jueves, 28 de abril de 2016

Cuba: la oposición natural

Jesús Rosado

Si uno consulta el significado del término “natural” en el Diccionario de la Real Academia Española, encuentra que la cuarta acepción cita literalmente que en su función como adjetivo, “natural” se refiere a “Dicho de una persona: Espontánea y no afectada”. 

Parece ser la acepción que mejor sirve para caracterizar las cada vez más frecuentes manifestaciones de resistencia popular en distintos puntos de Cuba. 



Lo distintivo de este tipo oposición ha sido su primitivismo, su carácter desideologizado que responde a motivaciones esenciales de la supervivencia: necesito comer, necesito un techo, necesito agua, necesito higiene, necesito ropa, necesito fulas para resolver, necesito que me dejes respirar…Las mismas necesidades paradójicamente enunciadas por el pensador alemán cuyas doctrinas nutre de argumentos a la fábrica de calamidades contra la cual se disiente en Cuba. 

Lo cierto es, y así se aprecia en cada testimonio mediático difundido, que ese tipo de oposición doméstica excluye toda elaboración o artificio retórico. Prescinde de activismos y liderazgos formales. No recauda firmas ni distribuye volantes. Carece de fundamentos políticos y su discurso no fluye en tribunas o mesas de concertación, sino en el rubor iracundo de los rostros, en las voces inflamadas o en el silencio beligerante, en los performances impúdicos o en las palabrotas obscenas. 



Su civilismo está muy lejos de ser culto. Al contrario, ignora soberanamente todo 
principio ético o filosófico, observándose como un conglomerado decadente cuya neurosis se agrava con la angustia de cada penuria diaria y que acorralado por la desesperanza pudiera arremeter ciegamente contra la alambrada en cualquier momento.

Esta oposición “hecha en casa” responde al concepto de horda y actúa a nivel de puerta, barrio o esquina con el mismo espíritu cazador-recolector del paleolítico, mientras lucha sus fines existenciales apelando a los instintos. Si alguien con inquietudes teóricas desea emparentarla con los orígenes platónicos del derecho natural que lo haga. Sería una poética manera de justificar la bestialidad de estas guerrillas emergidas de la indigencia y el hastío.


 
Su convulsa expresión individual puede contagiar peligrosamente y cuando se extiende alcanza niveles de arrebato que pudieran dinamitar la seguridad de una nación. Si alguien lo duda, lo remito a los acontecimientos de Timișoara en diciembre de 1989, cuyas jornadas arrasaron con un orden impuesto a la fuerza durante décadas.

Esta reacción apopléjica al desgobierno está absolutamente desprovista de carisma para mover masas. Más bien lo que funciona de manera eficaz es la solidaridad del hambre y la miseria. No olvidemos que estamos ante una oposición que no recibe subvenciones.

Un liderazgo circunstancial sería suficiente para que se dispare la carga explosiva de la marginalidad oprimida que contiene en sí el preludio de la agitación a gran escala. Una agitación cuya dinámica es públicamente impredecible. No se anuncia, no se advierte. Su desencadenamiento puede ocurrir súbitamente a diferencia de los movimientos organizados constantemente infiltrados por los servicios de inteligencia.

Los últimos eventos difundidos pueden ser los primeros indicios de aquello que precede y sirve de entrada a… ¿a qué? Pues, no hay respuesta. Sería tan incierta como imprevisto es lo que de manera aciaga puede acontecer si la espiral del sufrimiento llega a perder el límite. Probable es que entrañe para el desdichado pueblo otra de las sacudidas viscerales de su historia.



Duele decirlo, pero con el perdón de las Damas de Blanco, UNPACU y de todas las alianzas disidentes, la oposición natural es la verdadera lava borboteando sobre las calles cubanas. Su gestación gradual, aunque no perceptible, está más conectada a los apremios para no perecer. De esa manera queda sellada su cualidad salvaje y hace que sea el enemigo más temible con que cuenta la dictadura.

Sé que suena a hipótesis. Sin embargo, los gobernantes cubanos, un clan que domina desde sus años mozos los cánones de la violencia, no deben estar ajenos al tremendo potencial de insubordinación que ya tuvo su amago del Maleconazo en agosto del 94.

