domingo, 1 de mayo de 2016

¿Es necesario el olvido para la historia?

Actos de repudio en La Habana durante la crisis del Mariel (1980).

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Acuso recibo del libro de David Rieff In Praise of Forgetting, segundo de una serie en que Rieff explora la idea del olvido colectivo. 

Quisiera problematizar no el argumento mismo de Rieff, sino sus consecuencias. La tesis central del libro es simple y pragmática:

La historia es una sucesión interminable de horrores,
La memoria del horror perpetúa el horror, repitiéndolo,
Por tanto,  
El olvido es necesario para la historia.

Rieff tiene razón. Hay mucho en la commemoración del horror que resulta peligrosamente tóxico. Aquí trae a colación el caso serbio (en el reclamo de la Gran Serbia del medioevo) que justifica el horror de las guerras yugoslavas en los 90, o la carga insoportable de la memoria en el caso aparentemente insoluble de Israel y Palestina. Ambas instancias son bien conocidas por Rieff, quien reportaba como corresponsal de guerra para las revistas The Atlantic y The Nation
durante los años 90.  

La batalla de Kosovo, (1389) donde Serbia cae ante el poder otomano

Ese "culto" a la memoria del horror convierte al grupo victimizado en seres con marcado designio. El culto al trauma histórico o la victimización como legado son inyección soporífica al ego tribal.

No sé si Rieff comprende que normativizar el olvido es apuntar irremediablemente a la memoria. Aunque vale decir que "olvido" para Rieff no es un Alzheimer colectivo -enfermedad crónica de la mente histórica. Habría que ahondar más. ¿Qué es la mente de la historia sino la sustancia de los hechos? Es decir, la masacre en sí.

Depués de la masacre, el olvido de la masacre. ¿Pero no son acaso dos entonces? Ahí está la mente histórica.


La destrucción del tempo en Jerusalén, pintura de Francisco Hayez (1864)

Hay demasiado en la historia que resulta aglomeración interminable que en sí misma excede cualquier valoración. Interminable, porque no podrá jamás ser catalogada en toda su extensión. La historia, aunque finita se hace, en virtud de su omnipresencia, un todo inconmensurable. Visto qua historia, la historia apunta no al orden sino al caos, la ausencia de un plan teleológico (G. F. Hegel se revuelve en su tumba maldiciéndome).

Por otra parte, la historia y la moral son enemigos declarados. Y la historia humana la hacen los humanos. El propio Kant, crítico de la metafísica de la historia, en su Antropología revela un momento de debilidad: los horrores de la historia son suficientes para demostrar que el ser humano es malévolo. Herder, discípulo de Kant, pero romántico, añade un detalle: la civilización demostraría que hemos (al menos) dejado atrás la barbarie. W. Adorno discreparía: "hacer poesía después de Auschwitz es una barbaridad". (Por cierto, Rieff le reprocha a Kant su imperativo categórico). 

¿No será que caemos en un círculo vicioso? Jugar a resumir la historia nos hace culpable de la falacia de la parte por el todo. Nadie puede abarcar la historia. Acaso solo una ínfima parte. Otro vicio es antropomorfizar la historia, e ignorar el vestigio particularísimo de cada hecho. Siempre queda una memoria del horror en el sobreviviente (incluso, no olvidemos, del victimario).

Niños armenios, masacrados por las fuerzas turcas (1918)

Lo que hacen los vencedores es evaporar la memoria de los vencidos. Hacerla desaparecer (aquí Rieff busca el consejo de Maquiavelo).

La tesis del olvido de Rieff adolece de un defecto: olvida el perdón y su memoria. ¿Conocerá Rieff a Emmanuel Levinas?

Hay páginas oscuras y bellas en el Levinas tardío donde ante el agravio inescapable del victimario no queda otro remedio que el perdón. La lógica es aplastante:

El sufrimiento de la historia es colosal. Por tanto no podrá borrarse de la historia. Olvidar es borrar la historia del horror, que es la historia en sí misma. 

De nada vale huir y pretender olvidar. Al sufrimiento hay que confrontarlo, pero sin odio.

Pero esto nos lleva a una discusión que rebasa el propósito del presente argumento.

1 comentario:

  1. ....y el horror pasa pero quedan las huellas que nunca se van y golpean hasta el final!!

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