jueves, 30 de noviembre de 2006

Miami desde Space Needle


Roberto Luis Savino

Encrispa vivir de las noticias; de esos titulares que igual avisan del cumpleaños de una anciana centenaria que de un Varela enloquecido. Y sin embargo a eso me resigno ahora que he salido de Miami, teniendo que adentrarme al mundo de quimeras que es el periodismo fast-food, donde ya no se habla de la cuestión del día, sino del minuto. Se le añade a esta "insoportable levedad" el tener que desempeñarme – de manera casi forzosa – como agregado no sólo político, económico y cultural, sino científico, de esa caprichosa región surfloridana. Mis funciones diplomáticas requieren de una buena dosis de mantequilla consular, ya que no es fácil escabullirse sin perder cierta noción de la honra, cuando se me preguntan detalles de la vergonzosa pelea entre FIU y UM durante un partido de football. O, por ejemplo, cómo es posible que el presidente de FIU, Modesto Maidique, se las arregló para tirar por la cañería esos $40 millones ($20 donados y $20 del Estado) para la facultad de medicina. Para Seattle, la "ciudad más educada" y una de las más civilizadas del país, Miami es demasiado ruidosa y caótica, siempre plagada de escándalos y amenazas de huracanes. Un reino anárquico donde continuamente se irrespetan las leyes de tránsito, donde el ciudadano no integra la ciudad, sino que se aferra a ella como una garrapata. Sólo la playa nos salva, pero yo insisto. Tiene cosas buenas, les aseguro sin tener una respuesta convincente a esa pregunta que se nutre de cierto orgullo: " How do you manage to live in such a crazy city?". Me resulta complicado explicar las bondades de Miami a alguien que no conoce Caracas, Bogotá, Río de Janeiro, La Habana, el D.F., Quito, Santo Domingo o San Juan. ¿Cómo traducir que, para mí, Miami es un perro manso y, a veces, hasta cariñoso? Pero cuidado: si lo dejas sin comida o le aprietas demasiado la cadena, igual se voltea y te pela los dientes, como el deja-vú de un amargo recuerdo de Lima o Managua.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Surfing la "última modelo"


Adalberto Delgado

¿Surfing? En mi vida había visto nada igual. ¿Gente encaramada encima de una tabla de fibra de cristal, jineteando las olas del mar al lado del puente de la primera calle cerca del arrecife? Yo tendría 14 años y vivía en La Paloma. No tenía carro, pero eso sí, me movía en guagua o con los amigos que manejaban. Richard, un surfer cubano, manejaba un Volvo antiguo que para nosotros era como andar en limosina. A los güagüeros yuma no les gustaba vernos montar en la calle 8 con nuestras tablas. “What’s that?” Y después de mucha coba: "C’mon mister, don’t be so bad to us, we just want to have fun in the water". Por fin nos dejaban montar. Mi tabla, una “última modelo”, la había comprado el viejo (con mucho sacrificio en Biscayne y la 135 por $150). Un día me teñí el pelo con agua oxigenada (la vieja casi me mata) para parecer gringo... Recuerdo que Andy García, Tony Lavatt (poeta de la época y profesor de arte conceptual en el San Francisco Art Institute), Carlos Embale, Justi Barreto, Patato y Totico y el gran Alberto Zayas, frecuentaban la zona. Salíamos de la escuela directo a la playa y nos quedábamos surfeando por horas, enamorando americanitas (las cubanitas no salían solas). Nos dábamos banquete. Un día descubrí la masturbación y el sexo femenino (ya nunca más me atrajo la pelota). Sólo quería impresionar a las gevitas y alimentar mi espíritu: Siddharta, The Prophet, Carlos Castañeda y Cabrera Infante. Y por supuesto, mi bella Habana en el corazón. Después las cubanitas se independizaron, cambiaban los “Ibby League" por ropas “hip” de onda. Recuerdo a mi prima Anita, Rosenda "Miss Tetas," la loca de Neyda (años mas tarde fui marido de su hermana más joven). Amaura, Aimara, Martica, Xena... las bellas niñas de la Paloma. ¿Qué habrá sido de todas ellas? Me las imagino viejas como yo, llenas de canas, con muchos hijos y nietos. ¿Serán felices? ¡Qué magia el tiempo, qué magia!

martes, 28 de noviembre de 2006

Miami, ciudad hembra


Ernesto Fundora

Ciudad hembra, adolescente, inculta, hedonista, crazy; aderezada por bellos hoteles, lúdicas discotecas y after hours donde jóvenes atascados de anfetaminas y drogas sintéticas (éxtasis, tachas, LSD, cocaína y otras de fabricación casera; o, en su defecto, el tonificador Red Bull), aceleran el ritmo cardiaco para sentir que están vivos. Ciudad marcada por casi todas las posibles manifestaciones del kitsch y del camp en conjunción con el buen gusto -el neón perpetuó su feudo y altivez, negando en las noches hasta la propia noche. Su aire puro, uno de los más limpios del planeta, quedó destronado por el aire acondicionado y se toma por descortesía que cualquier cena no esté precedida por un vaso de agua fría. Aquí los aviones surcan el firmamento cada dos minutos y su aeropuerto permite el tránsito de tantos viajeros como pocas terminales en el mundo. Esta es la Miami de espectaculares restaurantes. La única urbe del planeta a donde llegan en balsa miles de cubanos (doctores, ingenieros, bandidos y licenciados), tras desafiar el Caribe tiburonero, en pro de una sensación más flexible de libertad y un poco de guarapo frío con que mitigar la sed. Libertad y hambre: dos grandes razones del exilio cubano. El Miami de Chirino dando esperanzas de que algo bueno viene llegando. El frívolo Miami de afortunados tesoneros, escasos de talento como Ricky Martin, Shakira y Enrique Iglesias. (También, el contexto donde una institución progresista como Miami Dade College se parte la madre promoviendo eventos de arte y espectáculos, nacionales o extranjeros). El Miami de los homeless; Babel horizontal para quienes huyen del diluvio político-económico que devasta América Latina. Clima excepcional, refugio socorrido de infectados por el SIDA. Ciudad que desprecia el pensamiento y desatiende a la heterodoxa elite intelectual que la habita casi en secreto. Ciudad de oportunidades y espejismos -más virtual que real, más espectacular que ritual-, colmada por carísimos hospitales; con un puerto marítimo de impecable rigor ecológico, apertrechado por útiles portuarios que asemejan una instalación de arte conceptual, circundado por cruceros que embellecen y desafían la poca profundidad de sus aguas.