No lo duden, los blindados antimotines deben estar meticulosamente engrasados.

martes, 26 de abril de 2016

Sexo abierto en San Rafael y Consulado (no tiremos la piedra antes de examinar la naturaleza del pecado)


atRifF (especial para tumiamiblog)

El video de una pareja copulando en medio del boulevard de San Rafael ha consternado a muchos.

Ojo cuidado: no tiremos la piedra antes de examinar la naturaleza del pecado.

Fíjense en la cara de lascivia minusvalorada del estoico mulato, preocupado por nutrir su dignidad (incómoda en ese suelo de losetas de San Rafael de tiempos de la República, dura y fría).

Luego, el ejemplar de mulata que se le encarama.

Observamos el gentío cámara en mano, en plena práctica participativa, nada menos que exhortando a los actores del suceso.

Bronislaw Malinowski lo llamaría "observación participante".

En su conocido libro sobre los aborígenes australianos, Malinowski sugiere que aunque nuestro concepto occidental de moral puede diferir de la del nativo, es la observación metodológica del etnólogo in situ la que justificaría hasta qué punto tal diferencia posibilita o no un juicio moral.

¡Etnología directa a la vena!

De ahí que el tropel nativo ahí congregado advierta al mulato algo que no puede ocurrir bajo ninguna circunstancia.

"¿Entró ya?", 
"Sí, parece",
"¿Está dura?"

Cunde el suspenso, mientras la mulata se acomoda. Algunos dan fe:

"Sí, entró ya".

La cara de preocupación del macho lo dice todo. Su vano afán cerebral por el glande. El cuerpo envarado, los ojos mesmerizados.

"Vaya, qué rico acere".

Entonces él recula y se lleva las manos detrás de la cabeza. Gesto instintivo de gozadera que le queda grande. Se lo comen vivo y hay que dar la cara. Yergue el cuello cual observador imparcial, pero no atina. Mientras, la hembra en su papi-bate-mi-chocolate.  

No confundamos "mujer", dictamen biológico con "hembra", en este caso pura performatividad. Esa joven mulata de cabeza rapada "undercut" es una Marina Abramovic cruda.

Llamémosla Yumilsis. Esa sonrisa ampulosa de dientes protuberantes de buen comer carnívoro de Yumilsis expresa mejor que nada la concupiscencia centro-habanera de la carne.

La observamos en el video, malinowskianamente batiendo la cintura de merengue sobre el mulato  músculo.

"Aguanta cojone'",
"Esto es una vez na'má'",

Yumilsis se inclina ahora buscando un boca a boca. ¿Besito-de-novio? Símbolo de ternura posible (o son gevos o Yumilsis es una romántica empedernida), inclusive en medio de la algarabía centro-habanera de singueta (caballero al pan pan).

¡En vivo y en directo en pleno San Rafael y Consulado!

Luego, Yumilsis, blúmer en mano, señala que no a alguien. Lo peor acaba de ocurrir: coitus interruptus. El macho ofrece cara de derrota. Demasiada presión.

"Vaya, levanta el muerto ese".

En este instante amargo el mulato se graba a sí mismo con su móvil. Etnológicamente hablando, se diría que el nativo se ha alienado de su propia práctica, su milieu cultural. Se ha iniciado el nativo en el trasiego de culturas.

Yumilsis se incorpora, se limpia con su bloomer de toallita y cruza más allá de la soga divisoria.  

San Pablo le hubiera dedicado a Centro-Habana sus versos más cáusticos, como en su carta A los romanos 1:29-32 (Roma, Centro-Habana de la antigüedad).
Están llenos de toda clase de iniquidad en su corazón, de ambición y maldad; colmados de envidia, crímenes, peleas, engaños, depravación, difamaciones. Son detractores, insolentes, arrogantes, vanidosos, hábiles para el mal, insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Y a pesar de que conocen el decreto de Dios ... no sólo las practican, sino que estimulan a otros a practicarlas.
De San Pablo a Malkinowski: Simplemente hemos sido testigos de una manifestación lúdica típica de un solar centro-habanero. Imagino a Yumilsis morando en un reducto que hace esquina en Ánimas e Industria (edificio de cinco pisos maltratado, pero con la hidalguía neoclásica de esas bellas construcciones centro-habaneras de los años 20 devenido solar post-castrista).

Estamos en presencia de una nueva forma de expresión social del centro-habanero de a pie: crear lo que aquí llaman --en las nuevas redes de video como zype o meerkat-- "contenido."

