domingo, 31 de agosto de 2014

Una bomba se perdió en la arena





Ramón Williams

Del estudiante: "Roja la gota de aceite en el pincel del Nagüe Armando.

—Increíble —apresura el Nagüe evitando un suspiro—, tengo que hallarla como el Joven y enseñarle mis pinturas. Eso si no se largó por premios en París o socitos en Miami y todavía anda por ahí, hecha un reguero de comunista mística por toda Cuba.

La publicación es fresca, acaso un par de meses —concede Nilo—. Dudo que le interese escurrirse así, de pronto. Lo adivino en una frase del protagonista a la salida del hospital: "Nada se dice de la mujer extraña, renegada, replicante de soledades miles en páginas dispersas donde sus pasos marchan". Dice "pasos marchan" y a mí me suena como si no se marchara nunca.

—Esos condimentos los paladeé antes: Exilio, astucia, silencio; la balsa de la medusa del artista adolescente de una perreta caribeña. Te digo que hay que encontrarla a ella, nagüe. Lo que me cuadra es la mujer, un comino el libro si lo comparas con la mente que lo lanza. A quién le importa hoy la novela de rompecabezas. Prefiero las sucias, pura porno, por la franqueza anatómica, la frivolidad descarnada, el descaro. O, por el contrario, aquellas de estructura pudorosa y tiempo firme, que te llegan de vuelta de los experimentos narrativos con alguna luz sobre la condición que apesta lo virginal del mundo. Esto que me cuentas es un enredo fortuito, hermoso pero fortuito. La gente se cansa de juntar migas de pan en la lectura para llegar a una idea clara que le sirva de guía para la vida. Y se cansan las casas editoriales y sus agentes. No me sobra tiempo para iluminaciones oscuras. Leo para verme de la manera más sencilla, sintetizado y no descompuesto. Me gusta mi rostro y no me interesan las estéticas autocríticas.

Nilo no escucha cómo trepa el Nagüe por las proyecciones del autor aunque resulta que puede ser ella alguien fascinante en lo personal, ya fuera de la literatura y demás bola de gatos del intelecto, un cuerpo. Nilo mira otra vez a la virgen. ¿Ella ríe o llora? Avanza hasta la ventana. Afuera no llueve. Las nubes gordinflonas no aparecen. Es una estafa de clima, de clímax. En el cuadro el punto que va por el mar es una guasasa náufraga en el barniz. En la calle la gente rueda feliz bajo el sol. Si algo anda mal tiene que ver con ese niño parado ahí abajo. No el insistente preguntón de "abuelo, ¿siempre es veintiséis?". Otro, uno que parece llevar ahí toda su vida. Mira a Nilo como los niños de su edad suelen mirar a sus héroes de cine; un poco más arriba de los ojos de Nilo, un inquietante poco más. Nilo mira sobre sí y ve lo que miraba el niño: Aquella mujer-escritura de viento flota ventana afuera, su cuerpo sutil rodea a Nilo y desciende rumbo al niño abajo, en la acera. Inminente el beso, el niño levanta los pelos de la barba con sus deditos en pinza, se deja besar. Ella le dice al niño que estudie mucho, que lea todas las novelas de viento posibles si quiere encontrarla de grande en un café vestigial. La mujer viste como virgen en traje térmico, con cuello Mao. El párvulo quiere tener en su manecita de hombre fuerte una flor. Quisiera pero no lleva más que ese fusil de madera para asaltar el cartel.

RA—TA—TA—TA—TA

La mujer cae en un ataque de risa que la puede ahogar. No muere, se desliza; bajo sus pies se mueve una callestera del año 2000. La risa de ella se ahoga en sonrisa. Luego es Kuroi y se diluye en un adiós, un alenin, siempre una despedida. La callestera cambia destellos con el traje térmico de cuello Mao. La mujer se aleja lentamente sin mover los pies, llevada, de espaldas a su rumbo, sin dejar de sonreír y agitar su mano en dirección al niño y el joven. El niño deja de mirar a la mujer de viento, alza la mirada y apunta con su fusil a la ventana desde donde Nilo todavía le sonríe a la mujer.

Roja extendida.