lunes, 27 de noviembre de 2006

El candil en la jungla




Jesús Rosado
Foto: Pedro Portal

La foto es turbadora. La retina percibe el trayecto radial desde la ofrenda de la cucaracha en el blanquísimo cuenco hasta la vagina. La vulva hipnótica ni yace ni teme, sino que se abre expectante a la intrusión posible del insecto; escarceo sádico. En un momento acontecerá el rito zoofílico. La composición se hace punzante. A partir de la imagen, lo erótico va y viene en torno a la repulsión, para al final volver a hacerse erótico. ¿Hasta qué punto se puede amnistiar la perversión? Para comprenderlo habría que visitar Diosas, la muestra del fotógrafo Pedro Portal que se inspira en el texto homónimo de Juan Abreu, dedicado al tema del sadomasoquismo. Afroditas autosometidas sobre papel fotográfico, fragmentos de epidermis emancipada. Como la de esa entrepierna femenina, palpitante y selvática, que avanza ávida hacia el texto clásico, insinuándonos el promisorio contubernio del sexo agreste con el espíritu cultivado; un camino al hedonismo híbrido que Portal logra reforzar gráficamente manipulando los ejes de la convergencia con creatividad geométrica. Aviso que un Portal maduro se hace sentir en este rabioso discurso erótico, entregándonos un espléndido conjuro visual de la carne de mujer expuesta para perturbación y depuración introspectiva. En esa sensualidad y en sus tácticas insólitas para satisfacer lo primigenio, se resumen las nociones abstractas de la libertad humana. Pienso que el ser contemporáneo se estremece en esa búsqueda recóndita de lo que no le proporciona el raciocinio. Por ello, una vela encendida colocada cuidadosamente en el portaestandarte genital de la diva desnuda pudiera ser la metáfora de esa indagación íntima: el sexo es candil que ilumina en la jungla del intelecto. La instigación visual de Portal fraterniza con la prosa de Abreu para proponer el aforismo.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Me interesa Miami


El fantasma de Buster Keaton

Hola queridos amiguitos. ¿¡Qué digo!? No tengo por qué aparentar nada con ustedes. ¿Me conocen? No importa, estoy acostumbrado a eso. Fui famoso alguna vez. Mi nombre es Joseph Frank (Buster) Keaton. Soy actor, director y guionista (pocos saben esto último). Vivía para mi arte. Y había espacio para tres, Chaplin, Lloyd y yo. ¿Chaplin? El paradigma con el que había que compararse. Muy físico, pero su acrobacia no tenía la sofisticación de un Lloyd o la mía (siempre le agradezco el papel que me dio en su bella Candilejas). Yo preferí que mi cara no dijera nada, que su vació manifestara el mismo hueco de la existencia. ¿Saben? Mi carrera no acabó con el cine mudo, como algún que otro ignorante dice por ahí. Mi voz estaba hecha para el cine. ¿El fin? El divorcio con Natalie acabó conmigo. Perdí mi estudio, mis hijos y la motivación. Me volví loco. ¡Quién iba a decir que al final de la vida iba a ser más famoso que al principio! Bueno, basta de sentimentalismos. He venido a Miami por que me llama la atención: las cosas que pasan por acá son dignas de los mejores libretos de mi época. Como decirlo, aquí la sátira se da virgen, cualquiera es actor; me apasiona que la vida acá se tome como comedia. Creo que se debe a esa mezcla de sol con mar sin montañas que lo marea a uno y le despunta el talento. Sí, estuve una vez por acá durante el invierno del 1921, en mi pequeño yate, justo después de filmar "The Three Ages". Me perdonan, pero ahora debo marcharme, quiero caminar las calles de la pequeña Habana en busca de material para mis sueños.

sábado, 25 de noviembre de 2006

Todos llevamos un Varela adentro


Alfredo Triff

Después del humo gris de la noticia y los titulares del periódico ¿qué queda del incidente de ayer en el Nuevo Herald? El melodrama, el pesar por una decisión fallida, la pérdida de un talento. También el hecho puede verse desde su alcance simbólico. José Varela (el célebre caricaturista, quien es también karateca), vestido de camuflaje, cuchillo en mano y portando ametralladora (no importa que fuera de juguete, tenía un láser intimidante). ¿Locura? Quizá (hoy en día todos estamos un poco locos y el loco se auto-inmola). O la locura puede conllevar a otro escenario: Te vas al techo del Herald y amenazas con tirarte (dices lo mismo y puede que hasta sea más efectivo). No, aquí hay otro procedimiento, una producción teatral que se aviene a la metáfora perenne de quienes somos los cubanos: El tremendismo. Detrás de “la toma de la oficina” de Castelló está la carga al machete, Chivás y el tiro en la ingle, el 10 de marzo, “patria o muerte venceremos” y también Radio Mambí, la brigada 2506 y el exilio combatiente. Todos llevamos un caricaturista y un karateca. Pero somos más dados a coartar el arte por el golpe fulminante con la diestra. ¡Ah! La fuerza, la barricada, la autoinmolación por lo justo. ¿Y el civilismo? ¿Y aquello de sentarte y conversar? No que va, la sociedad no sirve, hay una conspiración en ciernes por los cuatro puntos cardinales. Somos especialistas en darnos cranque, en “quítate tú pa’ ponerme yo” que es la génesis del golpe de estado. Nuestra paciencia es efímera, finísima... siempre en juego. Que se sepa: Somos una isla con el mundo en contra nuestra.

viernes, 24 de noviembre de 2006

Pasa el tren por el terraplén


Dinorah Pérez-Rementería

Acabo de coger -no de agarrar- el tren que me lleva a South Miami o a Coconut Grove, depende del día de la semana del que estemos hablando. Si es lunes o miércoles, el viaje se disfruta más porque el camino es corto y puedo cortar flores o preparar sopa caliente y panecillos con miel para llevarle a la abuela del otro lado del bosque. Pienso en que hoy no ha de ser el día de encontrarme con el lobo. Cuando salgo de la casa, me doy ánimo: “Hoy no va a llover. Las guaguas van a fluir de un lado a otro de la ciudad. Si algo inesperado sucede, llamo con urgencia al 911, es decir, al leñador.” Miro a las personas que tengo enfrente, a un costado, a mis espaldas. El metro rail le da a uno la posibilidad de ver, escudriñar, conocer a la gente, interactuar de alguna forma, un saludo, un guiño rápido, un pisotón, una palabra en inglés o en español. Cada viajero permanece completamente absorto, inmerso en su propia pequeña/gran historia; aquel que aborda primero encuentra un cómodo asiento para chacharear con su vecino, el que se queda de pie no tiene otro remedio que recostarse de los travesaños, varas o vigas disponibles. Siempre concurren personajes que el público –si es que en realidad hay alguien que no toma partido y decide estacionarse al margen de la cuarta pared- reconoce con facilidad: la ávida lectora, la madre con niño (o niña) en su cochecito, la bella durmiente, la vieja cacatúa con su celular, el viejo enfrascado en su periódico, el tipo de la bicicleta atravesada en el pasillo, los adolescentes con audífonos. Valdría la pena montar una obra de teatro con improvisados actores, actores que se representan a sí mismos. El tren podría fungir como escenario múltiple –múltiples coches, múltiples puertas, múltiples caracteres secundarios. El público transitaría a través de los vagones, público fluctuando constantemente, público que entra y sale, va y viene, público que rehúsa, resiste ser mordido por la desazón, el lobo.

jueves, 23 de noviembre de 2006

Gracias por...