Sin mas rodeos: el cubano acaba de descubrir el cuenta propismo digital.

Sin patria, pero singamos.

lunes, 25 de abril de 2016

Los sueños truncados de la nueva ola de cubanos...


Aquí tienen tres jóvenes de la nueva ola de cubanos.

Para Juliet Estrada Pérez, Jesús Enrique González Torres y Luis Rivera García la nueva vida en la Yuma consistiría, no en aprender inglés y continuar sus estudios o buscar un trabajo honesto, sino instalar dispositivos en las máquinas de tarjetas de crédito de las gasolineras, capaces de capturar los números de las tarjetas de clientes desprevenidos.

Después de haber sido vistos sospechosamente recorriendo las máquinas de dispensar crédito en diversas gasolineras, fueron capturados en New Orleans, como parte de una red de seis delincuentes.

Habrían sido puestos bajo fianza.

Calcularían estos jóvenes cómo volver a Cuba. Estaría claro que los sueños codiciados en la Yuma no habrían sido más que puro espejismo. Puntualizarían a Estados Unidos como un país duro e inhóspito.

Totalmente desesperados navegarían en un bote inseguro rumbo sur, a su país natal. Empero, sin apenas conocer los peligros del estrecho terminarían a la deriva. Serían hallados a 40 millas de Cuba, exhaustos y famélicos, nada menos que por un crucero de Disney repleto de turistas.

(podrían haber pasado por balseros navegando al norte, pero no, su destino era el sur).

Imaginen la sorpresa de los tres jóvenes con esa mezcla de tristeza y alegría del náufrago. Mucha más tristeza al conocer que volverían a Estados Unidos, país de sus sueños no realizados, ahora como delincuentes.

¡Cuántos sueños destrozados!

sábado, 23 de abril de 2016

Trump y el principio de las consecuencias no deseadas


atRifF

La revista digital Politico publica un artículo interesante sobre el fenómeno Trump: 
En lo que va de campaña el llamado frente anti-Trump se ha gastado $70 millones en ataques. Esto es tres veces más que lo que Trump se ha gastado en su campaña entera. Lo sorprendente es que esta andanada de ataques no ha logrado su objetivo. Por el contrario, tal parece que la campaña negativa está ayudando a Trump.
Con Trump se da algo que Politico observa:
La primaria de Florida fue la primera gran prueba de la embestida contra Trump. Casi 5,000 anuncios atacaron al magnate en la Florida, previo a las primarias en el estado. El súper PAC de Marco Rubio gastó $ 9.5 millones en anuncios. El intento claramente falló. Trump barrió en la Florida.   
Evento políticamente extravagante que desafía pronósticos.

En un conocido ensayo del sociólogo (y profesor de Columbia University) Robert K. Merton, se discute el siguiente principio:
No puede justificarse categóricamente ninguna declaración general que afirme o niegue la viabilidad práctica de la totalidad de la planificación social.
Otra manera de decir que en lo social no es posible planificar absolutamente: la complejidad misma que supone un efecto futuro, ahora desde el vórtice impredecible de lo mediático. La tesis Merton es conocida en estadística y economía como principio de las consecuencias no deseadas. 

La pelea que tiene el establishment republicano anti-Trump no es fácil. La razón es que la popularidad de Trump tiene que ver poco con él mismo y mucho que ver con el electorado que le apoya. Por ejemplo, la encuesta de Quinniapiac University, 23 de marzo, revela que 43% de 652 republicanos encuestados se manifestaron a favor de Trump como ganador de la contienda, seguido por un 29% para Cruz y sólo 16% para Kasich.  

Lo sensato es suponer que Trump es símbolo de una masa de votantes muy desencantados con la situación actual del país. ¿Qué masa en específico? Un artículo de Derek Thompson para la conocida revista The Atlantic formula una hipótesis general del típico votante trumpiano: blancos (menos mujeres que hombres), nacionalistas, con educación máxima de secundaria, hostil a los inmigrantes y la minoría musulmana y desposeídos por los efectos de la globalización desde los años 90. En general la masa trumpiana no se siente representada políticamente. 