Los proyectiles destrozan la ventana y fragmentos del cristal y del marco caen a los pies de Nilo que se ha echado a un lado.
¿Y rata por qué? —pregunta el Nagüe Armando y sorbe té.
—Nadie habló de erratas. Tengo la gloria baja de aire y me llegué por tu bomba a ver si resuelvo hasta el próximo taller de glorias.
—Bomba, reina mía sólo por un día, nagüe, la perdí en la playa.
Una bomba se perdió en la arena, en la arena, en la arena… —canta Nilo y bate la voz entre palmadas gitanas.
Bajo la luz crepuscular de uno de sus cuadros emanan de Armando destellos del agente Fernando."

lunes, 25 de agosto de 2014

"auto-colonialismo" como símbolo prominente de la sociedad castrista


atRiFf

en su artículo "sin exilio no hay paraíso o el nuevo colonialismo", alejandro armengol apropia el término "colonialismo" para el análisis ideológico del castrismo. pero la novedad requiere un examen cuidadoso. me interesa este párrafo:
El mecanismo represivo es muy fuerte y ha logrado crear un terror que se adelanta a cualquier intento de cambio político. Sin embargo, la frustración que ese mecanismo establece casi siempre no se canaliza en rencor sino en espera. La situación imperante en la isla no muestra un futuro pero sí un escape. Y ese escape es Miami, la salida, el viaje al extranjero o incluso una simple remesa familiar.
armengol propone una situación específica, a saber: el mecanismo represivo (castrista) "se adelanta" a cualquier cambio, lo que causa frustración cuyo efecto es más espera que rencor. por lo tanto, lo que impera es un escape.

lo apunto como un juego de premisas en un silogismo abierto: más la conclusión de armengol pende de un hilo.

¿cómo puede un "mecanismo represivo" adelantarse a cualquier cambio? si desde un punto de vista sistémico cualquier mecanismo que se trate es parte de un todo cuya función está supuesto a "normalizar", pudiera discutirse que "adelantarse" no le es posible a dicho mecanismo. la razón es que el mismo no puede ser independiente de efectos anteriores propios del sistema, ya que es inmanente al mismo. para estar siempre adelante de la fase que debe normalizar, tal mecanismo tendría que estar fuera del sistema lo cual es imposible. comprendo que mi punto parece algo oscuro, por tanto, trataré de elucidarlo desde la sociología.  

la sociología es la ciencia que estudia la dinámica del comportamiento social. dependiendo de la teoría social de que se trate, la idea del mecanismo represivo que armengol apunta tendrá por necesidad que revisarse.

repasemos tres teorías sociológicas de envergadura:

1- para el marxismo la coerción del poder está en función de la producción económica. toda sociedad está constituida grupos que compiten por recursos económicos y sociales. el orden social viene dado por jerarquías de poder en manos de los que detentan y disfrutan los recursos económicos. son estas relaciones productivas económico/políticas las que dan lugar a una superestructura que pre-determina la sociedad como tal. bajo esta interpretación, el estado cubano es un estado hegemónico. se diría que la minoría no ha podido nunca lograr un espacio político viable (primero, la llamada "contrarrevolución" de los 60, luego la oposición del período postcomunista).

¿por qué la narrativa anti-castrista ha sido siempre coartada efectivamente por el mecanismo represivo? quisiera abordar una pregunta más difícil ¿por qué NO aceptar que el éxito del mecanismo represivo es la respuesta de la sociedad cubana, en su generalidad, a una percepción que se tiene del anti-castrismo? (no creo que armengol estaría en desacuerdo con este último punto).

ya he discutido que una lectura post-hegemónica del castrismo puede explicarse no como imposición sino como in-te-rio-ri-za-ción.

armengol alude a este punto:
Lo primero que se desconoce o se pasa por alto es al cubano actual. La mayor parte de quienes viven en la Isla y han llegado en los últimos años a esta ciudad nacieron no solo tras el 1 de enero de 1959, sino en muchos casos en una sociedad establecida y fuertemente cimentada por un régimen que no brinda alternativas.
2- de acuerdo a la escuela de interacción simbólica defendida por el prestigioso sociólogo norteamericano herbert mead, toda sociedad está definida por una suma total de significados intersubjetivos del tejido social. la dinámica social depende, por tanto, de esa digestión simbólica. para mead la estabilidad social depende de una construcción y constitución interpretativa pues toda sociedad efectúa e interioriza comportamientos de una manera recíproca.

el asunto se complica entonces para el mecanismo represivo al que alude armengol. se trata ahora de aspectos simbólicos que compiten y terminan aceptándose o no. si hubiese tal mecanismo encargado de coartar la sociedad, este no puede existir en un "hueco negro" simbólico, sino que sería negociado e interiorizado simbólicamente. dicha dinámica existe: sea como "microfacción", "lucha contra bandidos", etc. durante los 60 o "agentes del imperialismo" durante los 2000. aquí el "mecanismo de represión" es, aunque importante, otro significante más del total de contenidos simbólicos.    

