lunes, 27 de enero de 2014

Aterrizaje de "El Maléfico" anoche en los Grammys

Ernesto González

La música y el cine siguen liderando la creación artística, al menos en MI insignificante opinión. Uno de los premios (uno es – que algo) lo ganaron unos jóvenes que produjeron su álbum independientemente, con lo cual me identifico: yo saco MIS libros a MI manera, con el concurso de algunos amigos. Lidiar con editores no es fácil para quien no siga la línea de ensamblaje y producción continua del momento, pero eso sería otra nota (inútil).

El nivel musical del espectáculo angelino se mantuvo elevado, y hasta la mayoritariamente conservadora música country se bajó con una buena canción que ganó en esa categoría. Su letra proclama seguir la dirección de la flecha, y besar a un muchacho o a una chica (si eso es lo tuyo). Jum, estas propuestas ya vislumbraban la presencia demoníaca en el espectáculo.

Se otorgó por primera vez un premio a un profesor de música, un tipo que da clases en los siete niveles de primarias y tiene no sé cuántos coros y grupos musicales de niños a su cargo. Es una gozadora ametralladora musical viviente y los ametrallados van a gozar en sus vidas como nadie.

Hubo canciones sobre el acoso adolescente en las escuelas, las secuelas de la guerra (una actuación de Metálica con Lang Lang que hizo historia), y baladonas románticas mejores unas que otras, pero a nivel del evento, que no siempre es tan alto como el de anoche. Ya se sabe todo lo que corre por detrás de estos jóvenes, y cómo se determina entre las bambalinas de las empresas grabadoras lo que se canta o no, pero eso sería otra nota (jugosa como ninguna).

Y hablando de notas, llegó el instante presagiado, intuido. El Maléfico mostró sus garras soberanamente agresivas en una hermosísima canción-infusión (amarga para la matriz ultraconservadora). Y todo porque la cantante afirma que no puede cambiar, incluso si quisiera, y que ella (otra muchacha) es cálida. La iteración de la calidez femenina en boca de una fémina debe de haber sacado chispas entre los integrantes de esas desgraciadas ultra-matrices.

Pero la cosa avanzó, y oh, demonios de los ángeles, en los pasillos se ven hileras de parejas intercambiando anillos de boda, elegantes, emocionadas, sonrientes, llorosas, alegres. Oh, my, pero es que hay de todo como en botica, ¿cómo es posible? Parejas bi, bi-raciales o no, parejas gays bi-raciales o no, y lésbicas o no, y altos o altas y bajitos o musculosos o delgados, hasta asiáticos y asiáticas hay en este enredo, y de fondo esa canción que en boca de una fémina proclama la calidez de otra.

(Este no es el mundo que quiero que conozca mi hijo pequeño, donde todo parece mezclarse caóticamente y sin respeto, digamos, no sé, a las tradiciones. ¿Que hasta el Papa está diciendo que la iglesia se mete demasiado en las habitaciones de la gente? No lo creo, eso tendría que oírlo YO, además, los católicos, you know. Bueno, pues será una conspiración de la izquierda. Eso sí, claro. ¿Y con quién sino? Con Cuba. Tiene que ser porque es lo más cerca que hay. Y porque con Putin no se puede contar para esto, tiene sus defectos, you know, pero no admitiría ESTO. Sí, son los agentes infiltrados del castrismo que quieren destruir nuestras instituciones. ¿No viste quién abrió el show? Nada menos que Beyonce, se bajó del avión que la traía de Cuba, del aeropuerto para acá. Horror y espanto).

Pero estas sureñas conservadoras no saben que El Maléfico también tiene planes para su hijo pequeño, y lo hará crecer en un mundo irreal donde no podrá establecer puentes con quienes son diferentes a él, y no solo por la sexualidad. Y podrá ser un exitoso (término abusado y en vías de extinción), podrá acumular bienes (y sobre todo males), pero carecerá de comprensión y morirá cristalizado en la ignorancia, como si no hubiera vivido.

Y a propósito, estoy enfurecido, ¿alguien podría mostrarle directamente o enviarle por Fedex a Putin copias de los estudios, las estadísticas, las pruebas, los archivos que explicitan-evidencian-prueban claramente que el porciento de gays pederastas es ínfimo? Que la machanguería, además de acabar con el planeta, carga con esa desgracia. Que hasta Thailandia van los engendros esos en busca de niñas.

(No sé qué le encuentro a los varones, he de ir repensándome y pensando en cambiar para el bando estrey, y quizás me dé por afiliarme a una de esas iglesias que ofrecen sanaciones sexuales para los gays, ay bendito).

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