Sin embargo, el peligro está en subestimar esa masa trumpiana. Suponerlos ignorantes y racistas. Lo cierto es que son un buen número de trabajadores blue collar, el débil sector industrial de la economía americana. Es una mano de obra con poca calificación y con un alto íncide de desempleo. Por ejemplo, el número de mujeres trumpianas no baja del 24%, que no es mucho, pero no insignificante (de acuerdo a este artículo) de Scott Bland. La acusación de racismo a mi juicio es más una asociación apresurada y prejuiciada que un hecho en sí.

Trump trae a la contienda electoral un estilo despechado, autoriatario, xenófobo y de confrontación, llamado políticamente "incorrecto" por la masa trumpiana. Entiende que su masa busca ese rant-and-rave que lo caracteriza. Pero a medida que se acerca la convención republicana, Trump no tiene más remedio que presentarse como más "presidenciable."Esa movida al centro parece perfilarse, lo que sin duda puede causar consternación entre los elementos más radicales de sus seguidores. 
  
Aunque no estemos de acuerdo con su plataforma, sería un error seguir pronosticando generalizaciones fáciles sobre el caso Trump. A no ser que pasemos por alto el principio de las consecuencias no deseadas.

viernes, 15 de abril de 2016

La niñez y sus tristezas



Sin título
The Train
The Story of the Vivian Girls
Rosie Inguanzo

Henry Darger era un tipo opaco, un solitario marginal, que durante casi 54 años fue limpiapisos de un hospital. Llegaba a su modesta habitación después del largo día trabajo y creaba escenas de la niñez, a un tiempo perturbadoras e inocentes, figurines y plantillas infantiles traducidos a un lenguaje personal inquietante y lastimado, completando 15,145 ilustraciones para una sola historieta, pinturas, acuarelas, carpetas. Articulaba su soledad raigal poblándola de niños en peligro y pupilas perforadas. Después de muerto fue descubierta su obra desde un raro resplandor. 

Tom Seidmann–Freud (cuyo nombre adoptado extrañamente suena como el de su célebre tío Sigmund), nació como Gertrud Martha Freud y era la sobrina del famoso psicoanalista. Pero a los 15 años decidió vestirse como hombre y cambiar su nombre, supuestamente para abrirse paso en un mundo dominado por ellos. Ilustró preciosos libros para niños e incluso fundó una editorial de literatura infantil en hebreo (que resultó un fracaso). Se casó y tuvo una hija y se suicidó a los 37 años, tal vez desgastada por la realidad que trataba de transformar con su arte. Sus niños representan todas las paradojas de su vida y las de cualquier niña que llega a un mundo cruel y sin sentido.

Who is Afraid of the Big Black Bear
The Execution
One More Day on Earth
La narrativa visual de DEMI es apabullante y plena, centrada en la niñez. Sobre su obra he dicho: “[...] edulcora la infancia que le arrebataron, por eso la niñez en sus cuadros no es una etapa de la vida sino un universo cumplido, una y otra vez rectificado en el lienzo. Es como si viajara en el tiempo a salvarse la vida. Lo peor, lo intolerable, lo más efectivo de esta obra rutilante, es el grito mudo de la inocencia” (para leer el artículo completo en DDC pulsa aquí)

Las metáforas de la niñez se trasforman en la realidad del adulto desterrado del reino de los posibles. El universo infantil puede ser escabroso. Y los niños que fuimos y tal vez siempre seremos, tenemos toda una vida para indagar en nuestros reinos fundacionales. Para papá Freud (amado viejo), los niños son perversos-polimorfos; aun siempre cándidos al margen del juicio moral. Pero tal vez el arte nos redime del escarnio.

jueves, 7 de abril de 2016

Miami después de Obama en La Habana


Miami siempre ha sido vilipendiada por los cubanos de ambas orillas y por los yumas también. Después de Obama en La Habana, Miami es reevaluada --y apreciada. Hoy Miami y sus cubanos tienen la portada de la sección de Viajes en el New York Times. 

(((duélale a quien le duela))) 
En Miami y en La Habana se pueden encontrar lugares para bailar el chachachá o la salsa y comer ropa vieja. La gente de nuestros dos países ha cantado las canciones de Celia Cruz y de Gloria Estefan y ahora escuchan reguetón y a Pitbull. Millones de personas de nuestros países tienen una religión en común, una fe a la que di homenaje en el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad en Miami, una paz que los cubanos encuentran en La Cachita.[...] En Estados Unidos tenemos un monumento claro de lo que pueden construir los cubanos: se llama Miami. -- Barack Obama, La Habana, 2016.