3- finalmente tenemos la sociedad disciplinaria post-estructuralista del filósofo francés michel foucault, para quien el poder no es necesariamente un locus específico (concentrado en el partido comunista, digamos, o la figura del comandante en jefe) sino un ejercicio inmanente esparcido por los cuatro puntos cardinales de la sociedad. el poder necesita un "régimen de verdad", que es una narrativa que caracterize el fenómeno social, que ofrezca a una negociación constante entre ese binomio "conocer/poder" foucaultiano, normalizador de "verdades".

de acuerdo a las tres teorías es posible que un "mecanismo represivo" no solo sea aceptado, sino estimulado por la sociedad misma. 

la sociedad cubana ha internalizado "peligros externos" que justifican la existencia de dicho mecanismo: "el bloqueo imperialista", la "invasión de los estados unidos", "la mafia de miami" repartiéndose las propiedades y riquezas de antes de la revolución, etc.

de hecho, armengol no está lejos de admitir esa "autoimposición" del mecanismo represivo:
Y es que si algo logró transmitir a la psique del cubano el régimen establecido por Fidel Castro no fue un espíritu nacionalista —como se repite tontamente hasta por periodistas internacionales que cubren su destino escribiendo desde Cuba o sobre Cuba— sino todo lo contrario: una mentalidad colonialista. Solo que con una peculiaridad: colonia no para ser explotada sino para explotar a la metrópolis de turno. En esto, Castro creó un modelo digno de un buen estudio histórico. 
¿qué es esa "mentalidad colonialista" sino una internalización de la represión, el chivateo, la complicidad con el castrismo como modus vivendi del día-a-día del sistema? foucault lo llamaría dispositif, herbert mead lo llamaría generalized other. lo importante es que el "mecanismo de represión" lejos de ser una imposición desde un centro privilegiado del castrismo es un drenaje social inmanente.

ahora se puede comprender mejor algo que venimos diciendo de una manera algo dramática: el pueblo cubano apoya el castrismo.

lo que quisiera agregar a la revelación de armengol es que el pueblo (es decir, la sociedad) no solo tiene "una mentalidad colonialista", sino que se auto-colonializa a sí misma. se trata de una auto-colonización simbólica de la sociedad. 

no comparto que castro creara ningún modelo. eso es hacerlo más poderoso de lo que es. castro lo que hace es acomodar y propiciar algo que ya existe. ninguna sociedad viene de un vacuum o una tabula rasa histórica anterior. no hay cota histórica posible deslindada de un efecto anterior. me refiero en este caso a ese proceso de internalización "colonialista" que debe estar presente antes de castro.

al truísmo: ¿qué es primero, el huevo o la gallina?

¿puede haber "castrismo" sin un dispositivo simbólico que lo haga posible?

domingo, 17 de agosto de 2014

pasión y desdén: dos-en-uno de la crítica


aLfRedO tRifF

leo el interesante post de rafael rojas en su libros del crepúsculo, tema lleno de aristas que me estimula a agitar ideas.

rojas sugiere que baudelaire y pessoa definen dos estilos de crítica. el primero, entre la pasión y la parcialidad mientras que el segundo es el crítico del desdén.

si es así, quisiera añadir que se trata de un binomio: un dos-en-uno.

me explico: pessoa tiene piel baudelaireiana. ahí está el pessoa/flâneur del libro del desasosiego (el único que he leído del poeta portugués). ¿y esa fiebre citadina que aqueja a pessoa, quién se la inculcó? ¿y su amor por poe? tres coincidencias --modernas-- demasiado coincidentes para dos poetas geniales en un mismo continente, separados por menos de un siglo.

pessoa lleva consigo el spleen de paris en lisboa (otro tanto le pasaría al nómada baudelaireiano walter benjamin, con berlín, en su Das Passagen-Werk).

¿quién escribe aquí, baudelaire o pessoa?
No a todos les es dado tomar un baño de multitud; gozar de la muchedumbre es un arte. Solo a expensas del género humano puede darse ese atracón de vitalidad aquel a quien un hada insufló en la cuna el gusto del disfraz y la máscara, el odio del domicilio y la pasión del viaje. Multitud y soledad: términos iguales y convertibles para el poeta activo y fecundo. Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en la atareada muchedumbre.

aunque le pertenece a baudelaire, la esencia del párrafo anterior será pessoaísta en un futuro. ahora habla ¿qué poeta?
He nacido en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en
Dios, por la misma razón que sus mayores la habían tenido: sin saber por qué. Y entonces, porque el espíritu humano tiende naturalmente a criticar porque siente, y no porque piensa, la mayoría de los jóvenes ha escogido a la Humanidad como sucedáneo de Dios. Pertenezco, sin embargo, a esa especie de hombres que están siempre al margen de aquello a lo que pertenecen, no ven sólo la multitud de la que son, sino también los grandes espacios que hay al lado. (LD, #1)
nada más baudelaireiano, ochenta años después, de la pluma de pessoa.

como bien apunta rojas, baudelaire deja claro en su ecrits sur l'art que la crítica debe ser "partiale, passionnée, politique, e'est-à-dire faite à un point de vue exclusif, mais au point de vue qui ouvre le plus d'horizons".