Thanksgiving es celebrar el día de la cosecha; buen momento para meditar y expresar nuestro agradecimiento. No es una fiesta religiosa aunque muchos damos gracias a Dios por las bendiciones recibidas. ¿Dar gracias? A todo y por todo lo que nos trae felicidad. Gracias por la salud y la paz... trabajo, techo, abrigo, por las personas amadas, los buenos amigos, el friesito tardío de noviembre, el sol, la playa y tú... blogolandia, Miami, el arte, el buen cine, por este país inusitado, por la paliza que le dieron al presidente, la feria del libro, la buena música, por los niños y las nobles enseñanzas, por la poesía de cada minuto, el pavo (¡y que no esté seco por Dios!), la buena literatura, los fetecunes entre amigos, la mujer, la hermandad entre la gente. Gracias por la impecable luz de esta mañana, por los parajes suizos, por el nuevo James Bond, por la memoria viva de los que se fueron, por la ducha caliente y por el vino de buena cosecha, por los viejos que como el buen vino nos enseñan a emular con los misterios del cuerpo y el añejo de la mente. Gracias por otro día más.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

R.A.

Tumiamiblog

Robert Altman ha muerto. “No hay tema....” nos dice Philip Marlowe (¿no era marido éste, Elliot Gould, de la Streisand de The Way We Were? ¡Qué suerte!). Altman, mago sibarítico del diálogo, el corte preciso y directo; extranjero temperamental en esa tierra de discordancias insolubles llamada Hollywood. Un caso típico es The Long Goodbye (especie de síntesis del llamado “noir” en una década sin ejemplos del mismo); una cinta favorita del maestro y sin embargo, poco conocida. Es acaso una deconstrucción del género (Altman no recurre al standard de Bogart, Mitchum o Marvin). Si acaso, la película tiene un hueco en el medio (al estilo de Le Voyeur de Alain Robbe-Grillet). Vemos un Marlowe extraviado, con la sola certeza de que su amigo Terry Lennox (Jim Bouton) es inocente del crimen que se le imputa (aunque Marlowe ya es considerado sospechoso). Mientras la policía, siempre inepta, persigue a Marlowe, este se entera que Terry ha desaparecido en México. El detective emprende su lento acopio de pistas bizarras en una ciudad (Los Angeles) salida de las mejores fotos de Lee Friedlander. Marlowe descubre a la rubia recóndita Eileen Wade, quien lo contrata para dar con su marido, el novelista -y alcohólico- Roger (Sterling Heyden, ¿lo recuerdas en Suddenly o en la cruel The Killing?). Después, la cosa se complica a-lo-Altman. The Long Goodbye nos regala la noche angelina y una música ideal para insomnes. Es distinta a M.A.S.H o Thieves Like Us, pero tiene el sabor cáustico de The Player. Pocos saben que Altman fue director para Hitchcock, que tiene un documental sobre James Dean, o que trabajó para la TV en el Kraft Suspense Theater. Eso sí, no hay película que defina los 70 en América como Nashville. Descansa en paz R.A.

martes, 21 de noviembre de 2006

Crónica de sábado

Amílcar Barca

Con la tarde empieza el fin. Y la feria se abre con una mujer sin edad; con el mismo sosiego de una feligresa que acude a misa los domingos, me declama sentada desde un sillón en el auditorio, unas palabras sobre la influencia de China en su cultura habanera. El mismo viernes, a la hora que Cenicienta pierde el zapato, un periodista de Lima, un bohemio neófito del viejo San Juan y su novia colombiana, llaman a mi puerta. “¡Bienvenido, cabrón, la noche es nuestra!”. Durante la madrugada recitamos poemas de Rimbaud, Baudelaire, Ginsberg y Celán. Fumamos todos juntos en la misma boca de un Cohiba y nos miramos con la misma concupiscencia que da la amistad y el alcohol. A la mañana Gioconda Belli aboga por Juana la Loca y le confiere el epíteto de apasionada en la defensa de su ensayo. A la tarde Rocangliolo habla sobre el “realismo mágico” que adquirió la violación en su Perú natal y Fadanelli nos ameniza con aforismos y un declarado “odio” a los autores de éxito. En medio de este embrollo, mi amiga Rosie dice textualmente “ Oye ponme una g en la pantalla del teléfono que no veo” (¿?).Le pongo la susodicha letra sin rechistar y al poco rato descubro que el verdadero punto G se encuentra cerca: En el edificio de José Martí. A las ocho. En la exhibición fotografica en honor a la Diosa, rodeados por la luz tenue de lo prohibido: un clítoris -desde su copia digital- respira silencioso el olor del público. Como contrapunto: La mujer que había escrito Palabras de mujer, permanece sentada y radiante. A las diez acudo a un oficio religioso en una parroquia católica en Pinecrest. Como un pastelito de queso como comunión y tan pronto descubro que la madrugada se repite, le digo al domingo “Oye llévame al lunes ya asere ... por hoy la fiesta ha sido suficiente”.

lunes, 20 de noviembre de 2006

My space


Roberto Poveda

My space, your space, the space. Mi espacio, tu espacio, el espacio. El sitio ideal para perderse (mientras tratas de encontrar a otros tan perdidos como tú). La aldea cibernética donde la vida ya es otra cosa distinta a la cotidianidad, donde las distancias se acercan distanciándose. My space en EE.UU., Japón, China y Francia demuestra que Babel existe cada día, transitando desde pasado a la modernidad. Mi espacio para la música, para el cine, para la comedia y mi espacio personal son como: un castillo, una casa, una cueva llena de fotografías y gustos individuales. Fotográficamente hablando, está la foto de familia de Carlitos, la foto de los quince de Julieta y la foto de una coreana del Norte tomando el sol en Uruguay. Los videos de Borat y Al Yankovich atestiguan que estamos viviendo tiempos de cambio en cuanto a los valores tradicionales que la media capitalista ha tratado de implantar. Por otro lado, los recursos y servicios que antes estuvieron en manos de unos pocos, hoy están disponibles para cada individuo sobre la tierra. El espacio cambia mientras quienes lo habitan se hunden en la transformación que los saca a flote. El espacio puede ser del tamaño de un grano de maíz o de dimensiones sin sentido, puede ser un halo que cruza de lado a lado el espectro, o un poco de polvo reducido a la nada. El tiempo crea espacios divididos por una racionalidad impuesta, mientras todo queda reducido a las mismas imágenes diarias, a los mismos impulsos y necesidades, el espacio se habitúa a sí mismo y al final, se extingue en minutos de segundero.

domingo, 19 de noviembre de 2006

¿Amor o temor?


