). La importación onomatopéyica de El Pichy merece destaque. ¡Ojo! Paciencia, que el server de Mundial Video es ruso (ahorita volvemos con otro videito simpático). 11:50am: Disculpas a blogolandia, ni ruso ni polaco: un desastre. 6:00pm: As I got to fix a mispelling in a name in the post above (now gone), it totally disappeared. Vanished. I think someone posing as "the sabler" has tried to boycott tumiamiblog. Why?

lunes, 31 de marzo de 2008

Capellini con pesto de rúgola y camarones




Tumiamiblog

La mejor cocina nace de las sobras (dicho renacentista florentino)

Ayer tenía mucha rúgola y R. decidió que había que comérsela. Cierto, con la primavera miamense no es momento para entomatamientos. ¡Presto! Pesto, me dije… pero sin pancetta. Además de afrodisíaco, Virgilio le otorgaba al pesto propiedades diurético purgativas. El pesto no lleva carne ni mariscos, pero yo deseaba un sabor heterodoxo que recordara el mar... conchas no, las comimos antier. Algo del orden crustáceo: ¡camarones! Textura afideadamente grácil: capellini. Comida es primero textura, luego gama armónica. Plato, te quiero verde y blanco, con bordes rosados y fuliginosos (aceitunas curadas marroquíes fileteadas). Hoy por hoy, cocino apenas sin ingredientes (casi como en los años 70... ironía, no por necesidad). Minimalismo manducatorio de orden ideológico: que hable la comida. La labor del cocinero,como la del perfumista, es mezclar hábilmente. Queda entonces el asunto jansenista de combinar con fe (no hablo de medidas, que por cierto no uso, sino de principios). Mi pesto lleva piñones y nueces a gusto, mantequilla, camarones, baby rúgola, aceite de oliva liguriano (extravergine, spremuto a freddo), un diente de ajo, queso parmesano, pimienta y capellini. Método: Tritura los piñones y las nueces a cuchillo (la mistura cruda de semillas debe contrastar con lo sutil del fideo). Dale candela mediana a la sartén y fríe los camarones en poca mantequilla dulce con pizca de pimienta. Pon una cazuela a hervir con toque de sal. Cuando los camarones estén casi a punto, ahógalos con unas gotas de vino blanco (del mejor que tengas). Ya hierve el agua. Tira la pasta (para cada ración, debes llenar el círculo pequeño que haces con tu dedo índice sobre la base de tu pulgar). Corta los camarones en trocillos, ponlos aparte. Haz lo mismo con la rúgola (que quede bien picadita). Al dente sólo requiere dos minutos: Escurre el capellini y mézclalo con todo lo demás. Bastante olio d’oliva y queso parmesano bueno (cierra con un tin de limón). Acompáñalo con un Chardonnay orgánico argentino ($10.99). Si prefieres el pesto de palo pa rumba, haz exactamente lo mismo, pero con masitas de puerco frita bien picaditas del Palacio de los Jugos de la 57 Avenida.

domingo, 30 de marzo de 2008

Mammy Blue

Carmen Díaz

Tu caminas unos pasos adelante. La arena mojada junta tus pasitos inseguros y eres tan hermosa. Mis manos están llenas de conchas que has recogido creyendo que esto es lo que hay que hacer cuando se camina por la orilla. Tu piel esta dorada, como todas las pieles en estas circunstancias y tus pasitos son de gigante. Te amo tanto. La música viene por el aire y ensayo el ritmo con las conchas, y tu cantas. Oh Mammy Blue. La mami se quedó blue. Y ya la olvidaste. El tiempo se va enganchado con los sueños. El mar vuelve como los recuerdos para dejarnos saber que un día fuimos felices.  