es casi un programa vanguardista. digo "casi" porque aún estamos en el siglo XIX. pero seamos atrevidos, implosionemos las épocas (espero que el buen rojas no me suspenda en la materia).

encontramos que hay al menos 87.5º de diferencia entre lo que baudelaire dice y lo que se hace. lo que predomina en casi 400 páginas de ecrits sur l'art, la materia del baudelaire crítico antes de fleurs du mal, es la fina ironía.

así abre el primer acápite de su salon 1846, bajo a quoi bon la critique?  
¿Con qué provecho? La pregunta agarra al crítico por el cuello, por así decirlo, casi desde el primer paso en el primer capítulo que este se dispone a escribir. El artista le reprocha al crítico no poder enseñarle nada al burgués, a quien ni le interesa pintar ni escribir versos, ni siquiera el arte mismo: que es del vientre del arte que sale la crítica.
lo que baudelaire nos dice es que la crítica es una actividad paradójica: tan estéril como necesaria.

ahora sale otra arista:

sinceramente pienso que la mejor crtítica es la que es divertida y poética

¿en qué quedamos? no hay la más mínima contradicción.

observen la performatividad de warhol en una entrevista de 1964 cuando le preguntan qué piensa del arte pop y warhol solo responde con "sí" y "no". ¿no se merece el artista pop una "A" baudelaireiana? 

podríamos hablar de niveles de acidez en la crítica moderna (rojas le llama desdén). pues la crítica moderna comenzó con altos niveles de desdén, los que ha ido perdiendo paulatinamante. hoy se escribe acarameladamente (disculpen, pero hoy no es el tópico de hoy). 

la acidez es tan decimonónica como la burguesía. y baudelaire tiene al gran maestro de la acidez muy de cerca. alguien desconocido para nuestra época. ¿su nombre? barbey d'aurevilly.  no hay más que leer las páginas de Les Œuvres et les Hommes para darse cuenta (es el tipo de crítica que rojas identifica con pessoa, medio siglo después).

ahora bien, la crítica de mediados del siglo XIX no representa lo que será casi 70 años más tarde, para pessoa o walter benjamin. baudelaire no se ve a sí mismo como un erudito, o como alguien especializado en la crítica. siente un profundo desprecio por el "professeur-juré" académico del momento. baudelaire es más que nada un poeta y un periodista con su propio gusto (en 1848 casi que se estrena la profesión de periodista).

baudelaire y también pessoa (este último por llevar al primero en su DNA) conjugan dos polos que se rechazan y se anexan: la ironía y anomía del flâneur con la pasión del romántico trasnochado, si tenemos en cuenta que barbey (maestro de la crítica del desdén) odiaba a victor hugo.

el dos-en-uno de que hablaba al principio es la difícil posibilidad de conjugar la ironía con la pasión. y baudelaire nos da pruebas de ambas.

el poeta maldito es capaz de desdeñar cuando lo que ve no le interesa.  no habría más que leer su salon caricatural de 1846  que lleva como subtítulo critique en verse et contre tous (crítica contra todos).

en conclusión, ese dos-en-uno de la crítica moderna ha desaparecido. pero ese es otro tópico y ya está bien para un domingo de verano.

sábado, 16 de agosto de 2014

buena fe: ¿qué irrespeto hay en llamar a un castrista castrista?

atRifF

quisiera elaborar algunas ideas a partir del perceptivo artículo de alejandro ríos en el nuevo herald titulado irrespeto de buena fe.
Sin embargo, cada vez son más los músicos procedentes de la isla que se ufanan de incursionar en territorio otrora satanizado, utilizando los más disímiles recursos disuasorios: sosegar nostalgias de compatriotas llegados recientemente, intercambio cultural, sanación de heridas, libertad de expresión, “somos un solo pueblo”, en fin, argumentos que brillan por su oportunismo. Muy pocos se sinceran y reconocen, abiertamente, que sin Miami ya no hubiera país y llegan, como ajenos, en busca del billete verde, tan elusivo en la isla.
en el 2012 cuando la ola de havanization, defendí la idea del intercambio cultural entre las dos orillas. incluso en aquel entonces quedé decepcionado de constatar que la llamada neutralidad política que se invocaba era puro humo, que se decía una cosa aquí y otra allá.

aún defiendo el intercambio cultural, pero "intercambio" no clausura ni descalifica automáticamente el análisis político.

a lo que voy, el caso de una frase desafortunada dicha desde cuba por el líder del grupo buena fe, el extemporáneo israel rojas fiel.
... la jodedera de las damas estas puñeteras de blanco...
contundente, pues corresponde exactamente la campaña de difamación del sistema castrista contra el conocido grupo opositor.

sin embargo, rojas fiel ha exigido respeto y se ha quejado (en entrevistas) que aquí en miami se le tilde de "castrista". pero tildar a las damas de blanco "puñeteras" es castrista100%.