Después de la escenificación moral del sacrificio, Dios está satisfecho. Es como si Dios le dijera a Abrahán: “Puedo ver que comprendes en qué consiste la obligación suprema, esa de responder con completo raciocinio a un reclamo irrazonable; que has actuado debidamente, y que estabas listo a efectuarlo en ese instante (para Dios es crucial el último instante después del cual no hay posibilidad de retorno, es como si Abrahán ya hubiese matado a Isaac. El instante es fundamental). Es como si ya lo hubieses hecho. Por lo tanto, encarnas la responsabilidad absoluta: Por mí (¿temor a mí?), has tenido el coraje de comportante como un criminal delante de todo el mundo.” Abrahán es simultáneamente el más moral e inmoral, el más responsable y el más irresponsable de los hombres, absolutamente irresponsable porque es absolutamente responsable, absolutamente irresponsable -en lo moral- porque responde absolutamente a una obligación absoluta, desinteresadamente, sin esperanza de recompensa, sin saber por qué, y a la vez, manteniéndolo en secreto, respondiendo sólo a Dios.”—Jacques Derrida, La dádiva de la muerte.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Apoyemos "El Portal"

Adalberto Delgado

Alex (aka “el Metido”) ha abierto El Portal, un local en la 12325 NE 6a Avenida; una especie de café/taverna/hang-out sin orden de servicio, pero con mucho swing en el departamento alternativo. El sitio cuenta con tremendo patio con escenario, músicos que llegan a descargar (desde rumberos hasta música electrónica). Alex necesita el apoyo de todos nosotros... sobre todo la gente que vive en North Miami y Miami Shores. El Portal (muy cerca del MoCA) está disponible para exhibiciones de arte, obras de teatro, proyecciones, baile y performance. ¡Visítenlo, que es un vacilón!

Feria del libro hoy y mañana

Hoy sábado, a las 4pm en el salón 3208-09 (Edificio 3, segundo piso), la feria del libro presenta al irreverente escritor mexicano Guillermo Fadanelli, con su libro Educar a los topos. A las 5pm la señora de la noche, Olga Connor, presenta su libro Palabras de mujer. Por la noche, a las 8pm, en el edificio José Martí (801 SW 3a Avenida, segundo piso), Pedro Portal abre una muestra fotográfica inspirada en la novela Diosa de Juan Abreu (¡hay sorpresas!). La cosa sigue mañana domingo, a la 1pm (también en el 3208-09), cuando el sedicioso de las letras, Juan Abreu, lea y nos hable de Diosa. A las 3pm está Carlos Franqui en el salón 2106 (Edificio 2, primer piso) con la presentación de su último libro, Cuba, la revolución: mito o realidad.

Fadanelli y el demonio


Mi relación con los médicos no ha prosperado jamás, ni creo que mejore en los próximos años. Todavía no he padecido una enfermedad que no haya logrado superar con un poco de coraje y una botella de licor. Suena primitivo, lo sé, pero no me avergüenza. ¿Cómo he podido oponer mi bárbara aversión a una ciencia que ha progresado con denuedo semejante? No importa si la medicina es incapaz de curar el cáncer o la eyaculación precoz de los mexicanos (ésta última ya una cuestión de salud pública), de todos modos casi nadie pone en duda sus importantes avances (financieros, por supuesto): en la actualidad el médico se parece más a un corredor de bolsa que a un misionero samaritano. No sé si prefiero ponerme en manos de los médicos o lanzarme a los brazos de la muerte. Lo segundo es mucho más digno, pero no vive uno para presumirlo. Todos tenemos miedo de nuestro cuerpo y necesitamos silenciarlo: es uno de nuestros peores enemigos. Así las cosas, ni siquiera dudamos en aceptar cuando un médico toma la decisión de abrirnos en dos como a una rana. Aceptamos gustosos el diagnóstico y nos tiramos panza arriba sobre el quirófano. No me extrañaría que un estudio minucioso de estas cuestiones nos revelara que la mayor parte de las operaciones son innecesarias, motivadas por afanes de lucro, impaciencia, ausencia de alternativas, sospechas infundadas, pero sobre todo a causa de la morbosa pasión de los médicos por entrometerse en nuestros cuerpos: espías adictos que no conocen más que una sola ruta. Espías, enemigos que desean progresar a nuestras costillas. No me parece errado el escritor Peter Sloterdijk cuando dice que el médico pinta con una mano el demonio en la pared y con la otra nos opera. En definitiva, prefiero una botella de licor para llevarme a la tumba que morirme en medio de una cirugía.-- Guillermo Fadanelli, El demonio en la pared.

viernes, 17 de noviembre de 2006

Encontré una moral sin falla…

En el instante en que el sueño sea objeto de un examen metódico o en que, por medios aún desconocidos, lleguemos a tener conciencia del sueño en toda su integridad (y esto implica una disciplina de la memoria que tan sólo se puede lograr en el curso de varias generaciones) o en que su curva se desarrolle con una regularidad y amplitud hasta el momento desconocidas, cabrá esperar que los misterios nos ofrezcan la visión del Gran Misterio. Creo en la futura armonización de estos dos estados, aparentemente tan contradictorios, que son el sueño y la realidad en una especie de realidad absoluta, la superrealidad, o podríamos llamarlo surrealidad. -- André Breton, Primer Manifieto Surrealista.

jueves, 16 de noviembre de 2006

Conga pa' la patria

Jesús Rosado

Conga y sinfonía, conga de alta academia. Ta. ta, ta, ta-tá, ta, ta, ta, ta-tá. ¡Qué clase de revolución, carajo! El hambre se aplaca con alambique y cachaza, moviendo el culo y sudando la heroica canela. Esto es esclavitud de la abolición, señores, la digna obra de Calígula sandunguero de paso por el trópico. Circo sin pan ni cebolla pero, eso sí, con mucho, muchísimo cuero. Hasta la conga siempre, comandantes, que no importa el llanto del pueblo. La consigna es arrimarse al contagioso cuatro por cuatro. Alucinante como Santiago, donde el sol es muy mulato, tan vecino de Haití y, a la vez, tan apartado de Miami, la otra orilla de Micaela. La morena que añora su conga, pero le sobra jabón y frijoles negros y pa’ su fiñe tiene zapatos de estreno. Micaela cimarrona, la que decidió cruzar los caminos y no bailar en el cepo. La que no negocia tristeza por miseria porque prefiere un corazón melancólico pero que sea soberano. No se dejen confundir, santiagueros, por unos suspiritos de distancia, que nostalgiar no es lamentarse. Que lo que duele es la penitencia de prestarse a la fuerza en otra tierra. El exiliarse con los orishas y con la ceiba. El saber la conga de enfrente una farsa bien montada marcando el paso complaciente. Chenche con bochenche, aclama el tambor con los violines. ¡Qué virtuosos chicos de conservatorio y qué buenos los cantantes! Cadencia, pioneritos, cadencia, que no hay juguetes pero hay comparsa. Aguardiente pa’ Mayeya y fulas pa’ la patria. ¡Qué bella suena esa conga! ¡Qué dolido su canto! Pachanga o muerte, congueros, destuerzan destinos y palante. Ta, ta, ta, ta-tá, ta, ta, ta, ta-tá. Coco en las cuatro esquinas y paloma pa’ lo santos. Se acercan tiempos de cambio, ¡sí, Changó! Que la historia ya viene arrollando.

miércoles, 15 de noviembre de 2006

La Paloma, I love you....