sábado, 29 de marzo de 2008

Como Cachao no hay dos


Alfredo Triff

Foto: Eliseo Cardona

Corría el invierno de 1990. Miami se vislumbraba como mi próxima patria. Toca-que-te-toca y un día me tropiezo con el gato con botas, Marsillí, ex cellista de los Van-Van tempranos, al que me unía un álbum, mi juventud setentona y muchos amigos comunes. Llegado de España (allí terminó nuevamente) Marsillí tenía una pega respetable en “Festa”, restaurante recién abierto en Coral Gables (de cubanos inversionistas en alcaloides cristalizados). Espíndola en el acordeón (virtuoso semiretirado de la música), Marsillí en el cello y el gran maestro Cachao. ¿Y no necesitan un violín? “El problema es Cachao, es muy exigente”. La audición sería delante del maestro y con comensales. Después de tocar el repertorio regular, casi al final, Cachao me pregunta: “¿te sabes La bella Rosamaría? Pieza fácil de un Fritz Kreisler nada fácil. La hicimos a bajo y violín solo. Cachao aprobó de mi “staccato volante” que la pieza requiere (Schön Rosemarin se convirtió en nuestra favorita, junto a Los tres golpes y La bella cubana). Esa noche, de trío pasamos a cuarteto... casi dos años descargando. Una vez le pregunté al viejo por qué prefería esa miniatura. “Se la oí a Menuhin d’encore después de un concierto en la sinfónica”, me dijo con sus ojos verdes como luciérnagas. ¿Cachao? Además de compositor notable, de virtuoso del instrumento, de innovador estilístico con sus famosas “descargas” de fines de los años 50, era en sí mismo un estilo de tocar el bajo sin trabajo. El boricua Andy González, (mi bajista latino preferido de la nueva generación) diciéndome lapidariamente: “Con Cachao empieza el bajo”. Absolutamente; pero debiera mencionarse ese otro talento suyo oculto: El cuento, de nunca-empezar-para-cuando-acabar. En los descansos entre set y set irrumpía el Bach de la historieta: Éramos cuatro y sube el telón: Andante ma non tanto... absortos con su voz atenoradamente afónica de ópera bufa fabularia. Las palabras discurren melódicamente, de accelerando a subito diminuendo; tema, desarrollo y exposición. Y cuando menos lo esperas, viene el tutti de la Coda y estallas de la risa, mientras, el raconteur, Buster-Keaton mulato, te contempla impasiblemente grave, asintiendo con cara escéptica. Cachao podía comenzar con “el cuento del sapo y el carro” y concluir instruyéndote sobre la obsesión teutónica de Erich Kleiber con el arroz con pollo a la chorrera, o el tic nervioso en la cara de Gonzalo Roig cada vez que sonaba el gong en el segundo acto de Cecilia. Sólo necesitaba el cuentista justificar el cambio de-palo-pa-rumba con un consabido “pues así mismo fue...”. Sin saberlo, éramos testigos de la mejor tradición del teatro vernáculo cubano. Recientemente (ya Isora había muerto) le pregunté a Cachao en el Publix de la 37 (donde iba casi todas las mañanas a tomar café) sobre el asunto del origen del “mambo” que explotó a principio de los años 90. Nunca comprendí cómo, de llevar la forma danzón a su límite con su “Mambo”, Cachao se convertía en el nuevo creador de ese otro “mambo, qué rico el mambo”, cortesía de Stan-Kenton, en un universo en que su autor, el pobre Pérez-Prado (muerto y sin derecho a riposta) quedaba como plagiador de segunda. El viejo me dio la respuesta que siempre esperé de él: “Alfredo”, se me acercó, encogido de hombros, susurrando en tono menor de piano a pianissimo: “tú sabes como es la publicidad”.

viernes, 28 de marzo de 2008

"Beyond Frontiers" de Demi en Arte Américas

El afiche polaco y su influencia



El exilado Roman Cieslewicz (1930-1996) convirtió el afiche en medio metafísico para expresar lo abstracto de la idea: síntoma de alienación existencial en un momento de ansiedad en la historia europea (Cieslewicz estaba exilado en París desde mediados de los 60). Su técnica preferida fue crear medios tonos y aumentarlos hasta lograr dos niveles de información entre imagen y los puntos que devienen en rica y sugerente textura a la misma. Cieslewic quien hizo afiche, tipografía de libros, fotomontaje y collage cuenta con numerosos merecimientos: Premio Trepkowski (1955); Primer Premio de Afiche, Varsovia (1956), Primer Premio de Afiche, Karlove Vary (1964), Medalla de plata en la Bienal de Katowice (1965) y Medalla de oro (1967 y 1971 respectivamente). Medalla de oro de la Bienal de Varsovia (1072) y Medalla de bronce en 1984, finalmente segundo premio de la competencia en Lahti (1993).

Swierzy




Tumiamiblog

Waldemar Swierzy representa el pop del afiche polaco de fines de los años 60. Su trabajo mezcla lo folklórico polaco con la vanguardia del siglo XX, incorporando todo tipo de técnicas mixtas. Engaña la aparente (pero deliberada) improvisación de la ejecución, pues Swierzy es conocido como un detallista minucioso. En la actualidad Swierzy funge como profesor en la Academia de Arte de Varsovia. Su trabajo cubre diseño de libros, ilustración y afiche para teatro y cine. Swierzy ha sido galardonado con el Premio Trepkowski (1956), Gran Premio Toulouse-Lautrec, Versailles (1959); Medalla de oro en la Bienal de Katowice (1965, 1971, 1975, y Medalla de plata en 1977, 1987, 1989); Primer Premio en la Bienal de Arte de Sao Paulo (1969); Medalla de oro en la Bienal de Afiche de Varsovia (1976) y Medalla de plata de la misma bienal, 1972.

Starowiejski




Uno de los genios del afiche polaco es Franciszek Starowiejski (1930), quien desde los 60 tempranos aborda una estética fuerte de confrontación alienante al borde de lo metafísico, lo surreal macabro; arte que pareciera adquirir movimiento en el célebre Planeta salvaje de Torpor y Laloux, al que probablemente influenció. Starowiejski inaugura la llamada "escuela de horror" del afiche polaco que marcó a diseñadores de la estatura de H.R. Geiger y Ridley Scott. Starowiejski fue pionero del llamado "teatro del dibujo". Entre sus premios se cuentan Medalla de plata de la Bienal de Sao Paulo (1973); Premio al mejor afiche en el Festival de Cine de Cannes (1974); Medalla de plata de la Bienal de Afiche de Varsovia (1974 y 1978); Medalla de oro en el Festival de Cine de Chicago y Premio Afiche en la Silver Hugo, 1982.