posteriormente, rojas fiel reconoce el incidente con la periodista kary bernal y se justifica.
(0:55) ... fue algo que dije sin el ánimo de embarrarlas... lo que sucede es que ese día tiré p'aquí, tiré p'allá... de hecho si hubiera querido ofenderlas hubiera hablado en términos más fuertes... (a este punto bernal le inquiere qué es más fuerte) 
(2:50) ... lo dije de una manera inapropiada.
tirar p'aquí, p'allá tiene sus consecuencias. injuriar en público es un acto del lenguaje: se llama difamación.

apunto: el incidente refleja un aspecto positivo del intercambio cultural --a nivel ideológico. una periodista como kary bernal, desde esta orilla, puede exigirle a rojas fiel que se explique. aquí no goza de impunidad.
bernal (3:00) ¿y a los que se han sentido mal... le quieres pedir disculpas?
rojas fiel: por supuesto. disculpen, no son ustedes puñeteras para nada...mira puñetero es...
bernal (lo interrumpe): las damas de blanco son dignas de admiración y respeto:
rojas fiel: sí, yo también lo creo...  yo creo que se lo han ganado con su obra.
¿para qué repetir "puñeteras"? en retórica se discute una forma "a pesar de lo dicho", donde la disculpa apenas reafirma la inculpación y queda presa de su propia insuficiencia (lo apunto en azul arriba).

y resulta que cuando rojas fiel vuelve a la isla cambia el tono. en esta entrevista del 2010 rojas fiel declara:
(2:50- 3:02) ... con el fin "según ellos" de que los artstas, científicos y el pueblo en general que tenga la posibilidad de tener ese intercambio... se vea deslumbrado por el modo de vida norteamericano.

(3:22) fue bien interesante ver la como la composición de esa comunidad ya es cada día menos monolítica, (la cámara corta y vuelve) ... es ultraderechista, y ultra-anti-cubano...

(3:38) (lo interrumpe el entrevistador): "... anticastristas... porque ellos también son cubanos ¿no?".

(3:42)   ... mira es un término complicado, ellos dicen que lo que están haciendo es en favor de los cubanos, pero en el fondo no es verdad...

(3:52) (corte de cámara) ... es un enorme negocio que está montado para ordeñar a la vaca grande que son los estados unidos en función de la supuesta (con las manos indica comillas) libertad de cuba ... la libertad esa que ellos pretenden que debe ser...  que además no es la que quiere la mayoría del pueblo cubano... cuba tiene cosas buenas que mostrar, por eso te digo que son anticubanos... ellos se disfrazan de anticastristas... la vida ha demostrado... no lo digo yo (sonríe), los dicen sus acciones, la vida ha demostrado que no son anticastristas... son anticubanos...

(4:38) ... sí hicieron algunas protestas, pero fueron muy pequeñas, fueron verdaderamente ridículas...

(5:08) ... fuimos ahí a construir concordia...

(7:36) ... no sé si sabes que como consecuencia del bloqueo económico, los gringos...  han impedido que cuba tenga acceso ... a las bandas...

(7:47) ... es un problema de voluntad política... sí, yo digo: el problema de cuba no es que no querramos que la gente tenga internet, el problema de cuba es que el poquito que hay se distrubuye para las escuelas, los hospitales...
hay que ser menos que babieca para no ser castrista y decir las boberías que dice rojas fiel. 

lunes, 11 de agosto de 2014

hay un arte de quitarse la ropa

adara sánchez anguiano (via DA)

la línea ondulantemente tendinosa de sánchez-anguiano acaricia la piel y los huesos.


se diría que ese trazo hábil y lúcido de sánchez-anguiano casi que anticipa la voluntad de la artista. lo esencial es el movimiento. ahora sí vale decir que incluso lo invisible se cuelga del detalle.  


desnudarse siempre conlleva su carnal coreografía.

sábado, 9 de agosto de 2014

lo insólito de la felicidad --o la hawaiinización de la vida

arearea (1892) de paul gaugin

atRifF

de acuerdo a andy martin, necesitamos una filosofía contra la felicidad. no estoy de acuerdo. la filosofía en pro de la felicidad existe, pero es insólita. vayamos por parte.
La idea de que la felicidad es realmente alcanzable le pertenece a la segunda mitad del siglo XVIII, como Freud señaló. Por ello navegantes como el capitán James Cook, y su homólogo francés, Louis-Antoine de Bougainville, se lanzaron a sus viajes. En Voyage autour du monde (1771) de Bouganville, aprendemos que la razón de los viajes no era la de descubrir, sino de alcanzar la felicidad.
ni es harto difícil ser feliz, ni es feliz todo aquel que lo cree. 

felicidad, ¿se trata de una emoción? ¿de una inclinación biológica? como propiedad física se hace algo redundante definirla como un mero estado transitorio. no hay alegría que sea permanente, no es posible prolongar tal estímulo, y de ser posible, y paradójicamente no produciría ya más felicidad (esta paradoja queda casi implícita en aristóteles, al que volveremos en breve).

martin analiza el sentimiento "exótico" que permeó la conciencia europea desde fines de siglo XVIII, al punto que mucha gente daba por sentado que viajar a aquellas tierras (como tahiti por ejemplo) era como trasladarse al paraíso en la tierra. gaugin cambió su vida persiguiendo ese ideal.   