Adalberto Delgado

¡Ah, si convirtieran La Paloma en lofts!... pero de "Plan 8" (que es todo a lo que puedo aspirar hoy día que estoy deshabilitado, por mis problemas con el hígado... el mío, el que tengo gracias a Dios y mis médicos transplantistas-hepatólogos y por supuesto, al donante a quien no conocí). Reitero con toda mi alma: La Paloma, patrimonio nacional de Miami. ¡Sí, así debiera ser! Se jugaba al "quimbe y cuarta," "la quimbumbia," se hacía "manigüiti" con postalitas. Tal parecía que aún estaba en La Habana. La Paloma era mi barrio, mi altar, mis nuevos amiguitos... creciendo hasta mudarnos gracias a la "mejoría de la situación". Pero Miami no fue jamás lo mismo. Hasta hoy en día nos consideramos hermanos. Renecito, el hijo de René el negro, se hizo médico. Humbertico, el vástago de Esther -y hermana de Luisito-, policía. Oscar Azcarreta (el primer pistero/percusionista de Miami) es dueño de una importante compañía. Carlos de la Vega es plomero y trabaja con su hermano. ¿Yiyito y Lázaro? Nadie sabe. Sahara "el buga" está preso, por molestar sexualmente a menores. Yoryi... perdido: Quizá lea este blog y camine entre nosotros, aunque lo dudo -ya lo tienen que haber asesinado por chiva. Concha "la gorda" creo que murió asfixiada en un fuego (dejando a Pepito huérfano). Nunca más supe nada de ellos. Amaura (la vaca lechera) ya tiene nietos. Hablando de gordas, nunca supe de Xena, la "gordita piravadora" con la cual tuve mis relaciones amorosas. Era muy bonita y extremadamente zalamera; sabía satisfacer a su pareja como sólo las gorditas saben (disculpen las flacas, que ustedes también tienen su mendó). Caballero, esto pica y se extiende... los veo en la próxima.

martes, 14 de noviembre de 2006

Muchos Miamis



Ernesto Fundora

La fantasía de una vida fácil y de enriquecimiento rápido produce el gran éxodo de latinoamericanos hacia Miami y la Florida. Pero hubo y hay más. Un Miami seudorepublicano, con una severa represión policial que hace de la ley un negocio para el estado y una panóptica que garantiza el orden en un sitio fragmentado por disímiles e incompatibles etnias -lo evidencian las luchas internas entre razas, barrios y ghettos: los negros insubordinados y desplazados a sus barrios se enfrentan a los latinos que reclaman pertenencia y liderazgo; mientras los judíos y blancos protestantes gobiernan desde el cielo con mano firme. Un Miami cuyo gran negocio de los últimos 15 años es el real state o bienes raíces: venta y compra de propiedades, muchas de ellas construidas a base de materiales frágiles como el cartón tabla y el yeso pero, eso sí, cotizadas a precios delirantes y de fácil embate por los huracanes, de modo que las aseguradoras tengan lo suyo cada año. Ese es el Miami de las posibilidades crediticias, la zozobra financiera y el de la nostalgia guillotinando el futuro de quienes ansían el retorno a su lugar de origen y, mientras tanto, garantizan el envío de remesas a sus hambrientos parientes. El Miami de las vidrieras exóticas con maniquíes lujuriosos; el de la maravillosa arquitectura Art Deco de la Playa -de tan “impecable” acabado que hace al transeúnte sentirse deambular al centro de una maqueta. El de los turistas de dorado skin tone curtidos por un sol inclemente y postrado en el firmamento durante los 12 meses del año. Y es el Miami de los hermanitos Bush que ascienden tributando promesas de reformas en Cuba, a cambio de votos ilegítimos. En fin, el Miami o el “Mayami” ícono de un estilo ecléctico que se ha colocado en el imaginario colectivo de ricos y pobres, como una Babel posmoderna e idealizada, tal cual un Montecarlo del Caribe -idea que se desmorona al experimentarlo vivencialmente, porque, aunque la infraestructura pueda ser maravillosa, Miami carece de algo vital: de alma, y esa constatación decepciona al visitante y al endémico.

lunes, 13 de noviembre de 2006

Paranoia con Pachanga


Rafael López-Ramos
Arte RLR

Boris y Cachita aprovecharon la desbandada general -provocada por la aparición de las bandejas con bebida- y se apartaron un poco para proseguir su aproximación mutua durante toda la noche; noche que, afortunadamente, no terminó con la inauguración de la exposición. Cuando salieron estaba cayendo uno de esos aguaceros primaverales que refrescan el archipiélago y Pepe Maravilla les propuso ir a visitar a Sonia María, la poeta, de quien se consideraba amigo. A todos les pareció magnífica la idea y allá se fueron, atravesando las calles de un portal a otro y avanzando en fila india, pegados a las paredes para aprovechar la mínima protección de los añejos balcones y aleros que más bien parecían querer caerse junto con la lluvia. En medio del recorrido hacia el cubil de la poeta, Boris tendió su mano a Cachita para ayudarla a saltar un charco y después quedó prendida a la de ella durante todo el trayecto, como un tibio tesoro que compartieron secretamente mientras se deslizaban, en la cola de aquella serpiente humana, a través del oscuro y húmedo laberinto que formaban las callejuelas de la vieja Habana bajo la lluvia. Pasaron por una esquina donde un foco solitario iluminaba débilmente los alfileres líquidos, haciéndolos brillar en el aire y sobre el pavimento, como trozos de vidrio. Él descubrió con agradable sorpresa que aquella era la misma esquina de los azulejos con el ángel cazador que le había develado la voz de la ciudad hacía ya unos cuantos años y detuvo a Cachita diciéndole: “mira bien esto que es un recuerdo especial, luego te cuento la historia”. Pero cuando ella se volvió hacia él, asintiendo, sus labios quedaron tan cerca que, realmente, no tuvieron otra opción que besarse y dejar de prestar la menor atención al paño de azulejos y al intenso aluvión, que ya calaba completamente sus cuerpos y les impelía a buscar su mutuo calor.