El afiche polaco



Tumiamiblog

Si viviste durante finales de los años 60 y principios de los 70, estas imágenes no te son ajenas. Puede decirse que el afiche polaco influenció la historia del diseño gráfico europeo durante esas dos décadas. Incluso nuestro estimable afiche, acaso la única manifestación del pop cubano (con la feliz excepción de Umberto Peña y Antonia Eiriz) le debe mucho a estos polacos. Hagamos un poco de historia.
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El afiche polaco comienza a recibir atención en década de los 50, con la obra de Tadeusz Trepkowski. Se trataba de un diseño de imagen mínima con texto frugal (tomado del racionalismo suizo y la vanguardia europea) que expresaba la reciente tragedia de la guerra (Varsovia quedó destruída después de la masacre del bombardeo nazi). El famoso NIE! (1953) de Trepkowski, con la imagen de la ruina citadina dentro de la bomba, hizo historia. Sin embargo, el padre del afiche polaco es Henryk Tomaszewski (arriba) quien se hizo cargo del departamento de diseño de la Academia de Artes Visuales de Varsovia, después de la muerte prematura del primero. Muere Stalin y la política del entonces secretario del partido, Vladislaw Gomulka, es de apertura y estímulo a la creación (siempre que se acomode a los cánones de censura estipulados). Los afichistas polacos crearon para el cine y el teatro e hicieron diseño para libros, revistas, etc. Tomaszewski quien fuera instrumental en la creación de La Bienal de Afiche de Varsovia en 1964, cierra el capítulo obsesivo del horror de la guerra con un nuevo optimismo humorístico que es a la vez obtuso y naive. Su más cercana influencia es el diseñador Jerzy Flisak ("El dorado", primero arriba, 1973) quien produjo algunos de los afiches más memorables de la época del naciente cine polaco de principios de los años 60.

jueves, 27 de marzo de 2008

La exhibición de Yovani Bauta en la CS Gallery


Machetico

Hacía un tin de frialdad y agarré una leva. Como me gusta, la gasolina la eché con los toussaints en North Miami Avenue y la 54 y tumbé con el landrover rumbo norte, hacia el downtoncito de la ciudad de North Miami (cuyo corazón urbano lo comparten, como pareja, el opresivo cinderblock de la alcaldía y el angular Museum of Contemporary Art, conocido masivamente como el MOCA). Guapea en ese enclave un pequeño distrito de arte, de galerías, y hacia una de estas fui, a ver la exhibición de Yovani Bauta, que no es de la generación Y, ni es de Bauta, sino un pintor de larga trayectoria, un gran amigo.
Amarré la bestia a un parking lot en la esquina y entré en el pequeño espacio que ya conocía, una lasquita de vacío de paredes blancas que se ha empeñado en ser galería durante años y hoy es sede de CS, proyecto joven como su director, Jorge Chirinos. Cinco cuadros de como de ocho o diez pies cuadrados a la izquierda, un cuadro apaisado y grande a la derecha y dos sketches enmarcados al fondo (luego descubrí otro, recostado al descuido en la back office, cerca del ron y los pastelitos). Hace ya muchos años yo le decía a Yovani que su pintura me parecía expresionista abstracta, en la tradición quizá de la abstracción cubana de los cincuenta, de Los Once, a pesar de evidentes referencias figurativas, banderas, pedestales, cafeteras, cuerpos. En naturalezas muertas, bodegones, academias, yo me empeñaba en ver vidales, raulmartínez, llinases. El asentía con su sonrisa matancera y sabía (callaba) que me quedaba corto. Mucha más maña había en eso, muchos más caminos, largos y despegados. No contaba yo entonces con Schiele, ni con Klimt; soslayaba a Servando y ni siquiera me imaginaba a Freud, el nieto.
Sorprende ver tanta mujer en los revolicos de gente y los torsos de este show de Yovani. Sus figuras humanas anteriores parecían siempre masculinas, cerradas y un poco hieráticas, escondían un poco la cabeza como guajiros juyuyos de la ENA. El me mostró, de lejos, su modelo alemana y comprendí entonces tanta sensualidad fogosa en esos cuerpos a los que le chorrea alizarín, redibujados con cortante oilstick sobre el dripping acuoso del acrílico, coloridos y vivos, como si las modelos de Pearlstein se hubieran ido con Kokoschka, con la gente de El Puente, a rumbear y revolcarse por ahí, por Versalles o por San Luis. El me dijo que todo era freudiano, pero al revés.
Yo me puse a hablar con Laura y luego con Ordoqui y después con Forrest Gump el rumbero y con Alfredo y entre la gente me pareció de pronto ver al modelo grandote, gordo y pelón del viejito que pintó en pelotas a Kate Moss. Entonces regresé a fumarme un tabaco y a escuchar rocanrol.