¿funciona el paraíso? (avance: adán y eva nunca fueron felices en el paraíso, pues no tenían con qué compararlo).

a gaugin no le funcionó, pero no hay por qué tomar ese fracaso decimonónico como paradigma. hay siempre otra vuelta del exotismo que nos saque del marasmo de la supervivencia. ahí está la idea del olimpo, tan fuerte que genera multitud de mártires de hoy, dispuestos a viajar a la zona celestial en compañía de las 72 vírgenes.
En su Civilización y sus descontentos Freud agumenta que hay tres razones por las que somos miserables, cada una tiene que ver con expectaciones truncadas: (a) la religión, específicamente el cristianismo por defender la idea de una vida más allá en el cielo, (b) los viajes del siglo XVIII --que inflaron las expectaciones de un cielo en la tierra, (c) finalmente, el propio sicoanálisis, que tal parece asegurarnos que cualquier problema puede ser resuelto. Otro más, (d) la industria farmacéutica (con su nueva generación de drogas).
si bien freud tiene un punto, hay mucho más debajo del tapete.

¿es esta confusión de síntoma por la enfermedad freudiana suficiente para llevarmos a una tácita hawaiianización de la vida?

elaborando un poco lo dicho por martin, si existe un hawaii de la desdicha, este se hace extendible. preguntemos luego: ¿y cuál es tu hawaii?

graduarse de..., unas merecidas vacaciones, tener hijos, comprarse una casa, las amistades, la lista pica y se extiende. obsérvese que siempre hay un intercambio. necesitamos hurgar un poco más. 

lo insólito de la felicidad

primero está el asunto de la historia de la palabra. y sucede que todo uso termina siendo abuso. la propia historia distorsiona el sentido original de la palabra: eudaimonia. la mejor manera de traducirla no es con otro sinónimo. debemos tratar de explicar qué notas posee: por ejemplo de acuerdo a la ética nicomáquea, consiste en: 1- un bien autárquico, es decir, tenerla es ya suficiente. 2- sin proceder de intercambio alguno, se constituye en ejercicio de la actividad más propia del ser humano según la virtud (areté) más excelente. dígase que para aristóteles hay virtudes intelectivas (dianoetikés) y morales. 3- que tal bien autárquico sea propio de un comportamiento continuo, eso que también, de modo distorsionado, llamamos carácter (éthikés).

por lo general ser "feliz" equivale a un esquema sicológico-biológico conductivista, la respuesta a un estímulo. "soy feliz", se dice uno, y procede a enumerar aspectos que representen tal estado.

¡se trata de una distorsión! --protesta aristóteles desde una nube eudaimoníaca.

tanthrōpinon agathon es un bien en sí mismo, un ideal --de hecho y para sorpresa de muchos-- eminentemente político, que aplica a cada individuo. en filosofía política anglosajona se conoce como the good life, acta fundamental de la declaración de independencia de los estados unidos: "life, liberty and the pursuit of happiness".

tanthrōpinon agathon es un inconmensurable (algo que no puede compararse pues se ha perdido el estándar). nuestra sociedad contemporánea no funciona a base de "en sí mismos". todo, o casi todo, tiene un precio y lo que no, se hace demasiado hermético.

volviendo al análisis de eudaimonia, resultará sorprendente que precisamente por tratarse de un bien autárquico la felicidad no pueda intercambiarse por nada. imaginemos por un momento a ese poseedor privilegiado. ¿qué siente él o ella?

nada en especial.

¿cómo lo sabríamos? saberse feliz implica comparar un algo con un después. si siempre he sido feliz ¿tengo manera de saberlo? estaríamos sometiendo eudaimonia a un intercambio de valores. ese no parece ser el camino. ¿y qué hay si soy feliz desde ayer? éthikés no lo permitiría. y es que no se puede ser bueno instantáneamente. ser bueno consiste en un continuum avalado por buenas acciones. ser bueno es un hábito auto-disciplinario. nada opera desde fuera. lo moral (que no es más que hacer en cada momento lo que cada momento requiere) necesita una incorporación.

ahora bien, vayamos a la tercera persona, al testigo que observa a ese ser feliz. juzgamos a una persona que hace el bien. se trata de un hacedor de bien la mayor parte del tiempo. aquí hay espacio para errores (ténganse en cuenta que aristóteles no es idealista, sino casi un conductivista).

ser virtuoso es ser feliz.    

aquí puede compararse eudaimonia con la idea del zen. tratando de averiguar la verdad el discípulo  pregunta ¿maestro, qué es zen? a lo que este responde: "nada en especial".

ser feliz es poseer algo tan  evidente como habitual: algo nada asombroso.

lo extraordinario del edén es lo ordinario que es.   