domingo, 12 de noviembre de 2006

Natalia


Rosie Inguanzo

El paneo pausado de la mirada se detuvo, casi sin darnos cuenta, en un punto. Una revisión tan lenta, apoyados los codos en la manta y apenas notamos cuando su rostro quedó suspendido en lo más vasto de la pared de espejos. Los ojos fijos donde aparecía el mismo principio del ser, tres metros más allá. La sorpresa inequívoca; la irrevocable identidad forjándose en sus ojos. (¿Cómo encuentra su mirada un ciego? ¿Cómo halla esta emoción desde las tinieblas?) Natalia se suspende en su mirada estrenando la fascinación de Narciso. Sumergida en las aguas de sus ojos. Todo palidece alrdedor de ese momento. Es lo nunca visto. Hurga al margen del significado, sumida en una ausencia capital. La breve coincidencia es punto de partida; entonces sus ojos graban esa película que ya no podrá abandonar; un filme de retrospectivas y reinicios, fugaz, testimonial. Mientras inquiere, Natalia es pez en sus propias aguas. La primera interrogación frente al espejo. Primera constancia del ser y la nada. El primer encuentro con el otro…que es una misma. Sus ojos volvieron a detenerse más allá de la ventana un rato después, pero la expresión era ligeramente otra; miraba el vaivén de las hojas, el cosquilleo de la luz tenue de la vida, la brisa meneándose en la hierba, en los arbustos del patio. Un amor leve se inicia en su brevísimo cuerpo. Se llama Natalia; tiene cuatro meses, pesa 13 libras y ve la vida como una recién nacida.

sábado, 11 de noviembre de 2006

Vivir a golpe de tarjeta


Alfredo Triff
(Dedicado a un querido amigo que estimula las neuronas)

¿Sabías que cada año nuestra deuda externa crece en 3 billones de dólares? (Un billón = Un millón de millones) ¿Sabías que para el 2030 la deuda del Medicare será de 5 billones? Si seguimos despilfarrando, la deuda externa actual de 8.5 billones puede llegar a 46 billones, lo cual es equivalente a la capital absoluto del país: La hecatombe. Ya no se trata de un problema partidista. No estamos preparados y además, no queremos lidiar con el problema. Es difícil aceptar que nuestro paraíso artificial tiene la mancha de un pecado capital. Ahora no se siente. Ahí están China y Europa que nos sacan las castañas del fuego (financiando nuestro apetito al 4.5% de interés) ¡Somos como niños con tarjeta de crédito en mano! ¡Ojo cuidado! Esa tasa deleitablemente baja, con un déficit tan alto, implica que la mayor parte de cada dólar se va en intereses (en lugar que reinvertirse en programas de importancia). El pago de esa deuda sale fuera del país a resarcir los caprichos de inversionistas extranjeros, en lugar de ser recapitalizados en el país. ¿Qué pasaría si China y Europa se cansaran de seguir sufragando nuestro rimbombante estilo de vida? Los billetes del tesoro serían liquidados en subasta, es decir, tendríamos que pagar aún más intereses. Una tasa que afectaría toda la economía; desde hipotecas hasta préstamos estudiantiles. Algunos sugieren subir la tasa de interés para frenar nuestro desquiciado apetito; pero eso es peligroso en una economía global. ¿Imprimir dinero para resolver el asunto? Es jugar con candela. Anjan Thakur, profesor de macroeconomía en la Universidad de San Louis y consejero del Banco Mundial, sugiere de subir los taxes conjuntamente con un programa de incentivos económicos. Ninguna solución es fácil. Pero lo peor sería tirarles a nuestros nietos el fardo de nuestro vacilón. ¿Por qué? Porque es criminal.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Es el viento

Tumiamiblog (Música de fondo: Stereolab)

[Yadnel contemplando un edificio en Brickell en el año 2001, recién salido de la balsa como el que dice]. Coño con todo este Real Estéi, construtsión por aquí, construtsión por allá... casa por toa' palte. ¿Y la mía? Quisiera una casita, blanca y bonita... ¡Uf! Lo' precio, 450,000 para un gao en el primen piso... ¿Precio? Capitalijmo, ganancia, valól, competencia, propiedá privada... ¿De dónde sacan el billete ejta gente? Con ese trabajo de mielda en Flague que tengo, y el otro de payaso y el otro de carretillero en Públi. ¿Pa’ eso venin de Cuba? Qué suelte la mía... [Después de 5 años de ahorro, una noche en su recién comprado apartamento de medio cuarto en el condo en sur de Kendall por el que pagó 200,000 preconstruction] Tremendo gao que tengo la veldá... sí, trabajé duro, pero ya tengo lo mío... [Suspira profundo y afuera, el viento suena] ¿Eh? ¿Y esa escarranchadera?... Ná un viento platanero. [Cada hora las ráfagas se hacen más fuertes]. Yadnel enciende la TV y escucha: El primer huracán de la temporada trae fuertes lluvias y vientos de hasta 120 millas por hora... Ah, por eso es bueno vivir en un condo como éjto... [las ráfagas son tan macizas que el vidrio de la ventana del balcón de Yadnel comienza a trepidar] ¿Qué jodedera e’ ejta? [La foto de Yadnel con Yusleivis se cae de la repisa de la sala, partiéndose en dos]. Ay Santa Bábbara... ¿será que fuelza del viento es proporcional con el dáun péimen del gao? [Esa noche Yadnel es evacuado de su condo. A la mañana siguiente, para su sorpresa, los daños en el techo y las paredes de su estudio están cubiertos por el urbanista, no así sus pocas pertenencias].

jueves, 9 de noviembre de 2006

Nueva era


Alfredo Triff

¡Los demócratas ganan en Virginia! Mayoría en el senado y la cámara. El cambio que anuncia una nueva era. Presidente enano, humillado. La política de la impunidad llega a su fin. Ayer el país protestó, en masa, la política caduca y arbitraria del tejano recalcitrante. Termina la revolución republicana de idealismos de los 90 (con aquella promesa Gingrichiana de ajustar el presupuesto y renovar la sociedad del Welfare). La pesadilla de Bush: Unilateralismo, guerra espuria, miles de millones de dólares dilapidados, un programa de vigilancia moralizante que acaba ridiculizado con los escándalos de los Abramoffs, los Delays y los deslices sexuales de los Foleys... cámaras de tortura, procedimientos ilegítimos de espionaje telefónico, el desastre Katrina, política para el medio ambiente lamentable, desprestigio internacional. ¡Qué viva la democracia!

miércoles, 8 de noviembre de 2006

Update

Ganan los demócratas en Montana... control del senado ahora se debate en en un solo estado, Virginia.

Rumsfeld renuncia

Quién lo iba a decir, Rumsfeld “decapitado” por el propio presidente que hace siete días dijo, “Rumsfeld se queda.” ¿Tendrá algo que ver el resultado de ayer?

