martes, 8 de marzo de 2016

La retórica del poder contra el poder de la retórica (---> <---)


atRiFF

Desde su célebre Gorgias, Sócrates deja claro que la retórica es el arte de la persuasión. Pero en tanto que persuade, la retórica engaña:
 A mi modo de ver, la retórica no es más que el simulacro de una parte de la política...
La alianza entre retórica y política es tan antigua como el Partenón. Traigo el punto a propósito del espectáculo mediático de nuestras elecciones primarias en EEUU, en particular, el fenómeno Trump.

¿Cómo es posible que una personalidad hiperbólica, farandulera y vulgar despuntara como posible candidato a la presidencia por el partido republicano?

Es aquí que volvemos a Sócrates.

Trump es la versión post-milenista del sofista en boga durante el declive de la sociedad ateniense en el siglo IV aEC. Aunque los Gorgias, Calicles y Crátilos de la antiguedad no salían en televisión ni aspiraban ellos mismos a puestos políticos, eran imprescindibles para validar y apuntalar la candidatura de los políticos del momento.

Un sofista es un experto de la comunicación; "es un retórico", diría Sócrates.

Trump ha llegado a este punto debido al poder de la retórica. El "fenómeno Trump" no parecía posible porque es una figura anti-establishment. Pero es que la retórica obra maravillas.

En la última semana se ha producido un choque entre los históricos del ala fundacional del partido republicano y el sector de votantes pro-Trump que sigue barriendo en las primarias. En esta guerra frontal, el ex-candidato a la presidencia por el partido republicano y ex-gobernador, Mitt Romney, ha dicho públicamente que Trump es un "farsante fraudulento".

Pero Romney habla desde la retórica del poder.  Es por ello que el ex-candidato llegó incluso a aconsejarle a los votantes republicanos su estrategia de cómo prevenir la victoria de Trump:
... lo que hay que hacer es lo siguiente: votar por cada uno de los contendientes en sus respectivos estados: por Marco Rubio en Florida, John Kasich en Ohio, y por Ted Cruz en Texas...

Lo rotundamente inesperado es que ahora la retórica del poder se debilita frente al poder de la retórica.

El satirista político Steven Colbert ha señalado la debilidad de Romney:
Señoras y señores. Romney tiene toda la razón: Trump ha hecho negocios horribles. Uno de ellos fue apoyar la candidatura de Mitt Romney en 2012. 
Colbert resalta la sutileza. Romney pierde puntos retóricos acusando a Trump; lo cual no implica para nada que Trump sea mejor que Romney. A fin de cuentas estamos en el pantano del artificio. Es decir, la retórica por sí misma no puede salir de su impasse.

Nos hace falta Sócrates:
... la retórica es una empresa imposible ya que nunca se puede refutar lo que es verdad.
y luego:
... la retórica no sirve para defendernos contra la injusticia.
Pero entonces ¿cómo puede perder la verdad ante la retórica del poder?

Es la amarga lección que Sócrates se lleva a la tumba: A las masas no les interesa la verdad por una razón fundamental:

la verdad es lo que es: no puede manipular.

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