¿y no es esta una realización insólita?

miércoles, 6 de agosto de 2014

Quería meterme en él totalmente, sin tomar en cuenta la urgencia


Ernesto González (tomado de la novela Habana soterrada)

Luisi me dio vueltas desde el mismo día de mi muda­da. Al comprobar lo poco que yo permanecía en casa, me vigilaba de noche, realizaba las guardias del Comité de defensa de la Revolución sustituyendo a los residentes de la Av. Guantánamo que ponían cual­quier pretexto para librarse de ellas. Se proponía casi como vigi­lante permanente con el fin de cazarme de madrugada y, de pasada, ganarse sellitos, certificados y diplomas útiles para su vida social. Hubo veces en que tuve que complacerlo rápidamente para que se estuviera tranquilo y se fuera a dormir, pues era muy exigente y disciplinado en materia erótica.

Así, quitándome de arriba a Luisi, permitía que Puti entrara en casa con los cinco o seis reclutones que había capturado por los alrededores de la unidad militar. Mi vecinito se envició con esa manera mía de tomármelo, y exclusivamente en eso consistían nuestros estrellones: en que yo me lo bebía por completo. Llegó a ser como una obertura ritual, un prolegómeno o aperitivo erótico que me preparaba para degustar el plato fuerte de la noche: un agresivo recluta capturado por mi amigo Puti en los alrededores de la unidad militar de la barriada.

Después de darme gusto besando aquella verga suave, gruesa, algo jorobada de la mitad hacia la cabeza, como un tercer brazo que acusaba de alguna canallada al ombligo, y sus cojoncitos olorosos a criatura destetada; después de succionarlo con esa técnica que los hombres catalogan de insuperable y que según mis amigos es mi especialidad; después que Luisi se vaciara en mi boca temblando —ffú,ffú,ffú—, y yo estaba convencido de habérmelo bebido hasta el fondo; después del ajetreo desquiciante, se iba corriendo con la cara escondida en el pecho, sin lavarse ni nada. Un ataque de pena o de arrepentimiento, vaya a saberse qué era aquello. Lo que fuera, no le impedía en lo absoluto hacer guardias del Comité la semana si­guiente para cazarme a la hora de mi regreso.

Luisi también acabó casándose con una adolescente del reparto, ¿con quién si no?
—¿No vas a El Vedado nunca, ni al teatro?
—Eso es de maricones, Enos, no me jodas, qué coño voy a ir al teatro ni un carajo.
Atenas me invitó a la boda de su hijo. Y fui.
—¿Pusiste a hacer hielo en tu refrigerador, como te dijo mamá? —me preguntó Luisi en voz alta durante la fiesta.
—Sí, ¿lo traigo?
—Vamos a buscarlo.
Saltamos por la ventana que daba hacia mi patio.
—Luisito, por favor —gritó Atenas soltando la botella de cerveza y manoteando—. Vas a cagar el pantalón del traje, coño. Este muchacho, carajo.
Ya estábamos en mi guarida.
—Oye —le dije—. No se te ocurrirá.-
—Cállate, vamos al baño.

Me ataqué de los nervios y empecé a temblar.
Le argumenté. A pesar de que cualquier minuto era bueno para el ejercicio erótico, no creía que esa fuera lo que se dice la oportunidad ideal para tomarme a Luisito. No le veía la lógica. No había ninguna necesidad de hacerlo en ese instante. ¿Por qué apurar esa tomada si él iba a seguir viviendo con su mujer en su casa, a mi alcance? ¿Para qué aquella mamada peligrosa, en un día tan señalado? Protesté. En vano.

—No te vayas a demorar —le repetí, como cuando Puti esperaba con los reclutas al doblar de la esquina.
—¡Te apuras! —le ordené bajando indeciso a la porta­ñuela—. Eso está lleno de gente, vamos a llamar la atención por gusto. Podemos esperar. Esto no tiene sentido.
Al acabar de descender, ¡oh sorpresa, estupor, pasmo, maravilla, regalo de los dioses! Lo que encaré no fue la cremallera del pantalón del traje de bodas de mi vecino, ni su verga encanallada y fresca, sino su glorioso envés.
—¡Métemela! —se había virado de un tirón, y me mos­traba su espalda, su cintura, sus nalgas únicas—. ¡Que me la metas, coño! ¿Estás sordo?
Entonces sí me olvidé de la boda, de la gente y de Atenas que preguntaba por qué no acabábamos de llevar el hielo. Enfrenté aquel culo dieciochesco con la fruición de mi boca, de mi lengua, de mi sistema digestivo. Quería meterme en él totalmente, sin tomar en cuenta la urgencia de Luisi: ¡Métemela, coño! Quería meterme en él despacio, disfrutarlo. Me anegué el sexo en saliva —tenía la boca des­bordante de saliva como ante un flan de coco levemente glaciado con una capita de caramelo —, y lo penetré como quería, lentamente, go­zándolo, enloqueciéndome.
Luisi estaba dilatado y me aguardaba cálido. Me interné en aquella frescura, desarticulando el limitado rito que él me había estado proponiendo desde su vecindad, atravesando los prolegóme­nos, degustando el plato fuerte de esa boda.