Cambio de rumbo

Los votantes, cansados de la misma bushería, le dieron el Congreso a los demócratas. El Senado en la balanza…

martes, 7 de noviembre de 2006

Antítesis del performance


Jesús Rosado

Hace unas noches cuando asistía a la abúlica intervención audiovisual de Coco Fusco en el escenario del Artime, me vino a la mente aquel performance antológico de Angelito Delgado, en 1990, durante la inauguración de El Objeto Esculturado en el Centro de las Artes Visuales de La Habana, donde ante la vista estupefacta de los espectadores, aproximando los glúteos a los carcañales, descargó una porción compacta de excremento sobre una no menos nauseabunda plana del periódico Granma. Una acción catárticamente escatológica que definiría dos rumbos al mismo tiempo: la emancipación de una neovanguardia contestataria frente al “oficialismo cultural” y el inmediato encarcelamiento del artista. El crítico Gerardo Mosquera recuerda un decoroso precedente, en similares circunstancias dictatoriales en los años 30, cuando Fidelio Ponce hubo de mear soberanamente en un recinto de exhibición en pleno opening. Como decimos los cubanos: “de ahí pa’llá no hay más pueblo”. Pero el arte suele ser eso: zona franca contra la intolerancia y la coerción. El gesto de un artista iracundo puede asumir esa intensidad implacable, cargada de una emotividad ocasionalmente autodestructiva. No trato de establecer comparaciones pues las condicionantes son diferentes, sino que asumo ejemplos extremos para intentar explicarme el tedio, la decepción y la acogida glacial que rodeara el esfuerzo baldío de Coco Fusco por tratar de convertir en acción plástica la reprobación a la legitimización de la guerra y la tortura. Árida representación, acudiendo al ya sobado recurso de interrelación entre realidad y recreación virtual, sin pizca de convicción en la articulación de una sintaxis dramática y, para colmo, con un amago de retórica sarcástica que lejos de funcionar como sátira antigubernamental se hizo monserga pedante, dilatado panfleteo políticamente correcto. Como remate, el software del performance se fue del aire, lo cual estuvo a punto de arruinar definitivamente lo poco que podía salvarse. A la salida del teatro, Luis Soler definía acertadamente la descocofuscación como la antítesis de un performance. Lo lamento por la Fusco por lo que implicó de labor, pero imagino que, de haberla presenciado, Mr. President la tendría en cuenta para el repertorio de torturas.

Viaje al mismo pasado

Tumiamiblog

La Jeteé de Chris Marker (1962) es un rompecabezas de 28 minutos con piezas de Bergson, ciencia-ficción y puro existencialismo, expresados como fotonovela (de fondo, la enigmágica partitura de Trevor Duncan y el voice over monotónico de Jean Negroni). En el futuro post-apocalíptico de la humanidad, un sujeto es usado como conejillo de indias por una civilización que investiga el pasado de la historia, justo antes de la "tercera guerra mundial". Durante el siniestro experimento, el individuo se obsesiona con sólo un momento de su vida: el recuerdo de esa bella mujer que vio alguna vez, durante un dramático desenlace en el aeropuerto de Orly. Más tarde, al sujeto se le ofrece la oportunidad de dar un viaje al futuro para modificar el pasado de su propia civilización. Él, sin embargo, prefiere volver al mismo punto de partida... la mujer de sus sueños. ¿Puede la memoria ser tan tozudamente apasionada?

lunes, 6 de noviembre de 2006

Miami de los 80's y 90's

Ernesto Fundora

Punto y aparte merecería el del exilio del Mariel de 1980, el cual, entre otras cosas, le devolvió a la ciudad la recuperación del idioma español con la asimilación forzosa de más de 120 000 escorias obreros, intelectuales, putas, homosexuales, locos y convictos que Fidel aprovechó para endosarles a los americanos -de esa camada surgieron míticos superhéroes de la cultura popular, como Carlito’s Way y sus hazañas de avionetas cargadas de cocaína aterrizando en medio de los Express way; Miami Vice, aquella serie donde la justicia pretendía cerrarle el camino al atrevido y al emprendedor. El mercado de la droga le dio a la ciudad un ímpetu que se palpa aún en el esplendor visual del Down Town, zona con una peculiar fisonomía que delata la efervescencia de la época caracterizada por costosas arquitecturas de rascacielos y bancos al estilo hight tec y postmodern. Contrastes: La herencia española y mediterránea había dejado su huella de prosperidad en barrios residenciales como Coral Gables, de opulencia sólo comparable con Beverly Hill en Hollywood. Christo, el artista de las instalaciones, empapelaba las islas frente al puente de la Interestatal 95 recibiendo quejas por maltrato al ecosistema. Madonna y Gianni Versasse se mudaron para allá: la primera, consiguiendo un hijo de progenie cubana; y, el segundo, su sibilina muerte. La industria del fashion y la moda hicieron meca en el pantano, creando una falsa aureola de glamour que poco tardó en disiparse. También se asociaron con la imagen de Miami figuras como Julio Iglesias, Miami Sound Machine, Emilio y Gloria Estefan, Sylvester Stallone, El Puma y Quincy Jones, soñándose los patriarcas del futuro epicentro de la cultura cross over. 80's y 90's de postal.

domingo, 5 de noviembre de 2006

Cría cuervos

No entiendo cómo hay personas que dicen que la infancia es la época más feliz de su vida. En todo caso para mí no lo fue, y quizás por eso no creo en el paraíso infantil, ni en la inocencia, ni en la bondad natural de los niños. Yo recuerdo mi infancia como un período largo, interminable, triste, donde el miedo lo llenaba todo: miedo a lo desconocido. Hay cosas que no puedo olvidar. Parece mentira que haya recuerdos que tengan tanta, tanta fuerza, tanta fuerza... Carlos Saura, Cría Cuervos, libreto.

sábado, 4 de noviembre de 2006

Cierra los ojos


Jesús Rosado

Cierro los ojos y pienso en La Habana... rememoro recuerdos y relatos: Umberto Peña revolucionando la pintura, el mozambique, Miriam Acevedo en el Gato Tuerto, Marta Strada, Jorge País y Luisa María Güell en la radio, Salón de Mayo, fusilamientos, Heberto Padilla fuera del juego, Lezama con la puerta entrecerrada, crisis de octubre, Piñera cagado de miedo, Dos viejos pánicos, Alicia y los cisnes, la UMAP, los Beatles clandestinos, las fiestas de perchero, Julito Martínez y Trompoloco, marihuana en el Bar Nautilus, La zeta del Zorro, la zeta de Los Zafiros, Girón, Fidel escrito con sangre, Fidel escribiendo con sangre, el Meme, Camarioca, La Voz de las Américas y Cita con Cuba, Portel Vilá y los chícharos con gorgojos, los que se fueron, los que encarcelan, Memorias del subdesarrollo, Sala Tespis, Palante y palante, Cary Dolet y Yoya Gálvez, Luisito Aguilé antes que Silvio, la embajada suiza, las placas de Rolling Stones, el espanto de Antonia Eiriz, los vuelos de la libertad, el miliciano que mató a su mujer embarazada y sus tres hijos con la RPK, desodorante de bicarbonato, 12 y 23, las croquetas pegacielo, La novela de las dos, La novela de las tres, Los cinco latinos, Raphael, Menage a la italiana, Gina, Sofía, Marcelo, Viva la brigada Conrado Benítez, el cordón de La Habana, Sartre, PM, bailar el pilón, el imperialismo, Lunes de Revolución, Dios te salve comisario, la libreta de abastecimiento, Carlitos Pous y Candita Quintana, Ediciones Biblioteca del Pueblo, Cuentos de Horror y Misterio, Félix Beltrán... ¡Clic! Cachucha y Ramón, la ofensiva revolucionaria, el peinado Accatone, Kazán el cazador, Las cuatro bocas, Wilfredo Mendi, Paul Anka, Jean Ferret, el ye-yé, el Chevrolet Impala, Viet Nam, la locura de Help!... ¿Cómo sintetizar esta epopeya?