lunes, 4 de agosto de 2014

vargas llosa condena la invasión israelí


condena de vargas llosa a la invasión israelí:

Yo lo he visto con mis propios ojos. Y me he sentido asqueado y sublevado por la miseria atroz, indescriptible, en que languidecen, sin trabajo, sin futuro, sin espacio vital, en las cuevas estrechas e inmundas de los campos de refugiados o en esas ciudades atestadas y cubiertas por las basuras, donde se pasean las ratas a la vista y paciencia de los transeúntes, esas familias palestinas condenadas sólo a vegetar, a esperar que la muerte venga a poner fin a esa existencia sin esperanza, de absoluta inhumanidad, que es la suya.
Son esos pobres infelices, niños y viejos y jóvenes, privados ya de todo lo que hace humana la vida, condenados a una agonía tan injusta y tan larval como la de los judíos en los guetos de la Europa nazi, los que estaban siendo masacrados por los cazas y los tanques de Israel, sin que ello sirviera para acercar un milímetro la ansiada paz. Por el contrario, los cadáveres y ríos de sangre de esos días sólo sirven para alejarla y levantar nuevos obstáculos y sembrar más resentimiento y rabia en el camino de la negociación.
Todo esto lo saben, mucho mejor que yo o que cualquier observador, los dirigentes de Israel, que pueden haber perdido los sentimientos y la moral, pero no la inteligencia. La clase dirigente israelí es de muy alto nivel, bastante más culta y preparada que la del promedio occidental.
Y, si es así, ¿para qué desatar una operación militar que no va a acabar con el terrorismo de los fanáticos de Hamas y que, en cambio, va a servir para desprestigiar a un Estado que con acciones punitivas como ésta ha perdido ya esa superioridad moral que tuvo sobre sus enemigos en el pasado, por ejemplo, cuando Yitzhak Rabin firmó los Acuerdos de Oslo de 1993?
la condena adquiere más fuerza ya que de algo que no podrán acusar a vargas llosa es de ser un pensador de "izquierda".

viernes, 1 de agosto de 2014

la esclavitud estética de lo feo

la fea duquesa de quentin massys, 1520-30, tate gallery

mbourbaki investiga "lo feo" en la estética en dos posts recientes:

el primero, desde la crítica kantiana.

el segundo, desde el convencionalismo estético de wittgenstein.

"lo feo" es una constante perenne e invisible que no debe figurar jamás en primer plano. es, como la comida donde los comensales se deleitan con un asado de res hasta que alguien tiene la imprudencia de comentar que la carne viene de un animal muerto.

la fealdad nos persigue mientras que todo lo que no sea bello pertenezca a esa provincia entre lo feo y lo menos feo. ya platón habría caído en esa trampa. lo feo es falta. ¿de qué? de su antítesis, la belleza.

una solución es justificar "lo feo" como una convención social. esta es la tesis defendida por wittgenstein en su philosophical investigations.

lógicamente, el convencionalismo no puede resolver el asunto de "lo feo".
el problema es que la llamada "desviación" de las normas que debe acomodar lo feo supone el punto inicial de la desviación. es decir, en la convención lo feo pierde obligadamente. debe haber otra manera más intrínseca de rescatarle a lo feo su lugar sin que dependa de lo bello.
lo feo desde platón es un accidente de lo bello. es decir, si lo bello es la forma, lo feo es la de-formación, algo que observó el discípulo de hegel karl rosenkranz en su casi desconocido tratado sobre la fealdad, Aesthetik des hässlichen.

lo feo merece una forma propia. ¿pero cómo dársela?
¿cómo puede "lo feo" dejar de ser radicalmente lo que es? acaso abandonando su pasado comparativo, es decir, ese signo que estereotipa su forma. ¿pero cuál? ojo cuidado, lo feo no puede jamás tomar el lugar de lo no-feo, que ha sido apropiado ya desde el principio de la estética formal por lo bello. 

what if ugliness' -so-called- form was an axiological fraud?

la pregunta apunta a una continuación, aunque queda claro que el análisis próximo será formal.