viernes, 3 de noviembre de 2006

Jodorowsky por él mismo

Tumiamiblog

Cuentista fabuloso y un poco mitómano, con Alejandro Jodorowsky es difícil separar la verdad de la ficción. Sabemos que siendo un joven estudiante en la ciudad de Santiago, Jodorowsky desarrolla un interés por la mímica y el teatro de marionetas. Se va a Paris y comienza su colaboración con Marcel Marceau. Alterna entre la ciudad de las luces y México. Le apasionan Beckett, Ionesco, Strindberg y en particular el teatro de la crueldad de Artaud. Es testigo y cómplice del llamado “movimiento del pánico” (aún se comenta un “happening” de cuatro horas en que un Jodorowsky, vestido con leotardo de piel negra, dramatiza un sacrificio a lo Hermann Nitsch, con vírgenes, pavos y pollos cubiertos en miel y sangre, mientras un rabí oficia un sermón dentro de una enorme vagina, con cientos de tortugas vivas caminando alrededor). A esa época pertenece “Fábulas pánicas”, su primer filme. Le sigue “Fando y Lis” (prohibido en México después de un escándalo en el festival de Acapulco del 1968 en que Jodorosky tuvo que salir del teatro en una limo para evitar ser linchado). La próxima película de Jodorowsky, “El Topo”, terminaría como joya de culto: “El Topo es la búsqueda de la santidad”, ha dicho Jodorowsky (hay bastante sangre, violencia, misoginia y explotación sexual). La “Montaña sagrada” es una obra de estricta simbología con un diseño escénico espléndido. Estamos ya en los 70 y Jodorosky planea su obra maestra “Dunas”, con actores del peso de Orson Wells y Gloria Swanson... la película nunca se hizo. El capítulo fílmico del maestro de la noche de horror parece concluir con “Santa sangre” (1989), una obra bizarra de horror sicodélico con momentos de belleza innegable que marcó otro “retorno” de Jodorowsky. ¿Volverá a sorprendernos el mago de lo bizarro?

jueves, 2 de noviembre de 2006

Déjala que se vaya


Adalberto Delgado

En la Pequeña Habana, por el año 1968, Yoryi, (chino mulato con rasgos de indio cubano), vivía “oficialmente” con Armandito “El Ganso,” el único homosexual conocido en la esquina del edificio. “La Gorda” mamá de Pepito, era la mayor promotora de la pareja. Un día una linda muchacha, Justa, se muda a La Paloma (el “solar” que aún existe en la 9 y la 18 avenida del saugüé) y fue amor a primera vista con Yoryi: Se casaron inmediatamente... adiós Armandito (el pobre quedó destrozado; en cualquier noche cálida, desde la acera, podía oírse el llanto de Mandy). Maura, conocida como “la vaquita lechera” por sus gruesos pechos y figura, salió en defensa de Armandito y casi acaba con Justa, la cual no tenía culpa de nada. Entonces Carlos Denavea (guajirito de campo adentro, llegado en una embarcación robada), interviene en la bronca entre Maura y Justa y... termina empatándose con la primera. ¿Causa y efecto? Después de la ligazón nadie se atrevía a llamar a Maura por su apodo, aunque los muchachos cuando la veían pasar, cantaban: “tengo una vaca lechera”. Por supuesto, con este precedente Yoryi y Maura tuvieron que “irse echando”. Mientras, al padre de Maura (guajiro macho él) no le hacía gracia Armandito hablando mal de su hija. El Bolo, rumbero del barrio, no perdió tiempo y sacó este mambo para un coro en la rumba dominical: “Déjala que se vaya allá tú, que se vaya, déjala que se vaya, allá tú, ¡Solavaya!” Fue un milagro que El Bolo se salvara después de la paliza que le dio el guajiro al oír la rumba. La tunda lo llevó a componer una segunda versión: “La rumba no es guapería, la rumba es sólo expresión, la rumba mía tiene un fa y melodía, y la traigo de corazón”. Recuerdo que los chamaquitos del barrio terminamos en El Oriental (8 calle entre 16 y 17 avenida), a unas cuadras del palomar, para celebrar con un banquete chino. ¿Coincidencia? Luego, nos fuimos al Teatro Tower a vacilar con El Hombre lobo, doblada al castellano. Era el día antes de Halloween... lo cual nos lleva a otra historia.

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Ruptura

Tumiamiblog

“Es un loco genial”, dijo una vez el insigne Jonas Mekas del destacado pintor, escultor y director de cortometrajes experimentales Bruce Conner. Sólo hay que ver trabajos suyos como Movie (1959), el exquisito Valse Triste (1978), o acaso uno de los mejores trabajos de Conner de los 60: Breakaway (Ruptura), con Antonia Christina Basilotta desnudándose arrebatadamente con la música de fondo de Ed Cobb (la escuchamos en aquella frase liberadora: “I'm gonna break away from all the chains that bind... and everyday I'll wear what I want and do what suits me fine”; Basilotta suena a fusión de Nancy Sinatra con Martha and the Vandellas). La talentosa Basilotta, a.k.a. Toni Basil, trabajaría luego en joyas como Easy Rider y The Last Movie de Denis Hoppper. A ritmo de polka dots (que recuerdan la onda performativa del free love de Yayo Kusama), Conner nos muestra el efecto liberador de la cultura bajo el capitalismo moderno (luego bautizado como pop). Nada como la cabriola dionisíaca de Basilotta. Entonces, casi a mitad de la cinta, Conner vira la pieza al revés en cancrizan; ensancha el sonido y lo disuelve en una cacofonía. Mientras, Basilotta recorre el camino del regreso, fragmentada, partida en perspectivas de leotardo negro, desnuda o con su trusa blanca. ¡Qué pieza Ruptura! Desenfreno de un mundo sin bisagras, listo a partirse por el eje.